lunes, octubre 6, 2025
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Crítica de ‘Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones‘: La mejor adaptación posible del juego

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Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones

Las críticas de Óscar M.:
Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones

En Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, un ladrón encantador y una banda de aventureros increíbles emprenden un atraco épico para recuperar una reliquia perdida, pero las cosas salen rematadamente mal cuando se topan con las personas equivocadas.

La adaptación del legendario juego de rol (publicado por primera vez en 1974) a la pantalla grande está dirigida por Dave Arneson y John Francis Daley, y cuenta con un reparto de lujo: Chris Pine, Michelle Rodriguez, Regé-Jean Page, Justice Smith, Hugh Grant, Sophia Lillis, Chloe Coleman, Jason Wong, Daisy Head y Sophia Eleni. La película se estrena en cines el 31 de marzo de 2023 de la mano de Paramount Pictures.

Un juego complejo de adaptar

Nunca ha sido fácil realizar una adaptación cinematográfica de «Dragones y Mazmorras» que represente fielmente en qué consiste una partida de rol, principalmente por la base de conocimientos previos que hay que tener sobre el juego, el miedo infundado que existía en la sociedad cuando se creó y la dificultad de plasmar en pantalla la complejidad que implica. Niveles, capacidades, mundos imaginarios y seres extraños que sólo existen en la imaginación del grupo de jugadores que, posteriormente, se fueron apoyando en ilustraciones, tableros y figuras.

Podría considerarse a El umbral del juego (Mazes and monsters se hizo en 1982 con un jovencísimo e inexperto Tom Hanks) como la primera adaptación para televisión del juego «Dungeons and Dragons», basándose la película en un libro del mismo nombre donde se asustaba a la población sobre las posibles consecuencias de que se explotara la fantasía y la imaginación de los participantes en un juego de rol.

En 1983, sólo un año después, llegó la magnífica e infravalorada serie de animación Dragones y mazmorras (o Calabozos y dragones según su traducción latina) que nos hizo enamorarnos de un mundo fantástico, lleno de seres extraños y unos poderes otorgados por El Amo del calabozo. La serie también sufrió la persecución y la censura, y su cancelación después de tres temporadas nos dejó sin un final digno para una serie que sigue teniendo repercusión e influencia en el cine y la televisión cuarenta años después (El corredor del laberinto es, básicamente, el guión del primer episodio de la segunda temporada, llamado «La niña que soñaba el futuro», e Inmortals usó el arco de fuego que sale en la serie).

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones

Las adaptaciones de las que nadie se quiere acordar

La llegada de El señor de los anillos a los cines puso patas arriba el mundo del cine y de las adaptaciones de libros a la gran pantalla, pero también sirvió para que en el año 2000 sufriéramos Dungeons and dragons, una aborrecible adaptación del juego donde se mezclaban personajes de La amenaza fantasma (el personaje de Thora Birch acababa de salir del Episodio I de la segunda trilogía de La guerra de las galaxias) con una trama similar a la de la obra de Tolkien, efectos especiales muy chuscos, chistes que daban vergüenza ajena y un pasadísimo Jeremy Irons.

La productora New Line Cinema se desentendió y los actores salieron bastante afectados de semejante despropósito, pero Zinc Entertainment Inc. se permitió el lujo de producir una secuela en 2005 e, incluso, una tercera parte en 2012 (estrenadas en televisión en EEUU y en vídeo para el resto del planeta), y con este historial no hacía presagiar que una nueva versión en cines consiguiera el aprobado.

Pero, al igual que El señor de los anillos sirvió de trampolín para la adaptación del 2000 y, al mismo tiempo, puso el listón muy alto para otras películas medievales, veintitrés años después hemos tenido la suerte de vivir el éxito de la serie Juego de tronos, la cual ha permitido que el público general tenga otro concepto y otra predisposición, al mismo tiempo que ha allanado el camino para la producción de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones.

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones

El mejor guión con la mejor dirección

Los directores John Francis Daley y Jonathan Goldstein venían de Vacaciones (la recuela de la saga Las vacaciones de una familia americana) y Noche de juegos, dos divertidas comedias que habían conseguido cierto favor del público. Esa experiencia cómica queda plasmada en el guión (en el que han trabajado junto al desconocido Michael Gilio) y en una dirección rápida, ágil y que mantiene al espectador alerta y concentrado en las dos horas de duración.

No hubieran conseguido que esta sea la mejor adaptación al cine posible del juego sin un reparto que encajase perfectamente con sus personajes: a pesar de que Chris Pine es el líder del equipo y el centro de la historia, Michelle Rodriguez roba físicamente cada escena en la que aparece (demostrando lo muchísimo que se ha divertido durante el rodaje), Justice Smith ofrece una interpretación muy acorde y alejada de Genera+ion y Regé-Jean Page viene a subir la temperatura de la audiencia.

Mención aparte merece Hugh Grant, quien, aún con la sombra del histrionismo de Irons sobre la cabeza, consigue ofrecer un personaje a medio camino entre el villano y el pardillo de la adaptación. Su interpretación más contenida era justo lo que la película necesitaba para permitir que Daisy Head se desplegara magistralmente como la malvada enemiga del grupo.

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones

Una adaptación equilibrada para cubrir sus errores

Los defectos de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones están tan bien equilibrados con el resto de elementos que la complementan como el propio nombre de la película, esa incomprensible e incoherente mezcla de inglés y castellano chirría como ya pasaba en Capitán América: Civil War o los títulos de las secuelas de La purga.

Sus imposibles de recordar e incontables nombres de personajes, razas, ubicaciones y artilugios se compensan con un generalizado aire desenfadado, unos efectos especiales espectaculares o unos personajes carismáticos (incluso los secundarios), al igual que la duración, que sobrepasa peligrosamente las dos horas, se equilibra con un sinfín de referencias, un ritmo constante y vibrante de aventuras (literalmente, la bajada a los infiernos o el laberinto final) y unos golpes cómicos que mantienen el interés del público (la escena del cementerio es hilarante, como se preveía desde el planteamiento).

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones ha abierto, por fin, la puerta a posibles y dignas adaptaciones del juego de rol o de la serie de televisión al cine. Su estilo a medio camino entre una película de aventuras con un trasfondo serio recupera la esencia de las películas de los años ochenta y permite que ese universo pueda expandirse sin límites porque, una vez que entras, como dijo Venger, no hay escapatoria del Reino de Dragones y mazmorras.


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Crítica de ‘Fuego fatuo‘: Una mezcla inusual de hiperrealismo y fantasía

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Fuego fatuo

Las críticas de Laura Zurita:
Fuego fatuo

En su lecho de muerte, su alteza real Alfredo, rey sin corona, regresa a lejanos recuerdos de juventud y a la época en la que soñaba con ser bombero. El encuentro con el instructor Afonso, del cuerpo de bomberos, abre un nuevo capítulo en la vida de los dos jóvenes inmersos en el amor y el deseo, y suscita su voluntad de cambiar el status quo.

Fuego fatuo está escrita y codirigida por João Pedro Rodrigues, e interpretada por Mauro Costa, André Cabral, Joel Branco, Anabela Moreira, Margarida Vila-Nova, Miguel Loureiro, Ana Bustorff, Raquel Rocha Vieira, João Villas-Boas, Cláudia Jardim, Joana Barrios, Paulo Bragança, João Reis Moreira, João Caçador, Catarina Marques, Mário Santos, Maria Miguel Rodrigues, Oceano Cruz, Dinis Vila-Nova, Luisa Castelo Branco, Vasco Redondo y Teresa Madruga. La película se estrena en España el 31 de marzo de 2023 de la mano de Vitrine Filmes.

Difícil de clasificar

Fuego fatuo es una película pequeña, una ucronía donde se mezclan la ciencia ficción, el drama homorromántico, el teatro de vanguardia y el musical, y todo esto en poco más de una hora de duración. Es una experiencia difícil de clasificar y no apta para todos los públicos, y, aviso a navegantes, en algunas escenas, muy explícitas, se acerca a la pornografía.

En un mundo paralelo al nuestro donde Portugal tiene una familia real, el rey yace en su lecho de muerte, recordando su infancia y su juventud, sus cenas en familia, retablos preciosistas en los que los comensales son perfectamente conscientes de estar en una representación, y se comunican con el público de Fuego fatuo al otro lado de la cuarta pared.

El rey tenía una fuerte conciencia ecológica y quiere ser bombera y proteger los bosques de su gran enemigo, el fuego (el mismo fuego del título, Fuego fatuo). Entrará en la escuela de bomberos y se embarcará en un tórrido romance con su instructor, una especie de Romeo y Julieta muy físico con dos chicos de distinta extracción social.

Fuego fatuo

La fotografía es hiperrealista, pero también hay guiños al teatro, con actores que hablan a la cámara y telones que se abren y se cierran. El espectador de Fuego fatuo queda en un estado de cierto desconcierto, sin saber muy bien qué va a pasar a continuación, y ese parece ser el propósito de la película. Se pasa de una dulzura propia de películas de Marisol a escenas de sexo muy explícito, sin solución de continuidad.

En Fuego fatuo, como en un musical clásico, en varias ocasiones los actores empiezan a cantar y bailar en mitad de la acción, y lo hacen con mucha soltura. Sin embargo, a la hora de actuar se los ve un poco acartonados, y a veces se limitan a representar escenas alegóricas, porque al director lo que le importa de veras es la belleza de las imágenes.

Ejercicio bello y superficial

El ejercicio es, sin duda, bello, y la búsqueda de nuevas formas de lenguaje es siempre interesante y elogiable. Fuego fatuo resulta empero hermético, y su contenido es un postulado sin profundidad ni emoción.

Fuego fatuo es una película difícil de clasificar, que explora y mezcla géneros en una clara búsqueda de atención, pero que resulta hermético y superficial.


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Chris Hemsworth regresa a la acción en ‘Tyler Rake 2‘ de Netflix

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Chris Hemsworth regresa a la acción en Tyler Rake 2 de Netflix

Netflix ha desvelado el teaser tráiler oficial de Tyler Rake 2, secuela de la película de acción de éxito de Netflix, Tyler Rake, en la que Chris Hemsworth retoma el papel protagonista. La película se podrá ver el 16 de junio en Netflix.

Hemsworth vuelve a trabajar con el director Sam Hargrave (Tyler Rake) en una segunda entrega escrita por Joe Russo. La actriz Golshifteh Farahani (Paterson, Piratas del Caribe: La venganza de Salazar) retoma el papel de la primera película, junto con los coprotagonistas Adam Bessa (Tyler Rake, Alta Costura), Olga Kurylenko (Quantum of Solace, Viuda Negra), Daniel Bernhardt (Alerta Roja) y Tinatin Dalakishvili (The Undeclared War).

En Tyler Rake 2, tras sobrevivir de milagro en la primera entrega, el australiano Rake, mercenario de operaciones encubiertas, vuelve con otra misión letal: sacar de la cárcel a la familia de un despiadado gánster georgiano.

Esta es la secuela de la primera película basada en la novela gráfica «Ciudad», de Ande Parks, a partir de una historia de Ande Parks, Joe Russo y Anthony Russo e ilustrada por Fernando León González. Tyler Rake 2 está producida por Anthony Russo, Joe Russo, Mike Larocca, Angela Russo-Otstot, Chris Hemsworth, Patrick Newall y Sam Hargrave. Los productores ejecutivos son Jake Aust, Benjamin Grayson, Steven Scavelli, Christopher Markus y Stephen McFeely.

Crítica de ‘My Way Out‘: Un lugar seguro para ellas, ellos y todos los demás

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Las críticas de Laura Zurita:
My way out

Documental sobre el legendario club nocturno trans de Londres The Way Out y su fundadora, Vicky Lee. El club se acerca a su 30 aniversario, y echamos la vista atrás descubriendo las últimas tres décadas en la escena trans de Londres, y el impacto del club en la comunidad trans como un lugar seguro y único.

My Way Out está escrita y dirigida por Izaskun Arandia. El documental recoge entrevistas con Vicky Lee, su compañera Lesley y los habituales del club Geri Love, Andi y Kam Angel. La película se estrena en España el 31 de marzo de 2023 de la mano de Atera Films, y se puede ver en Filmin en agosto de 2023 en el marco de la décimo tercera edición de Atlàntida Mallorca Film Fest.

My Way Out

Un lugar seguro

El documental retrata The Way Out, un club nocturno londinense que fue fundado como un sitio seguro y acogedor para las personas cuyo género no se correspondía necesariamente con su sexo anatómico. Fundado en 1993, funcionó sin interrupción hasta que la pandemia lo cerrara prácticamente todo en 2020. Eso es en sí mismo remarcable, en un contexto donde los clubes LGTB aparecían y desaparecían continuamente. El público del club es fiel, pero reducido, unos cientos de personas, en una ciudad de millones. The Way Out cumple su función de solaz y entretenimiento, y seguro que era y es muy importante para su público, y en sus principios, en una sociedad muy tradicional, les creaba un espacio de libertad.

The Way Out defiende que todas las personas son bienvenidos, las chicas, los chicos y los inbetweeners. Estos (los de en medio) son personas que no reniegan de su sexo anatómico, pero no aceptan cumplir las expectativas que se hacen a los géneros. Se visten, maquillan, peinan y se comportan como les parece. Muy divertida es la pregunta de a qué aseos van, y la respuesta, aparte de ingeniosa, da mucho que pensar. En The Way Out los aseos son unisex, para evitar que los clientes tengan que elegir, cuando muchos de ellos quizás no quieran hacerlo.

La historia de éxito de The Way Out es lo que es, y se ha hecho legendaria, por la personalidad que le han imprimido sus fundadores. En My Way Out conocemos a una de ellos, Vicky Lee, que tiene una presencia magnética y un enorme compromiso con la causa trans. Vicky ha vivido una hermosa historia de amor con su compañera, Lesley, con la que se casó cuando tenían géneros distintos, siendo muy jóvenes. Nunca se separaron, aunque Vicky ahora vive como mujer. Esta relación, que ha durado toda una vida, sirve para poner de relieve la idea que subyace al documental, que el amor es a la persona, no a su género.

My Way Out

Historias felices

En el documental hay dos líneas troncales. En una de ellas se nos habla del local, The Way Out, su historia y su propósito. En la otra, a través de una serie de entrevistas, conocemos algunos de los asiduos del lugar y sus historias personales. Al contrario que otras películas sobre el mundo trans, no se concentra en los conflictos y las frustraciones que las personas han sufrido, aunque los haya habido, sino que busca poner de relieve que sus personajes buscan, y consiguen, una vida satisfactoria.

El documental, de estructura muy clásica, deja claro el entusiasmo por el tema de la directora, que ha trabajado contra viento y marea durante años para sacarlo adelante. Es evidente que gusta el The Way Out, su ambiente y su público, y My Way Out comunica un fuerte sentimiento de alegría, tolerancia y libertad.

My Way Out es una mirada amable al legendario club londinense The Way Out donde personas no convencionales encuentran un sitio seguro y acogedor.


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Crítica de ’Una bonita mañana’: Mia Hansen-Løve firma (mucho) más que una bonita película

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Una bonita mañana

Las críticas de José F. Pérez Pertejo:
Una bonita mañana

El octavo largometraje de Mia Hansen-Løve en quince años de filmografía como directora no es sino la confirmación de que nos encontramos ante una de las creadoras más humanistas, coherentes y honestas surgidas en lo que llevamos de siglo XXI. Una bonita mañana, título extraído de un poema de Jacques Prévert, es un lúcido ensayo sobre la soledad a cualquier edad, sobre la crueldad de la enfermedad y la pérdida de autonomía que a menudo conlleva, sobre el vacío afectivo de una mujer que “siente que su vida sentimental quedó atrás” tras quedarse viuda en la treintena y, al mismo tiempo, por contradictorio que parezca, es un film luminoso y optimista que se apoya en la posibilidad de las segundas oportunidades y en la consciencia de la inutilidad de vivir en el lamento o la queja continua.

No es habitual que una película trate materias tan trascendentes y complejas y lo haga con honestidad, con hondura, sin manipular los sentimientos del espectador y sin darse importancia a sí misma. Esto en una constante en el cine de Hansen-Løve: su maestría para hacer películas de apariencia pequeña pero cargadas de una profundidad argumental y emotiva que para sí quisieran muchos “autores” que practican el arte de epatar convencidos como están de haber sido tocados por la genialidad. Me provoca cierta pereza poner ejemplos de estos últimos, prefiero referirme a ellos cuando corresponda hablar de sus películas, ahora es el momento de hacerlo de esta Una bonita mañana que es (mucho) más que una bonita película.

Sandra es una mujer en la treintena a la que da vida ese monumento al naturalismo interpretativo que es Léa Seydoux, viuda joven, su existencia transcurre como la de tantas mujeres entre su trabajo (es traductora), el cuidado de Linn, su hija de ocho años, y las atenciones que ha de dispensar a Georg, su anciano padre, un antiguo profesor de literatura aquejado de una cruel enfermedad neurodegenerativa que, además de afectar a su raciocinio, le está dejando ciego, personaje interpretado por Pascal Greggory con un verismo sobrecogedor.

Cuando la enfermedad avanza y se hace imposible cuidar a Georg en su domicilio, llega el momento de las (difíciles) decisiones y la única viable parece ser la de internarle en una residencia de ancianos. Y aquí la directora y guionista se deshace de todo punto de idealización de la realidad, una realidad que conoce bien cualquiera que haya vivido en primera persona una situación similar: las residencias públicas tienen unas listas de espera enormes en las que es preciso esperar a que varios fallezcan para entrar, las privadas baratas son aparcamientos de personas que no reciben los cuidados adecuados (no hablemos ya de afecto) y las privadas buenas tienen unos costes inasumibles para la mayoría de los comunes. Hasta tres cambios de residencia sufre Georg para acabar en los Jardines de Montmartre, la única en la que se respira algo parecido a la dignidad.

Una bonita mañana

En este lento discurrir de los días de Sandra, resignada como está a su soledad sentimental, aparece Clément (Melvin Poupaud), un antiguo amigo de su marido y cosmoquímico de profesión, para poner su vida patas arriba a través de un doble reencuentro con el amor y con el sexo. También aquí, en esta segunda línea argumental (llamémosla así), Mia Hansen-Løve huye de toda aparatosidad y se decanta por la sencillez narrativa y la limpieza de una puesta en escena cuyo único fin es servir al relato. Todo respira verdad, calidez y un dolor íntimo que termina por empapar al espectador.

Ambas líneas argumentales, la historia de amor y la disolución de la vida encarnada en Georg confluyen en Sandra como personaje central que devendrá en un canto a esas segundas oportunidades a las que nos referíamos al comienzo de estas líneas. La segunda oportunidad, más obvia, la que encarna ella misma tratando de rehacer su vida sentimental y la más sutil segunda oportunidad que tendrá Georg, una vez perdida toda esperanza de lucidez, de pervivir en su colección de libros “adoptada” por una antigua alumna que le recuerda con devoción.

No faltan secuencias familiares, unas más amables como la navideña venida de Papa Noel y otras más ásperas como el vaciamiento del piso de Georg y el doloroso desapego de sus objetos materiales, particularmente de sus libros en los que parece latir su presencia. En la mayoría de ellas está presente la veterana actriz Nicole García que interpreta a la ex esposa de Georg, una mujer arrogante y despegada que practica un activismo ecologista que tiene más de postura que de posicionamiento ideológico mientras se resiste a hacerse mayor.

Resulta demasiado facilón (pero inevitable) acudir a Éric Rohmer para encontrar el sustrato ideológico (hablo de ideología cinematográfica) y estético del cine de Hansen-Løve. Ella misma ha reconocido en más de una ocasión al autor de los Cuentos Morales o las Comedias y Proverbios como una de sus referencias ineludibles. Pero la huella de Rohmer no está igual de presente en todas sus películas y acaso sea aquí, en Una bonita mañana, donde se condensen con mayor evidencia las claves del cine rohmeriano. Algo que, aunque podría tacharse de anecdótico (no creo que lo sea), se acentúa con la presencia en el reparto de Pascal Greggory y Melvin Poupaud, protagonistas ambos de sendas películas de Rohmer: El árbol, el alcalde y la mediateca (1993) y Cuento de verano (1996) respectivamente.

Una bonita mañana es un film de una honda tristeza que se paladea más que se mastica; una película hermosa en todas las acepciones del término, desde su acabado estético gracias a la luminosa fotografía de Denis Lenoir y a una impecable selección musical hasta la sensibilidad (que no sensiblería), delicadeza y gusto por el matiz con que Hansen-Løve encara cada secuencia.

Crítica de ‘Fleishman está en apuros’: Una comedia adulta sobre la madurez que duele

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Fleishman está en apuros

Las críticas de Daniel Farriol:
Fleishman está en apuros

Fleishman está en apuros (Fleishman is in Trouble), también conocida en algunos países como La nueva vida de Toby, es una serie estadounidense en formato de comedia dramática que está escrita y creada por Taffy Brodesser-Akner adaptando su propia novela. En la dirección cuenta con la participación de Jonathan Dayton, Valerie Faris, Shari Springer Berman, Robert Pulcini y Alice Wu. La historia sigue a un doctor recién divorciado que debe cuidar de sus dos hijos mientras su exmujer desaparece sin dejar rastro y él se sumerge en el mundo de las apps de citas.

Está protagonizada por Jesse Eisenberg (Wild Indian, Resistencia), Claire Danes (La serpiente de Essex, Homeland), Lizzy Caplan (Fatal Attraction, Extinción), Talia Castro-Pozo, Christian Slater, Adam Brody, Josh Radnor, Josh Stamberg, Tara Summers y Michael Gaston. La serie se ha estrenado en España en la plataforma de Disney+ el día 15 de Marzo de 2023.

No es una serie sobre apps de citas

Entre la ingente oferta que habita por las diversas plataformas de streaming con una producción de ficción cada vez más infantilizada es un placer enorme hallar gemas escondidas del calibre de Fleishman está en apuros. Esta miniserie creada por la periodista Taffy Brodesser-Akner se inspira en su propia novela editada en 2019 donde cuenta la historia de un hombre recientemente divorciado que se interesa por las aplicaciones de citas y descubre allí que posee un éxito inesperado con las mujeres. Dicho así parece una cosa que no es, es el «gancho», pero en realidad no va exactamente de eso sino que trata con audacia muchos temas adultos acerca de la complejidad que tienen las relaciones humanas.

El protagonista aparente es Toby Fleishman (Jesse Eisenberg), un hepatólogo judío que lleva años ganándose a pulso un ascenso en el hospital donde trabaja, pero que siempre es relegado ante recién llegados menos preparados que él. No está pasando por su mejor momento, aún se está recuperando de su divorcio con Rachel (Claire Danes), una exitosa agente teatral que ha montado su propia agencia y que se codea con la crème de la crème de la sociedad neoyorquina.

Ambos comparten la custodia de dos niños pequeños, Hannah (Meara Mahoney Gross), de 11 años, y Solly (Maxim Swinton), de 9 años, pero justo cuando él comienza a iniciar una nueva vida explorando las virtudes del sexo extramatrimonial con desconocidas, su exesposa desaparece sin dejar rastro. No es que haya sido raptada ni nada de eso, al parecer y como descubrirá más tarde, se ha ido a un retiro espiritual en Los Hamptons para retozar con su nueva pareja. Toby deberá cuidar él solo de sus hijos intentando que no perciban como tal el abandono al que han sido sometidos por su madre.

Fleishman está en apuros

Los dos doctores Fleis(c)hman y el legado cínico de Woody Allen

Lo primero que llama la atención de Fleishman está en apuros es precisamente el apellido del protagonista. Nuestra memoria cinéfila colectiva enseguida nos llevará a recordar a otro ilustre doctor neoyorquino judío llamado Joel Fleischman (solo les separa una «c») que protagonizaba la mítica Doctor en Alaska (Joshua Brand y John Falsey, 1990-1995). No diré que los dos sean almas gemelas, pero sí que comparten algunas neuras y características. Además, ambas series tienen la predilección caricaturesca de crear personajes secundarios pintorescos utilizando un humor sarcástico como verdadero pilar de reflexión a la hora de abordar las contradicciones existentes en cualquier relación.

De hecho, la propia Taffy Brodesser-Akner ha manifestado que esa fue una serie seminal en su juventud y, sin duda, algo habrá influido en su subconsciente para crear ese rol principal. Otra influencia confesa es la literatura de Philip Roth aunque será otro judío célebre como Woody Allen quien emergerá de manera intermitente a través de los ácidos diálogos paridos por la pluma de la escritora. El propio Jesse Eisenberg como Toby parece una reencarnación temprana del genio neoyorquino que imita su cínica labia verborreica que a toda pastilla acumula chistes y reflexiones existencialistas con igual intensidad. No olvidemos que Eisenberg ya fue el alter ego del director en Café Society (Woody Allen, 2016).

Pero que nadie se asuste, no estamos ante una mala copia del inconfundible estilo cómico de Woody Allen. Todas las referencias citadas están presentes en Fleishman está en apuros, pero la serie sabe mantener una personalidad diferencial para ofrecer su propia visión acerca de temas universales como los roles de género o las dinámicas de poder dentro de las relaciones de pareja.

Fleishman está en apuros

La protagonista dormida que cuenta la historia de Toby

La gran baza de Fleishman está en apuros para darle la vuelta a las matrimoniadas o los chistes sobre judíos y sexo allenianos es la utilización de un punto de vista cambiante que en lugar de desconcertar lo que logra es enriquecer la trama mediante una visión panorámica. Lo curioso es que la serie está narrada con una voz en off que no pertenece al protagonista sino a una de sus mejores amigas Libby Epstein (Lizzy Caplan) con la que había perdido el contacto tras casarse con Rachel. Ambos se conocieron durante su etapa estudiantil y, junto al díscolo Seth Morris (Adam Brody), formaban un triunvirato inseparable lleno de diversión y confesiones íntimas que acabarán recuperando ahora tras la reciente separación de Toby.

Libby es una ama de casa que trabajó durante años como articulista en revistas para hombres (igual que la creadora de la serie), pero que ya casi ha renunciado a su verdadero sueño de convertirse en escritora. Ella misma está pasando por una etapa complicada en su matrimonio con Adam (Josh Radnor) que será quién se encargue de cuidar a sus hijos mientras ella acude a escuchar las historias de su recuperado amigo.

Libby se convertirá entonces en el personaje clave de la historia, en la verdadera protagonista dormida que permite a la autora reflexionar sobre la sexualidad masculina desde un prisma femenino externo. «La única forma de lograr que alguien escuche a una mujer es contar su historia a través de un hombre», eso es lo que hace tan particular al libro/serie, ya que va mucho más allá de Toby o sus emociones para enfocarse igualmente en las otras piezas del tablero que normalmente quedarían relegadas a un segundo término. Los dos últimos capítulos de la serie son la evidencia más clara de todo esto que comento.

Fleishman está en apuros

El vacío existencial de la madurez

Los capítulos de Fleishman está en apuros comienzan y acaban con la cámara girando 180º para poner el mundo de sus personajes patas arriba. Estamos ante una comedia adulta que no busca la risa fácil y que acaba siendo mucho más amarga de lo que aparenta en sus primeros episodios. Se tratan multitud de temas profundos acerca de la insatisfacción inherente a la madurez, del paso del tiempo, de las expectativas incumplidas, de la proyección idealizada del otro, o de las decisiones vitales que tomamos a lo largo de nuestra vida sin ser conscientes de que acabarán limitando las decisiones posteriores que queramos adoptar.

El vacío existencial al que se enfrentan los personajes está representado de forma física en la exposición temporal «Vantablack» del Museo Americano de Historia Natural a la que Toby acude con sus hijos o en menciones recurrentes en los diálogos a teorías filosóficas como la del Universo de Bloque que contempla el conocimiento del pasado y del presente, pero no del futuro. Eso sirve para plantear la importancia que tienen cada una de nuestras acciones en el ahora porque son las que determinarán hacia dónde se dirigen nuestros pasos. Amor, sexo, religión o muerte, son solo algunas variables en una compleja fórmula matemática llamada vida que está repleta de momentos irrecuperables y que se halla determinada por la ausencia/presencia de la que gente que nos rodea.

Si buscas una comedia que te haga sonreír y pensar al mismo tiempo Fleishman está en apuros es una buena oportunidad para acercarse a los sinsabores de las relaciones humanas. Todo ello sin renunciar, por ejemplo, a la magia que tuvo el primer encuentro de una pareja hoy rota mientras suena el «Tonight, Tonight» de The Smashing Pumpkins, por eso se utiliza una narrativa discontinua con algunos desórdenes temporales que nos hacen avistar el mapa de la relación en toda su plenitud. Nada es blanco o negro, no hay héroes o villanos. Fleishman está en apuros busca escarbar mucho más hondo en la imperfección, en la discordancia, en la escala de grises que nos define como humanos y lo hace con un discurso tan cínico como certero.

Fleishman está en apuros

Listado de episodios de ‘Fleishman está en apuros’

La miniserie estadounidense Fleishman está en apuros está compuesta por 8 episodios de entre 50-60 minutos cada uno.

Episodio 1. Convoca a tus testigos

Toby no permitirá que la desconsiderada (y temprana) entrega de Rachel le impida tener una cita con una mujer que conoció en línea.

Episodio 2. Bienvenidos a Paniquil

Toby intenta sortear la crisis del cuidado de los niños que Rachel le dejó y se entera de una nueva oportunidad en el trabajo.

Episodio 3. Pase libre

Toby conoce a Rachel.

Episodio 4. ¡Dios, qué idiota era!

Toby investiga la desaparición de Rachel. Libby lo invita a un viaje a Nueva Jersey.

Episodio 5. Vantablack

Toby usa todos los recursos que tiene, desde una noche de fiesta con Seth hasta una visita al Museo Americano de Historia Natural, para combatir su soledad.

Episodio 6. Este es mi disfrute

Toby intenta seguir adelante. El caso de Karen Cooper llega a un punto crítico. Toby, Seth y Joby asisten a una fiesta de reunión. Libby reflexiona sobre su pasado.

Episodio 7. Tiempo personal

Libby se entera de las dimensiones previamente desconocidas del divorcio de Fleishman.

Episodio 8. El hígado

Seth organiza una fiesta.


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Crítica de ‘Un cabaret en la campiña’: Un cuento sobre las segundas oportunidades

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Un cabaret en la campiña

Las críticas de Daniel Farriol:
Un cabaret en la campiña

Un cabaret en la campiña (Les Folies Fermières) es una comedia francesa que está dirigida por Jean-Pierre Améris (La historia de Marie Heurtin, Una familia de alquiler) quien también coescribe el guion junto a Jean-Luc Gaget (L’effet aquatique, Les femmes du square) y Marion Michau (Marie-Line et son juge), con la colaboración de Murielle Magellan (Moi, Grosse, La page blanche). La historia se inspira en hechos reales y cuenta las aventuras de un granjero arruinado al que se le ocurre la idea de montar un espectáculo de cabaret en su finca.

Está protagonizada por Alban Ivanov (Los profesores de Saint-Denis, Especiales), Sabrina Ouazani (Kung-Fu Zohra, Enemigos íntimos), Guy Marchand, Moussa Maaskri, Alban Ivanov, Bérengère Krief, Michèle Bernier, Ariana Rivoire y Ludovic Berthillot. La película se ha estrenado en España de la mano de Flins & Piniculas el día 31 de Marzo de 2023. 

Una historia real de sueños imposibles que se cumplen

Un cabaret en la campiña es una simpática feel-good movie sobre soñadores que luchan a contracorriente para alcanzar sus sueños por muy rocambolescos que estos les parezcan a los demás. Es lo que sucedió en la vida real con David Caumette, un joven ganadero francés que se hizo cargo de la granja familiar y asfixiado por las deudas decidió montar un espectáculo de cabaret en su finca para hacer reflotar así el negocio de venta directa sin intermediarios de productos de la granja. Su historia se transformó primero en un libro escrito por el propio interesado con la colaboración de Anne Leblé y ahora nos llega en formato de película-cuento dirigida por Jean-Pierre Améris.

Tanto la historia real como la película nos trasladan hasta la región francesa de Midi-Pyrénées, concretamente a la población de Garrigues en el departamento de Tarn. David, encarnado por un entrañable Alban Ivanov, recibirá la ayuda de la exuberante Bonnie (Sabrina Ouazani), una cabaretera experta en pool-dance y danza aérea que dejará embelesado al joven pueblerino cuando éste visita la ciudad para solicitar la carencia en un préstamo bancario y acabe viendo su espectáculo en el local nocturno donde trabaja la chica.

La base de la comedia siempre utiliza los contrastes y la exageración, así que David y Bonnie son personajes que no pueden ser más distintos entre sí para dotar al primer tramo de una narración con estructura de screwball comedy clásica y de un humor blanco bastante familiar.

Un cabaret en la campiña

La bella y las bestias

A ellos dos se unirán un grupo de feriantes poco dotados que son escogidos a través de un tortuoso cásting y en el que se incluye a un hipnotizador que se autosugestiona hasta quedarse dormido, dos bailarinas que están siempre a la gresca entre ellas, una maga sorda que no se entera de nada o un travesti melancólico que rememora las canciones setenteras más tristes del repertorio de la italo-francesa Dalida. Con ese peculiar elenco de adorables frikis la dificultosa empresa de transformar una granja de vacas en un cabaret elegante que atraiga al público de la zona será aún más complicada.

Un cabaret en la campiña es una comedia amable que no cae en la tentación de perpetrar el legado de «La Bella y la Bestia», la tensión sexual no resuelta entre la imposible pareja de protagonistas se quedará en eso al aparecer en escena Laetitia (Bérengère Krief), una joven peluquera que fue la pareja de David y cuyos celos hacia la recién llegada le llevarán a acercarse nuevamente a él. Efectivamente, todo lo que sucede en el guion es previsible, es muy fácil adelantarse a cualquier acontecimiento venidero, pero eso no es óbice para que el resultado sea tan apetecible como un queso de cabra casero cuyo sabor conocemos de antemano.

Un cabaret en la campiña

El show debe continuar

Un cabaret en la campiña es una fábula bienintencionada sobre la importancia que tiene perseguir los sueños para obtener segundas oportunidades en la vida (el pasado oscuro de Bonnie, los negocios poco exitosos de David, el talento venido a menos de los artistas del cabaret, el amor secreto de Houari por Mireille…) y, también, es un filme que nos habla sobre el calor humano de los demás como verdadero refugio para crecer por dentro.

Se trata de una película tan sencilla como bonita que tiene como única pretensión el entretener al público para lograr que salgas de la sala de cine con una sonrisa puesta. Es verdad que algunos pasajes humorísticos parecen sacados de una época anterior, por ejemplo, ese hombre que se siente atraído por el travesti creyendo que es una mujer como ya sucedía en Tootsie (Sydney Pollack, 1982), pero son cosas perdonables dentro de un contexto de cuento donde el show debe continuar pase lo que pase y se debe mirar siempre adelante reiventándose.

Esa celebración de la libertad de los sueños que promulga Un cabaret en la campiña se escenifica por completo cuando en el escenario suena el «Monday Tuesday… Laissez moi danser» de Dalida y durante los créditos finales veamos imágenes del cabaret real «Les Folies Fermières» construido por David en su granja familiar que aún sigue hoy en día a pleno rendimiento y acumulando nuevos visitantes.

Un cabaret en la campiña


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Crítica de ’El imperio de la luz’: Los recuerdos cinéfilos de Sam Mendes

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El imperio de la luz

Las críticas de José F. Pérez Pertejo:
El imperio de la luz

Me parece difícilmente discutible asegurar que Sam Mendes es más un hombre de teatro que de cine. Desde 1987, año en que debutó como director teatral, no ha parado de dirigir montajes teatrales en los más prestigiosos teatros del West End londinense, muchos de los cuales han sido exportados posteriormente a Broadway y le han procurado un sin número de reconocimientos en forma de premios y excelentes críticas. Repasar su trayectoria teatral sería materia para otra publicación y alargaría innecesariamente la extensión de este escrito que, como su título indica, tiene otro propósito.

Pero tampoco me parece discutible afirmar que, a pesar de su mayor dedicación al teatro, Sam Mendes se ha construido una sólida filmografía desde su aclamado debut con American Beauty en 1999 que incluye algunas obras sobresalientes como Camino a la perdición (2002) o Revolutionary Road (2009), dos de las mejores películas de la saga 007 como Skyfall (2012) y Spectre (2015) y una soberana obra maestra como 1917 (2019).

Lo primero que llama la atención de su noveno largometraje, El imperio de la luz, recién estrenada en España, es que es la primera de sus nueve películas cuyo guion firma en solitario, lo cual llevaría a meternos en el cenagoso terreno de ponerle (o no) la etiqueta de cine de autor. El caso es que este hecho que podría resultar anecdótico o pasar inadvertido, acaba resultando capital para que una película con un atractivísimo material argumental y un reparto excelente acabe por no cuajar correctamente todos los ingredientes. Y es que a la escritura de Mendes le habría sentado estupendamente un coguionista que limara las asperezas de algunas secuencias fallidas y diera más profundidad a determinados pasajes que terminan resultando un tanto simplones.

Pero, a pesar de estos “debes”, son muchos más los “haberes” en una película hermosa y emotiva, dirigida con mano maestra, pulso cinematográfico y la pulcritud de un clásico. Sumémosle una bonita partitura de Trent Reznor y Atticus Ross, la magnífica fotografía de Roger Deakins (en lo que supuso la única nominación del film a los recientes Óscar) y un reparto magnífico liderado por la infalible Olivia Colman (su ausencia entre las nominadas al Óscar a la mejor actriz resulta incomprensible) y tendremos una película que vale la pena ver a pesar de sus imperfecciones.

Con El imperio de la luz, Sam Mendes se ha unido, en cierto modo, a la corriente nostálgica de grandes directores filmando películas autobiográficas en las que se remiten a su infancia. Pero digo “en cierto modo” porque hay notables diferencias entre la película de Mendes y las de Cuarón, Branagh, Almodóvar, Sorrentino o la más reciente de Spielberg. Si estos introdujeron una figura infantil que les servía de alter-ego, Mendes evoca sus recuerdos sin personificarlos en ningún personaje concreto, es decir, relata sus recuerdos a principios de los ochenta a través de una serie de personajes que trabajan en un cine situado frente al mar, el Empire, en el que las películas (por supuesto de celuloide) se proyectaban a la antigua usanza.

El contraste con la época actual es absolutamente demoledor y no solo porque los métodos de proyección hayan cambiado radicalmente y ahora todo sea digital sino porque resulta impensable que un cine pueda tener una plantilla de ocho o diez personas trabajando simultáneamente. Hoy día, no es raro que en algunos cines pequeños, de los pocos que subsisten en el centro de las capitales de provincia, sea la misma persona la que te venda la entrada, te abra la puerta, te corte el resguardo y te indique la ubicación del baño si lo necesitas.

Entre estos personajes está Hilary Small (Olivia Colman), gerente de la sala y segunda máxima autoridad tras el dueño al que interpreta un siniestro Colin Firth que siempre me resulta más creíble cuando interpreta a una buena persona que a un tipejo sin escrúpulos como este Sr. Ellis del que es mejor no hablar demasiado.

A pesar de ciertas intenciones corales y de que todos los personajes tienen algún momento para lucirse, el protagonismo de Colman es absoluto con un personaje muy complejo, una mujer atormentada, de frágil salud emocional y un ambiguo pasado. Es en este personaje en el que, por lo visto, Mendes ha volcado su parte más personal al incorporarle rasgos de la enfermedad mental de su propia madre aunque ha insistido en aclarar que Hilary no es su madre. La historia de amor con Stephen (Michael Ward), un nuevo empleado de raza negra, supone, además de una de las líneas argumentales del film, el sustrato para que se sitúe el trasfondo sociopolítico del film, la época dura de Margaret Thatcher con gran conflictividad social y disturbios raciales en las calles que Mendes escribe con trazo demasiado grueso.

Del resto de los personajes, resulta difícil no encandilarse con el proyeccionista que encarna Toby Jones, las breves secuencias en la cabina de proyección son, probablemente, las más bonitas de la película.

El imperio de la luz trata de llegar al corazón de los cinéfilos nostálgicos, algo que Mendes consigue más a través de las formas estéticas, del romanticismo asociado a la contemplación de una película en una sala y de la proyección en sí, que a través de las referencias cinéfilas que son bastante ramplonas a excepción de algunos carteles de films sobresalientes que se ven circunstancialmente colgados al fondo y del “fallido” estreno de la magnífica película Carros de fuego (Hugh Hudson, 1981).

Palmarés del 7º Skyline Benidorm Film Festival

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Palmarés del 7º Skyline Benidorm Film Festival

El 25 de marzo arrancó la 7ª edición de Skyline Benidorm Film Festival, y desde el jueves en nuestras redes os hemos ido comentando todo lo que hemos vivido y visto en él en persona, aprovechando la ocasión para agradecer al festival todo lo que se ha volcado con nosotros para que disfrutásemos de unos días intensos de cine y buen tiempo en Benidorm.

Aunque en breve publicaremos una crónica detallada de lo que ha sido la Sección Oficial del festival, con el repaso a los 25 cortos participantes, el broche de oro de esta edición del Skyline Benidorm Film Festival tuvo lugar anoche en la gala de clausura, concluyendo una semana en la que el cine ha vuelto a ser el gran protagonista de la ciudad de Benidorm (si, para los amantes del cine es la cita imprescindible de la ciudad en estos días).

Además de los premios de las diferentes secciones, la gala comenzó con el Premio Skyliner 2023 a María Esteve, un premio a una actriz con una huella imborrable en la industria audiovisual. Durante su carrera, María Esteve ha demostrado su talento y habilidad como actriz en una variedad de películas, series y obras de teatro, cautivando al público con su presencia escénica y su entrega total a cada personaje que interpreta. Además, su trabajo en el mundo del cortometraje también ha sido excepcional, demostrando su compromiso con el arte y su dedicación a su oficio. Cortometrajes como Savasana, Como el agua y Nomeolvides han sido un claro ejemplo de ello.

Palmarés del 7º Skyline Benidorm Film Festival

PALMARÉS COMPLETO 7 EDICIÓN SKYLINE BENIDORM FILM FESTIVAL

  • Mejor Cortometraje Nacional de Ficción: SUSHI de Iván Morales, «por emocionarnos con un viaje por el lado más oscuro de la paternidad llevado a cabo con la elegancia y la madurez de un relato redondo».
  • Mejor Cortometraje Nacional Documental: HARDCORE de Adán Aliaga, «por tratar la enfermedad de una manera transgresora, sin exceso de dramatismo y con sentido del humor, y por unir dos mundos tan antitéticos como la música hardcore y la tetraplejia».
  • Mejor Cortometraje Nacional de Animación: SANDWICH CAT de David Fidalgo, «por aprovechar las oportunidades narrativas que ofrece la animación para construir un delirio cómico que no se podría haber contado en ningún otro lenguaje».
  • Premio À Punt al Mejor Cortometraje Valenciano: HARDCORE, una producción documental de Jaibo Films con guion y dirección de Adán Aliaga.
  • Mejor Cortometraje Europeo: SCALE de Joseph Pierce, cortometraje de animación que ha impresionado al jurado por su creatividad y calidad visual.
  • Mejor Cortometraje Iberoamericano: ESTRELLAS DEL DESIERTO de Katherina Harder, «por tratar un problema social y medioambiental, como es la sequía, a través de la inocente mirada de la infancia».
  • Ganador Concurso de Guion: LA PISCINA por Santiago Cardelús y Pablo Manchado, «por su originalidad y por explorar una relación atípica entre dos personas de una manera diferente, a través de una propuesta madura y sugerente».
  • Mención de honor del concurso de Guion: HIJO DEL FUTURO por Ángel Mirou, «por su manejo y frágil equilibrio entre el drama y la comedia a través de la ciencia ficción, y por atisbar la deconstrucción de la masculinidad en torno a la violencia machista intrafamiliar apostando y sugiriendo otras realidades posibles».
  • Mejor Dirección: Iván Morales por SUSHI, al contar «con una mano firme y precisa, estimulando la creatividad en el pensamiento de sus actores y su equipo técnico. Morales ha cumplido con el objetivo de cuestionar y criticar las relaciones de padre/hijo en nuestra sociedad, implicando al espectador a reflexionar y sentir responsabilidad por el tema tratado».
  • Mejor Producción: A RABIA de Alberto Díaz López, «por tener la osadía de atreverse con una película de época y conseguir trasladarnos a la Galicia rural de finales del siglo XIX y contar la historia de los migrantes españoles que fueron a hacer las Américas, por su ambición formal. La producción hace un uso lúcido de todas las herramientas del lenguaje cinematográfico disponibles, incluyendo el montaje y el sonido, y logra combinar el naturalismo y la poesía de manera excepcional».
  • El premio a la Mejor Interpretación se otorga a Xavi Sáez por SUSHI, por «su riguroso trabajo de interpretación, que ha conseguido impactar por su autenticidad y compromiso, y por aportar la máxima credibilidad a la historia de Sushi para el público».
  • Mejor Cortometraje Jóvenes Realizadores: SI ME QUEREI, IRSE de Sofía Muñoz, «por su calidad técnica, originalidad y creatividad es una historia conmovedora sobre la importancia de la familia».
  • Mejor Cortometraje del Público: CUENTAS DIVINAS, la ópera prima como directora de cortometrajes de Eulàlia Ramon, con un guion escrito por María Zaragoza, que presenta una reflexión sobre los tiempos irracionales en los que vivimos actualmente, en los que la sociedad siente una necesidad constante de demostrar más allá de lo que realmente es.
  • Mejor Cortometraje Jurado Joven: AMARRADAS de Carmen Córdoba, que «aborda temas muy importantes, como la maternidad y las relaciones familiares, y lo hace de una manera sumamente sensible y poética».
  • Premio Jurado PNR: PARÍS 70 de Dani Feixas, «por una emotiva historia con un magnífico guion original que nos envuelve y atrapa haciéndonos reflexionar sobre el cuidado de nuestros mayores».
  • Mención Especial Jurado PNR: CUENTAS DIVINAS de Eulàlia Ramón, «donde la destacada actuación de Celia Freijeiro y la dirección de arte han llevado la experiencia del espectador a un nivel completamente nuevo».
  • Además de los premios de Sección Oficial, el cortometraje SCALE de Joseph Pierce y ESTRELLAS DEL DESIERTO de Katherina Harder Sacre han cosechado los premios a Mejor cortometraje europeo e iberoamericano, respectivamente. HARDCORE ha sido el cortometraje que ha conseguido el premio À Punt a Mejor cortometraje valenciano.

Palmarés del 7º Skyline Benidorm Film Festival

Además, durante el festival se ha otorgado el premio Mejor Shortpitch a ¿POR QUÉ LLORAN LAS CHICAS? de Claudia Ortega, por «su visión luminosa de la preadolescencia y la amistad, la normalización del colectivo LGBTIQ+ en dicha etapa, el reflejo realista y poco conocida de la ciudad de Benidorm».

Crítica de ‘Oso vicioso’: Una locura con cocaína mal cortada

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Oso vicioso

Las críticas de Daniel Farriol:
Oso vicioso

Oso vicioso (Cocaine Bear) es una comedia de terror estadounidense que está dirigida por Elizabeth Banks (Los Ángeles de Charlie, Dando la nota – Aún más alto) con guion escrito por Jimmy Warden (The Babysitter: Killer Queen, Borderline). Cuenta una historia basada en hechos reales que acontecieron en los años 80 en los que la avioneta de un narcotraficante se estrelló en un paraje natural cuando transportaba un cargamento de cocaína que fue encontrado por un oso negro, tras ingerirla atacó a todo aquel que se cruzaba en su camino.

Está protagonizada por Keri Russell (Antlers: Criatura oscura, Los hombres libres de Jones), Christian Convery (Sweet Tooth: El niño ciervo, Home), Margo Martindale (Derribad al hombre, Vigilante), Alden Ehrenreich (Fair Play, Un mundo feliz), Brooklynn Prince (Home Before Dark, Sobreviviendo en Marte), Ray Liotta, Kristofer Hivju y O’Shea Jackson Jr. La película se ha estrenado en España de la mano de Universal Pictures Spain el día 31 de Marzo de 2023.

Una disparatada historia real sirve como base de una película igualmente disparatada

Cada año aparecen fenómenos inexplicables en el cine de género que catapultan películas más bien mediocres a taquillazos de los que todo el mundo habla en los corrillos tuiteros. Este es el caso de Oso vicioso, una absurda comedia de terror que parte de una historia verídica tan sorprendente y disparatada que merecía ser llevada a la pantalla.

Los hechos nos remontan hasta el año 1985 cuando un narcotraficante llamado Andrew Thornton transportaba más de 100 kilos de cocaína en una avioneta desde la que saltó creyendo estar perseguido por la policía. Su paracaídas no se abrió a tiempo y su cuerpo se estampó en mitad del Parque Nacional de Chattahoochee en el Estado norteamericano de Georgia. Los fardos de cocaína quedaron esparcidos por el lugar y un oso negro que los encontró se alimentó de ellos… ¿Quién no querría ver un filme inspirado en estos hechos?

La película realizada por la también actriz Elizabeth Banks decide ficcionar y tergiversar esos hechos consultando la Wikipedia para transformar al oso en un adicto asesino (en realidad murió debido a una hemorragia interna tras consumir la droga). Se trata, pues, de una película bastante insólita que combina el humor camp, el cine familiar y algo de gore, sin equilibrar suficientemente todos esos elementos.

Oso vicioso

Osos, albóndigas y cocaína mal cortada

La protagonista es Sari (Keri Russell), una enfermera que llegará al lugar en busca de su hija Dee Dee (Brooklynn Prince) y su amigo Henry (Christian Convery), dos niños que han hecho pellas para ir de excursión a unas cascadas secretas. Una vez allí se topará con un variopinto grupo de personajes que incluyen a empleados zafios del parque, miembros de la banda de narcotraficantes que buscan la droga perdida o delincuentes de pacotilla que se dedican a robar a excursionistas. Pero, por encima de todos ellos, tenemos al oso cocainómano que se dedicará a desmembrar sin piedad a todo aquel que se cruce en su camino e intente evitar que se alimente con más fardos.

Oso vicioso se toma en serio (es un decir) lo de llevar la acción a los años 80, tanto que el humor que destila la película de Elizabeth Banks nace viejo. Aunque ella cita como grandes referencias para su película a directores de la talla de Spielberg, Carpenter o un primerizo Sam Raimi, lo cierto es que su película parece estar ambientada en el Campamento de Verano Northstar de Los incorregibles albóndigas (Ivan Reitman, 1979) con personajes tan descerebrados como los que aparecían en cualquiera de las películas universitarias ochenteras del estilo de Porky’s o similares, eso sí, eliminando los chistes sexuales y las gamberradas que hoy en día podrían resultar ofensivas para muchos.

Y ese es uno de los mayores problemas que tiene la película, el crear unas expectativas que luego no cumple. Ni el oso acaba siendo tan fiero ni el humor tan salvaje, es como si la película llevase puesto el freno de mano en todo momento para no excederse demasiado y poder abarcar así la atención de un público más mayoritario.

Oso vicioso

¿Un cartoon? ¿Un survival? ¿O todo lo contrario?

Oso vicioso es una rara avis en las películas de supervivencia con animales donde se apuesta más por el humor que por la acción o el thriller como al contrario sucedía, por ejemplo, en La bestia (Baltasar Kormákur, 2022). La lucha del hombre contra la naturaleza sigue siendo el tema de fondo, así como la manera en que nuestras acciones alteran el ecosistema animal para convertirlo en una amenaza vengativa. Pero todo eso queda diluido debido a la torpeza de un guion disperso que incorpora demasiados personajes descontextualizados que parecen provenir de universos cinematográficos antagónicos.

De ahí ese extraño final donde vemos a un hombre siendo destripado como en una peli de la Troma al mismo tiempo que existe una camaradería entre buenos y malos rozando la ñoñería infantil. A pesar de todos esos tropiezos, también hay margen para que la película ofrezca momentos tan descacharrantes y propios de un cartoon de Chuck Jones como la larga secuencia con el ataque del oso a la caseta de vigilancia que finaliza con la épica persecución por parte del animal a la ambulancia a ritmo del «Just Can’t Get Enough» de Depeche Mode. Más momentos así hubieran hecho falta.

Oso vicioso es un filme de espíritu Serie B que sirve para pasar el rato sin muchos quebraderos de cabeza, pero acaba resultando un pasatiempo bastante memo que no aprovecha todas las posibilidades que tenía el inaudito punto de partida. La película está dedicada a la memoria del actor Ray Liotta que falleció poco después de su participación en el rodaje.


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Filmin estrena ‘Cuerpo abierto’, una fábula de terror gótico con sello gallego

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cuerpo abierto

Filmin estrena el 7 de abril Cuerpo abierto (O corpo aberto), de Ángeles Huerta, una historia de terror folk basada en un relato del escritor Xosé Luis Méndez Ferrín, uno de los autores más importantes y representativos de la literatura gallega contemporánea. Ambientada en un lugar remoto e inhóspito a principios del siglo XX, la trama ahonda en la creencia popular gallega de las almas errantes en busca de cuerpos que habitar.

Cuerpo abierto nos lleva hasta el año 1909. Miguel, un joven profesor, es destinado a un pequeño pueblo de montaña en la frontera entre España y Portugal: Lobosandaus, una aldea inhóspita y de tradiciones ancestrales. Es un hombre de razón, pero no puede controlar sus deseos pasionales y, conforme se acerca el invierno, siente cómo la oscuridad se apodera de todo a su alrededor al tiempo que crece su fascinación por la enigmática Dorinda. En un lugar dominado por la superstición, la extraña muerte de un vecino del pueblo libera a un espíritu libre en busca de un cuerpo que le permita seguir con su existencia, que llevará a Miguel a cuestionar los límites entre el mundo de los vivos y los muertos.

Protagonizada por Tamar Novas (El juego de las llaves), María Vázquez (Cuñados) y Victória Guerra (Cosmos), junto a Federico Pérez, Elena Seijo, Miquel Insúa, José Fidalgo, Nicolás Otero e Izan González, Cuerpo abierto es una película impregnada de mitología, fábula y misterio. La directora, Ángeles Huerta, explica:

Hay que darle peso a nuestra literatura, estamos en un país donde lo fantástico siempre ha estado muy presente desde la literatura medieval. (…) También hay mucho elemento mitológico respecto a La Raya, que es Portugal. La raya es como llaman ellos a la frontera, por eso la película tiene también elementos de western. La raya es algo que está presente en la historia desde el principio; como límite entre la noche y el día, el mundo de los vivos y el de los muertos.

Tras su paso por la Seminci de Valladolid, el Festival de Gijón y su estreno en cines el pasado mes de diciembre de la mano de Filmax, Cuerpo abierto, rodada en gallego, español y portugués, llegará a Filmin el próximo viernes 7 de abril, y ya tenéis nuestra crítica aquí.