martes, octubre 7, 2025
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Crítica de ‘Efecto Nocebo’: La criada que mece la cuna y envenena tus sueños

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Efecto Nocebo

Las críticas de Daniel Farriol:
Efecto Nocebo

Efecto Nocebo (Nocebo) (2022) es un thriller psicológico estadounidense que está dirigido por Lorcan Finnegan (Vivarium, Without Name) y cuenta con un guion escrito por Garret Shanley. La historia sigue a una influyente diseñadora de moda que sufre una enfermedad misteriosa que desconcierta a sus médicos y acaba frustrando a su esposo. Todo cambia cuando recibe la ayuda de una cuidadora filipina que usa la curación popular tradicional de su país para sanarla y de paso revelar una verdad horrible del pasado.

Está protagonizada por Eva Green (Las luminarias, Próxima), Mark Strong (Temple, El captor), Cathy Belton (Volver a empezar (Herself), The Catch), Billie Gadsdon, Chai Fonacier y Anthony Falcon. La película tuvo su estreno en España dentro de la programación del Festival de Sitges 2022. Sin haber pasado por cines comerciales se ha estrenado en la plataforma de Movistar+ el día 27 de Febrero de 2023.

Problemas del primer mundo

Tras la magnífica película de ciencia-ficción Vivarium (2019), el director irlandés Lorcan Finnegan patina inesperadamente en esta nueva propuesta de género que tan buena pinta tenía. Efecto Nocebo, lo contrario al efecto placebo, acaba supeditando su impacto a un mensaje de crítica social que resulta tan bienintencionado como obvio y tramposo. Tengo que advertir que se trata de una película de contrastes que puede gustar mucho o ser detestada según te convenzan o no las triquiñuelas argumentales que contiene el desarrollo de la historia. Lo siento, pero a mi no me la colaron.

El argumento de Efecto Nocebo es un poco de «peli de tarde». La protagonista es Christine (Eva Green), una diseñadora de moda que sufre unas terribles pesadillas alucinógenas que la van apartando paulatinamente de su trabajo y que, al parecer, podrían estar relacionadas con un hecho traumático relativo al pasado que su mente ha preferido borrar. Para liberarse del estrés diario de las tareas del hogar y poder concentrarse así en su total recuperación, la mujer decide contratar a una asistenta filipina, Diana (Chai Fonacier), quien se convertirá a cada día que pase en alguien más imprescindible en su vida diaria. Su empleada-curandera se ocupará tanto de las tareas del hogar como de ayudarle a superar su enfermedad mediante tratamientos homeopáticos comunes en la medicina tradicional de su país de origen.

La relación de dependencia que surge entre esas dos mujeres de distinta clase social y que, en algunos aspectos, les hace intercambiar la condición preestablecida de sus respectivos roles, nos plantea algunos debates interesantes que se difuminan por el efectismo de fondo que posee la historia. El «aspecto mágico» de las costumbres filipinas tampoco deja de ser un elemento exótico que no queda bien integrado con el resto de elementos que se ponen sobre el tapiz.

Efecto Nocebo

«La película que Amancio Ortega no quiere que veas»

Si aún no has visto la película te recomiendo que no sigas leyendo esta reseña de Efecto Nocebo para no condicionarte el visionado posterior ni desvelarte nada que no quieras saber con antelación.

Y es que esa extraña relación que pone la mosca detrás de la oreja al marido de Christine, Felix (Mark Strong), en realidad oculta un maquiavélico plan que servirá al tándem formado por guionista y director para denunciar las prácticas indecentes que realizan algunas grandes multinacionales empresariales para hacer crecer sus beneficios a costa de utilizar mano de obra barata (por no llamarlo tener esclavos) en países extranjeros menos desarrollados económicamente cuya necesidad les obliga a trabajar en condiciones infrahumanas. Ahí está el quid de la cuestión.

Todo lo que cuento puede sonar a spoiler y lo es tanto como los comentarios de críticos especializados que se adelantaron a comentar que Efecto Nocebo es «la película que Amancio Ortega no quiere que veas» o cosas similares. Que sí, que ya sabemos que todos somos muy solidarios y conscientes de las injusticias sociales mientras buscamos gangas por internet desde el sofá de casa con nuestro smartphone de última generación en la mano. Esa hipocresía habitual en el comportamiento de los que vivimos en el mal llamado primer mundo es precisamente lo que denuncia esta película, pero con un discurso de brocha gorda que no difiere en exceso al que ya contenía aquella gamberrada de Serie B canadiense acerca de unos tejanos asesinos titulada Slaxx (Elza Kephart, 2020). Así que, como vemos, la trama tampoco va sobrada de originalidad.

Efecto Nocebo

Un mensaje moralista demasiado subrayado

El guion escrito por Garret Shanley es tan torpe que a los cinco minutos de proyección ya sabemos por donde irán los tiros. De ese modo, cuando se descubra el pastel sorpresa el impacto quedará neutralizado mientras observamos la pantalla con un arqueo de nuestra ceja. El alargado clímax final incorpora un flashback explicativo innecesario que va unido a un impostado cambio de personalidad en la protagonista para así poder justificar el eminente «castigo» divino venidero como lección moral. Ese desenlace lo único que provoca es subrayar con imágenes epatantes todo aquello que ya sabíamos con antelación, es decir, nos tratan como a niños chicos por si aún no habíamos entendido lo que nos querían contar.

Por tanto, en Efecto Nocebo, no hay misterio, ni intriga, ni mucho menos terror. La historia acaba siendo igual de insípida que el personaje interpretado por Mark Strong, un tipo que parece pasar por allí sin saber muy bien de que va la cosa. Todo se reduce al duelo interpretativo entre una sofisticada Eva Green (más perdida aquí que un pulpo en un garaje) y la menuda Chai Fonacier, que es quién acaba ganando la batalla para sostener la película gracias a un ambiguo personaje de criada que mece la cuna y envenena los sueños de los ricachones.

Efecto Nocebo es un thriller psicológico decepcionante en el que Lorcan Finnegan convierte el género en un trampantojo de cine social manipulador y moralista cuyo único acierto es la capacidad que tiene el director para sugerir estados anímicos a través de una puesta en escena elegante. En los créditos finales el filme hace un recordatorio a las víctimas de Kentex, una fábrica de zapatos en la que murieron 74 trabajadores filipinos durante un incendio.


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Crítica de ‘Un fantasma anda suelto por casa’: Comedia paranormal sin sobresaltos

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Un fantasma anda suelto por casa

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Un fantasma anda suelto por casa

Tras encontrar un fantasma con un pasado turbio en su nueva casa, una familia se convierte en una sensación viral… y en el objetivo de una extraña agencia del Gobierno. Un fantasma anda suelto por casa es una comedia paranormal con Anthony Mackie, David Harbour, Jahi Winston, Tig Notaro y Jennifer Coolidge, entre otros. Escrita y dirigida por Christopher Landon, basada en el relato corto «Ernest» de Geoff Manaugh, completan el reparto Erica Ash, Faith Ford, Niles Fitch, Isabella Russo y Steve Coulter. La película se estrena en Netflix el 24 de febrero de 2023.

Fantasmas y risas

Aunque es habitual que se piense en el terror como género de una película cuando se habla de fantasmas, estamos bastante acostumbrados a ver comedias centradas en la vida tras la muerte, explorando la parte más cómica de las historias sobrenaturales. Claramente pensamos en Cazafantasmas al recordar comedias donde los protagonistas comparten aveturas con fantasmas, pero hay muchos más ejemplos que combinan lo espeluznante con las risas, incluso recientemente, como Extra Ordinario.

Christopher Landon, asiduo a escribir guiones de películas de terror con una buena dosis de entretenimiento, esta vez dirige otra historia que también escribe, aunque esta vez basada en un relato corto, donde tiene más relevancia el humor que los fantasmagórico. En Un fantasma anda suelto por casa, la familia de Kevin se convierte en una sensación mediática de la noche a la mañana por haber encontrado al fantasma Ernest en su nueva casa. Pero, cuando Kevin y Ernest investigan por su cuenta el misterioso pasado de este, se convierten en blanco de la CIA.

Más risas que sustos

Si bien Feliz día de tu muerte 2 y Este cuerpo me sienta de muerte combinaban muy bien la comedia con el terror, la presencia de Landon detrás de las cámaras y el guion nos hacía presagiar que estaríamos ante otra película que destacaría en este género, pero a pesar de lo curioso de la trama, lo que tenemos es una comedia con muy poco terror, por no decir nada de terror, lo que la aleja de las expectativas iniciales.

Este acercamiento a la comedia que evita darnos sustos es algo que parece gustar a Netflix, plataforma que últimamente ha estrenado muchas series y películas para un público juvenil en el que lo paranormal era el foco de atención, como Agencia Lockwood, y en esta ocasión consiguen crear una producción entretenida en la que destaca David Harbour como Ernest, un fantasma capaz de generar simpatía tanto por los protagonistas de la película como hacia los espectadores, siendo realmente lo mejor de la película. Su personaje es el que mejor nos presentan y desarrollan tanto su pasado como su presente, aunque la película está repleta de personajes adorables e interesantes para los que, en líneas generales, todos los actores muestran actuaciones sólidas sin llegar nunca a brillar, y si bien ninguno de los personajes se desarrolla extensamente, si que somos capaces de entender las aspiraciones y motivaciones de cada uno de ellos.

Muchos géneros pero ninguno claro

Teniendo clara la idea de comedia con fantasmas, más que comedia con terror, con claras referencias y alusiones a clásicos del género como Bitelchús, la película no aprovecha todo el humor para desviarse por momentos hacia el misterio cuando Kevin (Jahi Winston) y su vecina Joy (Isabella Russo) intentan descubrir cuál es la historia de fondo del fantasma Ernest, además de acercarse demasiado al drama familiar, perdiendo el tono al que nos habían acostumbrado hasta el momento.

La combinación de géneros no es algo malo, y curiosamente cada vez funciona mejor para captar más espectadores, especialmente en las plataformas, el problema es cuando los géneros no encajan del todo al no decidirse Christopher Landon por cuál debe ser el que marque el tono de toda la película. Con tanto género parece que han tenido que ampliar en exceso el metraje para dar cabida a todo lo que querían contar, y cómo lo querían contar, lo que provoca que nos vayamos por encima de las dos horas cuando no era necesario.

Un fantasma anda suelto por casa es una comedia de Netflix que combina lo fantástico con el misterio sin olvidarse del drama familiar que, si bien no destaca en ninguno de los géneros, sirve como entretenimiento para casi cualquier espectador, siendo una película apta para todos los públicos que quieran desconectar un rato y divertirse sin sobresaltos.


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Crítica de ‘Terrifier 2’: El payaso demoníaco contra la valquiria alada

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Las críticas de Daniel Farriol:
Terrifier 2

Terrifier 2 (2022) es un filme de terror estadounidense que está escrito y dirigido por Damien Leone (Frankenstein vs. The Mummy, La víspera de Halloween). La historia continúa justo después de los hechos acontecidos en la primera entrega donde el payaso Art es resucitado por una entidad sobrenatural para regresar al condado de Miles al año siguiente para continuar con su espiral de asesinatos, esta vez, persiguiendo a una adolescente y a su hermano menor en una nueva noche de Halloween.

Está protagonizada por Lauren LaVera (The Fetus, Not for Nothing), David Howard Thornton (The Mean One, Stream), Elliott Fullam, Sarah Voigt, Kailey Hyman, Griffin Santopietro (Paracosm, Cobra Kai), Owen Myre, Casey Hartnett y Amelie McLain. La película se ha estrenado en España en cines gracias a Selecta Vision el día 24 de Febrero de 2023. Puedes consultar aquí nuestra crítica sobre la primera parte Terrifier (Damien Leone, 2016).

El payaso Art es un fiel seguidor de Michael Myers

Terrifier 2 es la esperada secuela del slasher Terrifier (Damien Leone, 2016), un filme de Serie B que en su momento pasó sin pena ni gloria y que ahora se ha catapultado a la categoría de película de culto para los adictos al gore gracias a la aparición de un personaje tan aterrador como es el payaso Art the Clown. La primera secuencia de esta segunda entrega continúa donde lo dejó la primera, es decir, en aquella sala de autopsias donde un forense se disponía a pasar la noche abriendo en canal el cadáver del payaso asesino presuntamente muerto y se encontraba con la desagradable sorpresa de que el fiambre recobraba la vida. Esa escena planteaba un evento sobrenatural que se explora ahora con mayor detenimiento, pero sin revelar todas las claves que aún pueden dar cuerda al payaso para rato.

Acto seguido a esa secuencia, en la que se sentarán las bases del grado de brutalidad con el que nos obsequiarán después, la película copia la estructura narrativa que tenía Halloween 2 (Rick Rosenthal, 1981) para trasladarnos al ficticio Condado de Miles justo un año después de la matanza que se produjo la noche de Halloween en ese mismo lugar. El director Damien Leone desarrolla esta vez un guion mucho más elaborado y ambicioso en el que disemina guiños o «huevos de pascua» que funcionan con el mismo espíritu reverencial hacia los clásicos del género que ya poseía la primera parte.

Se acentúan, pues, las influencias estilísticas del cine de Wes Craven, George A. Romero o John Carpenter, añadiendo unas extrañas secuencias oníricas que acontecen durante un ficticio programa infantil de televisión que nos remite directamente al universo de pesadilla-realidad que encontrábamos en la franquicia de Pesadilla en Elm Street.

Terrifier 2

Todo ángel necesita un demonio para poder volar

En la crítica de Terrifier ya comenté extensamente los paralelismos existentes entre el payaso Art y Michael Myers, algo que se potencia con ese inicio secuencial en paralelo de ambas secuelas, pero es que la analogía hacia la saga Halloween no se queda ahí. En Terrifier 2 escuchamos durante la escena del sueño una canción infantil titulada «Clown Café», compuesta por Al y Jon Kaplan e interpretada por Leah Voysey, que me recordó mucho al efecto subliminal que poseía la tonada del anuncio de las máscaras de Halloween III: El día de la bruja (Tommy Lee Wallace, 1982). Tal vez sea casualidad porque los significados que adquieren ambas canciones en el desarrollo de la película son distintos, pero la manera de acercarse al terror adulto a partir de los miedos infantiles es el mismo.

En Terrifier 2 se introducen igualmente nuevos personajes que propician una prometedora equivalencia para secuelas venideras entre la confrontación de Myers Myers/Laurie Strode y la de Art the Clown/Sienna Shaw (Lauren LaVera). Sienna es la típica adolescente de una película slasher con sus mismas inquietudes y con amiguetes hormonalmente agitados. También es aficionada al cosplay y la veremos preparar un ligerito traje de valkiria alada que piensa llevar a la fiesta de Halloween mientras discute a diario con su protectora madre, Barbara (Sarah Voigt), y con su hermano pequeño, Jonathan (Elliott Fullam), un niño bastante rarito que tiene mucha curiosidad por los crímenes reales y que pretende disfrazarse de payaso Art.

Aún no conoceremos en esta entrega cuál es la conexión exacta de los orígenes del payaso con la familia Shaw, pero se nos desvelan algunos detalles interesantes, especialmente relacionados con el padre fallecido. Precisamente uno de los avances argumentales que tiene esta secuela, además de proponerle una scream queen a su altura, es iniciar una mitología propia alrededor del siniestro asesino al que aquí veremos acompañado por amiga imaginaria (¿o no tanto?) cuya presencia resulta igualmente aterradora.

Terrifier 2

Un salto cualitativo

Terrifier 2 está mucho más cuidada en todos los aspectos técnicos que su predecesora. Se nota el salto cualitativo entre los 35.000 euros que costó la primera y los 250.000 euros aproximados de esta segunda que permiten al director componer secuencias más elaboradas en el aspecto narrativo y manejar efectos visuales más satisfactorios, además de tener a su disposición un mejor reparto y los suficientes litros de sangre para salpicar la pantalla con vísceras durante los 138 minutos que dura esta perturbada secuela. Se pierde el efecto sorpresa de la primera, pero se compensa con la mejoría que hay en la puesta en escena.

Si Terrifier tenía un sabor marcadamente noventero que no renunciaba nunca a los maestros del terror de décadas anteriores, en Terrifier 2 el homenaje nostálgico al terror de los años 70-80 se evidencia a través de las texturas que ofrece la fotografía de George Steuber o de los sintetizadores que inundan la banda sonora compuesta por Paul Wiley. Eso sí, no esperes hallar aquí un ejercicio de género tan bien pulimentado como el de Ti West en X (2022), el bueno de Damien Leone es un artesano mucho más bruto en ese acercamiento al terror sin cortapisas, recordando mucho a aquellas películas de videoclub que daban miedo y asco con tan solo mirar su grasienta carátula.

Por eso en la película hay homenajes explícitos tan diversos que incluyen momentos con personajes mirando fragmentos de películas como La mansión de los horrores (William Castle, 1959), La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1968) o la inefable Plan 9 del espacio exterior (Ed Wood, 1959), además de aparecer en la escena de la tienda de disfraces la misma máquina de Zoltar que salía en Big (Penny Marshall, 1988).

Terrifier 2

«Art was here»

Terrifier 2 da un paso de gigante en sus pretensiones de convertir a Art en un nuevo icono del terror y no solo por haber conseguido la hazaña de estrenar su película en cientos de multisalas de cines comerciales de las que imagino saldrá más de un espectador insensato en desbandada al no imaginarse lo que va a ver. Aquellas frases publicitarias de que la «gente se desmaya viéndola» o «vomita» no sé si serán ciertas, pero ya os adelanto que si no estás acostumbrado a ver escenas gore se te pueden salir las palomitas por las orejas.

Leone no escatima en mostrar con todo detalle la violencia gratuita que ejerce el payaso con una crueldad intolerable hacia sus víctimas (mención aparte merece, por ejemplo, la tortura a una pobre chavala a la que mutila y escalpela). Como su propio nombre indica, Art es un «artista» del terror (hasta escribe su firma sangrienta en un espejo), alguien que se regocija con el sufrimiento y que busca ser creativo en cada uno de sus asesinatos. A eso hay que añadirle la socarronería del personaje realizando gestos y muecas de clown circense en los momentos de salvajismo extremo donde imita a personajes de cine mudo interpretados por actores como Buster Keaton o Charles Chaplin o al mimo Marcel Marceau. Es un contraste insano y antinatural que transforma el mutismo de Art en una espeluznante sinfonía de horror y humor negro.

Terrifier 2 escoge adecuadamente una atracción de feria abandonada como localización final para este circo de los horrores. Allí se refuerza la idea de autorreferencialidad que caracteriza al director y a su personaje con pintadas jocosas en las paredes que rezan «Danger: Clowns» («Peligro: Payasos») o «Art Was Here» («Art estuvo aquí»). Y es que este payaso demoníaco con su bolsa de basura a cuestas ha venido para quedarse en nuestras pesadillas mucho más tiempo de lo esperado, tal y como presagia la desquiciada escena poscréditos.


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Crítica de ’La noche del 12’: ¿Quién mató a Clara Royer?

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Las críticas de José F. Pérez Pertejo:
La noche del 12

La noche del 12, gran triunfadora de los premios César del cine francés llegó a nuestro país el pasado mes de diciembre directamente a la plataforma FILMIN sin pasar por las salas de cine, algo que habla muy bien del instinto de la plataforma y menos bien del criterio de los distribuidores de nuestro país que, en ocasiones, estrenan algunas películas infumables al tiempo que dejan pasar otras muy importantes como la que aquí nos ocupa.

La película, dirigida por Dominik Moll, no engaña a nadie. En su mismísimo inicio, un rótulo indica al espectador que lo que va a ver durante las siguientes dos horas es el desarrollo de la investigación policial de un crimen sin resolver. Aléjense, por tanto, aquellos espectadores que necesiten que las películas tengan un desenlace cerrado en el que todas las piezas encajen a la perfección como las de un mecanismo de relojería suiza. Quédense, sin embargo, los amantes de un buen thriller construido desde la solidez del guion, dirigido con pulso y sentido del género y fantásticamente interpretado por un grupo de actores entre los cuales no figura ninguna de las estrellas internacionales del cine francés (a excepción de la breve aparición de Anouk Grinberg) aunque la mayoría de ellos tiene una sólida trayectoria a sus espaldas.

Y es que a pesar de la incuestionable adscripción al género (policial) del film, lo trascendente de La noche del 12 no es tanto desentrañar las claves del crimen (aunque uno desearía desenmascarar al degenerado que lo comete) como ahondar en el origen de la violencia, en las posibles motivaciones para que un criminal haga lo que hace con Clara Royer (Lula Cotton-Frapier) una chica que regresa sola a su casa por la noche.

Los hechos ocurren la noche del 12 de octubre de 2016 en la comuna de Saint-Jean-de-Maurienne, en el sureste francés. Clara camina por una calle solitaria y graba un video para enviárselo a su amiga Nathalie con quien, supuestamente, iba a pasar la noche. Pocos minutos después, su vida habrá terminado, no es necesario explicar cómo, es mucho mejor que el espectador lo descubra. No muy lejos de allí, en Grenoble, la central de la policía judicial ha celebrado unas horas antes una fiesta de despedida a su jefe que se jubila tras muchos años de servicio dejando su puesto al joven Yohan Vives (Bastien Bouillon). En su primer día como jefe, Yohan habrá de asumir el mando de la investigación del siniestro caso de la joven asesinada la noche anterior.

A partir de aquí, Dominik Moll sigue casi todos los esquemas clásicos del género policial para mostrar al detalle cada momento de la investigación, desde el momento del levantamiento del cadáver hasta el interrogatorio de cada uno de los sospechosos pasando por el difícil trance de dar la noticia a la madre de la víctima. Pero, como se ha dicho al inicio de este escrito, la intención del film no es tanto generar el suspense propio del género como el debate sobre las razones de estos crímenes, porque, como se dice en un momento del film, cualquiera de los interrogados, podría ser el asesino, ya sea por celos, por venganza, por una libido desbocada o por pura depredación.

De fondo (y por momentos en primer plano) está el cuestionamiento de la nauseabunda idea de culpabilizar a la víctima por buscarse lo que le ha ocurrido. Ya saben, la vieja idea de que un hombre que se tira a tres chicas en una noche es un machote y la chica que se acuesta con tres es una fulana. No entro en juicios morales sobre la vida sexual de cada uno porque me trae absolutamente sin cuidado, pero se me presenta de forma diáfana que tirarse a tres en una noche está igual de bien o igual de mal, lo haga un hombre o una mujer. Por lo visto, en pleno siglo XXI, no debe resultar igual de claro para todo el mundo.

Moll no desatiende otros elementos clásicos del género que ponen La noche del 12 en la tradición del polar francés como los tormentosos efectos de los casos en la conciencia de los policías, sus complicadas vidas familiares, la relación entre los compañeros de unidad a caballo entre la camaradería fraternal y la soterrada violencia con la que, en ocasiones, se tratan. Marceau (Bouli Lanners), compañero de Yohan, ejemplifica un claro caso del policía atormentado que llega al límite entre lo que puede y no puede hacerse.

El cierre del caso y su reapertura en 2019 a instancias de una nueva jueza de instrucción (interpretada por la encantadora Anouk Grinberg), nos devuelve a la comisaría tres años después. Nadia (Mouna Soualem) es la primera agente femenina de la unidad y ofrece una mirada diferente, que, entre otras cosas, pondrá sobre una nueva pista. Este tramo final del film insufla un nuevo brío al largometraje y pone al espectador en la duda de si finalmente se resolverá o no.

La noche del 12 ha sido galardonada con seis premios César de la Academia Francesa, los correspondientes a mejor película, mejor dirección para Dominik Moll, mejor actor secundario para Bouli Lanners, mejor actor revelación para su protagonista Bastien Bouillon, mejor guion adaptado y mejor sonido. Desgraciadamente no podrán verla en pantalla grande (salvo que a alguien le de por estrenarla en salas dado su éxito), pero pueden encontrarla en FILMIN.


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Crítica de ‘Terrifier’: Art, el payaso psicópata

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Terrifier

Las críticas de Daniel Farriol:
Terrifier

Terrifier (2016) es un filme de terror estadounidense que está escrito y dirigido por Damien Leone (Frankenstein vs. The Mummy, La víspera de Halloween). La historia nos sitúa durante la noche de Halloween donde un psicópata disfrazado de payaso siniestro persigue y aterroriza a dos chicas que regresan de una fiesta, matando a todos aquellos que se interponen en su camino.

Está protagonizada por Jenna Kanell (Un inquilino peligroso, Misfortune), Samantha Scaffidi (Sarah Q, Demon Hole), David Howard Thornton (The Mean One, Stream), Catherine Corcoran (100 Acres of Hell, Long Lost), Pooya Mohseni, Matt McAllister, Katie Maguire y Gino Cafarelli. La película no llegó a estrenarse en salas comerciales en España. Ahora puede verse en plataformas digitales como Amazon o Filmin.

Si quieres leer la crítica de Terrifier 2 puedes hacerlo aquí.

El payaso Art: del VHS a la gran pantalla 

La coulrofobia es el miedo irracional que algunas personas sienten cuando ven a un payaso. El cine de terror ha aprovechado esa circunstancia para agudizar nuestras pesadillas con algunos payasos tan ilustres y siniestros como el Pennywise de «It» creado por Stephen King u otros de más baja estofa como los que aparecen en La casa de los 1.000 cádaveres (Rob Zombie, 2003), Stitches (Conor McMahon, 2012), Clown (Jon Watts, 2014) o The Jack in the Box (Lawrence Fowler, 2019). Pero es en la Serie B donde los simpáticos saltimbanquis han campado a sus anchas matando a diestro y siniestro como se dedica a hacer este «Art the Clown» creado por Damien Leone en un cortometraje amateur que con el paso de los años se ha convertido inesperadamente en un fenómeno viral a nivel mundial.

Corría el año 2008 cuando el silente Art hizo su primera aparición pública mediante el corto The 9th Circle donde aún era un simple personaje secundario. La atención que suscitó ese breve papel hizo que el bueno de Leone ideara un spin-off para ofrecele el protagonismo que merecía mediante otro corto de bajo presupuesto que titularía Terrifier (2011). Todo aquello se convertiría en el germen definitivo que originaría este largometraje y su posterior secuela.

Pero, antes de eso, los dos cortometrajes formarían parte de All Hallows’ Eve (2013), un filme antológico ambientado en Halloween, realizado por el propio Leone, donde utilizaba los cortos en una operativa de metalenguaje onanista cuando la protagonista del filme los visionaba en unas cintas VHS que encontraba, propiciando luego que el diabólico payaso adquiriese forma real para asesinar también fuera de la pantalla. Podría decirse que, de alguna manera, ese trasvase de empoderamiento payasil que va desde la pequeña pantalla a la realidad cotidiana vaticinaba todo lo que vendría después.

Terrifier (2016)

La no-historia

Terrifier es un torture porn realizado de manera independiente que se caracteriza por un estilo visual poco sutil donde predomina el gore y un tono sardónico que se potencia por la propia idiosincrasia del payaso protagonista que durante sus fechorías hará uso de artilugios propios de esa condición circense como pueden ser una bocina o montar en una bicicleta minúscula. Por desgracia, el argumento está poco trabajado y se reduce a la mínima expresión.

La acción transcurre durante la noche de Halloween (¡qué original!) y sigue a dos jóvenes incautas, Tara Heyes (Jenna Kanell) y Dawn (Catherine Corcoran), que se encaminan hacia su coche aparcado en una solitaria calle tras disfrutar de una noche de fiesta. Las chicas decidirán que no es una buena idea conducir ebrias y preferirán llenar el estómago en una pizzería cercana mientras son vigiladas por un extraño hombre disfrazado de payaso que parece sentirse atraído por la primera (David Howard Thornton, es el actor que sustituyó al Art original de los cortos que estaba interpretado por Mike Giannelli).

Hay poco más que contar a partir de ahí. Se iniciará entonces un macabro juego del ratón y el gato con el payaso psicópata persiguiendo a las chicas a través de las ruinosas dependencias de un edificio semiabandonado que está infestado de ratas y por donde nuevos personajes harán aparición con la única misión de morir despedazados. De hecho, la primera secuencia ya vaticina lo que ocurrirá después cuando veamos a una mujer completamente desfigurada que es entrevistada en un programa de televisión y es presentada como la única superviviente de la matanza del payaso.

Terrifier (2016)

Un nuevo icono del terror que no renuncia a sus orígenes

En una edición posterior de Terrifier en formato doméstico podemos leer en los agradecimientos del director que dedica su filme a la memoria de Wes Craven, George A. Romero y Tobe Hopper. Está claro que el talento para la puesta en escena de Damien Leone dista mucho al de sus maestros aunque sí podemos encontrar similitudes en la socarronería insolente del payaso con el estilo autoparódico que tenían Leatherface y su familia en La matanza de Texas 2 (1986).

De hecho Art y su cara pintada de blanco pueden verse como la perversa combinación de los elementos que caracterizaban a algunos iconos del terror como son el humor negro de Freddy Krueger, el aspecto grotesco del Pennywise encarnado por Tim Curry, la conducta sociópata del Joker de los cómics o esa reencarnación del mal silencioso que definía al Michael Myers carpenteriano que parece ser la mayor influencia de la película si tenemos en cuenta que la primera aparición de Art en Terrifier tiene el mismo efecto amenazante de una mirada lejana tras una máscara o que en la citada All Hallows’ Eve el payaso acosaba a una niñera durante la noche de Halloween que era lo mismo que sucedía con el enmascarado Myers en la película de 1978.

Pero más allá de estas consideraciones referenciales y de lo inaudito del éxito mediático de Art, tenemos que congratularnos de que el cine de terror reciente sea capaz de generar nuevos iconos para el género que nos saquen del bucle remember en el que nos encontramos actualmente con la obligación de revisitar cada año clásicos de los años 70-80 mediante remakes, reboots y otras secuelas apócrifas de sagas a las que ya no se les puede sacar más chicha.

Terrifier (2016)

Vísceras servidas como manjar grindhouse noventero

Entrando en los menudillos de Terrifier diremos que es un slasher grindhouse bastante basto y de humor grueso cuyo único objetivo es divertir al personal mediante muertes creativas y por el salvajismo inmisericorde que desprende el psicópata hacia sus víctimas. En mi opinión personal, la película funciona curiosamente mejor cuando es menos bestia como en ese inicio carpenteriano antes citado con la primera aparición del payaso o mediante la larga secuencia de la pizzería en que Damien Leone crea una tensión incómoda creciente con la simple presencia de Art observando a las chicas desde una mesa contigua.

Con las persecuciones y muertes posteriores el filme entretiene según sea tu baremo del suspense, pero a menudo cae en el efectismo barato o el abuso de jump scares con suerte desigual. En ese sentido, la secuencia más gore que encontraremos es cuando el payaso parte en dos a una chica como si fuera una vaca en el matadero, pero las siguientes a esa poseen menos impacto. Respecto a los intérpretes de esta primera entrega solo se salvan de la quema absoluta David Howard Thornton (ayudado por los kilos de látex y maquillaje) y Jenna Kanell convertida en scream queen con giro hitchcockiano a mitad de película.

Terrifier satisfará al público que esté hambriento de vísceras o que sea fan de bizarradas pasadas de rosca sin una mayor profundidad psicológica (no sabremos quién es el payaso ni sus motivaciones, tampoco sabremos mucho más de las víctimas). Eso sí, te advierto de que puedes salir despavorido y asqueado si te acercas a ella sin un bagaje previo que te haya curtido viendo películas de explotación noventeras (la mayoría horrendas) que solo nos llamaban la atención en las estanterías de los videoclubs por su alto contenido de violencia gratuita.


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Crítica de ’Alaska Daily’: Tom McCarthy sigue fiel a su estilo

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Alaska Daily

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Alaska Daily

Creada por Tom McCarthy, Alaska Daily tiene como protagonista a Hilary Swank en el papel de Eileen Fitzgerald, una galardonada periodista de investigación con mucho talento que abandona su lujosa vida en Nueva York tras un fatídico suceso para unirse a un diario local de Anchorage y encontrar tanto su redención personal como profesional. Completan su reparto Jeff Perry, Grace Dove, Matt Malloy, Meredith Holzman, Ami Park, Craig Frank, Pablo Castelblanco, Veena Sood, Yoshié Bancroft, Lexi Anastasia y Peter Brown. La serie se estrena en Disney+ el 8 de febrero de 2023.

Tom McCarthy y Hilary Swank como pareja de éxito

Spotlight de Tom McCarthy es una de las mejores películas de nuestro tiempo alrededor del periodismo, y McCarthy vuelve a nuestras pantallas con una historia que centra de nuevo la atención en los periodistas. En Alaska Daily, Hilary Swank interpreta a Eileen Fitzgerald, una reportera de un periódico de alto perfil cuyos informes se cuestionan al principio del primer episodio, lo que deriva en su pérdida del trabajo. No puede parar de trabajar, y se pasa el día escribiendo un libro e informando sobre su publicación, aunque no está claro que pueda acabar viendo la luz… lo que permite que esté en un momento de su vida en el que se plantee aceptar una oferta de un antiguo mentor para un trabajo en Anchorage, que acaba aceptando.

Swank es una actriz de sobra cualificada para interpretar cualquier personaje, y aunque no se prodiga en televisión, sabe como exprimir al máximo su personaje para que fácilmente comprendamos los motivos por los que hace lo que hace, entendamos su decisión de mudarse y resulte convincente el desarrollo de su personaje según evoluciona y cambia en su nuevo trabajo a lo largo de toda la temporada. Swank consigue plasmar con veracidad la personalidad de una mujer tozuda e inteligente, que trabaja con mucha pasión y siempre lucha por lo que cree es correcto, pero su vida no es un camino de rosas y sufre ataques de pánico por el exceso de intensidad con el que vive su trabajo.

Ni los clichés evitan que la serie sea buena

Aunque elogiemos el trabajo de Tom McCarthy gracias a las complejas historias que siempre intenta contarnos, hay que admitir que Alaska Daily no está libre de los clichés que ya hemos visto múltiples veces, como la protagonista adicta al trabajo o cómo se siente como pez fuera del agua en su nuevo trabajo y lugar de residencia. Pero aún así, a pesar de no ser sorprendente en muchos detalles de su historia, la capacidad de McCarthy para profundizar en el personaje de Swank, maravillosamente interpretado, bien merece que obviemos lo que está más que visto.

En Alaska Daily encontramos elementos familiares de series más antiguas, especialmente de la mítica Doctor en Alaska (incluido algún que otro alce paseando por delante de la pantalla) así como de la última temporada de The Wire, donde el propio McCarthy interpretó a un reportero. Esta base fácilmente reconocible nos facilita adentrarnos en todos los detalles que quiere presentarnos, teniendo espacio la queja sobre los recortes masivos en los presupuestos de los medios impresos o la poca importancia que se da a las mujeres asesinadas por no ser blancas, algo que también ha sido contado en otras series como el drama fronterizo The Bridge.

En resumen, con Alaska Daily Tom McCarthy nos ofrece una serie que se debe consumir poco a poco, nada de atracones, en la que el gran trabajo de Swank y las múltiples subtramas alrededor del periodismo (especialmente impreso) hace que nos mantengamos enganchados a pesar de tener la sensación de haberlo visto todo antes.


Listado de episodios de ‘Alaska Daily

La serie Alaska Daily está compuesta por 11 episodios de unos 45 minutos de duración cada uno.

Episodio 1. Piloto

Tras un fatídico suceso, la galardonada periodista de investigación con mucho talento Eileen Fitzgerald abandona su lujosa vida en Nueva York para unirse a un diario local de Anchorage.

Episodio 2. El lugar en el que nos unimos

Cuando Roz y Eileen descubren una pista sobre el caso de Gloria, Eileen pide un favor para ayudarles a seguir a un sospechoso. Claire investiga por qué un querido restaurante local se vende a una gran corporación.

Episodio 3. No es personal

Eileen, Roz y Sylvie van hasta Meade para descubrir más cosas sobre un sospechoso en el caso de Gloria y conocen al jefe de policía local. Austin se entera de las turbias relaciones financieras que tiene un candidato político.

Episodio 4. Fin de semana

Es la Feria Estatal de Alaska y el equipo de The Daily Alaskan está cubriendo todos los ángulos de este amado evento anual, incluido Gabriel, que está emocionado por su primera historia asignada. Cuando su reportaje lo lleva a un lugar inesperado, se pone a la altura de las circunstancias con el apoyo de Eileen. Mientras tanto, Eileen y Roz tienen fines de semana muy diferentes antes de reunirse para avanzar más en su investigación.

Episodio 5. No tengo ni idea de lo que estás hablando, Eileen

Cuando alguien del pasado de Eileen llega a Alaska, ella va en contra de las órdenes, provocando una escena frenética; Eileen y Roz obtienen una nueva pista sobre el caso de Gloria.

Episodio 6. No se puede poner precio a una vida

Cuando dos mujeres locales desaparecen, Roz se frustra por la falta de atención equitativa que ambos casos están recibiendo. Bob les da a Roz y Eileen una pista sobre el caso de Gloria.

Episodio 7.

Sinopsis oficial no revelada en la fecha de publicación de este artículo.

Episodio 8.

Sinopsis oficial no revelada en la fecha de publicación de este artículo.

Episodio 9.

Sinopsis oficial no revelada en la fecha de publicación de este artículo.

Episodio 10.

Sinopsis oficial no revelada en la fecha de publicación de este artículo.

Episodio 11.

Sinopsis oficial no revelada en la fecha de publicación de este artículo.


¿Qué te ha parecido la serie Alaska Daily en Disney+?

(Finalizado y actualizado) Sorteo: Kits de desayuno de ’Terrifier 2’

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Terrifier 2

El 24 de febrero SelectaVisión estrena en cines Terrifier 2, secuela directa del slasher de culto Terrifier (2016) que vuelve a contar con el director Damien Leone moviendo los hilos del sádico payaso psicópata Art en una nueva oleada de cruentos y divertidos asesinatos. Con motivo de este estreno, y gracias a SelectaVisión, tenemos para vosotros 2 packs de desayuno compuestos por bol para tus cereales favoritos y una bolsa por si los echas viendo la película.

Terrifier 2 ha sido una de las grandes sorpresas de crítica y taquilla en Estados Unidos, y el impacto suscitado a los espectadores de allí la ha convertido en todo un éxito viral. Su presupuesto de película de Serie B y su tono cómico no le han impedido maravillar y aterrorizar, hasta el punto de provocar vómitos, desmayos y salidas de las salas de exhibición.

En esta nueva entrega, un año después de la ahora infame masacre del condado de Miles, el asesino en serie Art the Clown regresa para causar estragos en una familia en duelo. En esta ocasión los que se enfrentan a Art son un joven llamado Jonathan que tiene una obsesión particular con él y su hermana mayor Sienna, una artista con una afición por el cosplay.

Heredera de la creatividad de su difunto padre, de su propensión al desequilibrio mental y de su vínculo extraño y sobrenatural con Art, Sienna está transformando minuciosamente el diseño de un personaje de espada y brujería que su padre dibujó para ella en un disfraz para Halloween. Las líneas entre la pesadilla y la realidad se entrecruzan cuando una aparición demoníaca guía a Art hasta los hermanos y el espantoso número de cadáveres va en aumento. Para sobrevivir, Sienna tendrá que convertirse en esa heroína por completo y enfrentarse a su antagonista en un mundo de sueños, fantasía y leyenda.



Para participar en el sorteo podéis hacerlo de cualquiera de las siguientes maneras (o todas las que queráis) antes del 5 de marzo, inclusive:

    He leído y acepto el Aviso Legal y la Política de Privacidad.

    Declaro, bajo mi propia responsabilidad, ser mayor de 18 años y respondo de manera exclusiva de la veracidad de dicha declaración.


    Terrifier 2


    Duración, premio y bases del sorteo:

    • El sorteo estará activo desde la fecha de publicación del mismo hasta el 5 de marzo, inclusive.
    • El premio consiste en un pack de desayuno de la película, para cada uno de los 2 ganadores.
    • Podéis leer las bases legales de nuestros sorteos aquí.

    Actualización: Los ganadores han sido:

    • alexisromloz
    • Ana González G.

    Crítica de ‘Me llamo Chihiro’: El sueño de los peces en el fondo del acuario

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    Me llamo Chihiro

    Las críticas de Daniel Farriol:
    Me llamo Chihiro

    Me llamo Chihiro (Call Me Chihiro) (2023) es un drama japonés que está dirigido por Rikiya Imaizumi (By the Window, Little Nights, Little Love). El guion corre a cargo del propio realizador junto a Kaori Sawai (Arc, Skeleton Flower), los cuales adaptan a imagen real el manga «Chihiro-san» creado por Hiroyuki Yasuda. La historia a una exprostituta que sin ocultar su pasado empieza a trabajar en un puesto de comida en una pequeña ciudad costera. Allí se convertirá en una persona popular que consolará a las almas solitarias que pasen por su establecimiento.

    Está protagonizada por Kasumi Arimura (Fortuna’s Eye, Café Funiculi Funicula), Hana Toyoshima, Tetta Shimada, Van, Lily Franky (The Naked Director, Un asunto de familia), Jun Fubuki (Teacher, Please Sit Next to Me, Your Eyes Tell), Mitsuru Hirata (Confession of Murder, Fukushima), Miwako Ichikawa, Itsuki Nagasawa, Keiichi Suzuki y Yui Sakuma. La película se ha estrenado en Netflix el día 23 de Febrero de 2023.

    Bellotas y bandejas de bentō

    Me llamo Chihiro es otra de esas películas tan pequeñas y bienintencionadas sobre sentimientos humanos positivos que nos reconfortan tanto mientras las vemos y que solo son capaces de filmar cineastas japoneses con una especial sensibilidad por los detalles, los silencios y los símbolos que nos rodean. La trama nos presenta a Aya (Kasumi Arimura) una joven que, tras marcharse de casa, comenzó a trabajar en una casa de masajes como prostituta bajo el nombre de Chihiro. Sin renunciar a ese pasado, pero aún marcada por él, ahora se ha convertido en la popular dependienta de un puesto de bentō (comida casera servida en bandejas para llevar) donde se dedica a consolar a las almas solitarias que pasan por allí, aunque en verdad sea ella misma quien necesita sanar su propia soledad.

    Esta especie de ángel capriano nos evoca a otras películas japonesas que tienen que ver con la gastronomía y los buenos deseos como Una pastelería en Tokio (Naomi Kawase, 2015), Bread of Happiness (Yukiko Mishima, 2012) o Café Funiculi Funicula (Ayuko Tsukahara, 2018), donde la propia actriz protagonista de Me llamo Chihiro tenía un papel con la misma característica de curadora espiritual cuya sonrisa ocultaba una necesidad de amor.

    De hecho, la gastronomía tiene mucha presencia en la cinematografía japonesa porque forma parte de su folclore, yendo mucho más allá del simple hecho de sentarse a una mesa para comer cuando se tiene hambre. Los alimentos ingeridos son un medio de comunicación en sí mismo entre las personas como ya pudimos ver recientemente en la preciosa serie de Netflix creada por el maestro Koreeda, Makanai: La cocinera de las maiko (2023). Un ejemplo son las bellotas que Chihiro regala a algunas personas, tienen un sabor amargo, pero en la cultura japonesa son un símbolo de la buena suerte.

    Me llamo Chihiro

    «La comida sabe mejor cuando se comparte»

    Me llamo Chihiro es un retrato humanista de unos personajes solitarios. Todos tienen carencias afectivas en el ámbito familiar que deben suplir con personas que se cruzan casualmente en sus vidas. Es algo que el citado Hirokazu Koreeda retrata como nadie en su cine mediante películas donde se van creando familias peculiares que trascienden el mero vínculo genético. Chihiro entrega su cariño de manera incondicional a través de bandejas de bentō que puede regalar tanto a un vagabundo silente como a niños que no se llevan bien con sus padres, en realidad, es su manera de llenar los huecos emocionales que arrastra de un pasado familiar que prefiere olvidar y del que se nos desvelará bien poco (no coge las llamadas de su hermano, renuncia a ir al funeral de su madre…).

    El guion no quiere profundizar en los verdaderos motivos de la ruptura de los lazos familiares que tanto añora, pero sí asistiremos a cómo va sustituyendo en el presente a todas esas figuras que le son ausentes, la paterna, la materna, un abuelo, una hermana, una pareja o los posibles hijos futuros, y lo hace mediante la relación que entabla con los distintos vecinos del pueblo. La frase «la comida sabe mejor cuando se comparte» cobra sentido en la interacción entre todos ellos para alcanzar la felicidad completa. Sí que podemos decir que es una manera naif y casi ingenua de acercarse a la complejidad de las relaciones en la vida real, pero se agradece ver ficciones de este tipo donde la ternura se convierte en un sentimiento más poderoso que el odio, ojalá el mundo se pareciese más a vivir dentro de una película como Me llamo Chihiro.

    Me llamo Chihiro

    Los mangas como una filosofía de vida

    Si la gastronomía es un puntal para comprender el pensamiento de los personajes de la película, otro aspecto clave de la cultura nipona son los animes. La propia película Me llamo Chihiro es la adaptación del manga «Chihiro-san» creado por Hiroyuki Yasuda, y entre algunas líneas de los diálogos encontraremos referencias a otras ilustraciones japonesas como «Destino Terra» de Keiko Takemiya, la cuál sirve para consignar una analogía recurrente en la película acerca de si las personas que conocemos viven en nuestro mismo planeta (otra vez, esa sensación de soledad absoluta y la necesidad de hallar a personas semejantes en nuestro camino).

    Ahondando en estos conceptos casi existencialistas encontramos una referencia explícita al budismo en el tatuaje del brazo que lleva uno de los personajes para recordarse a sí mismo que no debe ponerse violento ante actitudes reprochables de otras personas que le recuerden los maltratos que sufrió por parte de su padre. El lema del tatuaje dice «la forma es vacuidad» y debe entenderse aquí como la definición del vacío que tendría una existencia individual sin la dependencia recíproca necesaria entre las personas. Esto puede parecer contradictorio con el desenlace que tiene la película, pero no lo es. Chihiro se ha dedicado a juntar almas en el pueblo y ahora ya puede asumir sin dolor el pasado porque ya no es una exprostituta si no una exvendedora de bentō que nunca más se sentirá sola.

    Me llamo Chihiro

    La metáfora de los peces

    La parte más controvertida que tiene Me llamo Chihiro es la romantización del personaje de Utsumi (Lily Franky), el exjefe de la chica en la casa de masajes que se nos presenta como un tipo afable que ahora se dedica a los peces y que le hace las funciones de padre mientras flirtea con su mejor amiga Bajiru (Van), una mujer transgénero que interpreta precisamente la Miss Internacional Queen de 2019. De alguna manera ese hombre fue su proxeneta en la etapa más oscura de su vida y unos meses después mantienen una amistad tan cordial como si fuera el vecino del quinto (o incluso mejor según sea la comunidad de vecinos). No voy a entrar a fondo en el tema en esta reseña porque daría para un artículo independiente, pero es algo que me chocó bastante al verlo.

    Precisamente será ese personaje el que nos regale otra de esas metáforas que tanto gustan en el cine japonés y que, en esta ocasión, hace referencia a los peces que se quedan quitos en el fondo del acuario para dormirse, tarde o temprano deberán despertar para volver a nadar cerca de la superficie. Es una manera de explicar el letargo en el que vive sumida Chihiro durante su estancia en el pueblo sin que nadie lo perciba como tal, algo que conecta con la escena final en la granja que debe entenderse como un nuevo comienzo para ella.

    Me llamo Chihiro es una película hermosa y delicada que nos habla del dolor en que nos sume la soledad y de los vínculos emocionales que nos hacen reflotar para superar las adversidades que nos plantea la vida.


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    Crítica de ’Tríada’: Netflix eleva al cubo a Maite Perroni

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    Tríada

    Las críticas de David Pérez «Davicine»:
    Tríada

    Tras descubrir que la separaron de sus dos hermanas idénticas nada más nacer, Rebecca emprende una peligrosa investigación para conocer sus orígenes. Maite Perroni (Rebelde, Oscuro deseo) tiene un papel camaleónico en Tríada, un thriller inspirado en hechos reales, dirigido por Leonardo D’Antoni y Alba Gil, y cuyo reparto completan David Chocarro, Flavio Medina, Nuria Bages, Ofelia Medina, Ana Layevska, Claudia Lobo, Aldo Gallardo y Daniella Valdez. La serie se estrena en Netflix el 22 de febrero de 2023.

    No hay dos sin tres

    Un recurso que se emplea muchas veces en las películas y series de misterio es la presencia de un malvado hermano gemelo que se descubre al final de la historia, pero Tríada no esconde sus cartas y no espera hasta el final para revelar que hay una gemela, por lo que acompañamos a la protagonista desde el principio en el descubrimiento de su existencia. Ni siquiera la aparición de una trilliza se hace esperar, lo que no es extraño dado que se emplea la imagen de las tres mujeres interpretadas por Maite Perroni desde el tráiler hasta el póster, e incluso el título da pistas de lo que nos espera.

    En la serie, la científica forense Rebecca Fuentes (Maite Perroni) acude a examinar a una mujer que aparentemente está muerta, y acaba en estado de shock al comprobar el gran parecido con esta mujer que incluso parece conocerla. Todo son dudas para Rebecca, por lo que se alía con el policía investigador Humberto Solana (David Chocarro) para que la ayude a averiguar de quién se trata y conocer mejor su pasado. Lo que parecía un simple caso de investigación de posibles gemelas separadas al nacer, acaba siendo un complejo caso que implica trillizas con una misteriosa historia secreta que las conecta.

    Un misterio como punto de partida

    Lo que en muchas producciones es el clímax de la historia, aquí es el punto de partida de una odisea que la protagonista vive para descubrir todos los secretos de su pasado. Curiosamente, aunque por momentos parezca una telenovela con una historia irreal escrita por Leticia López Margalli, se encargan en los créditos de recordarnos que se trata de una serie inspirada en una historia real para que gane credibilidad esta serie que plantea suficientes preguntas como para mantenernos alerta hasta el final sin tregua gracias a la ingente cantidad de giros que incluye.

    Claramente estamos ante una serie que combina el thriller con la telenovela, consiguiendo ser un placer culpable para todos aquellos que adoren historias locas que parece no tienen fin a la hora de ir un paso más allá en lo que cuentan. Tríada realmente consigue ser un divertimento siempre que nos dejemos llevar sin pedir resulten ser convincentes todos los giros y detalles que rodean esta investigación, por lo que si se es un espectador amante de la credibilidad no se logrará entrar en el juego de esta serie, como es mi propio caso.

    Inspirada «levemente» en una historia real

    Si se ha visto el documental de 2018 Three Identical Strangers, seguramente se encontrará esta historia familiar, pero parece una exageración afirmar que esta serie mexicana de Netflix está basada en esa historia real, por lo que es mejor decir que está inspirada en ella.

    Leticia López Margalli debió descubrir la historia real que se refleja en el citado documental, y a partir de él ideó una telenovela con la presencia de unas trillizas, pero de la historia real tan sólo quedan algunos detalles pues la locura en la que nos adentra esta serie tiene mucho más de ficción que de realidad, lo que no ayuda a aportar credibilidad pero tampoco respalda las fuertes emociones que se supone nos quiere hacer vivir.

    Cuando llegó a Netflix el guion, seguramente vieron un filón por quienes estaban detrás del proyecto tras el éxito de Oscuro deseo, por lo que la idea de juntar a Maite Perroni con Leticia López Margalli olía a éxito, y está claro que tendrá suficientes visionados como para destacar entre lo más visto de la plataforma, pero eso no querrá decir que tenga calidad para estar ahí por sus valores artísticos. Ni siquiera Tríada en ningún momento tiene claro lo que quiere ser, y oscila entre la telenovela y el thriller, pasando por algo más húmedo e incluso kitsch, sin dejar de lado la ciencia ficción. La suma de géneros exitosos no siempre garantiza un resultado satisfactorio, y ésta es la prueba, narrando una historia que prometía pero sin rumbo fijo y dando tumbos entre géneros sin saber hacia cuál decantarse.

    Para aquellos que disfruten con thrillers locos, Tríada es su serie, pero si se espera un thriller criminal a la antigua usanza, es mejor huir de esta telenovela que no tiene claro hacia donde dirigir su historia.


    Listado de episodios de ‘Tríada

    La serie Tríada está compuesta por 8 episodios de entre 38-49 minutos de duración cada uno.

    Episodio 1. 33 x 3

    Una experta forense conoce a una moribunda que, inexplicablemente, sabe su nombre (Becca) y es idéntica a ella. Su encuentro desata una oleada de interrogantes.

    Episodio 2. Cóctel molotov

    La prueba de ADN obliga a la madre de Becca a confesar la verdad. La policía encuentra unas fotos desconcertantes en casa de Eugenio, donde sus visiones cobran nitidez.

    Episodio 3. Olympia Mens’ Club

    Becca queda con su hermana Tamara, que siempre parece saber más de lo que dice. Humberto se compromete a ayudar a Becca. Eugenio sigue con sus mentiras.

    Episodio 4. ¿Me estoy volviendo loca?

    Humberto le da nuevos datos a Becca y acaba seduciéndola. Empieza la transformación de Tamara en su hermana Aleida bajo la tutela de Eugenio.

    Episodio 5. Agua y aceite

    La Aleida falsa le cede el control de su empresa a Eugenio. Becca se enfrenta a la doctora Bátiz. Se desvelan más coincidencias asombrosas en las vidas de las trillizas.

    Episodio 6. El experimento

    Guiada por una visión, Becca le pide a Pilar que le dé acceso al sótano del hospital. Pero lo que se encuentra es tan devastador como sus consecuencias.

    Episodio 7. La mano que mece la cuna

    Ahora que Beatriz está muerta y Tamara ha desaparecido, Becca sospecha que Eugenio va a ir a por ella y decide confiar la seguridad de su madre a la doctora Bátiz.

    Episodio 8. Volviendo al origen

    Mientras la verdad sale finalmente a la luz, el experimento sigue dando giros siniestros y desdibujando los límites de la realidad.


    ¿Qué te ha parecido la serie Tríada en Netflix?

    Crítica de ‘The Quiet Girl’: Intenso drama con gran sensibilidad

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    The Quiet Girl

    Las críticas de David Pérez «Davicine»:
    The Quiet Girl

    Irlanda rural 1981. Una niña tranquila y abandonada es enviada lejos de su familia disfuncional para vivir con unos padres adoptivos durante el verano. Ella florece bajo su cuidado, pero en esta casa donde no debe haber secretos, descubre uno. Escrita y dirigida por Colm Bairéad, The Quiet Girl está protagonizada por Carrie Crowley, Andrew Bennett, Catherine Clinch, Michael Patric, Kate Nic Chonaonaigh, Carolyn Bracken y Joan Sheehy. Doblemente premiada a su paso por la Berlinale y ganadora de la Espiga de Plata, el Premio del Público y el Premio de la Crítica en el Festival de Cine de Valladolid, la película se estrena en cines el 24 de febrero de 2023 de la mano de La Aventura.

    Un drama potente e intenso

    El primer cortometraje de Colm Bairéad tras graduarse, His Father’s Son (2005), triunfó en varios festivales internacionales, y posteriormente ha dirigido películas como el docudrama The Maamtrasna Murders (2018) o Women of the Revolution (2015). The Quiet Girl es su primer largometraje de ficción, y con él ha conseguido grandes éxitos a nivel de crítica y público.

    La película nos lleva hasta la Irlanda rural, 1981. Cáit es una reservada niña de nueve años que está desatendida por parte de su pobre, disfuncional y demasiado numerosa familia. Se enfrenta en silencio con dificultades en la escuela y en casa, y ha aprendido a pasar desapercibida para cuantos la rodean. Cuando llega el verano y se acerca la fecha del parto de su madre, Cáit es enviada a vivir con unos parientes lejanos. Sin saber cuándo volverá a casa, se queda en el hogar de unos desconocidos sin más pertenencias que la ropa que lleva puesta. Poco a poco, y gracias a los cuidados de la familia Kinsella, Cáit realiza notables progresos y descubre una nueva forma de vivir. Pero en esta casa donde reina el afecto y no parece haber secretos, ella descubre una dolorosa verdad.

    Una sensibilidad forjada a base de lágrimas

    The Quiet Girl muestra una gran sensibilidad y logra su objetivo de transmitir tranquilidad al espectador gracias a una auténtica clase magistral de sobria realización cinematográfica. La película se sustenta en diálogos que van más allá del minimalismo, consiguiendo esa austeridad que gran parte de esta historia dolorosamente hermosa no requiera de palabras para emocionarnos.

    A pesar de lo dramática de la situación que vive la joven protagonista, que se ha sentido aislada debido a la falta de afecto en su hogar, Bairéad evita cualquier sentimentalismo en su afán por contarnos la experiencia de una niña que encuentra una familia al fin, y su necesidad de ser querida y valorada. The Quiet Girl muestra una conexión genuina pero sin que ninguna relación se sienta apresurada, forjándose un auténtico amor que va más allá de la consanguinidad, y la manera en la que el vínculo comienza a forjarse se revela gradualmente de forma hermosa y completamente satisfactoria.

    Irlanda en imágenes y sonidos

    La localización rural permite una hermosa fotografía, y es que la belleza y la soledad de la Irlanda rural son capturadas por la discreta pero mágica fotografía de Kate McCullough. La visualización de The Quiet Girl es una experiencia encantadora, siendo el auténtico punto fuerte de esta ópera prima la decisión de centrarse en las pequeñas cosas, dejando patente una exquisita atención al detalle.

    La bella fotografía está acompañada por una música idónea para la historia, aunque no se haga un uso excesivo de la partitura, combinada bien con los sonidos naturales, creando de forma brillante algunos escenarios a través del sonido, con radios y televisores emitiendo constantemente programas que nos sitúan en un tiempo y un lugar anteriores a la era digital. Y en relación a la parte auditiva, sorprende el uso del gaélico irlandés.

    Una joven promesa

    Catherine Clinch es la joven protagonista, una actriz extremadamente capaz y cuya interpretación es sólida y emotiva como Cáit, transmitiendo mucho con pocas palabras, aunque siempre viendo el mundo con gran inocencia y una sabiduría más allá de su edad. Clinch tiene un rostro muy fotogénico y una gran capacidad para reflejar emociones reprimidas y una gran inseguridad como consecuencia de su pasado. Junto a ella tenemos a Carrie Crowley, quien logra ser convincente y transmitir una auténtica cualidad natural para el cuidado de un niño, con una interpretación que manifiesta delicadamente el estado de ánimo sin exagerar la emoción.

    La vida de Cáit ha sido difícil y solitaria, sin casi amistades, pero la empatía que apreciamos cuando se va a vivir con los primos de su madre es algo imposible de olvidar por la gran emotividad que transmite, demostrando la importancia de amar a los familiares, sean o no biológicos, pues muchas veces hay que llamar «familia» a quienes nos aman, apoyan y cuidan por encima de todo.

    The Quiet Girl es un delicioso drama sobre la mayoría de edad a la par que un conmovedor estudio del maltrato infantil, con actuaciones sensibles y un manejo de la cámara excepcional para ofrecer planos que nos emocionen sin buscar el sentimentalismo barato.


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    Crítica de ‘Irati‘: Magia en un mundo en transición

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    Irati

    Las críticas de Laura Zurita:
    Irati

    Siglo VIII. El cristianismo se extiende por Europa mientras las creencias paganas desaparecen. Ante el ataque del ejército de Carlomagno, atravesando los Pirineos, el líder del valle pide ayuda a una diosa ancestral. Mediante un pacto de sangre, derrota al enemigo dando su vida a cambio, pero antes hace prometer a su hijo, Eneko, que protegerá y liderará a su pueblo en la nueva era. Años más tarde, Eneko afronta esa promesa con una misión: recuperar el cuerpo de su padre enterrado de forma pagana junto al tesoro de Carlomagno. Pese a su fe cristiana, necesitará la ayuda de Irati, una enigmática pagana de la zona. Los dos jóvenes se adentrarán en un extraño e inhóspito bosque donde “todo lo que tiene nombre existe”.

    Irati está escrita y dirigida por Paul Urkijo Alijo e interpretada por Edurne Azkarate, Eneko Sagardoy, Itziar Ituño, Nagore Aranburu, Elena Ruíz, Iosu Eguskiza, Kepa Errasti, Iñaki Beraetxe, Iñigo Aranbarri, Ramón Agirre, Miren Tirapu, Aitor Barandiaran, Gaizka Txamizo, Patxi Bisquert, Karlos Arguiñano e Iñigo Aranburu. La película se estrena en España el 24 de febrero de 2023 de la mano de Filmax.

    El mundo mágico y las creencias humanas

    Irati se centra en la transición que tenía lugar alrededor de la fecha de la acción, desde las religiones politeístas y animistas de los pueblos bárbaros hacia el cristianismo como religión de estado. Una idea subyacente y fecunda es que el mundo mágico depende de las creencias de los humanos, y que la evolución en los hábitos religiosos significará un cambio de era en el mundo.

    En este sentido, Irati parece suceder en el mismo universo que «Avalon», la maravillosa serie de novelas de Marion Zimmer Bradley, que sigue el mismo proceso de transformación en las islas británicas, entroncándose con la tradición artúrica. Tanto en «Avalon» como en Irati se respira un tono de nostalgia, y el mundo animista se describe como cálido y honesto. En Irati, además, el mundo cristiano se presenta en contraste como áspero, fanático y brutal, de una forma algo maniquea y totalmente innecesaria, porque la película hubiera funcionado igual con una caracterización más matizada del cambio de atmósfera religiosa.

    Espada y brujería

    Irati se enmarca dentro del género de espada y brujería, o de fantasía medieval, y se nutre de los componentes típicos del género: caballeros, castillos, magia, tradiciones y profecías. Como telón de fondo nos encontramos múltiples elementos de la imaginería mitológica vasca, hermosos y sugestivos, pero echamos de menos algo de contexto para entender a fondo su presencia y su encaje en la historia.

    En este universo mágico impera un sentido fatalista del destino, y el libre albedrío está condicionado a la magia, porque las profecías van a cumplirse indefectiblemente, aunque con giros inesperados. Y así sucede cuando la magia interviene en la batalla de Roncesvalles, en la que se consigue la victoria a un precio terrible. Eneko, que llevaba una vida tranquila en un valle aislado, ve su vida cambiar con la muerte de su padre en esa famosa batalla.

    Muchos años después, cuando Eneko vuelve para ser señor de sus tierras, se ve enfrentado a luchas de poder y una amenaza muy cierta, recibiendo una ayuda inesperada de la mano de Irati. Ella es una mujer solitaria, muy integrada con su mundo y sus bosques, y parece sentirse cómoda en un universo en el que la magia forma parte de la vida cotidiana. Lleva a Eneko a un viaje alucinatorio lleno de peligros, del que saldrá como alguien muy diferente.

    Un mundo de fantasía atractivo

    Irati está rodada con un excelente sentido del ritmo y de la narrativa. Gracias a un acertado diseño de producción, crea un mundo de fantasía lleno de enigmas y promesas, con recovecos a los que se nos permite echar un ligero vistazo, pero que guardan sus secretos. Tanto el bosque como el río o las cuevas tienen un aspecto orgánico y mágico, que aportan a la Irati buena parte de su atractivo.

    Los efectos especiales resultan convincentes y originales, porque están hechos con mucho ingenio. En ocasiones se nota que se trabaja con un presupuesto limitado, pero durante la mayor parte de la cinta esto se compensa con inventiva y profesionalidad. La caracterización de los actores, su maquillaje y vestuario son también muy efectivos. Buscan, más que la reconstrucción minuciosa desde el punto de vista histórico, la belleza y el misterio, a tono con el universo donde transcurre la película.

    En este universo de leyenda los personajes tienen tintes épicos y representación de mitos, más que de realismo. Eneko (Eneko Sagardoy), de hecho, responde a este reto con una actuación hierática, con pocos matices, que lo harían más atractivo y se echan de menos. Su compañera, Irati (Edurne Azkarate) tiene un personaje más interesante, fascinante y salvaje como el universo mágico de la película.

    Irati es una película de espada y brujería, que evoca un mundo de maravillas y conjuros en los hermosos paisajes de la nostalgia.


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