martes, octubre 7, 2025
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Crítica de ’La ballena’: El capitán Ahab acecha en el frigorífico

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La ballena

Las críticas de José F. Pérez Pertejo:
La ballena

El octavo largometraje de ficción de Darren Aronofsky adapta la obra teatral The Whale (La ballena) del dramaturgo estadounidense Samuel D. Hunter que ha sido, además, el autor del guion cinematográfico basado en su propia pieza dramática.

Y es en esta adaptación, que se despega muy poco del medio teatral y apenas adopta recursos cinematográficos, donde radica el mayor hándicap de una película que, la mayor parte de su metraje, se aparece como una representación teatral filmada. Bien filmada, bien interpretada, de acuerdo, pero, al fin y al cabo, teatro filmado. A algunos espectadores entre los que me encuentro, que amamos el cine y el teatro, cuando vamos al teatro deseamos ver una función teatral y cuando vamos al cine esperamos encontrarnos una película. Hunter no parece dominar el lenguaje cinematográfico (tan emparentado y, al mismo tiempo, tan lejano del teatral) con la misma pericia con la que escribe obras de teatro. Y esto arrastra a Aronofsky a una puesta en escena demasiado pegada al “escenario” con la que consigue una atmósfera asfixiante muy adecuada a la historia que quiere contar, pero que termina resultando demasiado restringida para las casi dos horas de duración del film.

El punto de partida argumental es incuestionablemente atractivo: Charlie (Brendan Fraser) es un hombre enfermo de obesidad mórbida que se esconde del mundo y vive recluido en su apartamento desde el cual imparte clases online de creación literaria a través de un ordenador con la webcam permanentemente “estropeada”. La única visita que recibe con regularidad es la de su amiga y cuidadora Liz (Hong Chau) con quien mantiene un vínculo que se irá desvelando a medida que vaya avanzando el relato.

El resto, apelando a la naturaleza teatral, será una sucesión de escenas (más que de secuencias) desarrolladas a lo largo de cinco días (de lunes a viernes) en las que Charlie en soledad come con voracidad, que se alternan con otras en las que recibirá las visitas de diferentes personajes que irán desde un repartidor de comida (basura) a domicilio hasta Ellie (Sadie Sink), su hija adolescente que vive en un permanente estado de rencor por el abandono paterno, pasando por Thomas (Ty Simkins), un joven predicador que introduce el elemento religioso tan presente en muchas de las películas de Aronofsky o la aparición final de Mary, ex mujer de Charlie, con la que Samantha Morton se come la pantalla en apenas unos minutos.

Aronofsky vence la tentación de presentar la obesidad mórbida como un defecto físico y profundiza en su carácter de enfermedad, que es lo que realmente es. El guion hace explícitas alusiones a la insuficiencia cardiaca congestiva y a los desórdenes metabólicos ocasionados por la misma, pero, a pesar de que la esencia de la automarginación de Charlie obedece a su aspecto, su aislamiento está más emparentado con la profunda depresión en la que vive, sumido por la culpa, el duelo y la necesidad de redención ante una hija a la que se empeña en amar aunque sea manifiestamente odiosa.

La película está sazonada por el mencionado elemento religioso (cuya intención no me queda demasiado clara) y por un componente literario que, a pesar de su pomposo envoltorio, no es más que una analogía entre el protagonista y Moby Dick, la ballena de Herman Melville que justifica el título de la pieza teatral y de la película que nos ocupa.

En cuanto a las interpretaciones, es tan incuestionable la brillantez del trabajo de Brendan Fraser como que no todos los méritos son suyos. Estamos ante uno de esos papeles de apabullante transformación física que tanto gustan a los votantes de premios cinematográficos y que han situado al protagonista de George de la jungla o La momia como uno de los grandes favoritos al Óscar al mejor actor. Lo cierto es que el equipo de maquillaje de la película ha hecho un trabajo absolutamente prodigioso al sepultarlo bajo aparatosas capas y prótesis de látex (y otros materiales que desconozco) que le dan una muy creíble apariencia de obeso.

También está nominada Hong Chau a la estatuilla a mejor actriz secundaria, un personaje escrito con delicadeza e interpretado con emotiva humanidad. Me gusta particularmente, como anticipé antes, Samantha Morton a pesar de su breve intervención, y no tanto una Sadie Sink a quien la dirección actoral ha llevado por el camino del arquetipo de adolescente resentida, sin apenas matices, que hace poco creíble la secuencia final.


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Crítica de ‘El caftán azul’: Conmovedora mirada a un amor prohibido

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EL CAFTAN AZUL

Las críticas de José F. Pérez Pertejo:
El caftán azul

En 2019, Maryan Touzani debutaba en la dirección cinematográfica con la exquisita y delicada Adam que se presentó en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes y participó en la sección oficial de la 64ª edición de la SEMINCI de Valladolid. Todos los elogios que en aquel momento escribí para Adam sirven de manera ampliada para su segundo largometraje, El caftán azul, que, en 2022 volvió a estar presente en el Festival de Cannes y, meses después, en la 67ª SEMINCI donde Lubna Azabal fue galardonada con el premio a la mejor actriz.

Touzani sigue con su gusto por las historias intimistas alrededor de tres personajes. Si tres mujeres, dos adultas y una niña eran las protagonistas de Adam, son tres personajes nuevamente, en este caso dos hombres y una mujer, los que recrean la emotiva historia de El caftán azul. El nexo de unión de ambos repartos es la excelente actriz belga de padre marroquí y madre española Lubna Azabal (Paradise Now, Incendies) que aquí da vida a Mina, una mujer casada con Halim (Saleh Bakri) junto a quien regenta una sastrería en la que venden telas bordadas y confeccionan caftanes de manera artesanal. La enfermedad de Mina, tardíamente explicada pero presente en su rostro desde el inicio mismo del film, hace que precisen contratar al joven ayudante Youssef (Ayoub Messioui) que no tardará en sacar a la luz pulsiones que Halim lleva toda la vida tratando de reprimir o viviendo a escondidas.

El caftán azul parte de un guion coescrito por la propia directora junto a su marido, el también director marroquí Nabil Ayouch (Los caballos de Dios, 2012) para volver a demostrar su talento para filmar un relato en el que los personajes van desplegando sus sentimientos y emociones de un modo sutil, delicado y sin estridencias. Entre los tres personajes se van tejiendo vínculos que en ningún caso son explícitos ni inequívocos, Mina pasa del recelo a la asunción de la realidad tal y como es mientras Halim lleva al extremo una contención tan meditada como dolorosa.

La dirección se basa en una sólida puesta en escena sobre la que Touzani sitúa la cámara con una mirada detallista y delicada que consigue al mismo tiempo hacer avanzar el relato con pulso y mantener un sentido estético de la narración. Algo a lo que ayudan la limpia dirección de fotografía de Virginie Surdej que capta cada detalle de las hermosas telas y la preciosa música de Kristian Eidnes Andersen.

 

El caftán azul referido en el título no es más (ni menos) que el encargo de una exigente clienta al inicio del film. Su lento proceso de elaboración va marcando los tiempos de la película y desarrollando el tema central que no es otro que el amor, un amor desdoblado en varias vertientes y direcciones. Un amor platónico entre Mina y Halim, más emparentado con la ternura que con el deseo, fruto de décadas de convivencia callada y sentida; por otro lado el amor reprimido entre Halim y Youssef en el que la atracción es filmada por Touzani con exquisitez y sobriedad. Finalmente hay otro tipo de amor, aún más inasible (como si el amor no lo fuera siempre) que es el que todos los personajes ponen en su trabajo, el amor con el que despliegan cada tela, cortan los patrones y cosen cada pieza y cada adorno. El avance de la trama argumental hará que todos estos amores deriven hacia otro, casi fraternal, que se establece entre los tres personajes, tejido con un conmovedor sentido de la generosidad, de la renuncia y del saber esperar.

Si bien es cierto que la película se beneficiaría de algún acortamiento de metraje en algunas secuencias de la parte central del film que resultan un poco reiterativas, la parte final de la película cobra una fuerza enorme para rematarse con uno de los finales más conmovedoramente hermosos vistos en varios años. La forma en la que Maryam Touzani finaliza su película es de una fuerza visual asombrosa y todas las emociones, más o menos, contenidas durante la película se desbordan en una secuencia final sencillamente magistral.

Maravillosas interpretaciones del trío protagonista, particularmente de la gran Lubna Azabal y de un Saleh Bakri que personifica en su rostro todas las emociones a las que nos hemos referido con dulzura y fragilidad. Exquisita película, delicada en su realización y valiente en la determinación de abordar un tema tabú en el mundo árabe como la homosexualidad.

Tráiler oficial de ‘De Caperucita a loba’, que se estrenará en el Festival de Málaga

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De Caperucita a loba

El próximo 5 de abril A Contracorriente Films estrenará en las salas de cine de nuestro país De Caperucita a loba. La película participará en la próxima edición del Festival de Málaga el próximo martes 14 de marzo.

Marta consigue pasar de Caperucita a loba cuando decide usar cada situación patética en que la pone el amor para aprender a reírse de sí misma más fuerte que nadie. Internándose en el bosque del drama, llegará a convertirse en la protagonista de su propia comedia al descubrir que del drama brota la risa y de la risa, ¡el poder!

De Caperucita a loba, dirigida por la nominada al Premio Goya Chus Gutiérrez, es una comedia ácida y divertida que aborda las relaciones amorosas basada en el libro y en la exitosa obra de teatro homónima creada, escrita y protagonizada por Marta González de Vega, quien debuta como actriz principal en la adaptación cinematográfica. El magnífico reparto lo completan grandes actores cómicos como Berto Romero, David Guapo, José Mota y Martita de Graná, junto a grandes nombres nacionales como Antonio Resines, Elena Irureta y Santiago Segura, e internacionales como Melania Urbina y Marco Zunino.

Marta González de Vega ha comentado de su personaje:

Una loba es una caperucita que ha descubierto que el humor es el mayor superpoder que existe. Porque si nadie puede reírse de ti más fuerte que tú, nadie puede hacerte daño con nada. Todo el mundo lleva una loba dentro, solo tiene que descubrir este superpoder y aprender a manejarlo.

El largometraje está escrito íntegramente por la misma Marta, campo en el que su experiencia la avala siendo, junto a Santiago Segura, guionista de las últimas comedias con más aceptación del público de nuestro país: Padre no hay más que uno y A todo Tren.

De Caperucita a loba

Anna Marchessi, Actriz del Siglo XXI de la 36 Semana de Cine de Medina del Campo

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Anna Marchessi, Actriz del Siglo XXI de la 36 SECIME

A pocas horas de la conclusión de la 36 Semana de Cine de Medina del Campo, no hay que dejar de recordar que esta edición ha nombrado a Anna Marchessi Actriz del Siglo XXI «por su coraje, naturalidad y sobre todo por una prometedora carrera».

El festival ha reconocido a una intérprete empeñada en «promover una representación realista de las personas con discapacidad en las pantallas», un propósito que ha cumplido con su participación en la serie Fácil, de Movistar+, y con su presencia en el elenco de la obra de teatro Lectura fácil, dirigida por Alberto San Juan y, al igual que la producción televisiva, adaptación de la novela de Cristina Morales.

Anna Marchessi, que ha hecho bandera de la representación realista de la discapacidad en el mundo audiovisual, ha reclamado dar un paso más:

Das un perfil, tienes equis características y la gente te busca por equis características. La industria funciona así. Yo creo que la industria debe caminar a otorgar personajes a actores y actrices con discapacidad que no tengan relación intrínseca con la discapacidad en sí. Es decir, que trama de los personajes en cuestión se centre en la vertiente humana, sentimental, personal, sin que la discapacidad en sí tenga relevancia.

Marchessi, que encarna a una joven con diversidad funcional sobre los escenarios en Lectura fácil y con otro papel en la serie Fácil, ambas basadas en la novela de Cristina Morales de la que toma el título la obra de teatro, se ha mostrado de acuerdo con la crítica de la escritora a cómo se trata la discapacidad en la sociedad, en aspectos como la evaluación del grado de afección por parte de las instituciones.

Anna Marchessi, Actriz del Siglo XXI de la 36 SECIME

Además, ha desgranado los detalles los dos proyectos desarrollados como actriz recientemente, con «procesos muy diferentes», y se ha deshecho en halagos hacia los equipos en los que se ha integrado. Ajena todavía a la industria, se encontró de repente con que era compañera de reparto de Anna Castillo y Natalia de Molina en la serie. En la obra de teatro, ha señalado, «el proceso de investigación nunca termina» y continúan probando cosas en cada función, mientras que en el formato televisivo resulta todo «más rápido y difícil de procesar».

Más fogueada ya en el campo del guion, la ahora actriz ha señalado que como intérprete ha tenido que ponerse en la piel de un personaje ajeno, lo que resulta más «visceral» y «físico»; mientras que crear por escrito ese personaje significa adoptar una posición «desde lo intelectual».

Entre los próximos proyectos de Anna Marchessi figura la reposición de Supernormales, de Iñaki Rikarte para Centro Dramático Nacional, en torno a la diversidad funcional. Además, pergeña una serie con tintes autobiográficos para la que espera encontrar productora al final de una residencia de creación en la que está desarrollando esa idea.

Alauda Ruiz de Azúa, Directora del Siglo XXI de la 36 Semana de Cine de Medina del Campo

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Alauda Ruiz de Azúa, Directora del Siglo XXI de la 36 SECIME

La 36 Semana de Cine de Medina del Campo pondrá su broche final hoy, sábado 11 de marzo, siendo una edición en la que se ha reencontrado con la ganadora del Roel de Oro de hace dos ediciones, Alauda Ruiz de Azúa, ahora convertida en Directora del Siglo XXI. La autora, que ya sorprendió en la SECIME con el cortometraje No me da la vida, ha vuelto al festival ya confirmada como una de las revelaciones del cine español reciente y con su Goya a la Mejor dirección novel por su debut en el largometraje con Cinco lobitos.

Con una mirada diferente a la maternidad y a los cuidados en el ámbito familiar, Cinco lobitos cuenta en el reparto con las también ganadoras de los premios de la Academia a las mejores actrices protagonista (Laia Costa) y de reparto (Susi Sánchez), convirtiéndose en la gran triunfadora de la pasada edición del Festival de Málaga, donde se impuso como mejor película y guion (también firmado por Alauda Ruiz de Azúa), además de recibir los premios del Público y del Jurado Joven.

Alauda Ruiz de Azúa, Directora del Siglo XXI de la 36 SECIME

Todo lo que le ha ocurrido a Alauda Ruiz de Azúa desde que hace dos años ganara el Roel de Oro de la SECIME era «difícil de imaginar» también para ella. Cuando recibió ese premio ya estaba en marcha Cinco lobitos, un proyecto que se gestó a lo largo de cinco años y que la ha supuesto el Goya a la mejor dirección novel.

La cineasta ha recibido el Roel de Directora del Siglo XXI de la 36 Semana de Cine de Medina del Campo y no ha olvidado en sus agradecimientos mencionar el género en el que se fogueó como realizadora: «Los cortometrajes han sido superimportantes, es donde he podido probar cosas, crecer, escribir y dirigir mis historias. Y tienen esa cosa bonita de que luego existen festivales, para ver cómo reacciona la gente».

Además, ha señalado que «Estoy aquí también gracias a los cortometrajes y a los festivales de cortos», y ha agradecido a la Semana de Cine tanto el galardón como «el apoyo a los cortometrajistas».

Ruiz de Azúa acaba de estrenar en Netflix su segundo largometraje, Eres tú, en un cambio de registro respecto a Cinco lobitos. «Son proyectos que nacen de sitios muy distintos, la primera escrita y dirigida por mí, con tema muy personal y con mi visión de las cosas. Eres tú me llega con guion ya escrito, entro desde un sitio no tan autoral, no tan personal, sí de curiosidad, de querer aprender. Es una propuesta divertida como amante del género de la comedia romántica».

La Directora del Siglo XXI está trabajando en una nueva película y reconoce que el éxito de Cinco lobitos supone una cierta presión, también la tranquilidad de haber superado el complicado paso inicial, pero no ha querido lanzarse a dar consejos a quienes ahora están empezando en el mundo del cortometraje, pues «Cada uno tiene sus circunstancias. A mí me ha ido bien confiar en las intuiciones».

Nacho Sánchez, Actor del Siglo XXI de la 36 Semana de Cine de Medina del Campo

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Nacho Sánchez, Actor del Siglo XXI de la 36 Semana de Cine de Medina del Campo

La 36 Semana de Cine de Medina del Campo va llegando a su fin, una edición en la que se ha reconocido como Actor del Siglo XXI a Nacho Sánchez en un acto que tuvo lugar el pasado domingo en el Auditorio Municipal Emiliano Allende.

Este galardón le ha llegado al joven abulense formado en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (RESAD) en un momento especialmente dulce de su trayectoria, con las recientes nominaciones al Goya y al Forqué y el Premio Feroz por su trabajo en Mantícora, de Carlos Vermut, apuntalando una carrera que ya había empezado con buen pie. Su debut en el largometraje en Diecisiete (2019), de Daniel Sánchez Arévalo, le valió la nominación al Goya como actor revelación, y un año antes, sobre los escenarios, su papel en Iván y los perros, dirigida por Víctor Sánchez Rodríguez, lo había convertido en el intérprete más joven galardonado con el Max al mejor actor

Para Nacho Sánchez, el cortometraje ha sido «una escuela preciosa, una práctica que te permite probar con un poco menos de presión». En un año en el que se ha convertido en uno de los rostros del cine del momento, ha defendido el formato breve: «A nivel de libertad, el corto no tiene nada que envidiar al largo».

Nacho Sánchez, Actor del Siglo XXI de la 36 Semana de Cine de Medina del Campo

Sánchez ha subrayado que cualquier actor de su entorno al que le llegase un guion como el de Mantícora lo aceptaría sin dudarlo. «Es un personaje al que en la vida no acompañarías nunca, que produce rechazo», pero con Carlos Vermut tenía la garantía de que «no iba a ser un personaje trazado a brocha gorda». El resultado es «una película difícil de ver, muy valiente», dirigida a «un espectador inteligente», en la que él ha tenido que hacer «un trabajo de contención».

El actor también ha resaltado que «todo está cambiando y desde la interpretación también». Entre sus proyectos inmediatos, ha avanzado que prepara con su compañía «un auto sacramental de La Vida es sueño», que supone «una revisión del texto que no tiene nada que ver con el original».

Premio Feroz por su trabajo en Mantícora, Nacho Sánchez ha recibido el Roel de Actor del Siglo XXI de Medina del Campo como un reconocimiento que «da fuerza, pero pone un poco de presión» por la lista de galardonados anteriormente, entre los que figuran Javier Gutiérrez, Álvaro Cervantes, Luis Callejo, Fernando Cayo o Andrés Gertrúdix.

Crítica de ‘Adiós al Tordo. Hola… ¿Mamá?’: Duelo y libertad

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Adiós al Tordo. Hola...¿Mamá?

Las críticas teatrales de Laura Zurita:
Adiós al Tordo. Hola… ¿Mamá?

En Adiós al Tordo. Hola… ¿Mamá?, un día, sin previo aviso, Verónica se despertó en el final. Eso es lo que siente una mujer al ver que su vida pasa deprisa, pasa en un instante, y podemos verlo en la madrileña Sala La Usina.

La vida de Verónica o, mejor dicho, el momento existencial en el que se encuentra, se parece mucho a la letra de la canción «All by Myself» que fue compuesta en los años 70 por Eric Carmen e interpretada en los 90 por Céline Dion.

El tordo, la pérdida de su madre y una serie de catastróficas desdichas no impiden, en cambio, que Verónica intente que su mundo suene al «I Feel Good» que decía repetidamente James Brown en otra famosa canción.

«Tenemos que aceptarnos a nosotros mismos y alejarnos del ruido de fuera». Eso es lo que decía mamá.

Adiós al Tordo. Hola… ¿Mamá? es una pequeña tragicomedia de duelo, soledad y superación, un monólogo escrito, dirigido e interpretado por Jessica Perales

Adiós al Tordo. Hola...¿Mamá?

Verónica actúa entre los espectadores

El monólogo Adiós al Tordo. Hola… ¿Mamá? es una obra muy personal de una actriz joven, pero que parece haber vivido mucho. Ella elige actuar no ya frente a los espectadores, sino entre ellos, sin bambalinas ni telón. De hecho, los artefactos de embellecimiento se han reducido a su mínima expresión. La actriz actúa con la cara lavada y un vestuario neutro. Alrededor de ella hay muy pocos elementos de atrezzo dispersos por la escena. Los desplazamientos son más mentales que físicos, en un par de metros del escenario se recorren muchos años, y muchos estados de ánimo. 

La historia que se cuenta y disfruta en Adiós al Tordo. Hola… ¿Mamá?, empieza de una forma muy normal, como dice Verónica, al principio ella se encuentra en el final. El final de la historia con el Tordo, que no hace falta saber, porque es una historia como hay tantas. También como en tantas otras historias, Verónica se refugia en casa de su madre, un refugio que, poco a poco, puede sentirse como una trampa. Verónica siente que no tiene control de su vida, que se le escapa entre los dedos.

En la casa de su infancia, Verónica se reencuentra con sus recuerdos tempranos, y va haciéndose consciente paulatinamente de cómo su pasado ha definido su presente. También descubre que puede hacer elecciones, y no todas tienen que ser tan previsibles como la de elegir a un nuevo Tordo. Verónica crece y se transforma al revestirse de libertad. Con la nueva percepción de sí misma, Verónica marcha a continuar con su vida.

Adiós al Tordo. Hola...¿Mamá?

Atención al detalle

En Adiós al Tordo. Hola… ¿Mamá?, la dirección de la obra y el reducido escenario exigen mucha atención por el detalle, y una cuidadosa planificación de los movimientos. Verónica transmite la idea de cambios en el tiempo y en el espacio, y cambia de expresión corporal, personalidad y voz ante nuestros mismos ojos. No cabe duda que va a valer la pena seguir la trayectoria de Jessica Perales, que muestra aquí su talento y su capacidad de dar vida a un personaje.

Adiós al Tordo. Hola… ¿Mamá? en una obra personal y convincente, cuya mayor baza es precisamente el talento que desprende Jessica Perales.


¿Qué te ha parecido la obra ‘Adiós al Tordo. Hola… ¿Mamá?’?

Estreno en múltiples plataformas de ‘El que sabem’, de Jordi Núñez

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El que sabem

El día 10 de marzo se estrenará en Amazon, Filmin y Flixolé la película El que sabem, de Jordi Núñez, un coming of age a la valenciana, y en valenciano. Además, seguirá disponible en la modalidad de alquiler en Movistar Plus, Rakuten TV, Jazztel TV, Orange TV y Play Pack Sala Cero.

Carla, una joven camarera que sueña con una vida mejor, es invitada a pasar una tarde en la playa con Víctor, un apuesto compañero de clase y sus peculiares amigos. Entre los dos surge una atracción inmediata, cada vez más intensa y profunda. La amistad, el amor y el deseo los unirá en un viaje a través del tiempo marcado por los primeros pasos hacia la madurez, el desencanto y la aceptación. Un viaje que cambiará sus vidas para siempre.

Con las Fallas y València como un personaje más, El que sabem es una película con vocación popular y carácter autoral, que aúna a Rosita Amores y a Samantha Hudson, las cuales sazonan un elenco de jóvenes promesas valencianas que deslumbran.

Nominada a cuatro Blogos de Oro, Premios del Cine Independiente Español, entre ellos al de Mejor Película, se alzó con el galardón al Mejor Actor de Reparto para Mauro Cervera i Just. Es además, la única producción valenciana presente este año en los premios de la Unión de Actores, donde Nakarey está nominada en la categoría de Mejor Actriz Revelación por su papel protagonista, con el doble mérito de ser la primera venezolana nominada a estos premios y lográndolo con un papel en valenciano.

El que Sabem se estrenó recientemente en Estados Unidos, México y Canadá, y próximamente lo hará en territorios como Reino Unido, Turquía, Francia o el Sudeste Asiático.

La ópera prima de Jordi Núñez inauguró la Mostra de Valencia compitiendo en su Sección Oficial y tuvo su première mundial en el IFFI Goa, además de pasar por festivales como Rizoma, Evolution Mallorca Film Festival o FICC Cartagena.

El que sabem es una película bella, hipnótica y trasversal. Una obra en la que cualquiera puede mirarse y descubrir algo de sí mismo -como muestran las críticas- y como demostró la ovación de casi diez minutos que recibió en la Mostra de Valencia. The Open Reel gestiona sus ventas internacionales y Conunpack su distribución en España.

El que sabem

26 FESTIVAL DE MÁLAGA. Crítica de ‘El año que nací’: El legado y la ausencia

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El año que nací

Las críticas de Daniel Farriol en el 26 Festival de Málaga 2023:
El año que nací

El año que nací es un drama costarricense que está dirigido por Daniel González-Muniz y Alberto Amieva Leyva. El guion corre a cargo del primero que también es uno de los protagonistas junto a Álvaro Marenco Marrocchi y Gabriel Ballestero Frech. La historia nos presenta a un joven profesor procedente de Chile que va a Costa Rica para pasar unos días en la casa de otro hombre que está cuidando de su padre enfermo, un exprofesor de artes de ochenta años cuya salud empeora cada día. No es un encuentro casual y está determinado por el pasado que une a los tres. La película ha podido verse en Marzo de 2023 dentro de la Sección Zonazine de la programación del 26 Festival de Málaga 2023.

El encuentro de tres hombres frente a la ausencia de dos mujeres

Los fantasmas familiares ligados a la sombra de la represión política subyacen en este intimista filme costarricense titulado El año que nací que fue rodado en tan solo 48 horas y en una única localización. La trama nos presenta a Pedro (Daniel González-Muniz), un profesor de Historia que llega a una casa situada en un paraje aislado de la población costarricense de San José, donde vive el joven psicólogo Gustavo (Gabriel Ballestero Frech) cuidando de su padre enfermo, Gerardo (Álvaro Marenco Marrocchi), un antiguo profesor de artes que aún conserva sus cuadros en el desván. Los tres hombres parecen no conocerse, pero en realidad guardan un pasado común que se nos irá desgranando poco a poco hasta eclosionar en un dramático final en el que las revelaciones cambiarán las dinámicas en su relación.

Los primerizos directores Daniel González-Muniz y Alberto Amieva Leyva, el primero chileno y el segundo mexicano, aseguran haberse inspirado para su película en las telenovelas latinas que se hacían en los años 80 para deconstruir el mito del macho que allí se cultivaba y lo hacen a través de una historia intergeneracional que obliga a los personajes masculinos a confrontar sus emociones desde la desnudez. Sin embargo, tal como lo veo yo, será precisamente la ausencia de dos mujeres que fantasmagóricamente sobrevuela por la estancia (representadas en dos cuadros) la que, en definitiva, perfilará la verdadera personalidad y acciones que emprenderán cada uno de ellos.

El año que nací

Una reconciliación en blanco y negro

El año que nací es un filme independiente, rodado con pocos medios y escaso presupuesto. El tono amateur de la propuesta se suple con un guion que crece en el recuerdo y que cobra más fuerza en todo aquello que no se expresa con palabras. Con apenas 63 minutos de duración, rodada en blanco y negro para los interiores de la casa (lo que potencia la sensación de asfixia) y a color en los exteriores, el filme nos propone un viaje introspectivo hacia la reconciliación al mismo tiempo que equipara el desmantelamiento de un pasado histórico con el de la propia casa en la que conviven los personajes.

Los directores hacen un uso irregular de la cámara como si quisieran participar en la ruptura estética de sus citados referentes telenovelescos a través de encuadres inesperados que no siempre concuerdan con la semiótica de las situaciones que plantean. A veces les funciona y en otras ocasiones no tanto, dejando la sensación de que es más el fruto de una improvisación escénica que de una esmerada planificación.

Pese a esas carencias e imperfecciones, El año que nací conserva el interés por las distintas lecturas que ofrece. Primero mantiene la intriga en el espectador que buscará desentrañar cuál es la relación existente entre los personajes y, tras la escena de ruptura, por cómo se le pondrá fin.

El año que nací

La desaparición de Nefertiti

Antes me refería a la ausencia de las mujeres como parte de la memoria colectiva compartida por los tres hombres, algo que cobra más fuerza mediante la analogía histórica que hace el personaje del profesor con la misteriosa desaparición de Nefertiti en los libros de Historia. La introducción de ese elemento posiblemente no sea la más sutil del mundo, pero sirve para sacar a relucir temas que subyacían en la historia y que de otra forma podían haber pasado desapercibidos.

En definitiva, El año que nací es una película pequeña sobre emociones masculinas soterradas donde se compara el silenciamiento histórico y sistemático que ha habido hacia las mujeres con el propio silenciamiento que han tenido que sufrir en su representación en la ficción. Lo más llamativo del filme es el trasfondo político que impregna todo el relato sin sobresalir nunca por encima de la parte humana, al igual que esa sencillez con que se nos cuenta todo a través de lo cotidiano.


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Póster oficial y fecha de estreno de ‘La habitación de las maravillas’

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La habitación de las maravillas

El 21 de abril llega a los cines La habitación de las maravillas, basada en la galardonada novela de Julien Sandrel del mismo nombre, y de la que ya podemos disfrutar del póster oficial.

La vida de Thelma da un giro trágico cuando un accidente deja en coma a su hijo Louis de 12 años. Decidida a despertarlo por todos los medios, acepta el alocado reto de completar una a una las «10 cosas que hay que hacer antes del fin del mundo» que él había escrito en su diario, para mostrarle todas las cosas maravillosas que ofrece la vida. Este viaje a través de los sueños de su hijo adolescente la llevará mucho más lejos de lo que nunca había imaginado, llegando a reavivar sus propias ganas de vivir.

La habitación de las maravillas está protagonizada por Alexandra Lamy (¿Quién es quién?, Sobre ruedas) y Muriel Robin (La familia no se escoge, Un paso adelante) y dirigida por Lisa Azuelos (Bienvenidos al mundo de LOL, I love América).

Una película que nos invita a descubrir todas las cosas maravillosas que ofrece la vida y que Notorious Pictures distribuirá en España con estreno exclusivo en salas de cine el día 21 de abril.

La habitación de las maravillas

Crítica de ‘The Gigantes’: Dos mujeres y sus soledades

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The gigantes

Las críticas de Laura Zurita:
The Gigantes

Asfixiada por las deudas que le dejó su madre tras morir, una joven white trash de EE. UU. emprende un viaje en coche a México, buscando que un antiguo amor la salve de su tumultuosa existencia. En el viaje será acompañada por una adolescente chicana que le miente para que le lleve a buscar a su padre.

The Gigantes está escrita y dirigida por Beatriz Sanchís (Todos están muertos) e interpretada por Samantha Jane Smith, Andrea Sutton, Ana Layevska, Regina Orozco, Pedro De Tavira, Kristyan Ferrer, Ian Stanley, Angelique Maurnae, Sebastián Buitrón, Mimí Lazo, Kevin Indio Copeland, Austin Taylor y Luisa Almaguer. Tras su paso por el Festival de Málaga de 2022 donde obtuvo el Premio a la Mejor Fotografía, la película se ha estrenado en España en la plataforma Filmin el día 3 de marzo de 2023. Nosotros tuvimos la oportunidad de verla en todo su esplendor en pantalla grande en un pase especial por cortesía de la directora.

Basura blanca

Hay cine que está hecho para distraernos de la realidad, para transmitir optimismo y una visión glamourosa y dulcificada de la vida. Otras películas, en cambio, tienen una visión descarnada de la vida, no necesariamente sombría ni pesimista, pero sí lúcida acerca de la complejidad y las contradicciones inherentes a la condición humana. The Gigantes pertenece a esta última categoría, mostrando un momento determinado de la vida de dos mujeres unidas por el azar, con muy poco en común, salvo su desesperada soledad.

JJ se agarra con las uñas a los bordes de una sociedad para no caer en la indigencia. La expresión «white trash», basura blanca, que se usa en los Estados Unidos para denominar a la gente de su clase, es una muestra cínica del desprecio y rechazo que provocan en la sociedad bien pensante. JJ va en busca del tesoro al otro lado del arco iris en forma de un antiguo amor. Se le une Esmeralda, una adolescente a la que nunca le ha faltado nada material y vive en una casa enorme en un vecindario de personas acomodadas. Esmeralda, sin embargo, también se siente sola y desea ir en busca de su grial.

The Gigantes

Mujeres y gigantes

Las dos mujeres emprenden un viaje triste, melancólico, que empieza y termina de manera abrupta. Recorren el lado oscuro y polvoriento de la sociedad, sorprendentemente parecido en dos países tan diferentes como son Estados Unidos y México. Como en casi todas las road movies, el viaje sirve para explorar los caminos íntimos de las dos protagonistas y para mostrarnos a personas y decorados. En The Gigantes nos encontramos con comunidades de personas tan marginales como JJ , moteles y tugurios de carretera, mucha arena, calor, soledad y esos gigantes de los que habla el título. 

En general, el guion progresa con fluidez  y mantiene el interés. Una de las paradas se antoja un tanto forzada, creada para mostrar una determinada figura, más declaración de intenciones que necesaria para la acción. 

The Gigantes

Final conciso y bien concebido

Uno de los momentos más delicados de una película es el final, que puede ser muy difícil de resolver hasta en las películas bien hechas. The Gigantes tiene un final conciso y visual, muy acorde con la película, con el mismo tono realista y un tanto desilusionado. Las mujeres siguen con sus vidas, puede que más maduras, quizás incluso un poco más sabias, pero no necesariamente más felices.

La banda sonora casa perfectamente con el ambiente, música country y rancheras que suenan en altavoces cascados y unos karaokes de pueblo con más encanto que técnica. La música tiene un gusto tan polvoriento y desilusionado como el resto de la película.   

La mención a la mejor fotografía en el Festival de Málaga es muy merecida, tanto por el cuidado con el que se retrata a los personajes como a las imágenes de belleza tan especial del desierto, en las que las figuras humanas aparecen pequeñas, solitarias y frágiles. 

Samantha Jane Smith (JJ), aparte de actriz, es bailarina de pole dance, y su cuerpo atlético y la confianza en sí misma conjugan a la perfección con la imagen de una luchadora que sigue defendiéndose aun cuando está contra las cuerdas. Andrea Sutton (Esmeralda) transmite a su personaje fragilidad y reserva, como una joven que busca salir del cascarón y fraguar su propia identidad, con una rebeldía que oculta una tremenda soledad.

The Gigantes, descarnada y valiente, retrata la huida hacia delante de unas mujeres que al final no podrán evitar encontrarse consigo mismas.


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