domingo, septiembre 28, 2025
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73 SSIFF. Retrospectiva – Lillian Hellman. Crítica ‘The North Star (La Estrella del Norte)’ (1943)

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Las críticas de Daniel Farriol:
Ciclo-Retrospectiva Lillian Hellman
The North Star (La Estrella del Norte) (1943)

The North Star (La Estrella del Norte) es un melodrama bélico estadounidense que está dirigido por Lewis Milestone (con la participación sin acreditar de William Cameron Menzies en escenas adicionales) y que cuenta con un guion escrito por Lillian Hellman (con la participación sin acreditar de Burt Beck en los diálogos adicionales de la versión manipulada). Segunda Guerra Mundial. En el verano de 1941, los alemanes invaden las poblaciones fronterizas de la Rusia comunista. Un grupo de jóvenes abandonan uno de estos pueblos, llamado Estrella del Norte, y emprenden un viaje que estará lleno de dificultades.

Está protagonizada por Anne Baxter, Dana Andrews, Walter Huston, Walter Brennan y Ann Harding. La película ha podido verse en el Festival de San Sebastián 2025 dentro de la Retrospectiva Clásica que han dedicado a la guionista.

Una película propagandística

The North Star (La Estrella del Norte) es una obra controvertida y contradictoria debido a su mensaje prorruso, pese a esta realizada en Hollywood. La razón es que durante un breve espacio de tiempo la Unión Soviética y los Estados Unidos se habían convertido en aliados y tocaba hacer campaña propagandística en favor de los nuevos amigos. El «blanqueamiento» llegó al cine con películas como Misión en Moscú (Michael Curtiz, 1943), Song of Russia (Gregory Ratoff y László Benedek, 1944) o la que nos ocupa. Para todas ellas se buscó un enemigo común, el nazismo, y se contó con directores de Europa del Este que habían recalado en Hollywood huyendo de la situación política de sus respectivos países.

En el caso de The North Star tamaña empresa recayó sobre los hombros del director moldavo Lev Milstein (rebautizado y americanizado en Hollywood como Lewis Milestone), quien ya había llevado a la pantalla el inolvidable relato antibelicista Sin novedad en el frente (1930). Este nuevo filme repitió la buena acogida de público y crítica, logrando 6 nominaciones al Oscar, pero fue algo efímero. Tras el inicio de la Guerra Fría en 1945 se cambiaron las tornas y los soviéticos volvieron a convertirse en el enemigo número uno de los norteamericanos, algo que afectó considerablemente a la recepción posterior que tuvo el filme.

Se decidió entonces realizar un nuevo montaje donde se suprimieron todas las referencias al pueblo ruso, llevando la acción a Hungría y cambiando el título original por el de Armored Attack. Los vientos de cambio también afectaron a la guionista Lillian Hellman, cuyo nombre apareció en la lista negra del senador McCarthy, siendo acusada de comunista y llamada a declarar.

Ucrania invadida por los nazis

El argumento de The North Star narra los primeros días de la invasión nazi a Ucrania a través de una serie de personajes que viajan por carretera ajenos a la guerra que se avecina sobre ellos. El planteamiento es bastante manipulador y no refleja para nada las tensiones geopolíticas que se vivían en una zona ya de por sí castigada debido a la intervención de la Unión Soviética en los años previos. Por contra, la guionista Lillian Hellman (que visitó Ucrania durante varias semanas para empaparse de la idiosincrasia de la zona) realiza un retrato pintoresco e idílico de la vida ucraniana, más propio de un episodio de Heidi que de una película con contexto histórico verídico.

Los primeros 35 minutos son insufribles, la presentación de los personajes principales se mueve entre la comedia y el musical, pero con una ingenuidad que da vergüenza ajena. En realidad, todo eso nos lo cuelan a modo de trampantojo para que el impacto posterior en el espectador sea mayor cuando llega el drama de la guerra. Es una técnica que le gustaba bastante a Hellman, iniciar sus historias desde la comedia ligera para golpear después con un giro melodramático, pero en esta ocasión se pasa de frenada con la ñoñería y después cuesta remontar el vuelo.

Adiós a la inocencia

A partir del inicio de la guerra se suceden varias secuencias que sorprenden por su atrocidad en la representación de la violencia: el primer bombardeo a las carretas, el ataque al pueblo en llamas o los métodos utilizados por los médicos nazis contra sus prisioneros. El contraste entonces con los primeros minutos es salvaje y demoledor. Milestone se muestra efectivo en las escenas de combate y deja su huella narrativa en algún momento concreto, por ejemplo, la escena en que una mujer va a ser torturada por los nazis y, al cerrarse la puerta de las dependencias, la cámara realiza un lento y significativo travelling hacia atrás para alejarse del lugar hasta que escuchamos el grito desgarrador de la mujer.

«Hoy hemos dejado de ser jóvenes», espeta el personaje de Marina Pavlov (Ann Baxter), tras ser atacados por los bombarderos nazis en la carretera dejando un reguero de cadáveres, entre ellos un niño. A partir de entonces los protagonistas se transforman en milicianos y se encargan de transportar un cargamento de armas para que los hombres del pueblo luchen en igualdad de condiciones contra los invasores nazis. El activismo político de Hellman se manifiesta claramente en la necesidad de que el pueblo debe involucrarse activamente en el conflicto.

El horror de la guerra

En general, la película plantea de manera constante la fuerza del orgullo del pueblo ruso y su capacidad de resiliencia ante las ofensas militares (a veces enfatizándolo con himnos patrióticos). Es por ello que se acusó a la película de realizar propaganda prosoviética, sin embargo, al estar focalizada en el pueblo ucraniano, su visión ahora resulta paradójica y encontramos un giro a la tortilla en el mensaje que se pretendía dar en su momento.

The North Star es un filme bélico menor, perjudicado por sus subrayados ideológicos, aunque contiene secuencias vibrantes de acción, tanto en los combates aéreos como a pie de tierra, mostrando una violencia inusitada contra los niños para reflejar sin tapujos el dolor provocado por la guerra. En ese retrato del horror, Hellman repite en su libreto la ceguera como elemento dramático, algo que ya utilizó en El ángel de las tinieblas (1935), y pone sobre la mesa la maldad humana sin límites al destapar cómo médicos nazis realizaron transfusiones de sangre a sus soldados heridos extrayéndosela a niños que dejaban morir por la anemia que les provocaban.


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73 SSIFF. New Directors. Crítica ‘Bad Apples’: La mala educación

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Las críticas de Daniel Farriol en el 73 SSIFF
New Directors
Bad Apples

Bad Apples es un thriller británico con elementos de humor negro que está dirigido por Jonatan Etzler con un guion de Jess O’Kane. Maria es una maestra de escuela primaria que hace todo lo posible para motivar a una clase de niños de 11 años, pero un estudiante particularmente rebelde y caótico obstaculiza sus objetivos. Con su carrera cuestionada, el comportamiento del niño va de mal en peor y su clase está fuera de control, Maria toma una serie de malas decisiones que la llevan a encerrar accidentalmente a esa manzana podrida en su casa.

Está protagonizada por Saoirse Ronan, Jacob Anderson, Eddie Waller, Nia Brown, Rakie Ayola, Robert Emms y Sean Gilder. La película ha podido verse en el Festival de San Sebastián 2025 dentro de la Sección New Directors.

Una sátira moral

Bad Apples es una sátira mordaz sobre la incapacidad del sistema educativo actual y de las estructuras sociales contemporáneas para lidiar con niños problemáticos en situaciones de estrés en el ámbito escolar. La protagonista de esta historia es Maria (Saoirse Ronan), una joven e inexperta profesora de primaria que recibe un ultimátum por parte del centro educativo en el que da clases al considerar que es una persona incapaz de controlar los episodios violentos de uno de sus alumnos. Por ejemplo, durante una excursión a una fábrica de sidra, el dulce infante provocará la avería de una de las máquinas, y, otro día,  en un nuevo ataque de ira lanzará por las escaleras a una de sus compañeras de clase.

Pese a todos los intentos de la profesora para comprender las reacciones del alumno, sufrirá una serie de desafortunados incidentes que le harán tomar decisiones en contra de sus propios principios. La fórmula para solucionar de golpe todos sus problemas será encerrar al alumno en el sótano de su casa, liberando al resto de sus compañeros del caos que provocaba su presencia en clase.

El director Jonatan Etzler nos regala una película vigorosa y salvaje, con un sentido del humor malsano que obliga a los espectadores a implicarse y posicionarse durante el caótico desarrollo de los acontecimientos. El discurso moral del trasfondo nos plantea cuestiones controvertidas que poseen respuestas complejas y no siempre complacientes, pero al hacerlo a través del género, con una clara incursión en el thriller psicológico, o de la comedia absurda, estirando los conflictos de los personajes hacia lo puramente inverosímil, transforma los gags en reflexiones, y/o viceversa.

La mala educación

¿Son las manzanas podridas de la sociedad elementos prescindibles para el buen funcionamiento de las normas establecidas? ¿O esas manzanas podridas son precisamente un producto de la falta de humanidad en una sociedad enferma? ¿Es necesaria la mano dura para corregir los comportamientos negativos en la infancia? ¿O es la falta de cariño y comprensión la que genera esos comportamientos? Esas son algunas de las grandes cuestiones que plantea la película a través del inteligente guion de Jess O’Kane que no teme meterse en el fango en muchas ocasiones aunque opte por un desenlace abierto donde elude posicionarse con la claridad que hubiera sido necesaria.

Bad Apples utiliza un lenguaje narrativo directo, moderno y dinámico que atrapa al público dentro de su espiral de violencia indómita. Por el camino se pone en entredicho la calidad de la educación pública y las herramientas de control que poseen los profesores para intervenir en casos que perturban la convivencia entre los alumnos, pero sobre todo, la película lo que quiere denunciar es el fracaso en el modelo de responsabilidad compartida entre centros escolares y familias en lo que hace referencia a la educación de los niños, ya que ambas partes están delegando sobre el otro su propia responsabilidad en el asunto y porque los cambios sociales han puesto en entredicho la autoridad que pueden ejercer sobre los niños.

Aplaudir actos delictivos

La ironía de Bad Apples resulta incómoda porque nos sitúa frente a un espejo donde nuestro reflejo se retuerce hasta traspasar las líneas rojas de lo éticamente reprochable, sin embargo, también resulta satisfactoria cuando las decisiones más terribles obtienen un reconocimiento positivo por parte del entorno. Así lo demuestran los efusivos y espontáneos aplausos escuchados en mitad de las proyecciones de la película (la secuencia en que la niña más repelente de clase descubre todo el pastel y quiere sacar su propio beneficio del asunto). ¿Era un objetivo de la película conseguir esa reacción? No lo creo, es más, esa reacción ratifica las contradicciones que tenemos los seres humanos ante situaciones de conflicto que interpelan o sacuden a nuestra zona de confort, incluso desde la distancia otorgada por la ficción en una pantalla de cine.

Es cierto que podemos achacar a Bad Apples que plantea pocas soluciones reales para contrarrestar los problemas educativos, que los personajes secundarios están poco definidos o que algunas situaciones tienen una perspectiva de gran guiñol que perjudica la permeabilidad del discurso crítico, pero son detalles que no impiden el disfrute de la presencia de una estupenda Saoirse Ronan, cuya interpretación nunca cae en la caricatura, de la vuelta de hoja que se da al subgénero «de profesores inspiradores», y que cuenta en su haber con algunos tan ilustres como Michelle Pfeiffer o Sidney Poitier, o de la hipérbole pesimista acerca de la condición humana planteada a contrapelo del buenismo generalizado de hoy en día.


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Pieza especial en exclusiva de ‘Mi amiga Eva’, décimo largometraje de Cesc Gay

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Pieza especial en exclusiva de 'Mi amiga Eva', décimo largometraje de Cesc Gay

Mi amiga Eva, décimo largometraje de Cesc Gay, es una comedia sobre el juego del amor con Nora Navas, Juan Diego Botto y Rodrigo de la Serna. La película llega este viernes 19 de septiembre a los cines de la mano de Filmax, y con motivo de su estreno tenemos una pieza especial en exclusiva, «Del guíón a la pantalla»:

Tras Sentimental e Historias para no contar, el director de Truman vuelve con una comedia que aborda la crisis de pareja a los 50 e invita a redescubrir el juego del amor.

Escrita por el propio Cesc Gay junto a Eduard Sola (Casa en flames, La virgen roja, El cuerpo en llamas, etc.), en la película, Eva es una mujer de 50 años casada desde hace más de veinte y con dos hijos adolescentes. Durante un viaje de trabajo en Roma, Eva se da cuenta de que quiere volver a enamorarse antes de que sea «demasiado tarde». Ya en Barcelona, Eva empieza una nueva vida de soltera abierta al juego de la seducción y el romance. A lo largo de un año seguiremos a esta mujer que ha roto con su mundo buscando un sentimiento. Un imposible, pero quizás el azar pueda rescatarnos.

La historia, que se desarrolla entre Barcelona y Roma, está protagonizada por Nora Navas acompañada de Juan Diego Botto y Rodrigo de la Serna. Completan el reparto de Mi amiga Eva Àgata Roca, Fernanda Orazi, Francesco Carril, Marian Álvarez y Miki Esparbé. Os dejamos nuestra crítica aquí.

Crítica de ‘La primera escuela’: Las escuelas que cambiaron el mundo

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Critica de La primera escuela: Las escuelas que cambiaron el mundo

Las críticas de Laura Zurita:
La primera escuela

En la Francia rural de 1889, una maestra parisina, Louise Violet, es destinada a una aldea remota con la misión de implantar la enseñanza pública, laica y obligatoria. En un lugar donde la vida gira al ritmo de las estaciones y el trabajo de la tierra, la llegada de la profesora choca con la desconfianza de las familias: los niños deben quedarse para ayudar en las cosechas y la escuela se considera prescindible. Con paciencia, vocación y firmeza, Louise se gana poco a poco la confianza del pueblo y logra abrir la primera escuela, un cambio que transformará la vida de los niños y de la comunidad.

La primera escuela está escrita y dirigida por Éric Besnard. En su reparto encontramos a Alexandra Lamy, Grégory Gadebois, Jérôme Kirchey y Jérémy Lopez, entre otros. La película se estrena en España el 19 de septiembre de 2025, de la mano de A Contracorriente Films.

Critica de ‘La primera escuela’: Las escuelas que cambiaron el mundoEl cambio imparable

La primera escuela muestra la lucha de una maestra de escuela, la primera en un pueblo francés. La profesora viene de lejos, a un pueblo que no la espera ni parece tenerla en la más mínima estima. Y es que en el pueblo está muy enraizado el modo de vida tradicional, en el que los niños forman parte del tejido económico. La película nos va presentando los obstáculos a los que la mujer se enfrenta y cómo la sociedad va cambiando gracias a su constancia y a la ley de educación obligatoria.

Se trata de una película de diseño clásico, cine de época para contar un hecho importante en un marco histórico, en este caso, la educación como creadora de futuro e instrucción. Con un tono amable y una historia bien definida, la historia de Louise Violet se abre camino en una sociedad con un acendrado miedo al cambio. Su victoria llega poco a poco: su fuerza reside en la paciencia y en los pequeños avances, más que en un golpe puntual.

Los conflictos y las resistencias en la sociedad se van verbalizando en La primera escuela a través de diálogos cortos, pero llenos de sentido: las desconfianzas de los padres, los miedos de los campesinos ante un avance que perciben como amenaza. Alexandra Lamy encabeza el reparto con una presencia de mujer madura y curtida, que domina la historia como una fuerza lenta y amable pero avasalladora. Gregory Gadebois la acompaña en un papel difícil que tiene que combinar un carácter introvertido con una emocionalidad no por reprimida menos cierta. Los personajes del pueblo, además, tienen también su fuerza tranquila pero muy real: miradas recelosas, manos curtidas y una gran testarudez.

La fotografía de La primera escuela está muy cuidada y retrata la progresión de las estaciones, una metáfora de la atmósfera en el pueblo. La luz natural capta las texturas del paisaje rural, tan inclemente en invierno como prometedor en primavera. El diseño de producción y el vestuario se esfuerzan por reconstruir tanto las formas como el espíritu de la época. Desde el modesto vestuario hasta los objetos cotidianos y los alojamientos miserables, todo transmite la dureza de la vida rural que la escuela contribuirá a transformar. Las aulas mínimas, los interiores austeros, todo contribuye a hacer creíble la implantación de la escuela como un pequeño acto revolucionario.

Critica de La primera escuela: Las escuelas que cambiaron el mundoPrima la serenidad

La primera escuela prima la serenidad y la explicación gradual sobre la complejidad del conflicto social que se apunta en el pasado de Violet. La película evita la confrontación directa y rara vez explora las aristas más duras de la resistencia social y las tensiones económicas en contra del cambio, que eran muy reales. De esta manera, La primera escuela es un retrato estilizado más que en un documento histórico exhaustivo: el mensaje de la educación como motor de libertad se transmite sin ambages, con la claridad y la ternura propias del cine familiar y didáctico.

La primera escuela tiene un ritmo lento que reproduce la gradualidad del cambio, sin grandes enfrentamientos ni momentos dramáticos, ya que la transformación es progresiva: se convence a unos y a otros de manera pausada. Ese tempo tranquilo, lejos de ser una carencia, es coherente con la historia que se cuenta.

En definitiva, La primera escuela reivindica valores básicos en la sociedad actual, tales como la educación universal. Es una película de corte clásico sobre un momento relevante en la construcción de las sociedades modernas, una narración sobre cómo una mujer y su vocación —metonimia de la educación pública— pueden abrir una ventana de futuro. Cine de buena factura, apto para familias y para quienes buscan en la sala una historia humana, serena y conmovedora.


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Critica de ‘Mi amiga Eva’: Una decisión valiente

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Critica de ‘Mi amiga Eva’: Una decisión valiente

Las críticas de Laura Zurita:
Mi amiga Eva

Eva, una mujer de cincuenta años, lleva más de dos décadas casada y es madre de dos adolescentes. Durante un viaje de negocios a Roma, descubre que algo en su interior necesita cambiar: siente la urgencia de reencontrarse con el amor, con el deseo, con la posibilidad de volver a empezar. De regreso en Barcelona, toma la decisión de separarse y emprender un año de nuevas experiencias, encuentros y desencuentros que ponen a prueba su idea de la felicidad. Entre dudas, ilusiones y tropiezos, Eva inicia un viaje íntimo que cuestiona las certezas de la madurez y la aparente estabilidad de su vida.

Mi amiga Eva está dirigida por Cesc Gay sobre un guion de Cesc Gay y Eduard Sola. En su reparto encontramos a Nora Navas, Juan Diego Botto, Rodrigo de la Serna, Àgata Roca, Francesco Carril, Marián Álvarez, Miki Esparbé y Mercedes Sampietro. La película se estrena en España el 19 de septiembre de 2025 de la mano de Filmax.

Critica de ‘Mi amiga Eva’: Una decisión valienteHistoria íntima y cotidiana

Dentro del cine español, Cesc Gay es un cineasta ya veterano, con una trayectoria coherente marcada por la observación íntima de las relaciones humanas, los silencios que duelen y los afectos que se enquistan. Desde sus primeros trabajos como Krámpack (1998) hasta Truman (2015) e Historias para no contar (2022), Gay ha explorado distintas formas del amor, la amistad y la cotidianidad, siempre con cierta mirada melancólica y también con humor. Con Mi amiga Eva, Gay vuelve a centrarse en el cine de los afectos, con una protagonista femenina en el centro de la crisis existencial: Eva, mujer de cincuenta años que descubre que lo que tiene ya no le basta.

Mi amiga Eva se encuadra en la obra de Gay, enfocando una historia íntima, narrada con la necesaria distancia para respetar al personaje. Su raíz está en la vida normal, con hechos cotidianos, ordinarios, que pueden resonar en muchos espectadores. Eva representa a tantas personas que, en un momento de la madurez, se enfrentan a la pregunta: ¿lo que tengo es lo que quiero?

Critica de ‘Mi amiga Eva’: Una decisión valienteGran Nora Navas

Nora Navas ofrece una interpretación muy natural en Mi amiga Eva, con la fuerza de una mujer que hace algo inesperado. Nos hace creíble una decisión que podría parecer normal en otro contexto, pero que aquí se siente dramática. Su arrojo y autenticidad son el eje que sostiene el relato. Junto a ella, Juan Diego Botto y Rodrigo de la Serna aportan matices a los distintos hombres que atraviesan el itinerario sentimental de Eva: Botto como esposo que parece perfecto, pero siempre presente, de la Serna como encuentro y símbolo de lo deseado.

Visualmente, la fotografía de Andreu Rebés en Mi amiga Eva aporta un aire íntimo y un tono suave, casi otoñal, a la vida de Eva. La puesta en escena evita subrayados y mantiene un resultado natural y cercano, cotidiano, que refuerza la sensación de convivir con los personajes. La banda sonora de Arnau Bataller acompaña con sutileza, sin imponerse, reforzando la atmósfera íntima.

El relato de Mi amiga Eva descansa en pequeñas escenas y detalles, pero el ritmo es desigual: largas elipsis se alternan con momentos muy reflexivos. El guion, en ocasiones, recurre a clichés de los divorciados maduros: desencantos maritales, inseguridades sobre los propios deseos y conflictos entre la vida íntima y los hijos. Aún así, la película encuentra su fuerza en la honestidad del retrato y en su capacidad de conectar con quienes reconocen en Eva sus dudas y anhelos.

En resumen, con Mi amiga Eva, Cesc Gay confirma su talento para retratar lo íntimo con honestidad. El personaje de Nora Navas encarna las dudas de la madurez y la necesidad de reinventarse. Aunque el guion recurra a momentos previsibles y el ritmo sea desigual, conectará con un público que aprecie su sencillez, su cercanía y que se pueda reconocer en Eva.


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Critica de ‘Las delicias del jardín’: Un proyecto muy personal

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Critica de ‘Las delicias del jardín’: Un proyecto muy personal

Las críticas de Laura Zurita:
Las delicias del jardín

Fermín (Fernando Colomo) es un reconocido pintor abstracto que atraviesa una severa crisis personal y económica. Su mano, que en su día creó obras de gran valor, ha comenzado a temblarle, impidiéndole trabajar con la precisión que lo caracteriza. Al borde de la ruina, se ve obligado a mudarse al estudio de su amigo, el exitoso artista Javier de Juan.

El panorama se complica con la llegada de su hijo Pablo (Pablo Colomo), un pintor figurativo que, tras un largo viaje por la India, se instala con él. Las visiones opuestas del arte y de la vida de padre e hijo no tardan en chocar, creando un ambiente de convivencia caótico.

En medio de este torbellino, Pepa (Carmen Machi), exmujer y galerista de Fermín, les hace una propuesta que podría salvarles: participar en un concurso con un premio millonario para crear una versión moderna del icónico tríptico de El Bosco, El jardín de las delicias. Padre e hijo deberán dejar a un lado sus diferencias para colaborar en este proyecto que podría cambiar sus vidas.

Las delicias del jardín está dirigida por Fernando Colomo, quien también escribe el guion con su hijo Pablo Colomo. En el reparto, aparte de Fernando y Pablo Colomo tenemos a Carmen Machi, Antonio Resines, María Hervás, Luis Bermejo y Brays Efe. La película se estrena el España el 19 de septiembre de 2025 de la mano de Vértice Cine.

Critica de ‘Las delicias del jardín’: Un proyecto muy personalComplicidad creativa entre los Colomo

Fernando Colomo presenta un proyecto profundamente personal en Las delicias del jardín, una obra donde ejerce no solo de director y coguionista, sino que también asume el rol protagónico. En este ejercicio juguetón se entrelaza la experiencia vital y artística del cineasta con la narrativa cinematográfica, un espejo que refleja la complicidad creativa con su hijo, Pablo Colomo, quien colabora en el guion y se sitúa ante la cámara. El reparto, una constelación de talentos del cine español, conjuga la veteranía de figuras como Carmen Machi y Antonio Resines con la frescura de nuevas generaciones, representadas por María Hervás y Brays Efe.

Las delicias del jardín aborda con desparpajo las vicisitudes y superficialidad del mundo del arte, la introspección del artista en su madurez y la compleja urdimbre de las relaciones familiares. Todo ello se despliega bajo el sello de un estilo fresco y desenfadado, tan característico de Colomo. La obra navega entre la metaficción y la autoficción, con un tono que oscila entre la ironía, la sátira y una valiente exploración personal de la senectud y la vulnerabilidad creativa.

La trama de Las delicias del jardín nos presenta a un artista consagrado, con un pasado cómodo y un futuro incierto, tanto en su devenir artístico como en su salud. Su hijo, un pintor figurativo que vive a la sombra de sus padres mientras busca su propio camino, choca frontalmente con la visión del mundo de su madre, una galerista de arte. Esta colisión de perspectivas desata un debate fundamental: ¿es el arte una expresión personal, o se reduce a una mera mercancía en el mercado? También se añade una buena porción de crítica a esas personas que se aprovechan de la creatividad de los demás para brillar en las redes sociales con plumas ajenas.

Desde el plano técnico, Las delicias del jardín se beneficia de la fotografía de José Luis Alcaine, y la banda sonora de Fernando Furones. La elección de rodar ciertas secuencias con dispositivos móviles otorga a Las delicias del jardín de una textura espontánea y peculiar, reforzando la sensación de ligereza e improvisación que permea el filme.

Critica de ‘Las delicias del jardín’: Un proyecto muy personalComedia muy ligera

Las delicias del jardín es una comedia fresca y ligera, donde las situaciones hilarantes brotan de la cotidianidad y de las imperfecciones humanas. Si bien esta frescura es su mayor virtud, a veces se convierte en una debilidad, haciendo que la trama se disperse en escenas que resultan anecdóticas o prescindibles.

La ligereza de la historia puede llevar al espectador a cuestionar si hay sustancia en Las delicias del jardín. Sin embargo, la química genuina entre padre e hijo en pantalla es innegable y natural. El filme se ilumina con la presencia de Carmen Machi, cuyo personaje, rebosante de energía, aporta sensatez y un foco muy necesario a la informalidad casi adolescente de los protagonistas. Los diálogos de Antonio Resines, aunque cortos, le sientan de maravilla a actor y las actuaciones de María Hervás y Brays Efe encajan de forma orgánica en la dinámica del conjunto.

En conclusión, a pesar de su trama sencilla y de la ligereza que a veces la lleva a la dispersión, Las delicias del jardín es indiscutiblemente una obra muy personal de su director, una reflexión sobre la creación, la paternidad y la aceptación del declive. Colomo se atreve a entregar un autorretrato de tono sincero, una reflexión sobre la validez del legado artístico y la futilidad de la fama. Es una película que, aunque no aporte un recuerdo imborrable, se disfruta en el momento y nos deja ver que la verdadera belleza convive  con nuestras imperfecciones.


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73 SSIFF. Retrospectiva – Lillian Hellman. Crítica ‘Another Part of the Forest’ (1948)

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Las críticas de Daniel Farriol:
Ciclo-Retrospectiva Lillian Hellman
Another Part of the Forest (La otra cara del bosque) (1948)

Another Part of the Forest (La otra cara del bosque) es un drama estadounidense que está dirigido por Michael Gordon y que cuenta con un guion escrito por Vladimir Pozner, adaptando la obra teatral homónima de Lillian Hellman. En 1880, tras celebrarse el día de los confederados en Bowden, Alabama, los miembros de la familia Hubbard mantienen una relación de absoluta frialdad con el resto de conciudadanos, prevaleciendo por encima de todo su estatus social y los resentimientos del pasado.

Está protagonizada por Fredric March, Dan Duryea, Edmond O’Brien, Ann Blyth y Florence Eldridge. La película ha podido verse en el Festival de San Sebastián 2025 dentro de la Retrospectiva Clásica que han dedicado a la guionista.

Another Part of the Forest

Los Hubbard contra el pueblo

Another Part of the Forest es una precuela poco conocida de la película La loba (William Wyler, 1941), siendo ambas películas las adaptaciones de sendas obras teatrales escritas por Lillian Hellman. En esta ocasión no fue ella la encargada de trasladar su texto a guión cinematográfico, el trabajo fue encargado al escritor y traductor francés de ascendencia ruso-judía Vladimir Pozner, que se había exiliado en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y que, tras ser incluido en la lista negra de McCarthy, tuvo que abandonar el país para seguir trabajando.

La trama de la película nos sitúa unos 15 años después del final de la Guerra Civil y unos 20 años antes de los hechos acontecidos en la película original. La familia Hubbard vive afincada en Bowden (Alabama), un pequeño pueblo que controlan económicamente con sus negocios. Pese a la productividad y riqueza que generan para el pueblo, no están bien vistos por el resto de ciudadanos. La razón principal es que durante la guerra, el patriarca de los Hubbard, Marcus (Fredric March), sacó partido de la necesidad del pueblo subiendo el precio de la sal. Los más desfavorecidos tras la guerra piensan en malvenderles sus tierras o pedirles un préstamo porque son los únicos en el pueblo a los que recurrir con capacidad para invertir, y los Hubbard se aprovechan de esa situación.

Por otro lado, también existen sospechas fundadas de que alguien de la familia traicionó a los soldados confederados que cayeron en combate. Cada año se efectúa un acto conmemorativo junto a una estatua en su honor, pero allí los Hubbard no son bienvenidos.

La caracterización de los personajes

El retrato familiar de los Hubbard es contundente y forma parte de la crítica social que hace Another Part of the Forest a las élites confederadas que defendieron la esclavitud para mantener su poder económico, su estatus social y su influencia política. El modo de vida de la familia Hubbard se basa en la codicia y en la manipulación de los demás para lograr los objetivos fijados, pero el choque de intereses entre cada miembro del clan será el eje alrededor del que se construye la historia.

Marcus es un tirano que maltrata a su sumisa esposa, Lavinia (Florence Eldridge), una mujer religiosa y conciliadora que vive atormentada por los pecados de toda su familia. Sus tres hijos, Regina, Oscar y Benjamin, han salido al padre. Regina (Ann Blyth, actriz que tomó el testigo del rol desempeñado por Bette Davis), es una joven caprichosa que se camela a su padre siempre que quiere para gastarse el dinero en vestidos caros, aunque a sus espaldas mantiene un romance en secreto con el soldado John Bagtry (John Dall) que no está bien visto por Marcus. Se insinúa cierta atracción incestuosa por parte del progenitor en esa relación padre-hija de la que ella se aprovecha.

Oscar (Dan Duryea), de apariencia ingenua e inteligencia limitada, quiere casarse con Laurette (Donna Drake), una bailarina de can-can que pertenece a la clase baja, pero es un tipo que sacia sus inseguridades bajo el refugio de las sábanas del Ku-Klux-Klan. Y finalmente, Benjamin (Edmond O’Brien), el más ambicioso y maquiavélico de los tres, está obsesionado con ocupar el lugar de su padre y se divierte fastidiando los planes de los demás.

El teatro filmado puede ser fascinante

Esa telaraña de relaciones y conspiraciones se nos presenta en Another Part of the Forest a través de diálogos incisivos y un dinamismo en la acción increíblemente entretenido. Los personajes están tan bien construidos que repudias su comportamiento al mismo tiempo que te sientes fascinado por ellos.

Sin duda, Michael Gordon, otro de los damnificados por la «caza de brujas», es un director a reivindicar porque su nombre no es demasiado recordado pese a contar en su filmografía con obras notables adscritas a distintos géneros. Aquí ofrece una lección magistral de cómo adaptar una obra teatral a la pantalla sin caer en la monotonía. Muchas escenas evidencian ese origen en las tablas, pero el planteamiento visual saca partido al movimiento escénico con inteligencia, ya sea con una tormenta amenazadora que transmite la tensión existente en el interior de la casa o como ese espeluznante momento en la tienda familiar donde la cabeza de Oscar golpea unas botas que cuelgan del techo (el encuadre de cámara nos sugiere pensar en los inocentes ahorcados por el KKK).

Además, la película cuenta con un reparto soberbio donde destacan las composiciones de Fredric March y Edmond O’Brien, aunque todos los intérpretes aportan una caracterización enriquecedora a su personaje, incluso los secundarios como Birdie Bagtry (Betsy Blair) tienen enjundia y profundidad. Por desgracia, la película no obtuvo el éxito de su precedente y ocasionó pérdidas a la productora, supongo que el público demandaba historias más ligeras o con personajes buenistas. Aquí, la heroína inesperada del filme acaba siendo la sufridora Lavinia, que tras los constantes desplantes y humillaciones por parte de su marido y al descubrir que la mala semilla ha germinado sus tres hijos, repudia de todos ellos en una secuencia antológica, sin mirar atrás para evitar convertirse en estatua de sal.

Another Part of the Forest

Que el bosque te deje ver los árboles

Another Part of the Forest es una categórica bofetada a la ambición desmedida del capitalismo y su impúdica forma de asfixiar a las clases bajas. También es un retrato de la maldad humana, del egoísmo y del poder de manipulación que poseen algunas personas siempre actuando en su propio beneficio. Más doloroso resulta si esas acciones se realizan contra miembros de tu familia. El castigo para ellos que plantea la película es que reluzca la verdad para dejarlos solos y abandonados en su miseria moral.

El filme nos sitúa en el sur de los Estados Unidos tras la derrota en la Guerra Civil para así ahondar de manera profunda en el sentimiento de inferioridad y pérdida que eso acarreó a los sureños. «Ustedes ganaron la guerra, la pueden olvidar», cita un personaje en uno de los ingeniosos diálogos de los que está repleta la película, Hellman y Pozner nos transmiten desde el subtexto cómo el dolor y el resentimiento infinitos terminan por germinar sentimientos putrefactos que se transmiten de generación en generación. Toca reivindicar como obra independiente el filme Another Part of the Forest, nacido a la sombra del de William Wyler, por ser un lúcido y maravilloso estudio de personajes, con diálogos trufados de ingenio que te atraviesan como alfileres, giros de guion inesperados, y una trama rica en lecturas que no ha perdido su vigencia en la actualidad.


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Critica de ‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’: Magia tecnológica al servicio de un romance

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Critica de ‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’: Magia tecnológica al servicio de un romance

Las críticas de Laura Zurita:
Un gran viaje atrevido y maravilloso

Sarah y David se conocen por casualidad en la boda de un amigo. Dos vidas marcadas por la rutina, los rencores y la nostalgia se cruzan cuando, tras la ceremonia, un extraño encargo —un coche de alquiler con un GPS que no responde a la lógica— los arrastra por puertas inesperadas: umbrales que funcionan como pasadizos a momentos decisivos de su pasado. A través de esas incursiones en recuerdos y bifurcaciones, ambos deben enfrentarse a errores, pérdidas y decisiones que los han dejado donde están. El viaje no promete soluciones mágicas, sino la posibilidad de mirar de frente lo que no se habló y, quizá, volver a elegir.

Un gran viaje atrevido y maravilloso está dirigida por Kogonada sobre un guion de Seth Reiss. En su reparto encontramos a Margot Robbie (Sarah), Colin Farrell (David), junto a secundarios como Kevin Kline, Phoebe Waller-Bridge, Lily Rabe Jodie Turner-Smith, entre otros. La película se estrena en España el 19 de septiembre de 2025 de la mano de Sony Pictures Releasing.

Critica de ‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’: Magia tecnológica al servicio de un romanceRomántica, mágica y psicológica

La cinematografía de Kogonada siempre se ha caracterizado por la contención y la precisión visual, pero en Un gran viaje atrevido y maravilloso decide arriesgarse con una fusión curiosa: comedia romántica, realismo mágico y estudio psicológico. El resultado es irregular, con momentos inspirados y otros demasiado enfáticos, que oscilan entre lo tierno, lo didáctico y lo cursi.

Un gran viaje atrevido y maravilloso empieza y termina como una comedia romántica. Su arranque, en una boda, establece con claridad que Sarah y David llegan solos y por elección propia, y que esa soledad es lo que los define. No es un punto de partida nuevo, pero sí el primero de los pilares narrativos: el esquema clásico del “chico y chica que se encuentran”. El final, sin desvelar detalles, también podría encajar en ese molde, como si la película quisiera enmarcar todo el trayecto dentro de una fórmula conocida. El envoltorio es el de una fábula mágica, pero la base sigue siendo la de la comedia romántica tradicional.

El segundo pilar es el elemento fantástico: un GPS que los conduce a través de puertas que son auténticos pasajes a sus recuerdos. Este recurso es original, divertido y lo más fresco de la película, aunque funciona más como mecanismo narrativo que como metáfora. Su valor reside en mover la acción y empujar a los personajes a seguir viajando, no tanto en lo que significa, sino en cómo articula el relato.

Un gran viaje atrevido y maravilloso tiene un tercer pilar en el estudio psicológico de los recuerdos de los personajes. A través de las puertas, los protagonistas revisitan su pasado. En un primer momento, con episodios recientes o anécdotas sin gran peso, luego momentos más decisivos. Aquí se adentra en un terreno desigual: cuando encuentra un detalle que ilumina un gesto o una herida, funciona; pero cuando fuerza lo introspectivo, cae en un psicologismo recargado que resulta repetitivo. A veces parece teatro experimental filmado, con escenas excesivamente explicativas que restan naturalidad a la emoción.

Critica de ‘Un gran viaje atrevido y maravilloso’: Magia tecnológica al servicio de un romanceUna pareja atractiva

Visualmente, la propuesta de Un gran viaje atrevido y maravilloso busca ser tan hermosa que por momentos resulta excesiva. La fotografía de Benjamin Loeb explota los contrastes entre rojo y azul, con todo su contenido simbólico, entre escenarios domésticos y pasajes oníricos. La estética de cuento es coherente y está bien resuelta, con puertas que abren universos propios, cada uno diseñado con esmero. La música de Joe Hisaishi refuerza esa atmósfera entre lo íntimo y lo mágico, alternando lo diegético y lo extradiegético para envolver al espectador.

Margot Robbie y Colin Farrell son el sostén de Un gran viaje atrevido y maravilloso. Robbie ofrece una interpretación contenida de una mujer que pretende mantener la vida a distancia. Farrell encarna esa melancolía que tan bien cuadra con su físico. Entre ambos construyen la tensión necesaria para sostener un relato en el que el resto del reparto queda reducido a figuras laterales.

Un gran viaje atrevido y maravilloso se detiene con frecuencia en reflexiones sobre la culpa y la añoranza, con argumentos que acaban repitiéndose. Algunas visitas al pasado ofrecen hallazgos auténticos, pero otras no alcanzan a explicar por qué ciertos hechos marcaron tanto a los personajes: se mencionan como decisivos, sin que el espectador pueda sentir su verdadero peso.

En resumen, Un gran viaje atrevido y maravilloso es una película ambiciosa, pero irregular. Eso sí, es honesta en sus intenciones de deslumbrar y maravillar, aunque sin lograrlo del modo que pretende. Quien se entregue a su tono encontrará una fábula visualmente deslumbrante, con momentos de auténtica belleza, aunque atrapada en una tensión constante entre sus ideales románticos y sus pretensiones mágicas y psicológicas.


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73 SSIFF. Retrospectiva – Lillian Hellman. Crítica ‘These Three (Esos tres)’ (1936)

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Las críticas de Daniel Farriol:
Ciclo-Retrospectiva Lillian Hellman
These Three (Esos tres) (1936)

These Three (Esos tres) es un melodrama estadounidense que está dirigido por William Wyler con guion de Lillian Hellman, quien adaptó su obra teatral homónima «The Children’s Hour». Karen y Marta, compañeras de la universidad y ya graduadas, convierten una granja que ha heredado Karen de su abuela en un colegio para chicas. Pero un día las dos profesoras y el doctor Joe Cardin, el médico que las animó a construir la escuela, se ven envueltos en un escándalo cuando una alumna perversa se dedica a difamarlos.

Está protagonizada por Miriam Hopkins, Merle Oberon, Joel McCrea, Catherine Doucet, Alma Kruger, Bonita Granville y Marcia Mae Jones. La película ha podido verse en el Festival de San Sebastián 2025 dentro de la Retrospectiva Clásica que han dedicado a la guionista.

La hora de los niños

These Three (Esos tres) es la primera adaptación de la obra «The Children’s Hour» de Lillian Hellman, que el propio William Wyler se encargaría de llevar a la pantalla 25 años después en un remake más fiel al texto original en La calumnia (1961), cuyo éxito popular ha ensombrecido los indudables méritos que posee esta temprana versión. Hay que poner en contexto que en los años 30 surgió un código de censura en las producciones cinematográficas, conocido como Código Hays, que buscaba salvaguardar la moralidad y las buenas costumbres del American Way of Life para no ofender a los espectadores, en especial, en el tratamiento de la sexualidad, la violencia o la religión. De hecho, el título original de la obra «La hora de los niños» creo que alude más al comportamiento que tenemos los adultos en algunos asuntos que a los propios infantes.

Debido a ello, el argumento de esta primera versión tuvo dos cambios fundamentales respecto a la obra teatral que sí se recuperarían en la versión de 1961 gracias a una conciencia social más laxa en estos temas. La trama nos presenta a dos compañeras de la Universidad, Karen (Merle Oberon) y Martha (Miriam Hopkins), que deciden convertir una granja cochambrosa en una escuela para niñas. Se elimina cualquier atisbo de la atracción homosexual que siente una de ellas por la otra y, en su lugar, el conflicto principal surgirá del triángulo sentimental que formarán ambas mujeres junto a Joe Cardin (Joel McCrea), un doctor que trabaja en un hospital cercano y que tras su jornada laboral acude cada día a ayudar a las chicas con las reformas domésticas.

La calumnia está en plena vigencia en nuestra sociedad

El guion de Lillian Hellman repite aquí la idea del triángulo sentimental de El ángel de las tinieblas (Sidney Franklin, 1935), esta vez con dos mujeres y un hombre, anteponiendo el retrato de amistad entre los tres por encima de los sentimientos personales de cada uno. Sin embargo, en ambos casos, la situación acaba siendo insostenible con el paso del tiempo y siempre hay un perdedor. La censura evitó el suicidio narrado en la obra original (que adquiría un sentido diferente debido al sentimiento de culpa y de vergüenza que sentía la mujer lesbiana ante la desaprobación social del entorno y de su propia amiga), para transformarlo simplemente en un adiós irreconciliable debido a la confianza maltrecha entre ambas mujeres.

Pero más allá de esos cambios sustanciales de fondo, la esencia de la historia principal se mantiene en These Three (Esos tres), porque lo que realmente quiere transmitirnos Hellman es el poder de la mentira en la sociedad y cómo su propagación a través del chismorreo puede infectar para siempre la reputación y la vida de personas honradas. Sin duda, es un tema de rabiosa actualidad debido al mal uso que se hace de las redes sociales como transmisoras de fake news o juicios paralelos realizado a diario por personas anónimas que ni siquiera conocen realmente el contexto de las cosas.

En los años 30 nadie podía imaginar a dónde nos llevarían los avances tecnológicos, pero la maldad humana sigue siendo la misma. Si miramos atrás y buscamos en los libros de historia encontraremos otras épocas anteriores con casos de acusaciones falsas que incluso provocaron la tortura o la muerte de inocentes, por ejemplo, los «Juicios de Salem», donde también se partía de una mentira propagada por menores, aún siendo un suceso con connotaciones más complejas para analizar.

La jauría siempre está dispuesta a devorar a los más débiles

El linchamiento social expuesto en la obra «The Children’s Hour» al que son sometidas las dos mujeres tras los rumores, despojándoles de todo aquello que habían construido con su esfuerzo, fue llevado por la guionista a su máxima expresión de violencia colectiva en la magistral La jauría humana (Arthur Penn, 1966), donde un hombre es acusado injustamente de un crimen y perseguido por todo un pueblo enfurecido (sin duda, Hellman fue una adelantada a nuestro tiempo porque situaciones así las vemos a diario en los noticiarios). En These Three (Esos tres) es bastante más sutil, se centra en las víctimas y apenas vemos las reacciones del entorno más allá de un juicio multitudinario donde nadie las cree.

Por contra, la película introduce otros elementos interesantes que ofrecen una dimensión social interesante. Por un lado aparece el tema de la diferencia de clases y cómo los más pudientes pueden manipular la opinión pública con mayor facilidad que el resto, teniendo de su lado a la prensa y con una maquinaria legal injusta que a menudo se posiciona de su lado sin hacerse demasiadas preguntas. Y aunque aquí la Sra. Tilford (Alma Kruger) tiene espacio para el arrepentimiento, el mal uso de su poder social crea un dolor irreparable en las víctimas. Ya sabemos aquello de «un gran poder conlleva una gran responsabilidad»…

La maldad infantil

Por otro lado aparece el tema de la maldad en la infancia. La niña que lo lía todo, Mary Tilford (Bonita Granville), debería encabezar alguno de los Tops de personajes más odiosos que nos ha regalado la historia del cine. Imagino que en los cines de la época se debió celebrar con aplausos el momento en que la niña recibe una bofetada bien dada por la criada (Margaret Hamilton), algo impensable en la época de buenismo en que vivimos hoy en día. La representación del mal puro en edad infantil, sin cortapisas moralistas ni justificaciones traumáticas, es uno de los grandes logros de la película, ya que también muestra la impunidad con la que crecen los niños en algunos ámbitos sociales y las repercusiones que eso conlleva durante la edad adulta.

A nivel cinematográfico, William Wyler despliega su habitual oficio con una puesta en escena de apariencia austera que maneja bien el encuadre, el fuera de campo y el punto de vista, dando protagonismo a las emociones de sus personajes en primer término, pero como he comentado antes, usándolas principalmente como transmisoras de conflictos sociales mucho más complejos. These Three (Esos tres) es un estupendo melodrama que ofrece un retrato sólido sobre el poder de la calumnia como arma de manipulación y desprestigio social. Una vez arrojada la mentira contra alguien, ya nada vuelve a ser igual.


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73 SSIFF. Retrospectiva – Lillian Hellman. Crítica ‘The Dark Angel (El ángel de las tinieblas)’ (1935)

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Las críticas de Daniel Farriol:
Ciclo-Retrospectiva Lillian Hellman
The Dark Angel (El ángel de las tinieblas) (1935)

The Dark Angel (El ángel de las tinieblas) es un melodrama estadounidense que está dirigido por Sidney Franklin, con un guion de Lillian Hellman, Mordaunt Shairp y Claudine West, adaptando la obra de Guy Bolton. Kitty y Alan se conocen desde niños. Ya adultos, siguen enamorados. Alan es llamado a filas y antes de partir deciden casarse. Como no encuentran un sacerdote, sellan la alianza a su manera. Pero cuando Alan vuelve de la guerra, la relación ya no será la misma.

Está protagonizada por Fredric March, Merle Oberon, Herbert Marshall, Janet Beecher y John Halliday. La película ha podido verse en el Festival de San Sebastián 2025 dentro de la Retrospectiva Clásica que han dedicado a la guionista.

Más romanticismo que tinieblas

El engañoso título de The Dark Angel (El ángel de las tinieblas) puede hacernos augurar que nos encontramos frente a una película de terror, pero nada más lejos de la realidad. La película de Sidney Franklin es un melodrama romántico de corte clásico que tiene como trasfondo histórico la Primera Guerra Mundial y cuya producción lleva el sello inequívoco de calidad que poseían las producciones de Samuel Goldwyn. El guion de de Lillian Hellman, Mordaunt Shairp y Claudine West es una adaptación de una obra de teatro del dramaturgo Guy Bolton que ya había sido llevada a la pantalla en 1925 por George Fitzmaurice y que estuvo a punto de ser nuevamente adaptada en 1962 por Ross Hunter y con Rock Hudson como protagonista, trasladando la acción de la película a la Guerra de Corea.

La versión que nos ocupa nos presenta un triángulo sentimental atípico para la época en que se realizó donde vemos a una mujer, Kitty (Merle Oberon), que mantiene una relación especial con Alan (Fredric March) y Gerald (Herbert Marshall), amigos de infancia. Ella está enamorada del primero y el segundo está enamorado de ella, pero entre los tres existe un vínculo especial e inquebrantable que está por encima de las convenciones sociales o de los celos.

Sin embargo, esa relación a tres se verá truncada con la llegada de la guerra y la llamada a filas de los dos hombres. Un malentendido propiciará el drama y el sentimiento de culpa se apoderará de los tres. El origen del malentendido puede verse hoy en día como algo absurdo, pero hay que asumir la mentalidad de la época hacia las relaciones prematrimoniales y el porqué todos ocultan información relevante que hubiera cambiado el rumbo de las cosas.

De niña a mujer

The Dark Angel (El ángel de las tinieblas) tiene un inicio poco prometedor con un prólogo de comedia ligera y una Kitty, aún niña, bastante repelente. Por suerte, la presentación de los personajes en edad infantil es escueta y solo sirve como preludio de la relación adulta, un botón de muestra para que entendamos la fortaleza de la relación del trío adquirida con el paso de los años. Una secuencia elocuente e inesperada que muestra bien a las claras el talante de ese triángulo sentimental es cuando Kitty se despide de ambos amigos con un beso en los labios antes de que se marchen a la guerra.

El tono de Sidney Franklin se ensombrece durante la segunda mitad del filme y el melodrama se infla con la ruptura del triunvirato, primero por la aparente muerte en combate de uno de los hombres y luego por el trauma que provoca una discapacidad que se transforma en un muro para recuperar la felicidad del pasado. Sin embargo, la película no cae en el sentimentalismo de postal ni busca la lágrima fácil, el guion apuesta por un estudio psicológico mucho más profundo de sus personajes, planteando de manera sutil cuáles son sus contradicciones, anhelos y sentimientos encubiertos que disfrazan bajo una nueva falsa normalidad.

Tres son multitud, pero bien avenidos

Las piezas del puzzle se reajustarán tras una escena final tan improbable como emotiva donde los tres personajes volverán a asumir su rol inicial, uno de esos presuntos finales felices donde siempre pierde alguien. Hay un acercamiento sutil al fantástico mediante algunas premoniciones en momentos puntuales, pero no es algo que finalmente se explote en la trama y queda como mera anécdota en la representación de esa conexión emocional más allá de lo racional que existe entre los tres protagonistas.

La mayor virtud de The Dark Angel (El ángel de las tinieblas) es manejar el romanticismo sin caer en lo obvio con un desarrollo de personajes que ofrece capas complementarias, en especial para Alan, quien tras sobrevivir a la guerra asumirá una nueva identidad como escritor de cuentos para niños. Su poder de fabulación para asombrar a los más pequeños con historias inventadas es también una muestra de la capacidad que tiene para aislarse de su propia realidad y su ceguera (no me refiero a la física que no deja de ser una metáfora).

A nivel técnico la película resulta bastante solvente (por algo se llevó el Oscar a la Mejor Dirección Artística) y destaca el uso del fuera de campo para mostrar los estragos de la guerra, por ejemplo, mostrando el paso del tiempo con una elipsis donde las cuatro estaciones se suceden sin solución de continuidad frente a la casa familiar o representando el bombardeo fatal a través de unos destellos de luz que invaden la puerta de un barracón donde la fotografía de los tres protagonistas preside la mesa.   


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Vídeo avance de los estrenos de cine del 19 de septiembre de 2025

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Vídeo avance de los estrenos de cine del 19 de septiembre de 2025

Hoy, 19 de septiembre de 2025, llegan todos los estrenos de cine de la semana, y nos decantamos por Un gran viaje atrevido y maravilloso, un drama romántico dirigido por Kogonada que llega a las salas de cine de España de la mano de Sony Pictures.

¿Qué pasaría si pudieras abrir una puerta y atravesarla para revivir un momento decisivo de tu pasado? Sarah y David son dos solteros que se conocen en la boda de un amigo común y, pronto, por un sorprendente giro del destino, se embarcan en Un gran viaje atrevido y maravilloso, una aventura divertida, fantástica y arrolladora en la que reviven juntos momentos importantes de sus respectivos pasados, descubriendo cómo han llegado a donde están en el presente… y posiblemente teniendo la oportunidad de cambiar el futuro de ambos.

La película está protagonizada por Margot Robbie y Colin Farrell, con Kevin Kline y Phoebe Waller-Bridge completando el reparto principal.

Vídeo avance de los estrenos de cine del 19 de septiembre de 2025


A continuación os dejamos con los tráilers de los estrenos de cine de la semana que llegan a las salas hoy, 19 de septiembre de 2025, para que tengáis más fácil decidir lo que queréis ver desde este fin de semana en las salas de cine: