Las críticas de Daniel Farriol:
Ciclo-Retrospectiva Lillian Hellman
These Three (Esos tres) (1936)
These Three (Esos tres) es un melodrama estadounidense que está dirigido por William Wyler con guion de Lillian Hellman, quien adaptó su obra teatral homónima «The Children’s Hour». Karen y Marta, compañeras de la universidad y ya graduadas, convierten una granja que ha heredado Karen de su abuela en un colegio para chicas. Pero un día las dos profesoras y el doctor Joe Cardin, el médico que las animó a construir la escuela, se ven envueltos en un escándalo cuando una alumna perversa se dedica a difamarlos.
Está protagonizada por Miriam Hopkins, Merle Oberon, Joel McCrea, Catherine Doucet, Alma Kruger, Bonita Granville y Marcia Mae Jones. La película ha podido verse en el Festival de San Sebastián 2025 dentro de la Retrospectiva Clásica que han dedicado a la guionista.

La hora de los niños
These Three (Esos tres) es la primera adaptación de la obra «The Children’s Hour» de Lillian Hellman, que el propio William Wyler se encargaría de llevar a la pantalla 25 años después en un remake más fiel al texto original en La calumnia (1961), cuyo éxito popular ha ensombrecido los indudables méritos que posee esta temprana versión. Hay que poner en contexto que en los años 30 surgió un código de censura en las producciones cinematográficas, conocido como Código Hays, que buscaba salvaguardar la moralidad y las buenas costumbres del American Way of Life para no ofender a los espectadores, en especial, en el tratamiento de la sexualidad, la violencia o la religión. De hecho, el título original de la obra «La hora de los niños» creo que alude más al comportamiento que tenemos los adultos en algunos asuntos que a los propios infantes.
Debido a ello, el argumento de esta primera versión tuvo dos cambios fundamentales respecto a la obra teatral que sí se recuperarían en la versión de 1961 gracias a una conciencia social más laxa en estos temas. La trama nos presenta a dos compañeras de la Universidad, Karen (Merle Oberon) y Martha (Miriam Hopkins), que deciden convertir una granja cochambrosa en una escuela para niñas. Se elimina cualquier atisbo de la atracción homosexual que siente una de ellas por la otra y, en su lugar, el conflicto principal surgirá del triángulo sentimental que formarán ambas mujeres junto a Joe Cardin (Joel McCrea), un doctor que trabaja en un hospital cercano y que tras su jornada laboral acude cada día a ayudar a las chicas con las reformas domésticas.

La calumnia está en plena vigencia en nuestra sociedad
El guion de Lillian Hellman repite aquí la idea del triángulo sentimental de El ángel de las tinieblas (Sidney Franklin, 1935), esta vez con dos mujeres y un hombre, anteponiendo el retrato de amistad entre los tres por encima de los sentimientos personales de cada uno. Sin embargo, en ambos casos, la situación acaba siendo insostenible con el paso del tiempo y siempre hay un perdedor. La censura evitó el suicidio narrado en la obra original (que adquiría un sentido diferente debido al sentimiento de culpa y de vergüenza que sentía la mujer lesbiana ante la desaprobación social del entorno y de su propia amiga), para transformarlo simplemente en un adiós irreconciliable debido a la confianza maltrecha entre ambas mujeres.
Pero más allá de esos cambios sustanciales de fondo, la esencia de la historia principal se mantiene en These Three (Esos tres), porque lo que realmente quiere transmitirnos Hellman es el poder de la mentira en la sociedad y cómo su propagación a través del chismorreo puede infectar para siempre la reputación y la vida de personas honradas. Sin duda, es un tema de rabiosa actualidad debido al mal uso que se hace de las redes sociales como transmisoras de fake news o juicios paralelos realizado a diario por personas anónimas que ni siquiera conocen realmente el contexto de las cosas.
En los años 30 nadie podía imaginar a dónde nos llevarían los avances tecnológicos, pero la maldad humana sigue siendo la misma. Si miramos atrás y buscamos en los libros de historia encontraremos otras épocas anteriores con casos de acusaciones falsas que incluso provocaron la tortura o la muerte de inocentes, por ejemplo, los «Juicios de Salem», donde también se partía de una mentira propagada por menores, aún siendo un suceso con connotaciones más complejas para analizar.

La jauría siempre está dispuesta a devorar a los más débiles
El linchamiento social expuesto en la obra «The Children’s Hour» al que son sometidas las dos mujeres tras los rumores, despojándoles de todo aquello que habían construido con su esfuerzo, fue llevado por la guionista a su máxima expresión de violencia colectiva en la magistral La jauría humana (Arthur Penn, 1966), donde un hombre es acusado injustamente de un crimen y perseguido por todo un pueblo enfurecido (sin duda, Hellman fue una adelantada a nuestro tiempo porque situaciones así las vemos a diario en los noticiarios). En These Three (Esos tres) es bastante más sutil, se centra en las víctimas y apenas vemos las reacciones del entorno más allá de un juicio multitudinario donde nadie las cree.
Por contra, la película introduce otros elementos interesantes que ofrecen una dimensión social interesante. Por un lado aparece el tema de la diferencia de clases y cómo los más pudientes pueden manipular la opinión pública con mayor facilidad que el resto, teniendo de su lado a la prensa y con una maquinaria legal injusta que a menudo se posiciona de su lado sin hacerse demasiadas preguntas. Y aunque aquí la Sra. Tilford (Alma Kruger) tiene espacio para el arrepentimiento, el mal uso de su poder social crea un dolor irreparable en las víctimas. Ya sabemos aquello de «un gran poder conlleva una gran responsabilidad»…

La maldad infantil
Por otro lado aparece el tema de la maldad en la infancia. La niña que lo lía todo, Mary Tilford (Bonita Granville), debería encabezar alguno de los Tops de personajes más odiosos que nos ha regalado la historia del cine. Imagino que en los cines de la época se debió celebrar con aplausos el momento en que la niña recibe una bofetada bien dada por la criada (Margaret Hamilton), algo impensable en la época de buenismo en que vivimos hoy en día. La representación del mal puro en edad infantil, sin cortapisas moralistas ni justificaciones traumáticas, es uno de los grandes logros de la película, ya que también muestra la impunidad con la que crecen los niños en algunos ámbitos sociales y las repercusiones que eso conlleva durante la edad adulta.
A nivel cinematográfico, William Wyler despliega su habitual oficio con una puesta en escena de apariencia austera que maneja bien el encuadre, el fuera de campo y el punto de vista, dando protagonismo a las emociones de sus personajes en primer término, pero como he comentado antes, usándolas principalmente como transmisoras de conflictos sociales mucho más complejos. These Three (Esos tres) es un estupendo melodrama que ofrece un retrato sólido sobre el poder de la calumnia como arma de manipulación y desprestigio social. Una vez arrojada la mentira contra alguien, ya nada vuelve a ser igual.
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