jueves, diciembre 25, 2025

Crítica de ‘Anaconda’: Cine que se ríe de sí mismo

Las críticas de Laura Zurita:
Anaconda

Doug y Griff son muy buenos amigos desde que eran niños y siempre han soñado con hacer un remake de su película favorita de todos los tiempos: el «clásico cinematográfico» Anaconda. Cuando una crisis de mediana edad les anima a lanzarse por fin a la aventura, se adentran en la selva amazónica para empezar a rodar. Pero las cosas se ponen serias cuando aparece una anaconda gigante de verdad, convirtiendo su caótico y cómico plató de rodaje en una situación mortal. ¿La película que se morían por hacer, podría ser la que les mate?

Anaconda está dirigida por Tom Gormican sobre un guion coescrito con Kevin Etten. En su reparto encontramos a Jack Black, Paul Rudd, Steve Zahn, Thandiwe Newton, Daniela Melchior, Selton Mello, Ice Cube, Ione Skye, Rui Ricardo Diaz y John Billingsley. La película se estrena en España el 25 de diciembre de 2025 de la mano de Sony Pictures Releasing de España.

Homenaje a una época

Anaconda (Luis Llosa, 1997) es una película que pertenece a una época en la que el cine de monstruos estaba en su apogeo. Lejos del terror puro, estas películas asumen la repetición como punto de partida y convierten el exceso, el cliché y la autocita en parte del espectáculo. Los monstruos no eran una amenaza real y todos lo sabían, y se convertían en un recurso que funcionaba porque el espectador reconocía las fórmulas y participaba del juego. El resultado era un cine que se reía de sí mismo, consciente de su artificio y de su desgaste, pero que encontraba en esa lucidez una forma de seguir existiendo.

Rememorando esta época, y con esa película como referencia, la nueva Anaconda se ríe de sí misma y, de paso, de todo lo que rodea hoy en día al cine. Del rodaje y de la producción, de los éxitos y los fracasos, del desgaste de una industria atrapada en la repetición constante de secuelas, precuelas, reinicios, versiones y remakes. Incluso del propio gesto de justificarse como “secuela espiritual”, fórmula ya gastada que la película utiliza con plena conciencia de su absurdo.

Anaconda trata de un grupo de personajes fracasados, profesionales a la deriva que intentan recuperar la ilusión de su infancia, cuando hacer cine era todavía un juego, un deseo y no una maquinaria industrial. Es una nostalgia limpia, nacida entre la decepción y la lucidez. Este peculiar grupo quiere rodar una película. Una sobre el cine, pero no desde la seducción elegante o el romanticismo de otras obras de metacine. En Anaconda hay una ironía constante que no busca embellecer el proceso creativo, y muestra las partes menos atractivas, como la falta de presupuesto, el cansancio y el desgaste que ocasionan los problemas que se acumulan.

Autocrítica amable

En Anaconda la industria se ríe de sí misma desde varios frentes. La película exhibe los tics, las discusiones, los egos, las decisiones absurdas y las contradicciones que atraviesan cualquier producción cinematográfica. También acumula conscientemente todos los tópicos del cine industrial, cuando los protagonistas se enorgullecen de un guion que usa y abusa de tropos, clichés y situaciones reconocibles, sin intentar disimularlo. Sabiendo que estos elementos son de todos conocidos, Anaconda los expone, los exagera y los convierte en materia de comedia. La película hace guiños cómplices al espectador, haciéndolos visibles y poniendo el dedo en la llaga, marcando al mismo tiempo su agotamiento y su humor.

Ese juego autoconsciente funciona porque los autores de la película se divierten con lo que cuentan, y esa diversión se traslada al espectador. Hay en la película una energía ligera, una voluntad de pasarlo bien. Es, en ese sentido, un homenaje a una época y una manera de trabajar y, al mismo tiempo, una sonrisa cómplice dirigida al propio proceso creativo.

Resulta especialmente significativo que sea Sony quien respalde una propuesta así. Hay un gesto de valentía por parte de la empresa en colocarse a sí misma en el punto de mira, en aceptar la burla y la autocrítica como parte del discurso. Anaconda, por encima de todo, invita al público a divertirse, a reírse del cine y sus contradicciones y a creer en la ilusión de hacer películas.


¿Qué te ha parecido la película Anaconda?

Anaconda

6

Puntuación

6.0/10

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