Las críticas de Laura Zurita:
Bugonia
Dos jóvenes conspiranoicos secuestran a la poderosa presidenta de una gran compañía, convencidos de que se trata en realidad de una extraterrestre decidida a destruir el planeta Tierra.
Bugonia está dirigida por Yorgos Lanthimos sobre un guion de Will Tracy, basado en Save the Green Planet! de Jang Joon-hwan. La protagonizan Emma Stone, Jesse Plemons, Aidan Delbis, Stavros Halkias, Alicia Silverstone, Marc T. Lewis, Parvinder Shergill y Vanessa Eng. La película se estrena en España el 7 de noviembre de 2025 de la mano de Universal Pictures España.
La putrefacción fecunda
El título de la película, Bugonia, alude a un antiguo mito sobre el renacimiento de las abejas a partir de la descomposición, una imagen que encaja con la mirada de Yorgos Lanthimos: la posibilidad de que algo nuevo —aunque sea monstruoso o absurdo— surja de la putrefacción de lo humano. En la película, ese sentido se traduce en una sátira sobre la descomposición moral, la paranoia contemporánea y el deseo de regeneración en un mundo agotado por la desconfianza.
Bugonia es una recreación de la película surcoreana de culto Save the Green Planet! (Jang Joon-hwan, 2003). Aquella cinta original era ya una mezcla explosiva y muy particular de géneros: un thriller de secuestro y una obra de ciencia ficción con una profunda crítica ecológica y social sobre la fragilidad humana, todo con el tono de una comedia negra realmente hilarante. Al tomar este material de culto para su remake en inglés, Yorgos Lanthimos no solo adopta la premisa del secuestro alienígena, sino que hereda su tono excéntrico y su capacidad para utilizar el delirio como espejo distorsionado de la realidad contemporánea, adaptando la paranoia original a la era de las teorías de conspiración digitales. Hay que añadir además que un presupuesto más elevado posibilita recursos creativos que no eran posibles con el ajustado presupuesto de su predecesora.
Con Bugonia, Lanthimos regresa al terreno de la sátira social más corrosiva, esta vez bajo el velo de la ciencia ficción y la comedia negra. La película nos sumerge en el delirio de un joven conspiranoico que secuestra a la poderosa CEO de una gran corporación, convencido de que ella es una alienígena decidida a aniquilar la Tierra. Este punto de partida, por loco y absurdo que parezca, se enraíza en esa especie de lógica que encontramos en los discursos conspirativos, sembrados de paranoia y de una desconfianza absoluta, y no del todo infundada, hacia las instituciones de poder. Esa mezcla hace que las personas puedan creer lo más inverosímil, y casi cuanto más inverosímil, mejor.
Nihilista y cruel
Bugonia tiene un formato visual y narrativo propio. La película está rodada en formato panorámico, usando cámaras de VistaVision. Esta elección refuerza el carácter teatral del encierro y al mismo tiempo permite una distancia emocional entre los personajes y el espectador. En Bugonia se utiliza una fotografía de luz fría y contrastes agresivos. Los interiores de la empresa parecen una pesadilla, asépticos y gélidos. Los exteriores, en cambio, se filman con un naturalismo extremo que tanto se parece a la artificialidad. La música de Jerskin Fendrix, que combina coros disonantes y sintetizadores en tono épico, refuerza la incomodidad emocional y el tono de fábula apocalíptica.
A pesar de sus virtudes, Bugonia dista de ser una película redonda. El guion de Will Tracy introduce diálogos afilados, y hay momentos de tensión entre la fragilidad y la emocionalidad del secuestrador y la fría capacidad manipuladora de la secuestrada que resuenan con ecos ya conocidos. Muy a mi pesar, y de lo lograda que me parecía durante buena parte del metraje, Bugonia llegó por momentos a parecerme pesada. El discurso nihilista, la crueldad, junto al acento profundamente misántropo del autor, se agotan en sí mismos. A partir de cierto punto, el disparate pierde su poder de provocación y nos aleja emocionalmente de la película. De hecho, la secuencia final, espectacular en lo visual, me parece fallida y deja un regusto a vacío.
El trabajo de los protagonistas, Emma Stone y Jesse Plemons, es el eje central que permite involucrarnos en Bugonia. Plemons, en un papel que se nota que le gusta, encarna un ciudadano marginal, desesperado y sujeto de un insoportable abuso de poder, que busca darle sentido al vacío de la vida mediante teorías de conspiración. Por su parte, Stone, la musa del director, ofrece un juego de poder frío y elegante, y una capacidad para la mentira sencillamente espeluznante. La química entre ambos, marcada por la tensión y el absurdo, sostiene los momentos más violentos, demostrando que Lanthimos disfruta pidiendo interpretaciones extremas.
Diálogo con otras obras
En conclusión, Bugonia es, durante buena parte de su metraje, una experiencia cinematográfica intensa y perversamente divertida, un thriller conspiranoico que reafirma el talento de Lanthimos para la sátira nihilista y la misantropía.
Junto con otras producciones notables de 2025 que hemos visto y reseñado, esta película se inscribe en un diálogo que me parece urgente sobre la disfunción social y la desconfianza sistémica en una sociedad en crisis. Bugonia encuentra resonancia con la sátira política y urgente de Una batalla tras otra (Paul Thomas Anderson) y el colapso moral explorado en Eddington (Ari Aster). Mientras Anderson examina la guerra cultural y los mecanismos de permanencia del poder, y Aster se centra en la conspiranoia y la ambición en una pequeña comunidad, Bugonia usa la excusa alienígena para exponer la fractura de la confianza en las élites y la crisis de la verdad.
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