viernes, abril 25, 2025

Ciclo Mia Hansen-Løve: La vida en el cine y el cine en la vida

Ciclo Mia Hansen-Løve

Texto: José F. Pérez Pertejo

En unos tiempos en los que el panorama cinematográfico mundial parece estar dominado por el ruido y la furia, algo de lo que no se escapa el cine europeo, hay realizadores que se empeñan en seguir contando historias personales, de gente común, a través de las cuales exploran las ideas, las emociones y los sentimientos que dan sentido a la existencia humana. Aunque afortunadamente existen múltiples ejemplos, hemos querido centrarnos en un caso paradigmático, el de la directora francesa de raíces danesas Mia Hansen-Løve, de quien cuenta la leyenda que rechazó una astronómica oferta de Marvel para dirigir Viuda negra y prefirió seguir haciendo las personalísimas películas con las que desde 2007 ha ido componiendo una coherente filmografía que, además de un par de cortometrajes, alcanza la nada desdeñable cifra de ocho películas en quince años.

Desde No es cine todo lo que reluce, nos hemos planteado hacer un ciclo repasando todas sus películas (bastante accesibles en España gracias a ediciones en DVD de gran parte de ellas y a la plataforma FILMIN que incluye en su catálogo seis de sus títulos) con una serie de reseñas críticas que iremos publicando durante las próximas semanas. Sirvan estas líneas como una introducción al ciclo en la que trataremos de dilucidar las claves temáticas y estilísticas de un cine tan profundamente humanista como coherente en sus planteamientos formales.

Apuntes biográficos

Parisina nacida en 1981, su apellido delata su ascendencia danesa por parte de abuelo paterno. Hija de un matrimonio de profesores de filosofía, fue precisamente esta su primera dedicación académica junto al alemán.

Su llegada al cine se produjo como actriz con su temprana aparición en dos películas: Finales de agosto, principios de septiembre (1998) y Les Destinées sentimentales (2000), ambas dirigidas por el realizador francés Olivier Assayas con quien mantuvo una relación hasta 2017, fruto de la cual nació su primera hija. A pesar de que inició estudios de interpretación, no apareció en más películas y una vez abandonada su breve carrera como actriz, entró a formar parte de la redacción de la prestigiosa revista Cahiers du Cinema donde ejerció la crítica cinematográfica entre 2003 y 2005.

Es decir, estamos ante una actriz y crítica de cine que decidiría dedicarse a la dirección cinematográfica donde, finalmente, ha conseguido asentar una sólida carrera como realizadora.

Si atendemos a las declaraciones de la propia Hansen-Løve en numerosas entrevistas, sus principales referentes cinematográficos son Ingmar Bergman, Robert Bresson, François Truffaut y Éric Rohmer que es con el que más se la compara en las críticas sobre sus películas. Su devoción por Bergman la llevó a realizar La isla de Bergman filmada íntegramente en la isla de Farö donde el cineasta sueco vivió los últimos años de su vida.

Mia Hansen-Løve como actriz en Finales de agosto, principios de septiembre (Olivier Assayas, 1998)

Principales inquietudes temáticas

Aunque Mia Hansen-Løve ha negado en repetidas ocasiones que sus películas sean autobiográficas, sí ha reconocido que en todas o la mayoría de ellas hay un componente personal que sirve como punto de partida argumental. Varias de ellas, como veremos más adelante, están inspiradas en personas de su familia o de su entorno.

Una de las principales preocupaciones temáticas de Mia Hansen-Løve es el efecto del paso del tiempo, pero no desde el punto de vista físico sino del personal. Es decir, prácticamente todas sus películas cuentan una historia que transcurre a lo largo de varios años durante los cuales los personajes evolucionan, maduran, cambian su visión de las cosas y superan (o no) sus crisis vitales. En cambio, no hay un esfuerzo por mostrar la evolución física de los personajes que son habitualmente interpretados por los mismos actores durante toda la película a pesar de que pasen varios años, con la única excepción de la Pamela de Todo está perdonado interpretada durante la primera parte del film por la niña Victoire Rousseau y once años después por Constance Rousseau.

Otro de los temas nucleares en sus películas son los vínculos familiares y las interferencias entre el trabajo y la familia. En las películas de Mia Hansen-Løve siempre sabemos en qué trabajan sus personajes protagonistas. En este sentido es fundamental la vocación por aquello a lo que se dedican sus protagonistas, desde el productor de cine de El padre de mis hijos o el DJ de Eden: Lost in Music a la profesora de filosofía que interpreta Isabelle Huppert en El porvenir, el reportero de guerra de Maya, los cineastas de La isla de Bergman o la traductora de Una bonita mañana. “La vocación, dependiendo de cómo se viva, puede ser una forma de libertad o, todo lo contrario, una esclavitud” ha llegado a decir la directora en alguna ocasión.

La crisis existencial: todos los personajes protagonistas de Mia Hansen-Løve atraviesan una situación de crisis, ya sea personal, familiar, profesional o de todo al mismo tiempo, todos se encuentran en una encrucijada vital ante la que deben decidir si se rinden (de ahí la casi permanente sombra del suicidio planeando sobre sus films) o rompen con su situación y buscan soluciones a través de sí mismos, de nuevas relaciones, de viajes a otra ciudad u otro país, de cambios de trabajo. Es decir, son personajes enfrentados a cambios radicales y que, por tanto, dudan.

La pérdida de seres queridos, fundamentalmente de la figura paterna, algo presente en las dos primeras películas en la que Pamela pierde a Víctor en Todo está perdonado y Clémence pierde a Grégoire en El padre de mis hijos. Tema al que volverá de manera mucho más sustancial en Una bonita mañana en la que la vivencia de esta (anticipada) pérdida ocupa el tema central de la película. También en El porvenir, la protagonista Nathalie (Huppert) vive la pérdida de su madre, tras una breve estancia en una residencia de ancianos, de forma similar a lo que ocurrirá en Una bonita mañana.

La principal preocupación de Mia Hansen-Løve son sus personajes, todos en general y los protagonistas en particular. Aunque todas sus películas son de ficción, es frecuente (por no decir constante) que sus protagonistas estén inspirados en personajes reales, generalmente de su entorno o su propia familia. No cabe duda que el Grégoire Canvel de El padre de mis hijos está inspirado en el productor francés Humbert Balsan, o que el Paul de Eden: Lost in Music está inspirado en su hermano Sven con quien coescribió el guion. Nathalie, protagonista absoluta de El porvenir a la que interpreta Isabelle Huppert está inspirada en su madre, también profesora de filosofía. En Maya, aunque Gabriel no esté directamente basado en el abuelo de la directora, sí está inspirado en las historias que, sobre él, también reportero de guerra, oía contar a su madre y a su abuela. En La isla de Bergman no es difícil encontrar ecos de la relación de pareja que la propia directora vivió durante más de una década con el realizador francés Olivier Assayas, veintiséis años mayor que ella y padre de su primera hija. Por último, en Una bonita mañana, su más reciente film, el personaje de Georg interpretado por Pascal Greggory está basado en su padre. Esto hace que la propia Mia Hansen-Løve esté presente en sus películas de forma más o menos notoria, aunque sus personajes estén siempre recreados para la ficción.

Sus argumentos, a pesar de la pesada carga dramática, siempre ofrecen un rayo de luz, una posible vía de salida hacia un cambio de vida y no es extraño que sus finales tengan un tono luminoso o dejen, al menos, una puerta abierta al optimismo. Es habitual que sus personajes, a los que nunca juzga desde la realización, alcancen la libertad librándose de aquello que les atormenta, sea el desamor, la enfermedad de un progenitor, el bloqueo creativo, el estrés postraumático o las deudas económicas, algo para lo que, previamente, han de perdonarse a sí mismos o a los demás.

Rasgos estilísticos en el cine de Mia Hansen-Løve

Dos de los principales rasgos de estilo del cine de Mia Hansen-Løve derivan directamente de una de sus principales preocupaciones temáticas, el paso del tiempo. Estos dos principios formales que en sus primeras películas son innegociables y se han ido relajando en sus últimos films son el empleo de elipsis como elemento narrativo y la costumbre (casi obsesiva) por fechar sus películas.

Las elipsis son una constante de sus primeras películas, sin embargo, no provocan una excesiva fragmentación del relato salvo en Eden: Lost in Music, probablemente la única película en la que generan cierta confusión puesto que apenas hay continuidad en la sucesión de secuencias con saltos en el tiempo. Sin embargo, a pesar de esta preocupación por el paso del tiempo, no hay flashbacks en ninguna de sus películas. Las evocaciones al pasado son siempre mucho más sutiles, mediante fotografías o temas musicales como la canción de cuna con la que Pamela recuerda su infancia en Todo está perdonado cuando regresa en el autobús tras el reencuentro con su padre.

Mia Hansen-Løve tiene una clara tendencia a datar sus películas. La mayoría de ellas comienzan con algún rótulo que sitúa al espectador en el lugar y en el tiempo y, a lo largo del film, el metraje es salpicado por más anotaciones que precisan el tiempo transcurrido y, si lo ha habido, el cambio de ciudad. Esto es particularmente notorio en Eden: Lost in Music donde los intertítulos son casi constantes, en otras películas, sin embargo, son imágenes como la hoja de un calendario o frases del guion en boca de algún personaje las que informan al espectador de los años pasados, tal y como ocurre en Un amour de Jeneusse, película en la que también se nos informa de los lugares que visitan mediante pequeños rótulos que desde un mapa quedan sobreimpresionados sobre las imágenes durante un par de segundos.

Mia Hansen-Løve huye de la grandilocuencia a la hora de filmar. Su cine se caracteriza fundamentalmente por la sencillez y la limpieza narrativa. No hay artificios de puesta en escena, rebuscadas ubicaciones de la cámara ni movimientos grandilocuentes de la misma. Todas sus decisiones como directora están al servicio de dos elementos fundamentales: la narración y los personajes. Lo que más le interesa es poner en primer término las interacciones entre los personajes, cómo reaccionan a esas interacciones y, fundamentalmente, cómo se sienten. Algo para lo que suele utilizar primeros planos de los rostros de sus personajes sin que haya, en ningún momento, un empleo abusivo de los mismos.

En muchas de sus películas, demuestra su habilidad para filmar escenas familiares desenfadadas, incluso alegres, aunque por debajo se advierta cierta tristeza. Maneja a la perfección el equilibrio entre los diálogos y los silencios de los que saca oro gracias a su minuciosa dirección de actores aunque no en todas sus obras los intépretes sean excepcionalmente brillantes.

También demuestra un cuidado exquisito de los pequeños detalles, sus guiones están llenos de pequeñas secuencias que en un primer visionado pueden pasar desapercibidas. Breves momentos, o simplemente planos, a través de los cuales proporciona información sobre sus personajes que, en ocasiones, pueden explicar algunas de sus reacciones.

Cine, literatura, música y viajes en las películas de Mia Hansen-Løve

Referencias cinéfilas: Los personajes de sus películas suelen ir al cine o ver películas en su casa. En Todo está perdonado hablan de ir a ver la última película de Clint Eastwood; El padre de mis hijos es, toda ella, un canto de amor al cine en el que hay numerosas alusiones a películas y alguna secuencia de cine dentro del cine; en Un amour de Jeunesse la pareja protagonista sale de ver una película que no llegamos a saber cuál es pero sí que es francesa y no demasiado comercial; en Eden: Lost in Music, el grupo de amigos ve Showgirls de Paul Verhoeven y posteriormente discute brevemente sobre ella; en El porvenir, la protagonista va al cine a ver Copia Certificada de Abbas Kiarostami; en La isla de Bergman las referencias cinéfilas son también innumerables, fundamentalmente en relación a Bergman de quien se citan un montón de títulos, la pareja protagonista elige finalmente Gritos y susurros para ver en la sala de proyección personal que el cineasta sueco tenía en la isla de Farö.

Referencias literarias: es una constante en el cine de Mia Hansen-Løve que las casas estén llenas de estanterías con libros. Ocurre prácticamente en todas ellas y son muy frecuentes las citas literarias, fundamentalmente poéticas. En Todo está perdonado, un personaje regala a otro un libro del poeta austriaco Georg Trakl; libros (de arquitectura) hay en la mesita de la habitación de hospital de Camille en Un amour de Jeunesse; también está presente la literatura en Eden: Lost in Music a través de la vocación de escritor de Paul (Félix de Givry) que también tiene sus sucesivas casas llenas de libros. Incontables son las referencias literarias y filosóficas de El porvenir donde la protagonista Nathalie (Isabelle Huppert) además de profesora de filosofía trabaja para una pequeña editorial dirigiendo una prestigiosa colección de libros; algo que ocurre también en Una bonita mañana donde un anciano Georg (Paul Greggory), atesora una enorme colección de libros en su casa.

En apenas ninguna de las películas de Mia Hansen-Løve hay una partitura original compuesta por un compositor si bien es cierto que en sus últimas películas ha incorporado a un supervisor musical en la persona de Raphael Hamburger. Es por esto que el peso musical de sus películas sea fundamentalmente sostenido por canciones que, generalmente, se implican en la trama a través de su letra. Tiene particular propensión a utilizar canciones de cuna no demasiado conocidas, como el “Coorie Doon” con el que empieza Todo está perdonado y que terminará siendo casi un leitmotiv. En El padre de mis hijos, en sintonía con esa salida optimista con la que quiere barnizar el final del film, suena, acompañando a los últimos planos y a los títulos de crédito, el “Qué será será” de Livingston y Evans en la voz de Doris Day, canción que ya popularizada en su día Alfred Hitchcock en El hombre que sabía demasiado.

Un amour de Jeunesse también tiene un leitmotiv en la canción “The water” de Johnny Flynn como canción cuya letra apoya la narración y que servirá, también, para terminar el film acompañando a los créditos. Además suenan, entre otros temas, dos canciones en español de Violeta Parra: “Volver a los 17” y “Gracias a la vida”. Eden: Lost in Music es básicamente una película en torno a la música donde los temas y canciones de música electrónica tienen un peso fundamental.

Con un papel similar al de “The water” en Un amour de Jeunesse, suena “Deep Peace” de Donovan en El porvenir, su título (paz profunda) y su letra están en clara relación con la secuencia a la que acompaña. En El porvenir también hay una evidente intención en la canción elegida para cerrar la última secuencia y dar inicio a los títulos de crédito, el “Unchained Melody” en versión de The Fleetwoods. Tanto en El porvenir como en su siguiente película, Maya, suenan sendos Lieder de Schubert. El tema nuclear de Maya será el «Distant Sky» de Nick Cave que también suena al final. Entre medias se escuchan varios temas indios que la directora incorporó durante el rodaje.

En La isla de Bergman tenemos música no diegética al inicio del film con temas de arpa de Robin Williamson. Posteriormente sonarán canciones más desenfadadas como el “I love to love” de Tina Charles o “The winner takes it all” de ABBA. En cuanto a Una bonita mañana, Mia Hansen-Løve marca el tono del film con dos temas instrumentales de Jan Johansson al inicio. Después también sonará alguna canción como “Mon Amant De Saint Jean” de Lucienne Delyle y, al final del film, acompañando a los créditos “Love Will Remain” de Bill Fay.

Emplazamientos turísticos y culturales: A pesar de que sigue prevaleciendo la idea de que Mia Hansen-Løve es una directora “muy francesa” que cuenta historias “muy francesas”, en casi todas sus películas hay momentos en los que saca la cámara de Francia para mostrar otros lugares que, casi siempre, tienen algún significado cultural vinculado con la profesión o algún rasgo personal de los protagonistas. En Todo está perdonado, la historia se desplazará de Viena a París; la nacionalidad italiana del personaje de Chiara Caselli en El padre de mis hijos será el pretexto para visitas familiares a Italia en las cuales, entre otros emplazamientos, se nos enseñan los mosaicos bizantinos de Rávena. En Un amour de Jeunesse, el viaje de estudios de la Escuela de Arquitectura nos transportará a Berlín, a Dessau para conocer el edificio de la Bauhaus o al Museo Louisiana de Arte Moderno en Dinamarca, en la única visita de la directora al país de sus ancestros. En Eden: Lost in Music hay un viaje a Estados Unidos del protagonista y sus amigos, fundamentalmente a Nueva York donde actuarán en algunos de los clubs más prestigiosos de música electrónica. Maya se desarrolla en su mayor parte en la región india de Goa y La isla de Bergman acontece íntegramente en la sueca isla de Farö. Esta es, además, su primera película en inglés.

Premios y distinciones

No es Mia Hansen-Løve una directora particularmente mimada por los jurados de los festivales ni por la Academia Francesa de los César, algo que no preocupa demasiado a la realizadora francesa que ha repetido en numerosas ocasiones que cree que la obsesión por los premios cinematográficos de algunos directores pueden condicionar su forma de hacer cine, algo a lo que ella quiere permanecer ajena.

Su premio más importante hasta la fecha es el Oso de Plata a la Mejor Dirección que recibió en el Festival de Berlín de 2016 por El porvenir.

Por lo demás, Todo está perdonado obtuvo el Premio Louis-Delluc a la mejor ópera prima en 2007 y su protagonista Marie-Christine Friedrich fue galardonada con el premio a la mejor actriz en el Festival de Gijón de 2007. También, por esta primer película, obtuvo Mia Hansen-Løve la única nominación hasta la fecha a los Premios Cesar de cualquiera de sus películas en la categoría de Mejor Ópera Prima. El padre de mis hijos participó en la sección Un certain regard del Festival de Cannes donde obtuvo el Premio Especial del Jurado. Isabelle Huppert obtuvo sendos premios de la Crítica de Nueva York y de los Ángeles por El porvenir, película que, como se ha dicho, valió a su realizadora el Oso de Plata a la mejor dirección. Sus últimas películas que han participado en importantes festivales, incluyendo la Sección Oficial del Festival de Cannes, se han ido de vacío a pesar de las excelentes críticas. El año pasado, recibió el Premio Luna de Valencia del 37 Cinema Jove.

Mia Hansen-Løve recoge el Oso de Plata a la mejor dirección en el Festival de Berlín de 2016.

Filmografía de Mia Hansen-Løve:

Filmografía como directora:

Cortometrajes:

      • Aprés mure reflexión (2004)
      • Un pur Esprit (2004)

Largometrajes:

      1. Todo está perdonado (Tout est pardonné, 2007)
      2. El padre de mis hijos (Le père de mes enfants, 2009)
      3. Un amour de Jeunesse (Primer amor) (Un amour de Jeuneusse, 2011)
      4. Eden: Lost in music (Eden, 2014)
      5. El porvenir (L’avenir, 2016)
      6. Maya (Maya, 2018)
      7. La isla de Bergman (Bergman’s Island, 2021)
      8. Una bonita mañana (Un beau matin, 2022)

Dónde ver las películas de Mia Hansen-Løve: Plataformas y ediciones en formato físico

Seis de los ocho largometrajes de Mia Hansen-Løve están disponibles en la plataforma FILMIN, los cinco primeros incluidos en la suscripción y además puede verse La isla de Bergman en alquiler. Maya no está en el catálogo abierto de ninguna plataforma y únicamente puede alquilarse a través de Rakuten.

Todo está perdonado no ha sido editada nunca en formato doméstico en nuestro país, existe una edición francesa en DVD descatalogada y muy difícil de conseguir. El padre de mis hijos, Un amour de Jeuneusse, Eden: Lost in Music, El porvenir y Maya, sin embargo, si han sido editadas en DVD en España, todas ellas por Cameo salvo Eden: Lost in Music que fue lanzada por el sello Abordar y Karma Films. De La isla de Bergman no hay noticias de que vaya a editarse en España, lo cual es una verdadera lástima. Existen ediciones extranjeras en DVD y Bluray. La más recomendable es la de MUBI que acompaña el Bluray con una serie de postales en una edición muy cuidada, eso sí, únicamente está subtitulada en inglés. En cuanto a Una bonita mañana, de reciente estreno, tampoco hay noticias de una futura edición española. Existen ediciones en DVD en Francia, Alemania y Estados Unidos, y otras anunciadas que saldrán a la venta próximamente, entre ellas la de MUBI, de características similares a las descritas para La isla de Bergman.

Ediciones en formato físico de las ocho películas de Mia Hansen-Løve, cinco de ellas pertenecen al mercado videográfico español.

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