viernes, noviembre 14, 2025

73 SSIFF. Retrospectiva – Lillian Hellman. Crítica ‘The Cowboy and the Lady (El vaquero y la dama)’ (1938)

Las críticas de Daniel Farriol:
Ciclo-Retrospectiva Lillian Hellman
The Cowboy and the Lady (El vaquero y la dama) (1938)

The Cowboy and the Lady (El vaquero y la dama) es una comedia estadounidense que está dirigida por H.C. Potter (con la participación sin acreditar de Stuart Heisler y William Wyler) y que cuenta con un guion escrito por S.N. Behrman y Sonya Levien (con la participación sin acreditar de Anita Loos, Robert Ardrey, Alan Campbell, Richard Connell, John Emerson, Howard Estabrook, Gene Fowler, Lillian Hellman, Frederick Lonsdale, Eddie Moran, Dorothy Parker, Robert Riskin y Frank Ryan), adaptando una historia de Leo McCarey y Frank R. Adams. Stretch Willoughby es un cowboy rudo pero con buenos sentimientos. Aunque no tiene nada que ver con su forma de ser, acaba enamorándose de Mary Smith, una joven adinerada. Ella no soporta que nadie le diga lo que tiene que hacer.

Está protagonizada por Gary Cooper, Merle Oberon, Patsy Kelly, Walter Brennan y Fuzzy Knight. La película ha podido verse en el Festival de San Sebastián 2025 dentro de la Retrospectiva Clásica que han dedicado a la guionista.

El amor no entiende de clases sociales

The Cowboy and the Lady (El vaquero y la dama) es una simpática comedia sin demasiadas pretensiones artísticas que retoma la clásica historia de «chica rica se enamora de chico pobre», siendo en este caso la hija de un aristócrata con pretensiones políticas la que cae rendida a los brazos de un vaquero humilde e íntegro que está poco dotado para las relaciones sociales. El guion no ofrece muchas sorpresas y todo transcurre tal y cómo el espectador irá adivinando en cada momento, lo que no resta que sea un entretenimiento agradable muy apegado a la época en la que fue realizado (y con esos ojos debe verse).

La trama principal nos presenta a Mary Smith (Merle Oberon), una niña rica que vive aburrida en la mansión familiar relacionándose tan sólo con el personal del servicio o su tío Hannibal (Harry Davenport), el único en la familia que comprende las necesidades afectivas de una joven de su edad. Debido a ello, se escapan juntos una noche para divertirse bailando en un club nocturno, pero la policía irrumpe en el local haciendo una redada contra las apuestas ilegales y se extiende el rumor entre la prensa de la presencia de la chica allí.

Su padre, para evitar un escándalo que destroce su carrera política, decide enviar a Mary a Palm Beach para fingir que en realidad no era ella la que estaba bailando esa noche en el casino. Aislada y hastiada en una lujosa casa sin nada que hacer, la chica pide acompañar a sus criadas en una cita a ciegas que van a tener con unos vaqueros, haciéndose pasar por otra criada más de la casa. Allí conoce a Stretch Willoughby (Gary Cooper), un hombre rudo y tímido del que se enamora perdidamente y con quien se casará en secreto.

Problemas de producción

Lo primero que sorprende de The Cowboy and the Lady (El vaquero y la dama) es encontrar a unos 17 guionistas (de los cuáles sólo 2 aparecen en los créditos) colaborando entre sí para armar una historia tan plúmbea y previsible, lo que denota bien a las claras que no fue un rodaje fácil y que hubo muchos problemas de producción. Entre los guionistas no acreditados y cuya influencia real en el resultado final resulta incierta, encontramos el nombre de Lillian Hellman, la homenajeada por el Festival de San Sebastián con una retrospectiva, por lo que resulta cuestionable si es acertada o no la elección de esta película como representación de su trabajo cinematográfico.

Más allá del guión, también existieron problemas en la dirección. El director escogido para liderar el proyecto, William Wyler, abandonó poco después de iniciarse el rodaje tras una fuerte discusión con el productor Samuel Goldwyn, así que fue H.C. Potter quien asumió el rol. Sin embargo, los constantes retrasos de fechas en la producción hicieron que finalmente el montador Stuart Heisler completase algunas escenas debido a que Potter tuvo que marcharse antes de finalizar por haberse comprometido a rodar La historia de Irene Castle (1939).

Con toda esa información sobre la mesa, la verdad es que cuesta creer que la película, al menos, se sostenga como una correcta screwball comedy sin que decaiga en ningún momento el ritmo narrativo, más allá de alguna secuencia evitable y realmente boba como aquella donde los vaqueros «juegan a las casitas» mediante mímica.

Lo mejor es la química entre Gary Cooper y Merle Oberon

The Cowboy and the Lady (El vaquero y la dama) utiliza todos los tópicos de la época en su escenificación de las relaciones hombre-mujer y en el contraste de las clases sociales como detonante de algunos leves conflictos en la pareja. En ese sentido, los personajes secundarios están caricaturizados para potenciar aún más esas diferencias y ofrecer un contrapunto cómico forzado que fortalece la importancia del romance al que se entrega la pareja protagonista. Oberon y Cooper forman una pareja estupenda con buena química en pantalla, elevando sus personajes unidimensionales con el glamour necesario en secuencias para el recuerdo como la del beso en el camarote del barco que contiene una preciosa composición del encuadre.

Sin embargo, poco más puede destacarse a nivel técnico excepto que la banda sonora y la canción que da título a la película obtuvieron una nominación al Oscar y que el encargado del sonido se llevó la estatuilla a casa. The Cowboy and the Lady (El vaquero y la dama) es simple y predecible, una comedia inofensiva narrada a modo de cuento de hadas que se deja ver con agrado y se olvida rápido.


¿Qué te ha parecido la película?

El vaquero y la dama

5.6

Puntuación

5.6/10

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