Las críticas de David Pérez «Davicine» en el 76 Festival de Locarno:
Critical Zone (Mantagheye bohrani)
Guiado por la voz de su GPS, Amir navega por los distritos del inframundo de Teherán para consolar a las almas atribuladas de la noche. Escrita y dirigida por Ali Ahmadzadeh, Critical Zone (Mantagheye bohrani) ha podido verse en la Sección Concurso Internacional del Locarno Film Festival 2023.
La complicación de trabajar en tu país
Ali Ahmadzadeh nació en Teherán en 1986 y, tras dejar sus estudios de arquitectura, se graduó en la Universidad de Música de Neinava de Teherán. Prohibidas en Irán por motivos políticos y de censura, sus películas tratan sobre la juventud rebelde y su enfrentamiento con la teocracia. Oficialmente no se le permite trabajar como cineasta en Irán, siendo los festivales el mejor escaparate para sus trabajos.
Critical Zone es un drama social muy realista que gira alrededor de Amir, un narcotraficante que recorre las calles más oscuras de Teherán comercializando sus productos y tratando con sus clientes. A través de sus viajes en coche iremos conociendo a otros personajes desencantados en los márgenes de la sociedad iraní, almas perdidas, adictos, camellos y enfermos, siendo la película un reflejo de la sombría realidad de la vida moderna en la capital y de ahí la necesidad de rodar en secreto sin el permiso de las autoridades.
Como viene siendo tendencia en muchas películas de cine de autor que triunfan en festivales, nos encontramos en Critical Zone con personas reales en vez de actores, y dadas las condiciones del rodaje, en la mayoría de las situaciones tuvieron que ocultar la cámara o encontrar trucos complicados para solucionar las limitaciones. Ali Ahmadzadeh tuvo que enfrentarse a la presión de las autoridades iraníes para poder rodar la película y luego conseguir estrenarla, aunque participó en el Festival de Cine de Locarno alzándose con el Leopardo de Oro.
Las sombras de Irán
A pesar de contar con actores no profesionales, Critical Zone está convincentemente interpretada, y emplea todos los recursos disponibles para que luzca una estética oscura a la par que atractiva, habiendo sido rodada de noche para mostrar escenas del inframundo y personas consumiendo drogas.
Raras veces una película se preocupa tan poco de no generar empatía por el personaje principal, y aquí tan solo nos vemos interesados en el devenir de los acontecimientos pues el hecho de ser narcotraficante no consigue que sintamos la necesidad de ver que las cosas le salgan bien, además de tampoco ser presentado de forma tan «blanqueada» como en otras producciones donde es el héroe a pesar de su profesión, y eso que Amir no sólo suministra drogas a sus clientes, también trae alivio a sus clientes en Teherán.
El tipo de protagonista ayuda a la película a alejarse del típico cine iraní que acostumbramos a ver en el cine o los festivales, como las obras de Jafar Panahi, Majid Majidi, Mohammad Rasoulof y Abbas Kiarostami, y eso es algo positivo al mostrar una mayor diversidad en la filmografía iraní y no contar con ningún dilema central que analizar a lo largo del metraje.
Critical Zone es una película pausada que se recrea en su metáfora central, pero también es cierto que requiere del espectador un mayor esfuerzo para afrontar una película que roza la alegoría al alejarse de los estándares narrativos, destacando el metafórico uso de la voz del GPS que dirige el camino de Amir como lo hace el gobierno con su población. Incluso con tan pocos recursos y margen de maniobra para rodar, el cineasta ha conseguido ofrecer al espectador cosas interesantes a nivel de montaje, de edición, e incluso algunos planos muy bien planteados.
En resumen, Critical Zone es la noche de un narcotraficante en la que entran y salen diferentes historias, todas ellas de personas desesperadas y residentes en la parte más oscura de la sociedad de Irán en busca de un futuro mejor, con una interesante puesta en escena pero una ausencia de guion que provocará que sea más premiada por motivos políticos que por motivos artísticos o narrativos.