Las críticas de Daniel Farriol:
Y todos arderán
Y todos arderán es una comedia de terror española que está dirigida por David Hebrero (Dulcinea) quien también co escribe el guion junto a Javier Kiran. La historia nos sitúa en un pequeño pueblo leonés donde una mujer traumatizada por la muerte de su hijo se dispone a acabar con su vida justo cuando aparece una niña que podría estar relacionada con una leyenda local sobre el apocalipsis. La mujer volverá a sentirse una madre y luchará para proteger a la niña de la marginación del resto pueblo.
Está protagonizada por Macarena Gómez (Hotel Colón, Polar), Sofía García (Una historia necesaria, Sendero), Rodolfo Sancho (Voces, La corona partida), Rubén Ochandiano (Hombre muerto no sabe vivir, Infiltrado), Fernando Cayo (La fortaleza, El instinto), Ana Milán, Saturnino García y Germán Torres. La película tuvo su presentación en el marco del Festival de Sitges 2022 y su estreno en Filmin el día 2 de Junio de 2023.
Un cuento fantástico y cañí
Y todos arderán es una rara avis dentro del cine de género español reciente. Se trata de un cuento fantástico absurdo sobre leyendas apocalípticas que, por momentos, adopta las formas de una telenovela diabólica trufada por la idiosincrasia típica que tienen los habitantes de la España más cañí. Un dislate tan divertido como original.
El enrevesado argumento creado por David Hebrero y Javier Kiran gira en torno a María José (Macarena Gómez), una mujer que está a punto de tirarse de un puente al no soportar la dolorosa carga que le supone la muerte de su hijo. Justo en el mismo instante en que va a saltar al vacío aparece para impedirlo una misteriosa niña embadurnada en barro que parece haberse perdido. La extraña infante no tiene nombre o no quiere decírselo, ni tampoco se sabe dónde están sus padres, así que la mujer suicida decide abandonar su cometido y bautizararla como Lucía (Sofía García) mientras la sube consigo en el coche para llevarla a un cuartel de la Guardia Civil y poder identificarla o buscar a algún pariente.
Como es de esperar, pronto descubrirá que la niña no es tan inocente como parece y que está relacionada con una profecía que sacará a la luz multitud de secretos ocultos del pueblo. El arranque de la película es muy potente, enseguida advertimos que no se trata de una película de terror al uso y que la apuesta del director se basa en un híbrido imposible entre comedia costumbrista, niñas con poderes a lo Stephen King y el aroma añejo del Fantaterror.
Un apocalipsis berlanguiano
Y todos arderán huye de los escenarios habituales del cine de terror buscando una estética casi cercana a los musicales y melodramas de los años 50/60 en una operación similar, salvando las distancias, a lo que recientemente ha hecho Ti West en la maravillosa Pearl (2022). Por eso, David Hebrero y la fotógrafa Ona Isart, juegan de manera constante con las texturas de la iluminación para huir de los espacios cerrados lúgubres y atraer el apocalipsis hasta un pueblo leonés de aspecto berlanguiano donde lo verdaderamente terrorífico acaba siendo la maldad inherente a la condición humana. La banda sonora compuesta por Joan Vilà también incide en lo mismo, esquivando las típicas sonoridades del horror para aventurarse en lo melódico como forma de potenciar las emociones de los personajes.
La película es un desvarío constante que el director considera jocosamente como una secuela espiritual de La semilla del Diablo (Roman Polanski, 1968), supongo que lo dice por el comportamiento sectario de una comuna vecinal que es heredera de la inquisición y la caza de brujas, aunque en realidad la influencia más evidente en el tono de la película es el cine de Álex de la Iglesia, en muchos momentos, Y todos arderán parece un compendio apócrifo de los universos propuestos en El día de la bestia (1995), La comunidad (2000) y Las brujas de Zugarramurdi (2013), todo «arrejuntao». Por desgracia, el pulso narrativo de Hebrero no tiene el mismo poderío que el del bilbaíno y se va desinflando a medida que avanza la película.
El delirio se alarga demasiado y pierde la fuerza inicial
Parte de la culpa de esto es un metraje excesivo que vuelve reiterativa y por momentos confusa una historia que no daba para tantas vueltas durante más de dos horas. Todo lo sorprendente que tiene la primera mitad del filme acaba volviéndose aburrido después, una lástima porque la película funciona mucho mejor cuánto más pasada de vueltas está y es menos interesante cuando el delirio deja entrever resquicios de un melodrama telenovelesco.
A pesar de todo lo expuesto, Y todos arderán es una propuesta gratificante que aporta un soplo de aire fresco al panorama de cine de género español. Nos regala algunas imágenes alucinantes y nos divierte por sus excesos, por ejemplo, Macarena Gómez está aquí absolutamente desatada, chillona y sobreactuada (en el buen sentido). En nuestra retina quedarán ese policía en llamas, el desenlace virado a rojo o todos esos encuadres de cámara tan arriesgados que mimetizan la planificación que tendría un giallo italiano de los años 70 dentro de la estructura de una comedia negra de viñeta de cómic y de terror irreverente sobre el apocalipsis leonés. Ahí es nada.
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