Las críticas de Daniel Farriol:
Carter
Carter es un thriller de acción surcoreano dirigido por Jung Byung-gil (La villana, Confession of Murder), que también coescribe el guion junto a Byeong-sik Jung. La historia sigue a un hombre que se despierta sin recordar nada y es guiado por la misteriosa voz del dispositivo que le han implantado en su oído. Deberá emprender una peligrosa misión para rescatar a una rehén en mitad de una pandemia mortal que ya ha devastado a EE. UU. y Corea del Norte. Está protagonizada por Won Joo (Buen doctor, Catch Me), Lee Sung-jae (Abyss, Incarnation of Jealousy), Jeong Sori, Kim Bo-Min, Camilla Belle (Cuando llama un extraño, Push) y Andreas Fronk. La película se ha estrenado en Netflix el día 5 de Agosto de 2022.
La cámara es la protagonista
Carter es un filme de acción trepidante que propone la sublimación definitiva del artificio cinematográfico mediante la concatenación de infinitos planos secuencia, movimientos de grúa, drones y CGI a mansalva que convierten la experiencia en un mareante ejercicio de estilo donde Jung Byung-gil se coloca constantemente por encima de la historia que cuenta. Poco importa la amnesia de Carter (Won Joo), la pandemia que está zombificando el mundo, los conflictos de espionaje entre las dos Coreas o todo lo que envuelve la misión que debe emprender el protagonista para salvaguardar la vida de una niña con la ayuda de alguien que le dicta las acciones a través de un dispositivo implantado en su oído.
Carter no da respiro y no margen para detenerse en nada de eso. Desde el minuto 1 hasta el 132, Jung Byung-gil nos somete a un espectáculo circense que hará las delicias de aquellos que disfrutaron con los primeros minutos de La villana (The Villainess) (2017) o con los locurones psicotrópicos de Fried Barry (Ryan Kruger, 2020) o Hardcore Henry (Ilya Naishuller, 2015), con la que tiene muchas similitudes en su vertiginosa puesta en escena. El director mueve la cámara sin descanso, incluso en las pocas escenas de transición la cámara continua haciendo piruetas alrededor de los personajes como si el operador fuese un Gaspar Noé pasado de ácido buscando asombrar a su propio ego. El resultado es tan pirotécnico como gratuito, también agotador si no logras la inmersión absoluta dentro del videojuego FPS (first-person shooter) que plantea.
No es que la cámara sea subjetiva por completo, pero la sensación es muy semejante a la de estar frente a una consola jugando en primera persona más que viendo una película, de hecho, en algunas ocasiones, sí se utiliza el recurso de la subjetividad de cámara como parte de planos secuencia sin solución de continuidad. Una auténtica majadería escénica para la que necesitarás tener a mano una caja de Lexatin.
Cuanto más mejor… o no tanto
Carter es acción pura y dura. Verás momentos espectaculares que implican persecuciones, luchas y cientos de muertes en escenarios variados donde siempre se busca la acción en movimiento (aviones, trenes, coches, motos…), sin que importe demasiado la verosimilitud ni el realismo como podremos corroborar en la escena de la caída libre o en el puente colgante. El lema de la película es «bigger than life«, cuanto más mejor, el exceso como modus operandi. Su aproximación a la viñeta de cómic incorpora todos los trucos del cine hindú de acción con cambios de ritmo en los movimientos de cámara o la ralentización de algunas de las imágenes para enfatizar el momento como si los personajes fueran dibujos animados.
En ese sentido, la secuencia más destacada es la apertura que acontece en una sauna repleta de miembros de la Kkangpae coreana (mafia similar a la Yakuza japonesa) con la estrella Won Joo en tanga dando mamporrazos a diestro y siniestro. Imagina algo así como cruzar la escena de los baños turcos de Promesas del Este (David Cronenberg, 2007) con la vengativa «Novia» acabando con los 88 maníacos con su katana en Kill Bill: Volumen 1 (Quentin Tarantino, 2003), todo ello dentro del estilo narrativo-inmersivo que ya tenía La villana (The Villainess).
Un lenguaje moderno no apto para todos los públicos
Carter te puede flipar mucho utilizando un lenguaje moderno y directo que está apegado a la inmediatez de las nuevas tecnologías y a los dispositivos electrónicos, sin embargo, te sacará de quicio si te parece innecesario que la cámara se mueva más que Willy Fox con un bonobús o te molesta que la forma estética se convierta en el todo de la película.
En mi caso, la perspectiva de videojuego me resulta tan aburrida como contemplar a otra persona jugando a un shooter frente a una pantalla. Nunca le he encontrado la gracia a ese disfrute pasivo, prefiero jugar yo. Así que, la inmersión audiovisual la asumo con cierta distancia que me desconecta de la acción y si me queda la boca abierta es por los bostezos, no por la admiración que le profese a la propuesta realizada por el surcoreano Jung Byung-gil, al que hay que darle el mérito de una planificación que debió ser un trabajo de locos. Contra gustos no hay nada escrito y probablemente sea una película que funcione bastante bien entre un segmento concreto del público joven que ande en búsqueda de emociones fuertes sin exigencias de otro tipo.
¿Qué te ha parecido la película?
Que buena hierba hay en Corea joder.
Mala no lo siguiente es estúpida no entiendo como dejan subir estas películas tan ridículas «en la sauna se enfrenta a 70 hombres con cuchillos y sale sin ningún arañazo» al ver eso ya he quitado la película
Excelente pelicula y la hierba fue llevada desde perú mi estimado albert