El viernes 26 de octubre viajé hasta Madrid para acudir a la master-class que la Escuela de Guión había preparado para deleite de los asistentes. El encargado de impartirla fué Javier Olivares, director argumental y jefe de guión de la serie Isabel (TVE), show-runner de Kubala, Moreno y Manchón y de Infidels (TV3) y guionista de multitud de series como Los Serrano (T5) o Los hombres de Paco (A3), además de autor, adaptador y director de diversas obras de teatro.
Quizá pueda parecer fuera de lugar que publique esta entrada tanto tiempo después de la realización del evento. La razón es que, al finalizar la clase, salí tan obnubilado de la experiencia que creía que mi percepción estaba un tanto distorsionada, que no podía haber sido tan magnífica, así que dejé pasar el tiempo para que rebajase la pasión y tomase el mando la razón. Dos semanas después puedo confirmar que la clase magistral fue tan grande (y al mismo tiempo tan sintética) como la percibí.
Al inicio de la clase, Olivares se despuntó de lo que suele ser una charla de este tipo y preguntó a los asistentes qué era aquello que querían saber, que cosas les interesaban para, de éste modo, centrarte en aquello que los asistentes querían conocer. Esta iniciativa me pareció arriesgada en un principio, pero resultó ser una gran estrategia para mantener a todos los asistentes atentos a sus palabras. No obstante, para poder realizar este ejercicio se debe tener una gran capacidad comunicativa y, sobre todo, tener muy claro de lo que se iba a hablar, es decir, haberse preparado la charla a conciencia. Y Olivares se la había preparado.
A lo largo de las dos horas de clase (en ocasiones más cercana al coloquio, cosa que me encató) Javier Olivares explicó a partir de ejemplos prácticos, basados en su propia experiencia en su mayoría, qué es un show-runner, qué hace y que beneficios y desventajas tiene dedicarse a ello, además de desgranar detalles particulares de sus obras (sobretodo de Isabel).
Se podría decir que en 120 minutos tan solo se abordaron cuatro ideas fundamentales (de ahí que fuera sintética), pero expuestas de tal modo que, estoy seguro, todos los asistentes recordaremos de por vida.
En definitiva, la experiencia fue inmejorable. Además de la charla, la gente de la escuela se encargó del bienestar de los asistentes ofreciéndonos bebidas antes del evento y brindando con vino a posteriori.
Desde aquí quiero felicitar a la Escuela de Guión de Madrid por acercar a la gente de la calle a grandes profesionales del medio, y también a Javier Olivares por demostrar una gran profesionalidad, saber estar y cercanía con aquellos que fuimos a escucharle.
Fotografía: www.escueladeguion.es
Descubre más desde No es cine todo lo que reluce
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.