Las críticas de Laura Zurita:
The Monkey
Cuando dos hermanos gemelos encuentran un misterioso mono de cuerda, una serie de muertes atroces separan a su familia. Veinticinco años después, el mono comienza una nueva matanza, obligando a los hermanos separados a enfrentarse al juguete maldito.
The Monkey está dirigida por Osgood Perkins, escrita por él mismo sobre un relato original de Stephen King, e interpretada por Theo James, Tatiana Maslany y Christian Convery. La película se estrena en España el 21 de febrero de 2025 de la mano de Beta Fiction Spain y YouPlanet Pictures.
Horror y absurdo
Osgood Perkins nos entregó en 2024 la estupenda Longlegs, un thriller de autor que rozaba las fronteras del cine de terror, una obra tan tersa como bien rodada, combinando los encuadres perfectos con una atmósfera perturbadora.
The Monkey, la más reciente obra de Perkins, sigue demostrando el talento del autor, creando escenas estéticamente atractivas sobre un fondo de horror, absurdo y sangre. La película es una reinterpretación muy libre, incluso audaz, del relato corto homónimo de Stephen King, The Monkey (1980), que imaginaba un juguete de mono con platillos que arrastraba una maldición. Si bien la película conserva la premisa fundamental del relato, centrada en la figura del mono como catalizador de terror para múltiples generaciones de una familia, la adaptación opera con una notable libertad creativa, trascendiendo la mera traslación del texto original. Como curiosidad, dado que una multinacional del entretenimiento tiene los derechos de imagen del mono con platillos, en The Monkey se muestra un mono tamborilero. lo que funciona sorprendentemente bien.
La narrativa cinematográfica de The Monkey inicia con una inmersión en la infancia de dos hermanos gemelos, con una relación disfuncional más cercana al abuso que a la fraternidad. Sus vidas, ya de entrada imperfectas, se ven irrevocablemente alteradas por la irrupción de un grotesco mono tamborilero. La asimetría de su relación fraterna sirve como telón de fondo para la manifestación de lo sobrenatural en su forma más sucia y visceral, estableciendo un vínculo improbable entre el trauma psicológico y el horror cómico.
Tan entretenida como perturbadora
La aparición del mono en The Monkey desencadena siempre una secuencia de muertes que oscilan entre lo grotesco y lo absurdo, con una representación tan explícita de la violencia que le lleva hacia lo cómico. La película, al mismo tiempo se acoge y desafía las convenciones del género de terror, fusionando elementos de gore con un humor negro lleno de ironía y mala baba. Esta mezcla, llevada a la hipérbole, tiene un impacto paradójico, y hace oscilar al espectador entre la sensación de desasosiego y una diversión teñida de incomodidad. El humor, lejos de funcionar como un mero alivio cómico, se convierte en una herramienta para subvertir las expectativas y generar una sensación de extrañamiento. Las reflexiones sobre la muerte y el destino son tan negras que el espectador tiene que tomar distancia.
Veinticinco años después, The Monkey nos muestra a los hermanos cuestionando si los personajes han logrado trascender el horror del juguete maldito o si, por el contrario, permanecen atrapados en su órbita. Perkins acentúa lo visceral y lleva la violencia a extremos que resultaría difícil soportar durante mucho tiempo.
En resumen, The Monkey se disfruta como una obra cinematográfica que trasciende la mera adaptación de un relato de terror, y lleva la provocación a sus límites, aun dentro de un género que los desafía a menudo. La película juega con las convenciones narrativas y estéticas, y es absurda, sangrienta y divertida, resultando en una obra tan entretenida como perturbadora.
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