domingo, julio 13, 2025

69 SEMINCI. Sección oficial. Crítica de ‘Sex’: Inteligente exploración de la masculinidad

Las críticas de José F. Pérez Pertejo en la 69 SEMINCI:
Sex

El director noruego Dag Johan Haugerud ha acometido en este año 2024 la titánica tarea de dirigir tres películas que componen una trilogía bajo el título Sex, Love, Dreams (Sexo, Amor, Sueños) que, además, son los tres títulos de las tres películas por separado. La primera de ellas, Sex, fue estrenada (y premiada) en la Sección Panorama del pasado Festival de Berlín y llega ahora a la Sección Oficial de la sexagésimo novena edición de la SEMINCI de Valladolid. La segunda, con el título Love, participó en la Sección Oficial del reciente Festival de Venecia y, la tercera, Dreams, tiene previsto estrenarse también en lo que queda de año.

Se trata de tres historias independientes desde el punto de vista argumental y de los personajes (aunque como no he tenido ocasión de ver las otras dos, desconozco si hay algún cruce entre ellas), pero las tres tienen como asuntos fundamentales el deseo, la identidad y el anhelo de libertad.

En Sex, dos amigos (heterosexuales, aquí la puntualización es relevante) y compañeros de trabajo como deshollinadores, tienen, durante una pausa laboral, una conversación que traspasa la cotidianidad y se adentra en el íntimo terreno de las confidencias. Uno de ellos (Thorbjørn Harr) describe un sueño recurrente en el que el mismísimo David Bowie se le aparece mirándole con deseo, como si fuera una mujer y le hace sentir seducida, el otro (Jan Gunnar Røise) hace una confidencia todavía más intensa relatando que, el día anterior, ha tenido, por primera vez en su vida, una relación homosexual con un cliente.

A partir de esta conversación que tiene lugar en una secuencia inicial en plano fijo de aproximadamente quince minutos, se establece el curso narrativo de una película inteligente y particularmente bien escrita. El film tiene una estructura teatral en la que la mayor parte de las secuencias (no todas) serán conversaciones de dos o como mucho tres personajes en interiores con una puesta en escena muy estudiada, hasta el punto de que no resulta difícil imaginar una versión teatral de Sex.

La trama se desarrolla fundamentalmente a partir de que el personaje que ha tenido la experiencia homosexual se lo cuenta a su esposa (Siri Forberg) con gran despreocupación y ésta no se lo toma tan bien cómo él había esperado. A partir de ahí, el guion nos llevará por una reflexión acerca de cuestiones como la naturaleza del deseo (sexual) y los sentimientos (de amor), la fragilidad del compromiso y la fidelidad, la inseguridad, los celos, las personalidades posesivas, el modo de vivir la intimidad, las diferentes dinámicas familiares y, fundamentalmente, los estereotipos de la masculinidad canónica.

Dag Johan Haugerud dirige con distancia, con pocos primeros planos y predominio de planos fijos (de ahí la importancia de la puesta en escena), como si no quisiera (de hecho, no quiere) juzgar a sus personajes, se limita a colocarlos en situación y que sea el propio espectador el que reflexione sobre los temas planteados o los que a cada uno se le sugieran. Sex es, por tanto, una película de las que plantea preguntas pero no da (ni adoctrina con) las respuestas, lo cual es muy de agradecer en esta sociedad sigloveintiunesca que trata de generar y conducir rebaños de pensamiento único.

A modo de elemento separador de los diferentes actos narrativos, el director intercala secuencias con música instrumental que muestran el entorno urbano de Oslo.

A pesar de tratar de temas de tanta enjundia como los citados (y otros como la religión o la hipocondría), la película huye de la gravedad y tiene varias secuencias de tono desenfadado e incluso divertido (particularmente brillante la doble consulta padre e hijo a una médico de familia que resulta ser una maestra del sarcasmo) y otras en las que aprovecha para introducir una velada crítica a una sociedad egoísta y deshumanizada que no da las gracias ni cuando unos desconocidos te ayudan a transportar un mueble pesado.

Hay mucha inteligencia destilada en un guion sutil, realista, y profundamente humano. Resulta fundamental el brillante trabajo interpretativo de todo el reparto, especialmente del dúo protagonista Jan Gunnar Røise y Thorbjørn Harr que han sido distinguidos por el jurado de la 69 SEMINCI con el premio conjunto a la mejor interpretación masculina.

Sex

7

Puntuación

7.0/10

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