viernes, marzo 29, 2024

Crítica de ‘Black Adam’: Utilizando la plantilla errónea de adaptaciones al cine una vez más

Las críticas de Óscar M.:
Black Adam

En Black Adam han pasado casi 5000 años desde que Teth Adam consiguiera sus poderes por parte de los dioses y desapareciera, pasando de hombre a mito y de mito a leyenda. Ahora que ha sido liberado, su forma única de justicia, nacida de la ira, es desafiada por héroes modernos que forman la Sociedad de la Justicia: Hawkman, Dr. Fate, Atom Smasher y Cyclone.

La adaptación está dirigida por Jaume Collet-Serra (Jungle Cruise), con un guion de Adam Sztykiel y Rory Haines & Sohrab Noshirvani y protagonizada por Dwayne Johnson, Aldis Hodge, Noah Centineo, Sarah Shahi, Marwan Kenzari, Quintessa Swindell, Bodhi Sabongui y Pierce Brosnan. Black Adam cuenta con la producción de Warner Bros. y New Line Cinema, y se estrena en cines el 21 de octubre de 2022.

Superhéroes dentro de un bucle infernal

Después de fusiones, adquisiciones, absorciones y cancelaciones internas en la productora, llega Black Adam, el enésimo intento del equipo Warner-DC por establecer un Universo cinematográfico estable y coherente de adaptaciones al cine de los personajes de DC Cómics. Pero este intencionado esfuerzo queda en un espejismo cuando el espectador descubre que la película utiliza el mismo esquema argumental que ya hemos visto en varias ocasiones anteriores: aparece un personaje, resulta ser un villano, un equipo consigue capturarlo, aparece alguien peor y el personaje se convierte en un héroe.

Es normal que al espectador (o al lector) le suene este tipo de historia, puesto que es el argumento clásico de los cómics (incluso Toriyama abusó en su obra cumbre, «Dragón Ball») que también usó Marvel en Vengadores: La era de Ultrón y que tantos problemas le ha dado a la competencia con Venom o Morbius. Precisamente, el hecho de utilizar una plantilla argumental en las películas de superhéroes es uno de los principales ataques utilizados contra las películas de Disney-Marvel, por lo que sorprende que Black Adam caiga en la misma trampa y que, incluso, se permita el lujo de usarlo.

El comienzo es absolutamente arrollador para el espectador, pero sólo como Warner sabe hacer mal. En una atropellada introducción relatan una historia en voz en off, con incontables nombres de personajes, lugares y cosas diferentes (y difíciles de pronunciar), escenas de acción amontonadas, un montón de personajes nuevos y, por si fuera poco, utilizan un idioma inventado (generando una doble línea de subtítulos), prácticamente todo lo que pudimos recriminarle a Eternos.

Una descontrolada huida hacia adelante

Las adaptaciones de DC Cómics al cine siempre tenían su punto de originalidad y personalidad propia desde el estreno de Superman, seguido por Batman, pero la desesperación y la ambición por enfrentarse a las rentables y exitosas adaptaciones de Marvel ha provocado una constante acumulación de estrenos olvidables e intentos fallidos por recuperar el control y ser una competencia seria, incluido un inexplicable reinicio de una película recién estrenada, con sucedió con Suicide Squad y El Escuadrón Suicida.

Black Adam es como volver a ver una nueva versión de Shazam! pero llena de decisiones cuestionables, con unos personajes absolutamente planos, impersonales y poco carismáticos. Desde un Pierce Brosnan que se pasa media película poniéndose y quitándose el casco (recordad no contratar a un actor conocido para un personaje que lleva la cabeza cubierta, sobre todo si se va a usar como gancho publicitario), siguiendo con Cyclon repitiendo el mismo ataque a cámara lenta, un forzadísimo Atom Smasher a medio camino entre Deadpool y Ant-man, pero sin gracia y con la única misión de estar comiendo constantemente, para terminar con Sarah Shahi y su expresión de no sorprenderse ni cuestionar nada de lo que sucede a su alrededor o la contenida emoción de Bodhi Sabongui.

Es como si el Jaume Collet-Serra de Un crucero por la jungla (me niego a seguir las imposiciones anglosajonas de Disney en el título de las películas) se hubiera centrado sólo en divertirse sin tener en cuenta el resto de los elementos de la película, de esta manera (y a pesar de todo) ha conseguido de Black Adam no sea aburrida, pues suceden tantas cosas y a tal ritmo que no da tiempo a que el espectador se detenga en algo porque los personajes están constantemente en movimiento. Aunque dicha falta de concentración de los guionistas hace que se repitan los montajes musicales a cámara lenta, que el personaje de Black Adam vuelva al mismo lugar en varias escenas o que el mismo flashback se repita hasta en cuatro ocasiones (el esfuerzo por transmitir el trauma del personaje consigue consigue ser traumático para el espectador), otro error que Marvel ya tuvo en Shang-Chi.

Errores del pasado, aciertos para el futuro

Parece que las tres personas que se han ocupado de la redacción del guion no hayan tenido en cuenta que desde los acontecimientos vistos en El hombre de acero (punto de reinicio de la saga y desde la que han estrenado diez películas), la destrucción provocada por los actos heroicos de los superpoderosos tienen consecuencias y, que precisamente, en Batman v Superman: El amanecer de la justicia este es el centro de la trama, por lo que en Black Adam se dedican a destruir la ciudad a diestro y siniestro sin repercusión real.

El único punto de cordura y recordatorio moral se ha centrado sobre todo en Hawkman, pero lo han convertido en un personaje con una única canción que desentona con una película donde a una señora que le preocupa lo más mínimo que Black Adam destruya su piso por puro placer (debe estar alquilada) o que después de recriminar al protagonista que matar humanos está mal, participe en la destrucción de un mercado y los edificios colindantes (todos hechos oportunamente de adobe) sin ningún cargo de conciencia y obviando dichos daños colaterales.

Cuando llegan los títulos de créditos finales y esforzándonos en quedarnos con lo positivo de Black Adam, se aprecia que han invertido más en unos fantásticos efectos especiales que en la redacción del guion, la aparición de Amanda Waller (Viola Davis nunca decepciona) se ha convertido en un acertado y socorrido recurso de estas adaptaciones, el detalle de que aparezcan el resto de superhéroes que conocemos de pasada es un guiño divertido y facilón, recuperar los asesinatos para adultos de Escuadrón Suicida es un gran acierto y lo único realmente interesante de cara al futuro es la escena en mitad de los créditos, pero no hace falta que el espectador se quede hasta el final, porque ni hay una escena final ni la reiterativa composición musical de Lorne Balfe merece la pena una segunda escucha.


¿Qué te ha parecido la película Black Adam?

Black Adam

6

Puntuación

6.0/10

1 COMENTARIO

  1. Un rollizo de película, me la recomendaron en las taquillas del cine…para gustos colores desde luego, pero si quieres tirar tu dinero vete a ver la peli….

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