Jungle Cruise es la nueva película inspirada en la famosa atracción del parque temático Disneyland, está dirigida por Jaume Collet-Serra y protagonizada por Emily Blunt, Dwayne Johnson, Edgar Ramírez y Jack Whitehall, junto con Jesse Plemons y Paul Giamatti. Se estrenará el próximo 30 de julio en cines y en Disney + a través de acceso premium con coste adicional.
Lily viaja desde Londres a la selva y contrata los cuestionables servicios de Frank para que la guíe por el río Amazonas en la misión de encontrar un antiguo árbol con poderes curativos sin precedentes que podría cambiar el futuro de la medicina. En esta búsqueda épica, la extraña pareja deberá enfrentarse a todo tipo de peligros y fuerzas sobrenaturales que se esconden en la engañosa belleza de la exuberante selva tropical.
Aventura veraniega
Parece que se está recuperando la tradición cinematográfica que cuando llega el calor tengamos en las pantallas una película fresquita repleta de aventuras, como tuvimos durante los años ochenta con Tras el corazón verde o El lago azul, o en los años noventa con las sagas de Batman, La momia o Parque jurásico. En la pasada década, hemos tenido las secuelas de la saga Piratas del caribe, pero, tras la polémica con su protagonista Johnny Depp y sabiendo que sin él la saga naufraga (no hace falta recordar Piratas del caribe: En el fin del mundo), Disney ha decidido armar otra película basada en otra atracción de sus parques temáticos: bienvenidos a Jungle cruise.
Dejando a un lado que podrían haber usado como título Un crucero por la jungla, la película desembarca en los cines (y en el servicio de pago) para traer esa correspondiente dosis de acción, aventura, comedia, adrenalina y viajes imposibles que hacen falta cuando aprietan las altas temperaturas, siempre con un reparto reconocible para la mayoría de los espectadores y manteniendo los niveles estándar de película para toda la familia.
Dwayne Johnson, después de Viaje al centro de la tierra 2: La isla misteriosa y la nueva saga de Jumanji, parece que continúa atrapado en la selva y haciendo malabares para continuar en la pantalla (raro es el año que no aparece en dos o tres películas, incluidas franquicias). Su personaje se diferencia poco de los que ya nos ha mostrado en las anteriormente citadas, su característica más destacada son los chistes malos, pero desaparecen demasiado rápido de sus diálogos y apenas vuelven a aparecer a medida que avanza el argumento, por suerte están Emily Blunt y Jack Whitehall para echarle un cabo, interpretativamente hablando (ambos son superiores a Johnson y demuestran un mayor registro), y que la película no naufrague en su intento de llegar a buen puerto.
Acción y efectos especiales sin descanso
La acumulación de enemigos es otro clásico del cine de aventuras, en este caso, hasta cinco villanos con diálogo han necesitado, sin contar a los lacayos sin nombre ni frase, que sólo son carnaza de peleas y persecuciones, las cuales son otra constante de Jungle cruise durante las más de dos horas de duración.
La adaptación está plagada de escenas de acción, tantas que son incontables y que hacen que la duración de la película pase volando, aunque la estructura parezca hecha con una plantilla de la saga Piratas del Caribe y ciertos giros argumentales son algo predecibles, la película se disfruta mucho dejándose llevar por las aventuras que corren los personajes, sabiendo que, cómo cualquier otra película de Disney, los personajes están a salvo y, de una manera u otra, llegarán a su objetivo.
Los efectos especiales son realmente apabullantes (hasta el punto de, incluso, rozar la sobredosis), probablemente ninguna escena se haya librado de estar retocada por ordenador, aunque mayoritariamente son inapreciables y la mayoría pasan por escenarios reales, pero el agua y el tigre destacan excesivamente sobre el resto, causando un regusto amargo por acercarse demasiado a los dibujos animados.
Un entretenido viaje
Una pena que la incursión aventurera de Jaume Collet-Serra haya patinado en este aspecto visual, porque el conjunto es bastante correcto, ameno y da a la audiencia lo que promete (una desconexión aventurera con un argumento para toda la familia), incluso hasta la omnipresente música de James Newton-Howard es un buen complemento para las escenas, recuperando el estilo de esas bandas sonoras instrumentales clásicas que merece la pena tener físicamente para escuchar en casa cualquier domingo.
Llegando al final del viaje y cuando aparecen los dibujados títulos de crédito, Jungle cruise deja un buen recuerdo en el pasajero (a pesar de sus defectos), un poco como cuando estando de vacaciones navegas en un barquito por riachuelos de aguas tranquilas y con poca profundidad, sabemos que el trayecto va a ser seguro y cómodo, y que nos dejará con ganas de repetir, aunque esta vez no haya escenas después de los títulos de crédito.
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