Su intención era mostrar la situación actual que se vive, y Morais «quería intentar dar fe de la guerra económica, que algunos llaman crisis, de una madre que no se puede ocupar de su hijo y un hijo que tiene que hacerse mayor muy pronto».
En relación a este joven que debe hacerse mayor, el actor Javier Mendo comentó que era su primer trabajo serio, y sobre cómo se planteó el personaje dijo: «Prepararme el personaje ha sido difícil, pues nunca había hecho nada parecido. Conté con un mes de ensayo con el director Alberto Morais«.
Laia Marull tiene pocas escenas en la película, como ella misma afirma, pero «el personaje de la madre es clave para contar la historia. Nos sirvieron mucho los ensayos. No queríamos juzgar a esta mujer pero sí queríamos dignificarla».
Alberto Morais siempre tuvo claro que el punto de vista de la película debía ser el del hijo, utilizando para ello la cámara en mano: «Yo quería que el espectador viera lo que ve el chico. Para que hubiera cierta esperanza de que las cosas son posibles, no debía ver ciertas cosas. Era mejor que se mantuviera en una perspectiva externa».
El director confirmó que él mismo eligió a Laia Marull pues trabajó muy a gusto con ella en Las olas, y se encargó personalmente del casting, viendo a más de 600 chicos para el papel protagonista.
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