Las críticas de David Pérez «Davicine» en la 57 SEMINCI:
Edmond était un âne (Edmond era un asno)
Divertido en cuanto a situaciones pero triste en cuanto a sentimientos, Edmond était un âne nos presenta a su protagonista, Edmond, quien no es como las demás personas. Callado e insignificante, tiene una esposa que le quiere y un trabajo que desempeña a la perfección. Sin embargo, sabe muy bien que es diferente. Cuando sus compañeros de trabajo le colocan en la cabeza unas orejas de burro para burlarse de él, descubre su verdadera naturaleza. Y aunque termina por disfrutar de su auténtica identidad, entre él y el resto se abre una brecha cada vez más grande.
Un corto muy bien realizado que nos permite conocer a este ser diferente, excluido del mundo y víctima de la justicia, un auténtico himno a la tolerancia, pero sin los clichés que habitualmente acompañan a esta expresión.
A pesar de intentar abrir los ojos para que veamos de igual manera a las personas diferentes, este corto no hace nada para que nos sintamos a gusto y cómodos con Edmond. La estética no engatusa y la narrativa no ofrece ninguna vía de escape y nos obliga a afrontar el sufrimiento sin fin.
Un cortometraje donde domina el gris, la monotonía y la tristeza, con un hermoso acompañamiento de violín, y donde, a pesar de sus 14 minutos, podemos sentir que hay muchas escenas que pueden ser un poco repetitivas, lo que al menos nos permite apreciar la lenta evolución del personaje principal.
Una lucha por la libertad de la mente, que nos da un gran golpe al corazón, y que sirve para que reflexionemos sobre todas esas personas que sienten que no han nacido en el cuerpo que les corresponde, y el valor necesario para afrontar este drama.
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