Las críticas de David Pérez «Davicine» en la 57 SEMINCI: Bydlo
Patrick Bouchard se inspira en «Cuadros de una exposición», una famosa suite de 15 piezas compuesta por Modest Músorgski en 1874, para crear Bydlo, un cortometraje animado con la técnica del ‘stop-motion’, reflejando en él los ciclos de la vida, el poder del hombre y de la bestia, y la belleza y el horror del trabajo, reflexionando sobre el coste insoportable de la servidumbre.
El director vio dentro de la composición musical de Músorgski que inspiró esta película, uno que se llamaba Bydlo, una carreta polaca con dos enormes ruedas enganchada a dos bueyes, donde con un gran manejo de la dinámica Músorgski reflejaba el acercamiento y alejamiento de la carreta, de ahí el título del corto, que significa `ganado´ en polaco.
Con una técnica impecable, y un guión que dará que pensar a más de uno, el cineasta (o cortometrajista, pero sigo prefiriendo cineasta) consigue lo que desea, que no sea fácil descifrar el mensaje que se oculta tras un gran número de símbolos, de tal forma que cada espectador tendrá una idea distinta de lo que visiona, pero llevándose la misma sensación de angustia y miedo que vive el ser humano.
Bouchard es un animador experto en la técnica del ‘stop-motion’, y ya ha dirigido los cortometrajes Les Ramoneurs cérébraux (2003), Dehors novembre (2005) y Révérence (2007), y ahora, con Bydlo, la técnica del ‘stop-motion’ le permitió transformar el trabajo musical en imágenes, grabando la música con una orquesta en directo y adaptándola a la interpretación de la película.
El director consigue evocar el trabajo y la mano de obra de la música, trayendo la tierra a la vida a través de esculturas de arcilla animadas, creando un mundo concreto y terrible, una pesadilla en la que el hombre es su propio capataz de esclavos.