
La historia nos hace reir (poco, muy poco) con cuatro carcajadas y aprender que es el «timón holandés» y casi vomitar con «la tormierda perfecta»… pero poco más, vemos tetas, huevos y penes como en toda película de este tipo, aunque no se muy bien definir el tipo, yo no la clasificaría ni como comedia si quiera. Ya me estoy arrepintiendo de haberla visto pero todo sea por evitar que os gastéis el dinero en el cine, salvo que queráis ver a Elizabeth con poca ropa.