Las críticas de Laura Zurita:
A Different Man
El ambicioso actor neoyorquino Edward se somete a una intervención quirúrgica radical para transformar drásticamente su aspecto. Como resultado, muchas cosas cambian en su vida y, sin embargo, todo sigue perturbadoramente igual. Aunque haya cambiado exteriormente y pueda empezar una nueva vida, sigue siendo quien es y no quien quiere ser. Entonces se pierde el papel de su vida y su nuevo rostro de ensueño se convierte en una pesadilla.
A Different Man está escrita y dirigida por Aaron Schimberg, y está interpretada por Sebastian Stan, Renate Reinsve y Adam Pearson. La película se estrena en España el 31 de enero de 2025 de la mano de la distribuidora Vertigo Films.
La apariencia y la autoestima
A Different Man construye su narrativa sobre la experiencia de Edward, un hombre con cuyo rostro está deformado por padecer neurofibromatosis. La película se enfrenta a temas complejos que están cercanos a ser tabús, como la dismorfia corporal y el impacto de la apariencia en la vida de las personas. Edward se enfrenta a diario a las reacciones de las personas ante su rostro, desde la abierta hilaridad de los más descarados a incomodidades más o menos disimuladas. Incluso las reacciones bienintencionadas, como el material de divulgación con el que está trabajando, trasluce que su apariencia es un factor que parece condicionar la vida de Edward. Su gran ambición de trabajar como actor, por otra parte, no se ve acompañada de una dosis igual de talento, y Edward lo sabe.
Poco a poco, A Different Man se acerca también a rasgos determinantes de la personalidad de Edward. Como una imagen de su propia autoestima, en un cierto momento aparece una gotera en el apartamento de Edward. Este detalle, que se presenta como un problema doméstico menor al inicio, se convierte en una metáfora visual del deterioro emocional y psicológico del personaje. A medida que la gotera crece y se extiende, refleja la relación de Edward con su propia identidad y su incapacidad para reconciliar su yo interno con su apariencia externa y si vida en general.
En este momento crítico de la vida de Edward, al inicio de A Different Man, una chica muy hermosa, Ingrid (Renate Reinsve), se muda al departamento vecino al suyo. Ambos inician una amistad vacilante y frágil, pero que parece tener un potencial transformador para ambos. Esta amistad coincide con la oportunidad que se le presenta a Edward de cambiar su vida por otros medios. Más tarde, como tercer factor en el cambio de la vida de Edward aparece Oswald, que funcionará como una especie de espejo para Edward, en el que él podrá elegir mirarse, o quizás no.
A Different Man es ante todo una comedia muy negra, que no duda en dejar de manifiesto los aspectos más oscuros de sus personajes, pero sin maltratarlos. La curación de Edward le aporta un sutil tono de ciencia ficción, pero sin alejarlo de una realidad que la película quiere retratar con precisión.
La narrativa de A Different Man, si bien ágil y dinámica, presenta ciertos desafíos. A pesar de la solidez del planteamiento inicial, en su desarrollo y final la historia experimenta giros que pueden resultar inverosímiles y desconcertantes. La transición de una narrativa natural y lógica a una más declarativa debilita la credibilidad de algunos acontecimientos y dificulta la conexión emocional con el personaje en el que Edward se convierte.
Sebastian Stan brilla en su papel
Estéticamente, A Different Man presenta una realidad de grano algo grueso y ligeramente mortecina, lo que complementa la narrativa de manera efectiva. La dirección de fotografía crea atmósferas y ambientes muy neoyorquinas que refuerzan los mensajes del guion. Por ejemplo, el contraste entre la frialdad del apartamento de Edward y la calidez del de su vecina subraya la diferencia entre su estado emocional y el de los demás, en tanto las calles de la ciudad aparecen frías y desoladas, casi distópicas.
La actuación de Sebastian Stan es el mayor atractivo de A Different Man. Su interpretación, sutil y matizada, transmite la complejidad del personaje a través de gestos, miradas y lenguaje corporal. Incluso en las escenas en las que el maquillaje y la caracterización dificultan la expresión facial, Stan logra comunicar las emociones de Edward, revelando su fragilidad y sus conflictos. Adam Pearson (un actor británico que tiene neurofibromatosis en la vida real) está perfecto como Oswald, una figura genial, un verdadero huracán de vida y buen humor, pero también un poco trepa.
En conclusión, A Different Man es una película que ofrece una mirada profunda y conmovedora sobre la identidad, la apariencia y la propia aceptación. La actuación de Sebastian Stan, la fuerza de los temas que aborda y la cuidada estética visual la convierten en una obra que impresiona y quiere abrir al espectador a la reflexión y al diálogo. El conjunto, sin embargo, se ve algo deslucido por algunos fallos de ritmo y consistencia en su segunda parte.
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