Las críticas de Daniel Farriol
Smile 2
Smile 2 es un filme estadounidense de terror que está escrito y dirigido por Parker Finn (Possession, Laura Hasn’t Slept). La historia nos muestra a la estrella del pop mundial Skye Riley que está a punto de embarcarse en una nueva gira mundial cuando empieza a experimentar una serie de sucesos cada vez más aterradores e inexplicables. Angustiada por la espiral de horrores y la abrumadora presión de la fama, Skye tendrá que enfrentarse a su oscuro pasado para recuperar el control de su vida antes de que sea demasiado tarde.
Está protagonizada por Naomi Scott (Aladdin, Power Rangers), Kyle Gallner (Strange Darling, The Passenger), Rosemarie Dewitt (Richard dice adiós, La La Land), Miles Gutierrez-Riley, Ray Nicholson (Deseo ardiente, Borderline), Dylan Gelula, Raúl Castillo, Lukas Gage, Peter Jakobson y Drew Barrymore. La película se ha estrenado en salas de la mano de Paramount Pictures Spain el 18 de octubre de 2024.
Es la secuela de Smile (2022).
Una secuela que amplifica todo lo que vimos en la primera
Había mucha expectación por saber si Parker Finn sería capaz de mantener en una secuela el listón que puso con una de las películas de terror más impactantes de los últimos años. Las dudas se disipan rápido desde la misma secuencia de apertura con la que enlaza ambas películas a través del Detective Joel (Kyle Gallner), quien al final de la primera entrega fue infectado con la maldición. Esa apertura de Smile 2, a modo de prólogo, nos lleva 6 días después de los acontecimientos de la primera con Joel intentando traspasar el parásito demoníaco al cuerpo de unos peligrosos narcotraficantes con la intención de acabar para siempre con el espíritu maligno que le posee.
Smile 2 no solo logra mantener los niveles de horror de la primera, con muertes absolutamente espeluznantes, si no que es aún más ambiciosa. El director nos propone una reflexión bastante pesimista sobre la cultura del éxito, la fama y la presión social que nos convierte en personas que no queremos ser. Su discurso crítico entronca a la perfección con el que hace La sustancia (Coralie Fargeat, 2024), de hecho, ambos cineastas parecen haber compartido en su juventud similares vivencias de videoclub con las que llenan de referencias estéticas noventeras a sus respectivas películas.
Además, Smile 2 amplía el universo de la maldición original añadiéndole un potente contexto que hace referencia a la viralización del mal, algo que puede verse como una metáfora oscura sobre las nuevas tecnologías, al estilo de Charlie Brooker, pero que igualmente conecta la película de Parker Finn con el terror japonés sobre maldiciones, con The Ring (Ringu) (Hideo Nakata, 1998) y, especialmente, Kairo (Pulse) (Kiyoshi Kurosawa, 2001), como películas de cabecera.
Un descenso a los infiernos de la fama
Tras el estupendo prólogo protagonizado por el Detective Joel, Smile 2 inicia una nueva historia con nuevos personajes. La protagonista absoluta es Skye Riley (Naomi Scott), una estrella del pop que prepara su regreso a los escenarios con una gira mundial que hará olvidar un pasado conflictivo relacionado con el alcohol, las drogas y un trágico accidente de coche del que su cuerpo conserva unas enormes cicatrices en su abdomen y espalda. La maldición de la sonrisa llamará a su puerta cuando la chica decida ir a la casa de un camello para comprarle unas pastillas que alivien su dolor corporal e inesperadamente contemple el suicidio del tipo machacándose la cara con unas pesas de gimnasio.
A partir de ahí, asistiremos al descenso a los infiernos de la locura de la cantante que comenzará a sufrir terribles pesadillas y alucinaciones. En la primera parte entendimos que el demonio se alimentaba de los traumas y el dolor de las personas, así que siendo Skye una joven mentalmente inestable y con múltiples problemas en su pasado, la estrella del pop se convierte en la huésped perfecta para seguir propagando la maldición…
Pero esos no serán los únicos inconvenientes que surgirán en su vida, también sufrirá otros de carácter «más terrenal» que igualmente amargarán su existencia. Ahí es dónde la película crece en intensidad y se libera de los simples clichés del cine de género. La cantante deberá lidiar con el acoso de los fans, la presión mediática, la mercantilización de su imagen, o el abuso de una madre y un manager a los que parece importarles el dinero, sin preocuparse por su estado anímico o psicológico.
Sonríe más a la sangre y los sustos
Su única tabla de salvación a todo eso es una vieja amiga, Gemma (Dylan Gelula), alguien a quien hizo daño en el pasado y a la que quiere recuperar. Su presencia le otorga una serenidad que le insufla las fuerzas necesarias para continuar luchando, pero para entonces ya es incapaz de discernir las diferencias entre la realidad y lo imaginado. De ese aspecto abusa demasiado Parker Finn, alargando de forma innecesaria y repetitiva todo el proceso de descomposición, personal y social, al que se ve sometida la protagonista. Es algo que le permite construir escenas visualmente apabullantes que abundan en el horror sangriento, pero también ralentizan en exceso la transición hacia un final guiñolesco que cierra de manera inteligente.
Smile 2 no entiende de sutilezas y juega con los excesos de manera constante, desde la salvaje escenificación del horror que acompaña a la protagonista hasta la imponente interpretación que realiza Naomi Scott, a la que somete a un tour de force de gritos y desgarro que podría dejarte exhausto. En ese sentido, esta segunda parte es mucho más histriónica que la primera, pero es algo buscado, Parker Finn no escatima en jump scares, sonrisas asesinas, gore gratuito e imágenes tan alucinógenas como la horda de fans coreografiada como si fuese un monstruo de múltiples cabezas y brazos, da igual que todo eso bordee a veces lo ridículo (también hay golpes de humor negro).
Terror puro y reflexión social
Eso explica también la aparición como secundario de Morris (Peter Jacobson), un enfermero que perdió a su hermano por la maldición y ha ideado un surrealista plan para acabar con el demonio. Entramos ahí en el terreno de las películas de Serie B en consonancia con los mad doctors del terror clásico, y es que la idea de matar a Skye para resucitarla después ya liberada del espíritu maligno es un plan destinado al fracaso, especialmente si el lugar escogido es el congelador de un Pizza Hut abandonado… Pero tras ello también se oculta la verdadera temática del filme, la de superar los traumas del pasado para encauzar tu presente, es decir, renacer de tus cenizas.
Smile 2 acierta con la exposición de sus reflexiones acerca de la condición humana, la culpa y el perdón, la cultura de la fama y el éxito, así como la dependencia cotidiana actual en la construcción de una imagen social. Lo hace todo mediante un subtexto rico en sustancia que subyace bajo imágenes de terror puro, impactantes y monstruosas, que no dan descanso al espectador durante este carrusel de los horrores tan brillante como espeluznante donde se extiende con audacia el universo ya planteado en la primera entrega.
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