sábado, octubre 5, 2024

Crítica de ‘365 días más‘: Cuando la historia es lo de menos

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
365 días más

La relación de Laura y Massimo pende de un hilo mientras tratan de superar sus problemas de confianza. Entretanto, un incansable Nacho hace todo lo posible por separarlos. Anna-Maria Sieklucka y Michele Morrone retoman sus papeles en la tercera entrega de este drama erótico. Dirigida por Barbara Bialowas y Tomasz Mandes, 365 días más cuenta también en su reparto con Simone Susinna, Otar Saralidze, Ewa Kasprzyk, Dariusz Jakubowski, Ramón Langa, Tomasz Mandes, Natalia Siwiec, Karolina Pisarek, Rafal Iwaniuk, Robert Zdebski, Paulina Mabiala, Max Umer y Danilo Susinna. La película se estrena en Netflix el 19 de agosto de 2022.

De la obligación al amor… y a los cuernos

365 días es un drama erótico basado en el bestseller «365 dni», de Blanka Lipinska, que tuvo un gran éxito en Netflix, y en el que una mujer cae en las garras de un jefe de la mafia que la encierra y le da un año para que se enamore de él. Posteriormente vio la luz una secuela, titulada 365 días: Aquel día, cuya historia continúa donde lo dejó su predecesora, volviendo Laura y Massimo (más fogosos que nunca). La pareja se casa, pero Laura no es feliz viviendo una vida restringida debido a la amenaza de un clan rival de la mafia que conocimos en la película anterior. Vivir una vida protegida no es para ella, por lo que Laura y Massimo comienzan a tener problemas maritales tan pronto se casan. El nuevo comienzo de la pareja se complica por los lazos familiares de Massimo y por un hombre misterioso que irrumpe en la vida de Laura para conquistarla y ganarse su confianza a cualquier precio.

Si creíamos que no era necesario ver más escarceos amorosos de la pareja protagonista, ahora llega la tercera entrega, 365 días más, que esta vez no parece intentar ir más allá de una mera exhibición de cuerpos de sus protagonistas principales con un erotismo forzado y un guion prácticamente ausente entre relación sexual y relación sexual. Dado que la primera entrega todo se centraba en las relaciones entre los dos protagonistas, y en la segunda entrega incluyeron un nuevo personaje masculino, el «jardinero» Nacho, para que Laura pudiera tener donde escoger, ahora coge más peso en la historia este personaje interpretado por Simone Susinna, quien no ha invertido mucho tiempo en clases de interpretación pues deja todo en manos de su cuerpo, pero no es el único.

Posando, que es gerundio

Han pasado casi cinco meses desde el estreno en Netflix de 365 días: Aquel día, pero el rodaje de esa película se realizó a la vez que el de la nueva entrega, motivo por el que no ha pasado tiempo ni para los actores ni los guionistas, no pudiendo invertir los actores lo ganado en aprender a actuar, ni los guionistas dedicando tiempo a escribir un guion que permita que la historia nos atrape más allá de ver un largo anuncio de colonia repleto de escenas sexuales más o menos explícitas donde no dejan a la imaginación ni torsos ni glúteos.

Obviamente, si tenemos en Netflix un cierre de trilogía, quiere decir que hay espectadores que quieren ver esta película, por lo que no necesitaban dar nada nuevo a sus fieles fans, quienes la verán sin importar su bajo nivel de guion y tan sólo por su alto nivel de calentamiento, sirviendo nuevamente como portafolio de los actores principales, ya que la mayor parte del tiempo tenemos a Laura, Massimo y Nacho posando, incluso mientras duermen (y sueñan con tríos, como no podría ser de otra manera). Todos los personajes siguen siendo aburridos, pero peor aún es que a veces son indistinguibles, agradeciendo los tatuajes de Michele Morone para saber cuándo se acuestan con él y no con otro, siendo todo un repertorio de actrices y actores a modo de Barbie y Ken pero con genitales para satisfacer sus deseos sexuales.

Anna Maria Sieklucka como Laura es capaz de parecer que posa en cada una de sus acciones, desde tomarse una copa a pasear por la ciudad e incluso dormir, pero en esta nueva entrega dedican también bastante tiempo al lucimiento de los actores masculinos, interpretados nuevamente por Simone Sussinna y Michele Morrone, quienes se centran en lucir palmito y producir feromonas. En caso de haber existido, en algún momento, un proceso de casting, se nota que fue realizado con la clara intención de mostrar actores y actrices atractivos en pantalla todo el tiempo, incapaces de un mal gesto o una postura natural.

¿Guion?

No podemos decir nada bueno de la historia detrás de la película, como tampoco lo pudimos decir de su predecesora. Puede que la única que aportara algo fuera la primera entrega, con una historia (bastante atroz si lo pensamos) que servía realmente de base para las relaciones entre los protagonistas. A partir de ese momento, no hay duda que los guionistas no quisieron arriesgar y repiten una y otra vez (y huele a cuarta entrega) todo lo que hizo de la primera película un éxito, agarrándose a su idea de ponernos gente atractiva «actuando» de forma muy fotogénica al ritmo de la banda sonora de la película.

No voy a adentrarme en detalles de la trama, pero la decepción está asegurada si se confía en tener algo más que aporte al desarrollo de los personajes. Las pocas líneas de diálogo que tenemos entre escenas sexuales no es que sean poco interesantes, es que son muy malas, y la idea parece que fue rehacer de nuevo la segunda película pero sin necesidad de presentación de algunos personajes para ir aún más al grano. Por si no fuera suficiente, al final tenemos el diálogo más largo de toda la película en el que se nos adelanta que están pensando en continuar con más líos amorosos explícitos entre los mismos personajes, y así pueden estar mientras la gente haga que la película esté en el Top de Netflix.

Algunos espectadores podrían confiar que si los diálogos son planos, al menos las escenas de sexo sean memorables, pero tan sólo son algo más obscenas que las de la mayoría de películas (no pornográficas), aunque su nivel de erotismo a veces roza la vergüenza ajena, destacando tan solo una corta escena en la que Laura sueña que debe elegir entre Nacho y Massimo, y se ve a si misma dentro de un trío en el que los dos terminan besándose, que no aporta nada ni es interesante, pero al menos nos coge por sorpresa. También es molesto ver cómo está todo filmado, siendo difícil saber lo que sucede durante las escenas «amorosas», que si bien es lo habitual en las escenas de erotismo light, muchas veces genera más confusión que emoción, rozando la apariencia de un vídeo musical repleto de senos, culos y sudor.

365 días más no busca aportar nada nuevo a esta trilogía (por el momento) y continúa como una extensión de 365 días: Aquel día. Quienes vieron 365 días, y acabaron satisfechos, a buen seguro repetirán con cada nueva y caliente entrega de esta saga. Como dice Massimo (aunque no es original suyo), «Si amas algo de verdad, déjalo marchar. Si vuelve contigo, será siempre tuyo. Sino, es que no era para ti.»… Y ojalá yo deje marchar esta trilogía y no vuelva a cruzarse en mi camino, pues 365 días más debería cerrar una trilogía que no era necesaria.


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365 días más

2.5

Puntuación

2.5/10

2 COMENTARIOS

  1. Es de lo peor que he visto, no tiene trama es un guión super pobre, mediocre y literal solo les falta el enfoque en las partes íntimas para ser porno 100%, colocan personas a tratar de actuar pero se les nota la poca profesión en este campo. Creen que por verse bien físicamente ya están ganados pero que aburrimiento son todos. Super mal por Netflix

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