Las críticas de Laura Zurita:
Cuando cae el otoño
Michelle, una abuela en plena forma en todos los aspectos, vive una jubilación tranquila en un pueblecito de Borgoña, donde también reside Marie-Claude, su mejor amiga. El Día de Todos los Santos, su hija Valérie viene a verla con la idea de dejarle a su nieto Lucas durante la semana de vacaciones escolares. Pero nada ocurrirá como estaba previsto.
Cuando cae el otoño está escrita y dirigida por François Ozon. En su reparto encontramos a Hélène Vincent en el papel principal, acompañada por Josiane Balasko y Ludivine Sagnier. La película se estrena en España el 13 de diciembre de 2024 de la mano de Caramel Films.
Exploración e interrogaciones
François Ozon es un muy prolífico cineasta francés reconocido por su versatilidad y su audacia a la hora de abordar temas como la sexualidad, la muerte, la familia y la identidad. Su cinematografía se caracteriza por una estética visual cuidada, con una paleta de colores saturada y composiciones simétricas que recuerdan a los grandes maestros del cine clásico. Sin embargo, bajo esta apariencia elegante, a Ozon le gusta provocar y explora con descaro los límites de lo tabú. Ozon es considerando, y con razón, como uno de los directores más interesantes y originales del cine contemporáneo. Entre sus obras más destacadas encontramos, por ejemplo, Bajo la arena (2000), 8 Mujeres (2002), El tiempo que queda (2005), Swimming Pool (2003), Joven y Bonita (2013), y mis preferidas, En la casa (2012) y la bellísima Frantz (2016).
Con Cuando cae el otoño François Ozon, que ya ha dejado de ser el enfant terrible de su generación, nos presenta un drama familiar que, a primera vista, podría parecer una sencilla exploración de las relaciones intergeneracionales. Sin embargo, bajo esta aparente sencillez, se esconde una compleja red de secretos, culpas y deseos. La película narra una serie de acciones que no se terminan de explicar, dejando al espectador con una serie de interrogaciones que llevar consigo al terminar la película.
Cuando cae el otoño, caracterizada por la estética visual tan propia de Ozon, nos presenta una paleta de colores saturada y composiciones simétricas que acentúan la sensación de pesar que se cierne sobre los personajes. La casa de la protagonista, con todos sus detalles y sus objetos cargados de significado, se convierte en un microcosmos que refleja las tensiones internas de la familia.
Ozon, fiel a su estilo, construye un relato que se desenvuelve a un ritmo pausado, permitiendo al espectador observar en la psicología de sus personajes. y para ello es central la soberbia interpretación de Hélène Vincent como Michelle, la protagonista. Su mirada enigmática y sus gestos sutiles revelan una mujer compleja y llena de matices, capaz de despertar tanto ternura como desconfianza.
La relación entre Michelle y su hija, Marie-Claude, es el eje central de la trama de Cuando cae el otoño. El director explora con delicadeza las dinámicas de poder y los resentimientos que se han acumulado a lo largo de los años. La figura de la agente de policía, que se introduce en la vida de Michelle, funciona como un catalizador que desencadena una serie de revelaciones y confrontaciones.
Ritmo lento, interpretaciones sólidas
Cuando cae el otoño destaca por su cuidada puesta en escena y sus interpretaciones sólidas, su ritmo narrativo es lento, porque lo importante no es el desenlace, sino cómo los personajes evolucionan dentro de la historia. Sin embargo, esa lentitud la que permite a Ozon ahondar en la naturaleza humana y las relaciones familiares, al tiempo de explorar toda la gama de grises de sus personajes, ninguno de los cuales es heroico ni perfecto.
Como ya se ha mencionado, Hélène Vincent como Michelle es el corazón de Cuando cae el otoño. Su interpretación captura la entereza de una mujer que, a pesar de la edad, sigue enfrentándose a los desafíos de la vida. Su mirada es magnética y nos hace simpatizar con ella, aun cuando sus acciones a veces pueden dar lugar a problemas de índole moral. Josiane Balasko como Marie-Claude, la mejor amiga de Michelle, ofrece una interpretación es encantadora, y sus escenas con Michelle son los momentos más dulces de la película. Su personaje es, en apariencia, alegre y despreocupado, aunque en su vida hay una pena profunda, y veremos que Michelle hace todo lo que puede por resolver, hasta extremos sorprendentes. Por último, Ludivine Sagnier como Valérie, la hija de Michelle, encarna a la hija despegada y codiciosa. Sagnier logra transmitir la ambivalencia de su personaje, que ha querido mucho a su madre, pero ahora parece sentir más que nada resentimiento, por razones que aparecen poco a poco en el texto.
En conjunto, las interpretaciones de todos los actores en Cuando cae el otoño son excelentes y contribuyen a crear una atmósfera de autenticidad, ya que las sus interacciones resultan naturales, si bien, y muy en el estilo de Ozon, hay poca emoción exteriorizada en ellas. La procesión, como ocurre a menudo en el autor, va por dentro.
En conclusión, Cuando cae el otoño es una película que se complace en la reflexión sobre temas universales como la familia, la culpa y el paso del tiempo. Ozon, una vez más, demuestra su habilidad para crear atmósferas densas y análisis de la conducta humana. Aunque no sea su obra más audaz, esta película confirma su posición como un cineasta interesante y reflexivo.
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