Las críticas de Daniel Farriol:
Till, el crimen que lo cambió todo
Till, el crimen que lo cambió todo (Till) (2022) es un drama estadounidense que está dirigido por Chinonye Chukwu (Clemency), quien también escribe el guion junto a Keith Beauchamp (Wanted Justice: Johnnie Mae Chappell) y Michael Reilly. También se utiliza para el guion material de la autobiografía «Simeon’s Story: An Eyewitness Account of the Kidnapping of Emmett Till». Es una historia real ambientada en los años 50 y cuenta como un joven afroamericano de 14 años llamado Emmett Louis Till fue asesinado en Mississippi, así como la lucha posterior de la madre por hallar justicia para él y abanderar un movimiento social en favor de los derechos civiles de la comunidad negra.
Está protagonizada por Danielle Deadwyler (Estación Once, Paradise Lost), Jalyn Hall (The Crossover, Todo el día y una noche), Frankie Faison (El asesinato de Kenneth Chamberlain, The Village), Haley Bennett (Swallow, Magazine Dreams), Whoopi Goldberg, John Douglas Thompson, Sean Patrick Thomas y Jamie Renell. La película se ha estrenado en España de la mano de Universal Pictures España el día 24 de Febrero de 2023.
Un caso estremecedor que reafirmó la lucha en favor de los derechos civiles de la comunidad afroamericana
Emmett Till «Bo» (Jalyn Hall) fue un chaval afroamericano de Chicago que con tan solo 14 años fue asesinado en 1955 durante una visita a casa de sus primos en la población de Money (Mississippi) donde trabajaba en la recogida de algodón. Su único delito fue silbar con admiración la belleza de Carolyn Bryant (Haley Bennett), una mujer blanca de 21 años que regentaba la tienda de comestibles donde el chico fue a comprar caramelos. Tras ese hecho, el marido junto a otros hombres irrumpieron en mitad de la noche en la casa de los tíos de Emmett para secuestrar al chico, torturarlo y finalmente ejecutarlo de un tiro en la cabeza. Su cadáver aparecería tres días después en el río Tallahatchie.
De todas formas, la historia que cuenta Till, el crimen que lo cambió todo se centra en su madre, Mamie Till-Mobley (Danielle Deadwyler), una madre coraje que buscó justicia para su hijo y creó un precedente al conseguir sentar en el banquillo de los acusados a los hombres blancos que lo mataron aunque el veredicto de inocencia estaba acordado de antemano por tratarse de un jurado compuesto íntegramente por hombres blancos sureños.
Sin embargo, el caso copó las portadas de los periódicos y de los noticiarios televisivos debido a la polémica decisión que tuvo Mamie de celebrar el funeral de su hijo con el ataúd abierto para que así todo el mundo viera el cadáver desfigurado por los golpes y fuera testigo de la brutalidad empleada contra la comunidad negra. Aquello fue el inicio de un cambio de pensamiento en toda la población norteamericana y el inicio de un movimiento civil activo para conseguir erradicar la discriminación racial (aún se sigue luchando).
Una narrativa académica
Till, el crimen que lo cambió todo es una de esas películas bienintencionadas e inspiradoras que parecen haber sido manufacturadas con la mirada puesta en la temporada de premios, lo que hace que en ocasiones se le vean demasiado las costuras. Está claro que su discurso reivindicativo y la estremecedora historia real que nos cuenta producen una asociación empática de manera inmediata con el espectador, algo que no quiere decir que el guion o la realización de Chinonye Chukwu estén a la altura.
La biografía de Mamie Till acaba siendo esquemática pese a contar el filme con una duración de 131 minutos. Se centra casi exclusivamente en la lucha judicial de la mujer contra los asesinos de su hijo, dejando de lado el activismo social que lideró después. En su haber tenemos una ambientación de los años 50 muy cuidada en los detalles y un personaje central fuerte. En cuanto al tono discursivo y el sentimentalismo que desborda, halla instantes de gran intensidad dramática en las secuencias del entierro o del testimonio de la madre durante el juicio, por ejemplo, pero el interés decae en otros momentos debido a que el resto de personajes están trazados con brocha gorda.
La directora de origen nigeriano opta por una narrativa académica sin renunciar a otras aportaciones más «modernas» como es el caso de algún encuadre contrapicado inesperado, un travelling compensado (esa sensación de que el fondo del personaje se mueve) para potenciar la escena en que la madre recibe la noticia de la muerte de su hijo o, mi momento favorito, un plano a contraluz de la silueta de la mujer esculpida por la ausencia. Pero, por lo general, la dirección es plana y rutinaria, careciendo de la fuerza expresiva que debería tener una historia tan desgarradora como esta.
La gran baza de la película es Danielle Deadwyler
En definitiva, Till, el crimen que lo cambió todo es un filme correcto de aquellos tildados como «necesarios» que sirven para recordarnos episodios no tan lejos de nuestra historia colectiva que no deberían repetirse. En ese sentido, aunque parezca increíble, no fue hasta el 29 de marzo de 2022 (no hace ni un año) que bajo el mandato de Joe Biden se aprobó definitivamente una Ley en los Estados Unidos contra los linchamientos para convertirlos en un crimen de odio y un delito federal perseguido en todo el país. Por tanto, la película cobra una importancia capital y nos hace ver que la cuestión racial sigue siendo una problemática real en la actualidad.
La gran baza con la que cuenta el filme es la poderosa y generosa interpretación que realiza la actriz Danielle Deadwyler, rozando en ocasiones la teatralidad (igual que algunos compañeros de reparto). Pero el rostro de la actriz, casi siempre en primer término, se convierte en el verdadero hilo conductor para esta historia acerca de la dignidad y la justicia para lanzar un grito al cielo en favor de la igualdad y de los derechos humanos.
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