Las críticas de Daniel Farriol:
Una madre perfecta
Una madre perfecta (Une mère parfaite) es una miniserie belga de intriga dirigida por Frédéric Garson (The Dancer, Shanghai Blues, New World) con guiones de Thomas Boullé y Carol Noble que adaptan la novela «Llamada a medianoche» de Nina Darnton. La historia sigue los pasos de una madre que está convencida de la inocencia de su hija tras ser acusada de asesinato y haberse entregado voluntariamente a la policía. Durante la investigación que hace en paralelo junto a un amigo abogado ex policía, comenzará a descubrir inquietantes verdades sobre lo sucedido que desdibujan las líneas que separan a la víctima del verdugo. Está protagonizada por Julie Gayet (La taularde, Carré blanc), Tomer Sisley (Balthazar, Le serpent aux mille coupures), Eden Ducourant (Totems, Les ombres rouges), Andreas Pietschmann (1899, Dark), Cyril Guei, Sylvain Dieuaide, Maxim Driesen y Emilia Nöth. La serie se ha estrenado en Netflix el día 3 de Junio de 2022.
¿De qué va ‘Una madre perfecta’?
Una madre perfecta es una miniserie franco-belga que combina con bastante pericia elementos de drama familiar e intriga criminal durante 4 intensos episodios que se ven de un tirón. Esta adaptación del best-seller «Llamada a medianoche», de la periodista neoyorkina reconvertida con éxito en escritora Nina Darnton, sabe conjugar a la perfección el puro entretenimiento culpable derivado de una trama con multitud de sorpresas y giros imposibles, con temáticas de rabiosa actualidad como son la violencia contra las mujeres, la inmigración ilegal, la manipulación de la opinión pública o el abuso de poder.
La historia comienza sin dar respiro, mediante un montaje en paralelo bastante revelador de lo que vamos a ver a continuación. Por un lado, tenemos a una joven llamada Anya Berg (Eden Ducourant ), que tras pasar una noche de fiesta en una discoteca de París, acaba en casa de Damien Carnau (Charles Créhange), el joven heredero de un imperio de la industria cosmética. Poco después la chica camina errante y sollozando por la calle. Por su aspecto podemos adivinar que ha sido agredida sexualmente y, mediante los flashes que agitan su memoria, determinar que el chico ha sido asesinado. La chica acude a la policía, ofreciendo una declaración contradictoria sobre la aparición en escena del presunto «camello» de Damien como autor material del asesinato, aunque todos los indicios la inculpan a ella como autora del crimen.
Por otro lado, antes de entrar en comisaría, Anya llama por teléfono a su madre, Hélène Berg (Julie Gayet) que está celebrando su cumpleaños en su residencia de Berlín, junto a su esposo, Matthias (Andreas Pietschmann), un cirujano de prestigio, y su hijo Lukas (Maxim Driesen), un joven que vive estresado al tener que enfrentarse a los exámenes de selectividad. Son una familia de clase media-alta normal y feliz… ¿o no tanto? La madre acudirá rauda a la llamada de socorro de su hija para regresar a su ciudad natal y solicitar la ayuda de Vincent Duc (Tomer Sisley), un importante abogado criminalista que fue policía y novio de Hélène. La dispersión de la unidad familiar entre París y Berlín sacará a la luz todos los problemas internos de unas personas que, en realidad, siempre han sido incapaces de comunicarse los unos con los otros.
Trama adictiva con cretinos como protagonistas
No esperes encontrar en Una madre perfecta una intriga capciosa ni demasiado sorprendente. Si tienes un mínimo de intuición el desenlace no te pillará desprevenido y desde el primer momento sabrás quién cometió el crimen. Sin embargo, la serie tiene la capacidad de engancharte con una trama de constantes vaivenes argumentales donde la credibilidad pasa a un segundo plano, especialmente cuando asumimos la poca fiabilidad que tienen unos personajes convertidos en mentirosos compulsivos que llevan toda la vida engañándose los unos a los otros. En ese sentido, resulta complicado empatizar con casi ningún personaje, te sacan de quicio por su estupidez y torpe capacidad de enredar la madeja para complicar la investigación policial hasta límites desesperantes.
El título no exento de ironía de Una madre perfecta alude a la necesidad que tenemos de ser perfectos en todos los ámbitos de la vida: familiar, laboral, escolar, de comportamiento social, de sostenibilidad económica, de implicación ética… Una búsqueda de la perfección imposible que puede dejar cadáveres por el camino o hacerte renunciar a tus verdaderas pulsiones emocionales. Así que podría entenderse la serie como una crítica a la burguesía autocomplaciente como generadora de víctimas y monstruos. Se echa en falta apostar por un «duelo de madres» al presentar el personaje de Claire Carnau (Vinciane Millereau), empresaria en la cumbre, como una villana capaz de limpiar el nombre de su hijo a costa de la chica que presuntamente violó antes de ser asesinado. Este personaje tiene menos presencia de la previsible como némesis de Hélène, supongo porque la protagonista ya tiene suficientes problemas con los que lidiar en su propia familia.
Una serie de fácil y rápido consumo
Una madre perfecta posee una duración ajustada que se agradece. Son tan solo 4 capítulos sin demasiados altibajos de ritmo que mantienen nuestra atención en todo momento, pese a que no se profundice en los conflictos morales o en algunos de los temas importantes que aparecen en la trama como es la violencia de género. Estamos ante una serie de consumo rápido e impacto efímero donde se equilibra con inteligencia la intriga criminal con el drama personal que atenaza a cada uno de los personajes. El tema principal es la incomunicación en una sociedad individualista. El reparto realiza un trabajo correcto entre el que destacaría a Julie Gayet y Tomer Sisley que tienen una buena química en pantalla. La dirección de Frédéric Garson, que se inició en el cine como ayudante de dirección de Luc Besson, es enérgica cuando la historia lo requiere y necesariamente funcional en pos del formato televisivo de espectro familiar para el que está producido. Una madre perfecta no se convertirá en una de las mejores series vistas este año, pero tiene suficientes elementos de interés para captar la atención de una audiencia mayoritaria.
Listado de episodios de ‘Una madre perfecta’
Una madre perfecta es una miniserie belga de intriga que está compuesta por 4 episodios de entre 47 y 51 minutos cada uno.
Episodio 1
Cuando su hija es sospechosa de asesinato, Hélène le pide ayuda a Vincent: un abogado (y viejo amor) que trata de arrojar nueva luz sobre el caso.
Episodio 2
Anya le cuenta a Vincent su inquietante relato de la fatídica noche. Hélène y Vincent buscan a un hombre que aparece en la foto de Anya… con nefastas consecuencias.
Episodio 3
La policía interroga sin éxito a un sospechoso. Después de la puesta en libertad de Anya, Hélène empieza a dudar de la integridad de su hija… y de su papel como madre.
Episodio 4
La credibilidad de Anya disminuye. Hélène habla con alguien cercano a Kamal y debe hacer frente a una brutal revelación que dará un vuelco a su vida.
¿Qué te ha parecido la serie?
Me asombró la forma en que mienten los personajes.
buena serie
Me alegro que te gustase, a mi me entretuvo bastante. Gracias por leernos!
Me pareció super lenta…. todo eso se podría hber hecho en una película de toda la vida de 1 hora y 40 minutos. Muy decepcionada por tragarme 4 horas para este final.
Vaya! Yo me lo pasé bien y no me pareció lenta, aunque como sucede en casi todas las series actuales sí que podrían recortar un poco sin problemas. Lo bueno es que hay tanta oferta que seguro que encontrarás otra que te guste más. Gracias por leernos!
Pues a mí la actriz que hace de madre me parece inexpresiva todo el rato. Por lo demás, previsible, actos sin sentidos pero entretiene. Se agradece que fuera corta.