En 1987, cinco jóvenes de una zona marginal de Los Ángeles canalizaron su frustración y su ira a través de letras llenas de sentimiento y con un ritmo muy potente, haciendo de la música su arma más poderosa.
nos lleva a los orígenes del grupo musical NWA y cuenta cómo estos rebeldes culturales, armados con sus letras, su coraje, su chulería y talento, se enfrentaron a las autoridades que querían hacerlos callar, y consiguieron formar uno de los grupos más controvertidos del mundo.
Como en todo buen biopic, el
valor de la película que consigue que olvidemos la falta de originalidad de su guión, reside en un genial trabajo actoral. Dejando a un lado a
Paul Giamatti en el papel del productor musical Jerry Heller, con una interpretación que descubre un talento innato porque es estupenda a pesar de denotar poco esfuerzo, los tres jóvenes protagonistas están magníficos.
O’Shea Jackson Jr, en su debut cinematográfico, ha tenido que demostrar que su elección para el papel no estaba basada en el simple nepotismo, pero lo cierto es que consigue ser un calco de su padre,
Ice Cube. Algo más experimentados en el cine están
Corey Hawkins y
Jason Mitchell, que interpretan a
Dr Dre e
Easy E respectivamente. A
Hawkins lo hemos visto en breves cameos en
Iron Man 3 o en la serie
The Walking Dead, mientras que
Jason Mitchell, con una filmografía más breve ha conseguido papelitos en películas como
La trama o
Contraband, y formará parte del elenco de
Kong: The Skull Island. De los tres, es
Mitchell quien destaca en su interpretación de
Easy E con quien comparte un pasado de violencia, bandas y marginalidad. Sus escenas dando réplica a
Paul Giamatti son, interpretativamente, una joya. Los tres actores además han tenido que grabar los éxitos de N.W.A. demostrando también su talento a la hora de rapear.
En definitiva,
Straight Outta Compton es la misma historia de siempre con distintos protagonistas, con la particularidad de que trata un género musical que le dio voz al lado más oscuro de la calle, a unos retratistas urbanos que no dudaron en usar el rap para, con la oratoria más violenta, intentar cambiar el mundo.