Tras numerosos trabajos realizados como actor en cine, televisión y teatro,
Guzmán inició su carrera en la escritura y dirección de películas con el cortometraje
Inseguridad. Más tarde, realizó el documental
Mar de Fondo y en 2003 gana el Premio
Goya al Mejor cortometraje de Ficción con el cortometraje
Sueños, la Espiga de Oro al mejor cortometraje en el
Festival de Cine Internacional de Valladolid y más de setenta premios nacional e internacionales. Una trayectoria impecable que, unida a su experiencia en publicidad, ha servido para dar forma a este largometraje en el que se ha involucrado como director y productor, pero también ha aportado mucho de su pasado para dar forma a los personajes, y es que
A cambio de nada es una historia personal, cercana, llena de humor y emoción que aúna los elementos narrativos necesarios para conectar con el espectador.
En relación al estilo narrativo de la película,
Daniel Guzmán ha declarado son muchas las influencias que han conformado su manera de entender y hacer cine, con numerosos autores y diferentes corrientes cinematográficas alimentando su inquietud narrativa. Desde la conocida Nouvelle Vague, donde reducían al mínimo las intervenciones manipuladoras y artificiales hasta algunos ejemplos del cine contemporáneo europeo, iraní y asiático.
En
A Cambio de Nada, Darío se escapa de su casa huyendo de su infierno familiar. Luismi, su amigo incondicional, Caralimpia, un pobre diablo con envoltura de triunfador y Antonia, una anciana que recoge muebles abandonados con su motocarro se convierten en su nueva familia. Tres generaciones se encuentran en una ciudad demasiado grande para estar solo. Es verano.