La gran estafa americana no trascenderá porque tampoco es especialmente novedosa. No lo es el rol de policía cuya moral es más oscura que la del delincuente y juega con fuerzas que apenas es capaz de controlar (desarrollado con humor y energía por Bradley Cooper); tampoco lo es el del pícaro inteligente contra las cuerdas que necesita de toda su inteligencia para escapar y que resulta ser el más honrado. Pero como decía, tampoco necesita ser absolutamente original. Los triángulos amorosos y los conflictos personales acaparan más atención e interés que la propia operación de los federales, y la transformación de Christian Bale de ser un esculpido Batman o un tipo rancio de peluquín y barriga esférica ya es bastante sorprendente de por sí. La caracterización del estafador Irving Rosenfeld completa a la perfección un trasfondo magnífico matizado por esa moralidad ambigua de estafador semihonesto y sus circunstancias familiares, tan inclasificables como su conducta «profesional».
Cuestión aparte es la desternillante Rosalyn (Jennifer Lawrence): irresponsable, despistada, orgullosa, única para el chantaje emocional, manipuladora e incontrolable. Con este papel la actriz vuelve a destacar en el dominio de personajes psíquicamente inestables. La otra protagonista femenina, Amy Adams, alcanza el colmo de la seducción hasta el punto de que sus escotes le restan relevancia a una actuación formidable. Y si hasta ahora no he mencionado el sensacional personaje del alcalde Carmine Polito (Jeremy Renner) no ha sido por nada en concreto, porque me encantó.
Aunque la película tiene muchas cosas que elogiar me cuesta entender cómo ha conseguido pasar por encima de El Lobo de Wall Street, 12 años de esclavitud o Gravity en los Globos de Oro, si no es porque se quiera dar un empujón a la carrera de estos actores protagonistas o al propio O. Russell, quien ha logrado reunir en una sola producción a los grandes intérpretes de sus dos películas más exitosas, es decir, The Fighter y El lado bueno de las cosas. Es curioso que esta última también recibiera un, a mi juicio, desproporcionado apoyo de la Academia de cine estadounidense, con 6 nominaciones y un Oscar. En este caso también hablamos de un título muy entretenido que tampoco era nada que no hubiéramos visto antes.
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Concuerdo bastante. Película con buenas interpretaciones y poco más. Muy normalita para tanta nominación y tanto bombo que le están dando. Yo de hecho ni me reí, no me pareció ni cómica como está considerada, al menos en los Premios de los Globos de Oro estaba en esa categoría.
No sé, no me entusiasmó.