lunes, octubre 14, 2024

Crítica de ‘El pájaro pintado’: Una alegoría sobre la inmundicia humana

Las críticas de Daniel Farriol:
El pájaro pintado

El pájaro pintado (The Painted Bird) es un drama checo que está escrito y dirigido por Václav Marhoul (Tobruk, Smart Philip), adaptando la novela homónima de Jerzy Kosinski. La historia sigue a un niño judío mientras busca refugio durante la Segunda Guerra Mundial, en algún lugar de la Europa del Este, donde se encontrará en el camino con muchos personajes miserables que se aprovecharán de su inocencia.

Está protagonizada por Petr Kotlar, Harvey Keitel (La juventud, El puente de San Luis Rey), Julian Sands (The Ghosts of Monday, El elegido), Udo Kier (My Neighbor Adolf, The Kingdom: Exodus), Stellan Skarsgård (Dune, Last Words), Barry Pepper, Jitka Čvančarová y Julia Valentova Vidrnakova. La película puede verse en Filmin desde el día 2 de Junio de 2023.

Una obra descarnada y controvertida

Es muy difícil valorar una película como El pájaro pintado donde el horror se muestra de forma tan explícita que cuesta dilucidar cuál es la frontera entre la crítica social y el exhibicionismo morboso. La novela de Jerzy Kosinski, controvertido escritor polaco cuyas obras siempre estuvieron rodeadas por la sombra del plagio, es un relato absolutamente descarnado acerca de la guerra y de la miseria humana vista a través de los ojos de un niño judío que se queda solo vagando por un país indeterminado de Europa del Este, en plena Segunda Guerra Mundial, en busca de alguien que le ofrezca cobijo de manera altruista. Sin embargo, su camino estará plagado de espinas por parte de gente malvada que solo busca aprovecharse de su inocencia.

El encargado de llevar la novela a imágenes es el checo Václav Marhoul que une esfuerzos con el fotógrafo Vladimir Smutny para desarrollar un apabullante imaginario apocalíptico cercano al medievo. El filme está rodado de manera cronológica para determinar mejor el paso del tiempo mediante el cambio escénico que proporcionan las distintas estaciones del año, así como los cambios físicos que se producen en el propio niño protagonista (actor y personaje).

La fotografía en blanco y negro reluce preciosista y hermosa gracias a un meticuloso trabajo del encuadre y movimientos de cámara que reflejan el estado anímico de los personajes durante cada uno de los episodios en que se divide la película, resaltando también el uso del contraste entre luz y oscuridad para contrarrestar la pureza del niño frente la amoralidad infinita que despliegan hacia él las acciones de los adultos con los que se cruza.

El pájaro pintado

Una alegoría acerca de la perversión humana

El dispositivo visual de El pájaro pintado tiene en su espejo referencial a algunas obras maestras del séptimo arte tales como Masacre: Ven y mira (Elem Klimov, 1985), con la que guarda un gran paralelismo, o la biografía mística sobre Andréi Rubliov (Andréi Tarkovski, 1966), junto a otras menos conocidas al margen de los círculos cinéfilos como pueden ser el drama histórico Marketa Lazarová (František Vláčil, 1967) o el filme checo sobre el holocausto Diamonds Of The Night (Jan Němec, 1964).

Resulta curioso y contradictorio el encontrarse con una manera cinematográfica tan bella de filmar estampas rurales que en sí mismas reflejan todo un purulento catálogo de crueldad e inmundicia humana. Sin duda, es una película que no dejará indiferente a ningún espectador, de hecho, durante las proyecciones en el Festival de Venecia de 2019, fueron muchos los que abandonaron la sala por no poder soportar la violencia y brutalidad mostrada en la película hacia el niño protagonista.

Si analizamos el argumento de la película, secuencia tras secuencia, está claro que resultaría improbable que una misma persona pudiera sufrir en sus carnes y en un periodo tan corto de tiempo tamaña serie de catastróficas desdichas. Por eso la novela y la película deben observarse mejor desde un terreno alegórico donde cada personaje adulto asume la representación de una forma distinta de perversión humana que, al mismo tiempo, supone un acercamiento progresivo hacia la maldad absoluta.

El pájaro pintado

Un viaje al corazón de las tinieblas

El mismo título de El pájaro pintado contiene una metáfora. En una de las escenas vemos al niño ayudar a un hombre que pinta las alas de un pájaro para liberarlo acto seguido enviándolo hacia una bandada de pájaros que lo atacan hasta matarlo. Ese momento simboliza el miedo y rechazo al diferente, lo mismo que le sucede al niño por el hecho de ser judío. El antisemitismo es solo una piedra más en el muro de intolerancia construido por la humanidad a lo largo de los siglos, ya que muchos han sido los que han sufrido discriminación debido a su raza, religión o por mostrar una libertad de pensamiento que desafiara a una determinada autocracia.

Desde la inquisición que perseguía supuestos delitos contra la fe hasta la limpieza étnica promulgada por los nazis. Todos están representados en una película localizada en un país indeterminado de la Europa del Este para así otorgarle una sensación de atemporalidad en la que puedan convivir críticas a todas las actitudes de marginación y exclusión social que aún hoy en día se siguen perpetrando en determinados ámbitos, siendo los más vulnerables los niños.

Si la crucifixión de Jesucristo es un icono cristiano sobre la purga de todos los males del mundo, el vía crucis de Joska (Petr Kotlar) es algo bastante parecido. Su viaje a las profundidades del horror conradiano se efectúa a través de unas tierras baldías que han sido sacudidas por la guerra, la hambruna y la muerte. Aunque la acción está enclavada durante la Segunda Guerra Mundial, el filme podría perfectamente acontecer tanto en la Edad Media como en una distopía postapocalíptica sobre una sociedad carente de leyes morales.

El pájaro pintado

El mundo en proceso de deshumanización

El proceso de crecimiento personal del niño (solo conoceremos su nombre en la escena final) aquí va unido a una forzada pérdida de la inocencia. Eso conlleva que cada episodio traumático le provoque una lenta deshumanización para poder adaptarse como si fuera un camaleón silvestre a ese entorno de extrema vileza. Sin embargo, el desenlace deja una luz encendida para la esperanza al recuperar el personaje el nombre que nunca nadie había pronunciado, algo que abre la posibilidad de recuperar también esa humanidad que le ha sido robada.

Al igual que sucedía en la citada Masacre: Ven y mira es sorprendente el maduro trabajo que realiza el joven protagonista que contaba con tan solo 11 años cuando finalizó el rodaje. Junto a él, encontramos un reparto excelente donde destaca la presencia de Harvey Keitel, Julian Sands, Udo Kier o Stellan Skarsgård, algunos de ellos tuvieron que ser doblados al estar El pájaro pintado hablada en medžuslovjansky, idioma intereslavo creado en 2006 a partir de varias lenguas eslavas, es decir, una especie de esperanto propio de la zona que obviamente ninguno de los actores conocía.

En definitiva, El pájaro pintado es un filme terrorífico, sádico, excesivo, perturbador. Una obra expresionista servida en formato de fábula alegórica que nos habla del descubrimiento de la maldad y de la oscuridad de los hombres. Sin duda, provocará reacciones encontradas, a veces incluso en uno mismo, como me sucedió a mi. ¿Se trata de una reflexión profunda y necesaria sobre la perversión humana o tan solo es un filme que busca acercarse a lo mórbido mediante una despreciable acumulación de escenas truculentas que buscan el impacto gratuito en el espectador? Sea como fuere, su visionado es difícil de olvidar.


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El pájaro pintado

7.5

Puntuación

7.5/10

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