Las críticas de Daniel Farriol:
La jefa
La jefa es un drama español con toques de thriller que está dirigido por Fran Torres con guion de Laura Sarmiento Pallarés (Intmidad, Fuimos canciones). La historia sigue a una joven ambiciosa que trabaja en una multinacional de moda y se queda embarazada sin haberlo planeado. Sin familia en España y con dudas sobre el futuro de su maternidad que puede truncar su prometedora carrera profesional, recibe una inusual oferta de su jefa que le propone adoptar a su hijo cuando nazca a cambio de que pueda seguir trabajando en la empresa.
Está protagonizada por Aitana Sánchez-Gijón (The Frost (La escarcha), Madres paralelas), Cumelen Sanz (Lejos de casa, No te olvides de mí), Pedro Casablanc (Centauro, Josefina), Younes Bachir (No habrá paz para los malvados, Perdiendo el Este), María Fernández Prat, Vanesa Rasero y Alex Pastrana. La película se estrenó en cines en España de la mano de Filmax el 29 de Abril de 2022. Ahora puede verse en Netflix desde el 31 de Agosto de 2022. Y en Movistar+ desde el 15 de Septiembre de 2022.
¿Un drama? ¿Un thriller? ¿Una crítica social?
La jefa es una de esas películas que nunca encuentra su verdadero lugar pese a tener un planteamiento interesante. Para empezar llega tarde porque las similitudes argumentales que tiene con La hija (Manuel Martín Cuenca, 2021) son más que evidentes y eso la perjudica de forma notable al no estar a la misma altura. Luego queda la sensación de que estar a mitad de camino de un montón de cosas. Como drama no encuentra la forma de integrar adecuadamente la crítica social respecto a los temas que trata (gestación subrogada, conciliación de trabajo y familia, empoderamiento femenino, abuso de poder en las empresas, etc). Y como thriller de suspense tiene un ritmo demasiado lento y tampoco se mueve bien en la creación de atmósferas, por tanto, cuando llegan los momentos «intensitos» de la parte final, todo acaba resultando forzado y poco creíble. Así pues, no acaba de cuajar la combinación genérica ni se sabe muy bien que nos quieren contar en realidad.
La trama gira en torno a Sofía (Cumelen Sanz), una joven ambiciosa de origen argentino que ha emigrado a España junto a Nacho, su novio colombiano (Alex Pastrana), en busca de una mayor prosperidad económica. Logra iniciar su sueño al entrar a trabajar en una multinacional de moda que lidera Beatriz (Aitana Sánchez-Gijón), mujer a la que admira desde hace años hasta el punto de que su tesis universitaria versaba sobre ella y sobre el imperio empresarial que creó de la nada. Una vez allí empezará a trabajar como asistente de su jefa que le demuestra plena confianza desde el primer momento, pero todo por lo que ha estado luchando tanto tiempo puede truncarse cuando Sofía se entera de que está embarazada.
Comprar un bebé
El dilema moral de abortar o no para continuar con la carrera profesional se aborda desde una perspectiva bastante viejuna al convertir a Sofía en una católica que afronta un acto pecaminoso. Es una decisión de guion que lastra una visión más amplia sobre cómo afectan los embarazos a la vida profesional de las mujeres o sobre la decisión consciente de no querer ser madre en el mundo actual. No veremos que el personaje tenga otras preocupaciones religiosas durante el transcurso de la historia, ni siquiera cuando debe tomar decisiones drásticas moralmente discutibles, así que acaba siendo algo artificioso, por ejemplo, el incluir una escena de confesión en una iglesia.
Tras un inicio que parece enfocar la historia por el sendero de El diablo viste de Prada (David Frankel, 2006) y de otras películas que muestran los entresijos de las jerarquías empresariales, La jefa da un vuelco con la proposición que realiza Beatriz a Sofía para hacerse cargo del niño que su empleada está engendrando. Se abre el espinoso debate de los vientres de alquiler y la gestación subrogada en el momento que deciden firmar un contrato para consolidar la «transacción» del bebé sobre el que la madre biológica no tendrá ningún derecho en el futuro. Ambas partes aceptan y ambas partes firman porque saldrán beneficiadas del acuerdo, pero como también sucedía en la película de Martín Cuenca antes citada, la gestante comenzará a tener dudas a medida que avance el embarazo.
La ambición de dos mujeres en un mismo espejo
El libreto de Laura Sarmiento no profundiza lo suficiente en la evolución psicológica de ambas mujeres ante esa situación. Sofía será recluida en una lujosa mansión que Beatriz posee en las afueras para que nadie se entere del acuerdo. La tensión irá en aumento cuando vea que está siendo controlada por su jefa con cámaras de vigilancia. Eso hará que las implicaciones de querer tener o no al bebé dejen de ser una cuestión moral para convertirse en una lucha por la supervivencia y la libertad personal. El drama vira hacia el thriller mediante un volantazo que nos conduce a un desenlace guiñolesco donde todo se desmadra, sin humor ni pudor, lo que te hará levantar la ceja de la inverosimilitud en más de una ocasión.
Todo lo comentado podría funcionar si al menos sintiéramos cierta empatía por el personaje de Sofía. En mi caso no fue así y me costó mucho entender cuáles eran las motivaciones reales del personaje en algunas decisiones que toma (sobre todo en la segunda mitad del filme). La veo más como una trepa caprichosa que como una víctima atormentada por la «luz de gas» a que es sometida por su poderosa jefa. Reconozco que en eso tal vez tenga algo que ver la debilidad que siento por Aitana Sánchez-Gijón, que aquí vuelve a estar estupenda, sin desmerecer el trabajo que realiza la porteña Cumelen Sanz. Sin duda, la interpretación de ambas actrices, es el mayor activo que encontraremos en la película.
Hay que agradecer que La jefa evite sermonearnos, pero acaba siendo decepcionante que se desaprovechen tantos debates internos apuntados. Hubiera sido fantástico ser más incisivos al plantear la relación de ambición-empoderamiento de esas dos mujeres antagónicas y a la vez tan parecidas entre sí.
¿Qué te ha parecido la película?