Las críticas de Daniel Farriol:
Josefina
Josefina es un drama español dirigido por Javier Marco que cuenta con guion de Belén Sánchez-Arévalo. La historia muestra el encuentro entre Juan, funcionario de prisiones, y Berta, la madre de uno de los presos a la que observa en silencio cada domingo de visita. El día que por fin logra acercarse a ella, se sorprende a sí mismo haciéndose pasar por otro padre e inventándose a una hija dentro de la cárcel: Josefina. Está protagonizada por Roberto Álamo (Antidisturbios, El páramo), Emma Suárez (Invisibles, Una ventana al mar), Miguel Bernardeau, Manolo Solo, Pedro Casablanc, Simón Andreu y Olivia Delcán. La película se presentó en la Sección Nuev@s Director@s del Festival de San Sebastián 2021. Se ha estrenado en España de la mano de Super 8 Distribución el día 5 de Noviembre de 2021.
Silencios y miradas furtivas
Josefina, ópera prima del director alicantino Javier Marco, es una película de corte intimista y minimalista sobre el encuentro entre dos personajes solitarios que hallan en la mirada del otro una forma de recuperar el rumbo en sus vidas y avanzar hacia adelante. Rodada en base a los silencios y las miradas furtivas, más que en los diálogos o la acción, el filme avanza con ritmo lento y lacónico, pero sin resultar aburrido o monótono. Son escenas que dejan respirar a los protagonistas a través de planos largos y encuadres que concentran su atención en el espacio y los personajes. Podríamos considerar que la trama es mínima y que de manera intencionada se dejan muchos huecos argumentales que el espectador deberá llenar en su cabeza si lo considera oportuno, pero el guion está suficientemente bien construido para que no se eche en falta conocer más detalles sobre la vida o el pasado de los personajes.
El director tiene mucha experiencia en la realización de cortos y junto a la guionista Belén Sánchez-Arévalo ha encontrado una forma de expresión concisa que consigue extraer verdad y emoción utilizando pocos elementos escénicos. Una simple parada de autobús grabada en plano fijo puede ser un escenario poderoso en sus manos. Un rincón que sirve para visibilizar la eterna espera a la que se han acostumbrado las vidas de Juan y Berta, dos almas solitarias y atormentadas que iniciarán un acercamiento mutuo que puede otorgarles una segunda oportunidad.
La soledad como cárcel
Es cierto que para los festivaleros y amantes del cine independiente Josefina no resultará demasiado original y encontraremos cierto poso de dèja vú en esa historia de soledad e incomunicación, sin embargo, el filme funciona y convence por su sencillez narrativa y se beneficia del estupendo trabajo de Emma Suárez y Roberto Álamo que dan la profundidad y carga psicológica requerida por unos personajes de los que solo conocemos en parte. Incluso el personaje que da nombre al título de la película forma parte de una fabulación que sirve de nexo para crear vínculos reales (eso dejo que lo descubráis vosotros mismos).
Josefina es la historia de amor imposible (o no) entre la madre de un preso y uno de los funcionarios de seguridad del centro. El azar y la necesidad hace que coincidan en el autobús que les lleva de camino a la cárcel, un símbolo también de la propia prisión emocional en la que se encuentran atrapados ambos protagonistas en sus respectivas soledades. La película es bonita y tierna, pero también amarga y triste como se refleja en la mirada de las personas que han sufrido. Un trabajo delicado que ahonda en las carencias afectivas de una sociedad donde cada vez cuesta más acercarse al otro, comunicarse y entenderse más allá de los prejuicios e impresiones iniciales. Siguiendo los pasos influyentes de Javier Rebollo o Jaime Rosales, Josefina se posiciona como un filme autoral de nueva cuña en la que Javier Marco o el propio David Martín de los Santos con La vida era eso (2020) encuentran su propia voz para conectar con las preocupaciones íntimas y necesidades insatisfechas en las relaciones sociales actuales.
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