Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Un castillo por Navidad
Para escapar de un escándalo, una autora de éxito de ventas viaja a Escocia, donde se enamora de un castillo y se enfrenta al gruñón duque que lo posee. Dirigida por Mary Lambert, con guion de Ally Carter y Kim Beyer-Johnson, Un castillo por Navidad está protagonizada por Cary Elwes y Brooke Shields. La película se estrena en Netflix el 26 de noviembre de 2021.
No siempre es necesario ser original
Siguiendo la tónica general de estas fechas -en lo que se refiere a estrenos en plataformas y cines, aunque en especial en Netflix-, Un castillo por Navidad es otra producción más que aprovecha para recordarnos la cercanía de las celebraciones navideñas. Parte de su historia tiene lugar alrededor de la Nochebuena y el día de Navidad, aunque bien podría haber tenido lugar en cualquier otra fecha la trama y no hubiera cambiado demasiado, pero entonces no habrían podido aprovechar el tirón que a buen seguro tiene el reclamo navideño estos días.
Está claro que esta historia la hemos visto miles de veces anteriormente, pero no por ello debemos negarnos a ver esta película pues, queramos o no, en estos días de celebraciones que se nos acercan estamos más abiertos que nunca a disfrutar de una buena comedia romántica bajo la sombra del árbol de Navidad. Netflix sabe que estos días vamos a «consumir» este tipo de películas, por lo que no dan demasiada importancia al hecho de ser una película poco original, pero al menos sí es romántica y navideña.
En la película, la famosa escritora Sophie Brown (Brooke Shields) viaja a Escocia con la esperanza de comprar un pequeño castillo. Pero su propietario, el quisquilloso duque escocés Myles (Cary Elwes), no está por la labor de vendérselo a una forastera. Mientras intentan llegar a un acuerdo que satisfaga a ambos, la pareja sufre un encontronazo tras otro. Y, pese a todo, tal vez acaben consiguiendo más de lo que esperaban.
Ni el Grinch odiará esta película
Incluso acercándonos a la película cual Grinch que odia la navidad, y sabiendo que todo es predecible y escrito para forzar todas y cada una de las situaciones para acercar a la pareja protagonista, acabaremos sonriendo con la calidez que transmite este pequeño pueblo plagado de encantadores habitantes que parecen salir de Las chicas de Gilmore, aunque en ocasiones luzcan como caricaturas de escoceses rurales.
Un castillo por Navidad aprovecha las diferencias existentes entre sus protagonistas, lo que no es nada nuevo en las comedias románticas, para intentar tocarnos la fibra sensible con un romance que parecía imposible y la esperanza de que en Navidad todo puede cambiar. Desde el principio tenemos claro que estamos ante una película que bien podría estrenarse un fin de semana por la tarde en abierto, es decir, la típica comedia romántica de sobremesa, pero Netflix siempre da un valor añadido con un buen nivel de producción y un reparto de excepción.
Aunque donde sí que podríamos pedir algo más de atención es en el guion, que sabemos no se han esmerado demasiado pues la historia no lo pedía, pero tiene situaciones inverosímiles, como mostrarnos al dueño de un castillo de 500 años con problemas eléctricos llenar la fachada de luces navideñas, o ir a caballo a coger un abeto gigantesco pero no nos muestran el tedioso proceso que han tenido que realizar para llevarlo y luego meterlo en casa.
Rostros conocidos para la sobremesa de Netflix
Aún con sus deficiencias, que no son pocas, lo que eleva el nivel de la película es el reparto, y ahí es donde entran en juego Brooke Shields como Sophie y Cary Elwes como Myles, mostrando una gran química en pantalla para convencernos de que cualquier romance es posible en Navidad.
No es un romance que sorprenda, dado que todo proviene de un guion formulista, pero da gusto volver a ver a Elwes en una comedia romántica después de mil papeles (grandes y pequeños) desde que interpretara a Westley en la mítica La princesa prometida. Por su parte, Shields consigue mostrarnos a Sophie como una mujer que no sabe hacia donde la llevará su nuevo camino y obviamente está asustada por la incertidumbre, pero tiene el suficiente coraje como para tomar las riendas de su vida.
Un castillo por Navidad es una historia en la que las personas aún tienen tiempo para segundas oportunidades y nos recuerda que los romances navideños no solo deben ser para parejas jóvenes, como acostumbran a mostrarnos en las comedias de sobremesa, y el amor verdadero puede encontrarse en la mediana edad, como sucede a los protagonistas, ambos muy bien acompañados por un elenco que parece divertirse en cada una de las escenas que tienen, acercando el ambiente festivo a nuestros hogares aunque quede todavía un tiempo para que realmente lo celebremos en familia. Mención especial merece Andi Osho como Maisie, y Lee Ross como Thomas.
Otro miembro del reparto podríamos decir que es la propia localización. Hasta la fecha, las comedias románticas de Netflix nos han llevado por Nueva Zelanda, Australia y cientos de islas paradisíacas, ayudando esos hermosos parajes a disfrutar de la ambientación de las películas. En esta ocasión nos llevan hasta Escocia, y aunque no destaca especialmente la película por su fotografía, no podemos dejar de enamorarnos de esos impresionantes castillos sobre verdes alfombras de césped, mostrando una imagen de Escocia que realmente vende el lugar a los turistas estadounidenses.
Un castillo por Navidad no será la película por excelencia de las navidades, ni se convertirá en una cinta de culto entre las comedias románticas, pero sí que es una más que disfrutable comedia repleta de personajes variopintos y una trama que, especialmente en estas fechas, nos dejará con una sonrisa en la cara.
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Un castillo por Navidad
