Las críticas teatrales de Laura Zurita:
Robots
En pleno confinamiento, Enrique Gálvez, banquero del Banco Futuro, averigua que está en la lista de posibles imputados por una operación corrupta del banco. No puede creer en la posibilidad de ir a la cárcel: solo hizo lo que quería la presidenta del banco, Carmen Dávila, quien está buscando una cabeza de turco.
Cuando más desesperado está, recibe la llamada providencial de Silvia Becerra, una científica activista y cooperante en varias fundaciones que quiere llevar a España cuatro robots de tecnología americana para hacer tests PCR mucho más rápido, pero cuestan 4 millones de euros y están en China.
La pandemia lo ha cambiado todo y las trabas burocráticas y logísticas ponen en peligro la llegada de los robots a España. Enrique pide ayuda a Roberto Maldonado, un político amargado por haber sido relegado por su propio partido a un cargo intermedio en un ministerio secundario como el de Sanidad. Maldonado cree que los robots pueden relanzar su carrera. Robots es un thriller que fusiona el lenguaje teatral con el lenguaje cinematográfico.
Robots es una obra de Fernando Ramírez Baeza con dirección de Gabriel Olivares. La obra está interpretada por Juanjo Artero, Ana Turpin, Iker Lastra, Abraham Arenas, Alejandra Prieto, Arantxa Sanchís, María Asensio y Jesús Redondo. Robots se estrenó en los Teatros del Canal el 26 de marzo de 2024.
Intriga y un desenlace inesperado
La acción de Robots tiene lugar en 2020, en los primeros tiempos de la pandemia, cuando aún no sabíamos muy bien qué ocurría y estábamos encerrados en casa. Fue un momento lleno de temores, rumores y amenazas, que algunos aprovecharon para hacer negocios abusivos e incluso turbios, como la venta de material sanitario a precios desorbitados. En este marco, una científica española afincada en Estados Unidos ofrece una ayuda desinteresada en un momento crítico. Ejecutivos de un banco en horas bajas y un político ambicioso van a verse involucrados en la iniciativa, cada uno de ellos con su propia agenda. La pandemia avanza, el tiempo apremia, y la acción tiene lugar como a contrarreloj.
Robots es una obra con intrigas que se van desplegando ante nuestros ojos, con un ritmo trepidante que mantiene la tensión hasta un desenlace inesperado. Al tiempo, se hacen menciones a los tiempos del confinamiento, con los aplausos de media tarde y los intentos de los sanitarios de mantener las fuerzas y la confianza.
Escenografía fluida con recursos cinematográficos
En Robots no hay decorados fijos, la tramoya se monta y desmonta en el escenario, con un concepto inspirado en las instalaciones que algunos artistas usan para expresarse. Es teatro en estado puro, y la ambientación, fuertemente abstracta, sugiere localizaciones y espacios, dejando claro al mismo tiempo que es solo un recurso, sin pretender parecer la realidad. Los elementos fluyen, se organizan y se reorganizan, permitiendo cambios de escenario y ver escenas simultáneas en espacios distintos, con un lenguaje muy influido por el cinematográfico. En un momento determinado, por cierto, se despliega un recurso inspirado, una hermosa y dramática cita a La cabina, la obra maestra de Antonio Mercero de 1972.
La puesta en escena de Robots utiliza la alienación que suponía que en los tiempos del confinamiento muchos de los encuentros tenían lugar de manera remota, con lo que los personajes interactúan al tiempo sin encontrarse. Los personajes están sumidos en su soledad y su incertidumbre, y las barreras entre ellos, que separan a los personajes y distorsionan su visión del mundo, tienen un fuerte contenido simbólico.
Robots es una obra que explora los recursos del cine y de las instalaciones de manera dinámica y efectiva, para narrar una historia de intriga con un buen ritmo y citas a situaciones conocidas y típicas de la época del confinamiento.
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