Las críticas de David Pérez «Davicine» en la 61 SEMINCI:
Cavalls morts (Caballos muertos)
Marc Riba y Anna Solanas tienen una larga trayectoria en el mundo del cortometraje, enamorados del trabajo de animación con muñecos, dotando a todos sus proyectos de una calidad sobresaliente que les ha permitido cosechar más de un centenar de premios.
Con Cavalls morts mantienen su pasión por el Stop Motion en una historia triste y un tanto oscura sobre la guerra, vista a través de los ojos de un niño.
No es la primera vez que nos adentramos de la mano del séptimo arte para descubrir los horrores de la guerra, y tampoco la primera vez que lo vemos de forma animada, pero tal y como sucediera con el anterior trabajo de esta pareja de cineastas presentado en Seminci, Canis, tanto el diseño de personajes como la ambientación son capaces de sobrecogernos por sí solos, sin necesidad de que la propia historia ya fuera lúgubre.
Tim Burton es el maestro por excelencia del Stop Motion, y sus personajes siempre tienen detalles fantasmagóricos, normalmente por requisito de la historia, como Frankenweenie o La Novia Cadaver, pero en Cavalls morts no es necesario que los personajes den miedo pues la propia historia es terrorífica al tratarse de algo demasiado real, y unida a la ambientación lúgubre, oscura y singular, nos adentra de lleno en sus entrañas gracias tanto al continente como al contenido.
En Cavalls morts vemos y oímos (voz en off) cómo un niño puede interpretar de forma incorrecta lo que realmente es la guerra, pero a pesar de no conocerla de antemano se da cuenta que lo que ve no debería estar sucediendo, dejando un poso en el espectador para que reflexione sobre los errores de la sociedad actual.