domingo, octubre 19, 2025

SITGES 2025. Crónica 10: ‘Lucid’, ‘Obex’ y ‘Be a Good Girl’.

Cobertura realizada por Daniel Farriol:
58 Festival de Sitges 2025
No es cine todo lo que reluce se ha desplazado hasta el 58 Festival de Sitges 2025, y os iremos contando nuestras primeras impresiones de todas las películas que tengamos la oportunidad de ver, así como todas otras cosas interesantes que sucedan en estos días tan señalados y dedicados al mejor cine fantástico y de terror que se estrenará en los próximos meses. Hoy os hablamos de las películas: Lucid, Obex y Be a Good Girl.

LUCID

Dirigida por: Deanna Milligan, Ramsey Fendall
Intérpretes: Caitlin Acken Taylor, Georgia Acken, Amber Dandelion
País: Canadá
Noves Visions

Sinopsis: Mia, una estudiante de arte a quien están a punto de expulsar de la escuela, encuentra su última esperanza para combatir el bloqueo artístico en un elixir mágico de sueños lúcidos. Además de despertar su creatividad, la poción también libera monstruos oscuros que habitan en su subconsciente, entre ellos, su madre, que aparece convertida en una peluda criatura a quien Mia deberá hacer frente.

Nuestra opinión: Lucid se podría catalogar con la versión teen y arty de Bliss (Joe Begos, 2019). La protagonista es una estudiante de arte que busca desesperadamente su propia voz artística sin conseguirlo, ante tal bloqueo mental le ofrecen la oportunidad de tomar una pastilla que liberará su creatividad interior, pero que también la obligará a confrontar un abismo inesperado que le aguarda tras una puerta (metafórica) que ya había cerrado y desde donde emergerán de la oscuridad unos traumas del pasado que están relacionados con su pasado familiar. La película amplía el universo del corto de 2021 de igual título que dirigió Deanna Milligan en solitario.

Más allá de la entregada interpretación de Caitlin Acken Taylor, lo más interesante de la función lo encontramos en el aspecto visual y sonoro. La utilización de distintos formatos de celuloide para plasmar los sueños oníricos de la artista se convierten en fugas mentales caóticas con textura de Super-8 que otorgan cierto aire vanguardista al experimento, pero que a menudo se combinan innecesariamente con otras imágenes más propias de videoclips de la antigua MTV. A veces impactante, a veces insufrible, se trata de un visionado exigente no apto para todos los públicos. A eso hay que sumarle un humor zafio y pasado de vueltas que desentona con el tono severo que impregna el relato del pasado traumático de la chica o con las reflexiones de la película acerca de la fertilidad en la creación artística a partir de vivencias dolorosas.


OBEX

Dirigida por: Albert Birney
Intérpretes: Albert Birney, Callie Hernandez, Frank Mosley
País: Estados Unidos
Noves Visions

Sinopsis: En 1987 Conor Marsh lleva una vida solitaria con su perra Sandy, hasta el día en que empieza a jugar a Obex, un juego de ordenador de última generación. Cuando Sandy desaparece, la línea entre la realidad y el juego se difumina, y Conor debe embarcarse en una misión para salvarla.

Nuestra opinión: Obex es otra obra experimental que pudimos ver en Noves Visions, la sección donde cada película es una aventura imprevisible. En esta ocasión, el director/guionista/actor Albert Birney, coautor de la extrañamente magnética Strawberry Mansion (2021), nos propone una historia en 8 bits que nos retrotrae a los arcades y aventuras gráficas de las computadoras personales de los años 80. La trama se resume rápido: un hombre asocial que sufre depresión y vive recluido en su apartamento, lo que los japoneses llaman hikikomori, debe participar en un juego de ordenador para recuperar a Sandy, una perra que se ha convertido en su única compañía (tan sólo recibe las visitas de una vecina que le deja la compra en la puerta, pero ni siquiera interactúa con ella).

A Birney no le preocupa demasiado trazar un retrato psicológico de su personaje ni tampoco ofrecer demasiadas explicaciones de su situación, prefiere centrarse en un aspecto visual surrealista donde se difumina la línea que separa la realidad del juego. Pero que nadie espere encontrarse un universo virtual a lo Tron (Steven Lisberger, 1982) o una aventura de rol en primera persona como en el El corazón del guerrero (Daniel Monzón, 2000), en Obex lo fantástico se transforma en surrealismo naíf con un humor indescifrable, entre lo cutre y lo nostálgico.

El juego es en realidad un espacio mental del propio Birney que sintoniza con un país de las maravillas donde las baldosas amarillas han sido cambiadas por píxeles con gráficos en MS-DOS. Hay algunas ideas curiosas y divertidas en todo eso, pero el visionado resulta tedioso. Al final, la película lo que plantea es una reflexión acerca de la necesidad de vivir la vida, dejar las pantallas a un lado y salir a la calle a respirar.


BE A GOOD GIRL

Dirigida por: Louiza Zouzias
Intérpretes: Panos Koronis, Louiza Zouzias, Lea Catania 
País: Grecia – Estados Unidos
Noves Visions

Sinopsis: En una casa aislada en la montaña, Anne lleva una vida extraña y obediente junto a Edgar. Ahora bien, últimamente, ella se ha vuelto demasiado mayor para el gusto de su marido. Decidido a sustituirla, secuestra y trae a casa a una adolescente. La chica se convierte en la nueva obsesión de Edgar, iniciando un retorcido juego de control y supervivencia, en el que Anne deberá decidir entre proteger a la chica o preservar la vida que conoce.

Nuestra opinión: Be a Good Girl es una película notable y terriblemente incómoda. Louiza Zouzias, de origen griego, es la directora, guionista y actriz protagonista de esta extraña reflexión sobre la sumisión y la liberación de las mujeres. La historia nos muestra a Anne, una mujer que vive bajo el yugo patriarcal de un hombre vil que la somete a todo tipo de violencias psicológicas y físicas. Lo más perturbador es que ella parece casi feliz con esa situación y obedece sin rechistar los reclamos de su «amo» por muy humillantes que resulten. Del comportamiento infantilizado de la mujer, se deduce que la mujer fue secuestrada años atrás y que ha asumido su rol como algo normal, no conoce otra cosa. Todo cambiará cuando el hombre decida secuestrar a una chica adolescente para convertirla en su nueva «mascota».

Ese malsano planteamiento junto a un humor anacrónico difícil de digerir nos trae a la memoria al primer Lanthimos y, en general, a la transgresora visión del comportamiento humano en el «nuevo cine griego». Be a Good Girl no juega con el surrealismo, está rodada en un crudo blanco y negro con formato de pantalla cuadrado para transmitirnos lo asfixiante del espacio en el que conviven los personajes (todo sucede en el interior de la casa y con pocos elementos alrededor).

La película queda dividida en dos partes diferenciadas. En la primera vemos los abusos a los que es sometida la mujer, con un tono desconcertante y en tercera persona, pero a medida que avanza y, tras un giro abrupto, la trama se vuelve más compleja por estar contada desde el punto de vista de la mujer sumisa, alguien sin los recursos emocionales necesarios para manejar las situaciones a las que deberá enfrentarse. Primero, encontrará una rival en la nueva esclava de su captor, pero después la verá como un espejo de sí misma al que no quiere mirar y, más tarde, como una compañera de juegos a la que no quiere renunciar. No es una película fácil de ver, pero logra mantenerte con el corazón encogido mucho más que otras películas de terror al uso. Una pequeña sorpresa que pasó injustamente desapercibida.


58 Festival de Sitges 2025


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