jueves, octubre 30, 2025

70 SEMINCI. Proyecciones Especiales. Crítica de ‘El último arrebato’ (2025)

Las críticas de Daniel Farriol en la 70 Seminci:
Proyecciones Especiales
El último arrebato (2025)

El último arrebato es un documental español que está dirigido por Marta Medina y Enrique López Lavigne, con guión de la primera coescrito junto a Jaime Chávarri. Arrebato (1979) es hoy la gran película de culto del cine español e Iván Zulueta, su director, un cineasta maldito. Fue la película que anticipó el final de la movida, una cinta oscura y cruda cuya historia e intrahistoria están íntimamente conectadas. Arrebato sirve como premonición de la vida del propio cineasta. Al igual que sus protagonistas, Zulueta acabará arrebatado por las drogas y el cine y, como ellos, también desapareciendo.

Con intervenciones e imágenes de archivo de Iván Zulueta, Jaime Chávarri, Eusebio Poncela, Cecilia Roth, Marta Fernández Muro, Virginia Montenegro, Paco Hoyos y Carlos F. Heredero. La película tuvo su estreno en España en el Festival de San Sebastián 2025, y también ha podido verse en el Festival de Sitges 2025 y Seminci 2025 dentro de la sección Proyecciones Especiales.

Un ejercicio de metacine 

El último arrebato es un interesante documental que elude la fórmula clásica de entrevistas y bustos parlantes para proponer un ejercicio de metacine mucho más inmersivo, con sus aciertos y sus errores. Arrebato de Iván Zulueta es una película de culto con aura de obra maldita que aglutina en sus imágenes todo el escenario artístico y social de la contracultura española de finales de los 70 y principios de los 80. Fue una etapa de transición política tras el fin del franquismo que sirvió de acicate para que la juventud reclamase una libertad de acción de la que no habían podido hacer uso hasta entonces. Eso llevó a muchos de ellos a conocer sus propios límites a través de la experimentación artística y con todo tipo de sustancias, el propio Zulueta reflejó en la película cómo era su adicción al cine y las drogas desde una perspectiva única.

El documental realizado por Marta Medina y Enrique López Lavigne, colocándose ellos mismos en primera persona (probablemente la peor decisión de guión), quiere profundizar en esa búsqueda creativa tan irracional y caótica, en medio de la sensación de contagio enfermizo que provocan las pasiones verdaderas.

El último arrebato, entonces, no es tanto un documental sobre la figura de Iván Zulueta, su vida y su obra (que también), si no que podría definirse mejor como una mirada curiosa desde la contemporaneidad hacia un pasado colectivo donde la eclosión cultural revolucionó el estado de las cosas, a nivel político, social y cultural. La película reflexiona sobre el acto puro e ingenuo de querer hacer cine desde las entrañas, siempre libre y sin complejos. A través de sus imágenes también busca confrontarnos a nuestros miedos e inseguridades a la hora de afrontar un proyecto creativo, así como los riesgos que conllevan las decisiones vitales que transforman nuestro día a día.

Cine para vampiros

El último arrebato propone un exorcismo en toda regla. El espectador quedará poseído por la imágenes en Super 8 mientras diversas personas que en vida conocieron a Zulueta irán desfilando por la pantalla para contar sus experiencias. A cada aparición se le reserva una forma narrativa distinta para interactuar desde el documental con el legado de la película. Algunas son visualmente fascinantes como la entrada en escena de Cecilia Roth (cuya imagen actual se superpone en una pantalla de cine a las escenas que rodó 45 años atrás).

En otras, ese diálogo semiótico entre las imágenes de las dos películas/épocas está menos logrado, por ejemplo, en la secuencia de tono humorístico donde Marta Fernández-Muro y Jaime Chávarri viajan en un coche sobre un fondo de croma. De corte más enigmática resulta la aparición de Eusebio Poncela, cuya reciente muerte incrementa la sensación fantasmagórica que impregna la película original y la resurrección de recuerdos que propone el documental. Chávarri, productor y amigo de Zulueta, se convierte en el verdadero hilo conductor de la película, contando anécdotas desconocidas, compartiendo fotografías y vídeos de su archivo personal o sincerándose de manera muy emotiva durante su viaje a San Sebastián. En la Bella Easo confluye todo de manera armoniosa: principio y final; pasado y presente; vida y muerte; adicción y rechazo.

Lo mejor que se puede decir de El último arrebato es que transmite las ganas de hacer y ver cine, de recuperar Arrebato sintiendo que es la primera vez, y vivir de manera arrebatada cada instante del resto de nuestras vidas. Los fragmentos recuperados de la película original desprenden un aura vanguardista fascinante cuyas imágenes acaban vampirizando al propio documental, algo que demuestra que no está a su altura. Sin embargo, Marta Medina y Enrique López Lavigne, encuentran en el ensayo y error una manera de desentrañar el enigma de Zulueta y hacernos partícipes de su particular universo.


¿Qué te ha parecido el documental ‘El último arrebato’?

El último arrebato

7

Puntuación

7.0/10

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