Las críticas de Ignacio Mittenhoff:
Una familia de superhéroes
Hedvig tiene 11 años y ha encogido el disfraz de superhéroe de su papá, por lo que ahora, éste, ya no puede ser el “Súper León”. Su vida da un vuelco cuando tiene la oportunidad de asumir el papel de superheroína de la ciudad sustituyendo a su padre. Solo hay un problema: es torpe, perezosa, no está muy en forma y le interesa más jugar con videojuegos que ser una superheroína. Pero cuando su padre elige al primo Adrian para que sea el próximo superhéroe, Hedvig se da cuenta que tiene que reaccionar. ¿Podrá encontrar sus superpoderes?
Una familia de superhéroes en la nueva película del cineasta noruego Rasmus A. Sivertsen (Dos colegas al rescate, Capitán Diente de Sable y el diamante mágico) con un guion escrito por Kamilla Krogsveen y unos personajes diseñados por Carter Goodrich (Coco, Gru, mi villano favorito). La película llega a las salas de cine el 16 de junio de la mano de Vercine.
Gran decepción si esperas ver la típica película de superhéroes
Si vas a ir al cine pensando que vas a ver la típica película de superhéroes para niños, algo tipo Los Increíbles, Megamind, Gru, mi villano favorito o incluso Big Hero 6, te llevarás una gran decepción. Incluso el propio título de la película puede llevar a confusión cuando finalice la proyección. En Una familia de superhéroes no veremos grandes villanos, ni grandes rescates, ni siquiera grandes superhéroes ni situaciones que le pongan al límite. No. Si vamos al cine nos encontraremos con una película atípica de superhéroes con un mensaje ético más marcado y reforzado que de costumbre.
Algunos pueden pensar que en el cine estamos ya saturados con tanto superhéroe. Incluso en el mundo de la animación puede parecer que hace falta algo diferente a Spiderman: Cruzando el multiverso. Sin ninguna duda esta película nos ofrece ese toque diferencial, y de una forma un tanto arriesgada. El título nos dice que nos encontramos ante una familia de superhéroes, pero enseguida nos detallan que el poder que tienen es hereditario, y solo tendremos en pantalla a un superhéroe en vez de a una familia completa de superhéroes (es inevitable acordarse de Los Increíbles).
Una película demasiado extremista en muchos aspectos
Una familia de superhéroes nos presenta una ciudad sin nombre donde viven unos habitantes que a veces rozan la torpeza más absurda. Situaciones realmente inverosímiles e incluso con alguna falta de tacto (la conductora del autobús mas pendiente del móvil que de la carretera, ese padre que cada vez que saca a pasear a su hijo pierde el carrito de éste poniéndole en una clara situación de riesgo de muerte o el momento en que la protagonista exclama que ojalá hubiera muerto su padre y que su madre siguiera viva) que le dejan a uno un poco perplejo. Todas las situaciones que se nos presentan son llevadas al extremo, quizá para que el mensaje que nos quiere dejar la película cale con fuerza en el espectador.
En este pueblo viven Hedvig, una enganchada a los videojuegos, y su padre, un superhéroe del que desconocemos cual es su otra dedicación a parte de salvar a la humanidad. La ausencia de la madre nos da ese toque sentimental y a veces innecesario, pero casi siempre obligado en las películas infantiles, que traumatizan un poco a los peques. También tenemos a la abuela, que también fue superheroína pero que tuvo que renunciar a ello y ahora vive en una residencia de ancianos. Completan el elenco familiar el primo Adrian, un repelentoso niño con unas cualidades que solo su tío ve aptas para que sea el próximo superhéroe de la ciudad, y que ha sido criado por unos padres más preocupados por el estatus social que por el afecto y cariño de la familia.
Del resto de personajes poco que destacar: una profesora incapaz de sacar lo mejor de sus alumnos, el mejor amigo de Hedvig y gran apasionado de los videojuegos, y un lémur capaz de poner en serios aprietos a cualquiera que se le ponga por delante, sea superhéroe o no.
Una película corta que se te puede hacer algo larga
El aspecto visual de la película cumple sin más. Volvemos a lo ya comentado en otras críticas: no se llega al nivel de las grandes producciones de las grandes compañías del mundo de la animación, pero es que tampoco lo buscan ni lo necesitan.
Una familia de superhéroes sigue la tendencia que nos encontramos últimamente en muchas películas: el papel tan importante y protagonista que el género femenino demanda. Aunque nos presentan a Superleón como la figura paterna, nos remarcan que antes que él su madre y ahora abuela de Hedvig ya fue una superheroína. Y aunque el padre de Hedvig tiene puestas muy pocas esperanzas que en ella sea la digna sucesora del traje de superhéroe, el tiempo le demuestra que su hija es muy capaz de hacer lo que se proponga. Entre ella y la abuela se encargan de arreglar el desaguisado que han creado tanto el actual Superleón como el sucesor elegido por éste: su sobrino.
Una familia de superhéroes es una película corta (solo 76 minutos de metraje), pero que se puede hacer algo larga, con momentos de mucha charla y poca acción (y cuando ésta aparece tampoco son situaciones que nos hagan estar pegados al asiento). El mensaje que quiere transmitir al espectador es claro y conciso: no hace falta ser un superhéroe o una superheroína para ser súper. Solo tienes que ser tú mismo y sacar provecho de las virtudes que tengas.