Las críticas de Óscar M.:
Spider-Man: Cruzando el Multiverso
En Spider-Man: Cruzando el Multiverso, vuelve Miles Morales con Gwen Stacy y en un Multiverso donde se encontrará con un equipo de múltiples Spider-Man encargados de proteger su propia existencia. Pero cuando los héroes se enfrentan a una nueva amenaza, Miles se ve confrontado con el resto de Spiders y deberá redefinir el significado de lo que es ser un héroe para salvar a aquellos a los que más quiere.
La secuela está dirigida por Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson, tiene un guion escrito por Phil Lord & Christopher Miller y David Callaham, Spider-Man: Cruzando el Multiverso y se estrena exclusivamente en cines el 2 de junio de 2023 de la mano de Sony Pictures.
Spider-Man acude a salvar el Universo
La nueva aventura animada de Spider-Man llega seis años después de Spider-Man: Un nuevo universo en un intento de establecer cierta coherencia, aportar algo de estabilidad y aprovechar el desastre sin rumbo (la mayoría de casos que hemos visto de las Fases 4 y 5) en el que se ha convertido actualmente el Universo Cinematográfico de Marvel por parte de Disney, un mejunje plagado de películas de transición, con argumentos prácticamente vacíos, lleno de personajes poco interesantes y con un villano final al que nadie teme ni admira.
Spider-Man: Cruzando el Multiverso sigue los pasos de su película precedente, Un nuevo universo, y explota todo el potencial que tenía la anterior en su final, aprovechando todo lo planteado y desarrollado en las adaptaciones de imagen real anteriores, con las cuales ésta está plenamente vinculada. Spider-Man: No way home, las series Loki o Bruja Escarlata y Visión y Doctor Strange en El multiverso de la locura han allanado el camino para que esta nueva aventura de Spider-Man no tenga límites y se ahorre muchas explicaciones al espectador.
Aunque la película mantiene su punto de vista independiente respecto a las citadas (mantienen un vínculo directo con Un nuevo universo, por ser la presentación de los personajes), es más disfrutable para el público cuando ya se conocen las multiposibilidades a las que nos vamos a enfrentar en pantalla, varios Spider-Man con sus historias paralelas, similares y alternativas.
Un nuevo giro en la animación
En el dibujo, hay unos evidentes cambios en el trazado, un destacado intento de mostrar en pantalla cómo sería ver un cómic en vivo, en construcción, con líneas superpuestas, poco pulidas, revisadas múltiples veces, como si por esas escenas hubieran pasado varios dibujantes y aún quedase por terminarlas.
El abandono prácticamente total del realismo, que era el estilo imperante en las escenas «reales» de Un nuevo universo, es innegable. Ahora hay una total mezcla de estilos, formatos, animaciones, colores irreales, fondos impresionistas y expresionistas, inclusión del arte pop de los años 50, que convierten a la adaptación en un conglomerado colorista y una delicia para la vista.
Incluso los tres directores de esta entrega se permiten el lujo de que haya variación del estilo de animación, del dibujo y de la paleta de colores dentro de una misma escena (sobre todo en las de Gwen con su padre), llegando a difuminar por completo el fondo (impregnándolo todo del mismo color), centrando la atención del espectador en los personajes, dejando al dibujo en un segundo plano, la emoción que quieren transmitir al público es el centro de la escena.
Aprovechando la animación al máximo
Como ya sucedía con la película anterior, que se trate de una película animada ofrece un abanico de posibilidades sin límites que no serían creíbles ni realizables si se tratase de imagen real (aunque muchas películas «reales» actuales tienen tanto de ordenador de por medio que lo irreal es que hayan contratado a actores para hacerlas), ya no sólo por los saltos y acrobacias de los personajes, ni por los inimaginables escenarios que vemos en la pantalla, es más por los giros, planos y cambios de cámara imposibles y asombrosos.
La animación es algo necesario para contar esta historia porque sería imposible realizar en imagen «real» las miles de posibilidades y alternativas que son necesarias para esta historia, ya hemos visto lo mal que le ha ido a Quantumania y sus cientos de copias de Ant-man o el paseo de puntillas que vimos en Doctor Strange en el Multiverso de la locura, dejándonos con ganas de más.
Los tres guionistas que han escrito esta secuela han sabido aprovechar al máximo las posibilidades de la animación para esta historia, aportando mucho humor a esta nueva aventura, algo a lo que ya da pie el propio Multiverso en el que estamos, con todas sus múltiples e infinitas posibilidades del mundo de Spider-Man.
Una secuela a medias
Aunque el tráiler de Spider-Man: Cruzando el Multiverso prácticamente revienta toda la trama y enseña muchos de los chistes y guiños que se hacen en la mejor parte de la película, por ello no deja de ser una secuela grande y peculiar, tanto por la particular animación con la que está hecha como por la multihistoria que nos cuenta, haciendo evolucionar y madurar al personaje de Miles Morales.
Su ritmo desenfrenado y la constante presencia musical (características que ya definían a la película anterior) hacen que las dos horas y veinte minutos de duración pasen prácticamente volando, manteniendo un constante nivel de interés y que, casualmente, termina en el mejor momento, porque (aunque ya no nos acordemos, como fue mi caso) los directores ya han avisado que la aventura continúa en Spider-Man: Más allá del Multiverso.
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Spider-Man: Cruzando el Multiverso
