martes, marzo 19, 2024

Crítica de ‘El pacto’: Los rostros y las máscaras

Las críticas de Daniel Farriol:
El pacto

El pacto (Pagten / The Pact) es un drama danés que está dirigido por Bille August (La impaciencia del corazón, Pelle el conquistador). El guion es de Christian Torpe (Rita, La niebla), adaptando el libro de memorias de Thorkild Bjørnvig «El pacto. Mi amistad con Karen Blixen». La historia se inspira en hechos reales y muestra a la escritora Karen Blixen, a los 63 años, en la cima del éxito y tras dejar atrás su famosa granja en África. De regreso a Dinamarca, se convierte en la mecenas espiritual de un talentoso y joven poeta al que le promete llevarle al estrellato literario si la obedece incondicionalmente.

Está protagonizada por Birthe Neumann (Celebración, Happy Ending), Simon Bennebjerg (The Bastard, Borgen: Reino, poder y gloria), Asta Kamma August (Hypnosis, Sex), Nanna Skaarup Voss (También en el cielo), Anders Heinrichsen, Marie Mondrup, Kurt Dreyer y Jytte Kvinesdal. La película se estrenó en España de la mano de Adso Films el día 28 de Enero de 2023. Puede verse en Filmin desde el 1 de Junio de 2023.

De África a Rungstedlund

El pacto retrata el perfil más oscuro de la escritora danesa Karen Blixen, figura literaria eternamente idealizada a través de la adaptación cinematográfica de su novela más popular «Memorias de África». En ella contaba algunas experiencias autobiográficas durante su estancia en la plantación de café que regentaba en Kenia y, en especial, el apasionado romance que mantuvo con el aventurero británico Denys Finch Hatton que moriría trágicamente en un accidente con su avioneta. Sin duda, forman parte del imaginario cinéfilo colectivo las imágenes de aquella bella historia de amor musicalizada por John Barry, con Meryl Streep y Robert Redford como pareja protagonista.

Bille August nos sitúa unos años después. Tras tener que vender sus propiedades de África ante la caída de precios del café, Blixen decidió regresar a su tierra natal y recluirse a escribir en la propiedad familiar de Rungstedlund. Allí fue donde adquirió notoriedad con su obra y se convirtió en una escritora referente para las nuevas generaciones. Fue en el año 1948 cuando conoció al prometedor poeta Thorkild Bjørnvig, por aquel entonces ella tenía 63 años y él solo 30. El título de la película hace referencia al pacto de fidelidad espiritual que firmaron verbalmente por el que ella se encargaría de convertirlo en un autor de éxito a cambio de que él se entregase por completo al noble arte de la escritura.

El pacto es un filme de corte clásico donde August despliega un academicismo recalcitrante tan pulcro como gélido. Es evidente el dominio que tiene el director para la puesta en escena, no lo vamos a descubrir ahora, aunque en esta ocasión la historia hubiera necesitado ciertas dosis de locura que sacudieran la precisión milimétrica del encuadre para impulsarla hacia los lugares más recónditos del alma de Blixen, aquí convertida en una vieja bruja manipuladora.

El pacto

La ambigua relación entre una vieja escritora y un joven poeta

Resulta curioso comprobar como personalidades reales pueden concurrir en la ficción a través de la mirada ajena trascendiendo desde perspectivas antagónicas. En el año 2020, la cineasta española María Pérez Sanz fue quien nos regaló un reivindicable e insólito biopic titulado Karen donde deconstruía el mito literario para centrarse en la intimidad cotidiana de la escritora durante su estancia en África. El tono melancólico y de reconocimiento hacia el personaje se transforma en El pacto en un enfoque perverso del ocaso del mito con una Karen Blixen moribunda (en lo físico y en lo moral) que emplea su último aliento para vampirizar a los demás y seguir sintiéndose viva.

Como en cualquier percepción individual todo tiene su parte de verdad y su parte de adulteración. Los verdaderos términos de la relación entre Karen Blixen y Thorkild Bjørnvig solo los conocieron ellos mismos. El guion se basa precisamente en un libro autobiográfico del poeta publicado tras la muerte de la escritora (sin derecho a réplica) donde narra en primera persona su tóxico vínculo profesional. Fue algo que le llevaría a abandonar a esposa e hijo (ella intentó suicidarse) para recluirse en la mansión de Rungstedlund junto a su mentora durante cinco años. Aquella fue una relación ambigua de tintes sadomasoquistas en lo psicológico (ama y esclavo) de la que también se benefició la obra del poeta encontrando su mejor voz literaria durante esa época de convivencia.

Menos claro queda si la relación entre ellos también tuvo un carácter sexual. En la película se despacha con un beso en los labios a modo de despedida, pero los dos personajes mantienen constantemente roles intercambiables entre artista/musa que no quedan definidos con exactitud. Bjørnvig es al mismo tiempo un discípulo, un hijo y un amante exclusivo yendo más allá de lo carnal.

El pacto

La impaciencia del artista

Bille August elude el morbo y apuesta por lo intelectual. El arranque de El pacto es parsimonioso y obliga al espectador a mirar más allá para comprender las verdaderas connotaciones psicológicas de los hechos que acontecen. Karen Blixen es una titiritera que ha convertido su vida en una novela donde maneja a los demás como si fueran personajes de un libro, planeando hasta un romance extramatrimonial entre el poeta y Benedicte Jensen. Es su manera para combatir la soledad, la nostalgia por África y el envenenamiento progresivo de su cuerpo debido al tratamiento con mercurio de una enfermedad venérea.

Ese malicioso juego de moldear el destino de las personas tiene visos de «el moderno Prometeo» y jugar a ser Dios, pero también nos sirve para reflexionar sobre si «el arte emana del dolor» o sobre la necesidad del artista en vivir experiencias en sus carnes que nutran su obra de realismo. Blixen considera que Bjørnvig nunca será un poeta extraordinario si posee una vida ordinaria.

La película se inicia con una cita de la propia escritora: «No en tu cara, sino en tu máscara, debo reconocerte». El pacto nos habla de los convencionalismos sociales que nos obligan a comportarnos sin expresar de verdad lo que sentimos o necesitamos internamente. El arte debe servir como liberación a todo eso. La estructura de la película recuerda a la que tiene La impaciencia del corazón, del mismo director y estrenada este mismo año, en el sentido de que también se asoma a la burguesía de primera mitad del siglo XX y tiene a un protagonista forzado a despojarse de su voluntad. El pacto es un filme interesante, menos oscuro de lo que debería, pero ideal para paladares selectos que busquen un cine clásico, intelectual y esteticista.

El pacto


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El pacto

7.2

Puntuación

7.2/10

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