viernes, marzo 29, 2024

Crítica de ‘Marlowe’: El regreso al cine del icónico detective creado por Raymond Chandler

Las críticas de Daniel Farriol:
Marlowe

Marlowe es un filme irlandés de cine negro que está dirigido por Neil Jordan (Byzantium, El fin del romance) quien coescribe el guion junto a William Monahan (Infiltrados, El reino de los cielos), adaptando la novela «The Black-Eyed Blonde» de John Banville que hacía suyo al personaje del famoso detective creado por Raymond Chandler. La historia relata las pesquisas del detective Marlowe contratado por una glamurosa heredera, hija de una conocida estrella de cine, que desea encontrar a un examante que ha desaparecido sin dejar rastro.

Está protagonizada por Liam Neeson (La memoria de un asesino, Un ladrón honesto), Diane Kruger (Visions, En la sombra), Jessica Lange (American Horror Story, The Politician), Adewale Akinnuoye-Agbaje, Alan Cumming, Danny Huston, Ian Hart y Colm Meaney. La película fue la escogida para clausurar el Festival de Cine de San Sebastián 2022. Se ha estrenado comercialmente en España de la mano de Diamond Films el día 12 de Mayo de 2023.

Cine negro clásico fuera de tiempo

Marlowe fue la película encargada de clausurar la 70ª edición del Festival de Cine Internacional de San Sebastián, recibiendo allí críticas bastante tibias y, en general, una reacción bastante despreocupada por parte del público. Un Neil Jordan en baja forma realiza un sentido homenaje al cine clásico y, en especial, al cine negro que se hacía en el Hollywood dorado de los años 40 y 50 pero, por desgracia, el filme nace antiguo y dudo que encuentre su lugar dentro del panorama de cine actual.

La trama resucita al famoso detective privado Philip Marlowe que fue creado en 1934 por Raymond Chandler en el relato corto «Finger Man» y que protagonizaría después diversas novelas policíacas que serán adaptadas al cine en la mayoría de casos. Sin embargo, el material de partida que se usa como base para el guion no pertenece a Chandler sino que está extraído de la novela «La rubia de ojos negros» que fue editada en 2014 y escrita por Benjamin Black (pseudónimo del irlandés John Banville) apropiándose de la figura del mítico personaje para dar continuidad a sus aventuras varias décadas después de la muerte de su autor.

Marlowe, junto al Sam Spade de Dashiell Hammett, son sin duda los dos iconos más representativos e influyentes de la novela negra marcando las pautas del noir tradicional en cuanto a la creación de unos personajes apegados a una moral ambigua que pretende hacernos reflexionar sobre la verdadera condición humana.

Marlowe

Clasicismo escénico con una trama confusa

A Neil Jordan le pareció que la trama planteada en el primer borrador del guion de William Monahan no tenía la complejidad suficiente, así que decidió adornarla con diversos elementos que, a la postre, terminan por abarrotar de manera confusa una película con demasiados personajes sin el tiempo necesario para desarrollarlos por completo. El exceso de las escenas explicativas dialogadas acaban ralentizando la acción y la intriga que deberían ser el eje principal de cualquier relato policíaco que se precie.

Marlowe fue rodada parcialmente en Barcelona y alrededores para transformar sus calles en la Los Ángeles de los años 50, lo que evidencia que cada vez importa menos el lugar de rodaje dada la manipulación de escenarios que se efectúa en la sala de montaje con ayuda del CGI (yo mismo fui incapaz de reconocer en las imágenes a Terrassa, mi ciudad natal, ciudad donde se grabaron varias de las secuencias). La tecnología ha sustituido a la artesanía de antaño y esa frialdad se traslada muchas veces a la pantalla.

Neil Jordan ejecuta con eficacia, pero sin alma, la reconstrucción de un tipo de cine negro hoy día ya extinguido mediante sus diversas referencias explícitas a películas tan míticas como El sueño eterno (Howard Hawks, 1946) o El halcón maltés (John Huston, 1941). Por suerte, la ambientación, el vestuario y la fotografía del barcelonés Xavi Giménez ayudan en ese irregular regreso al clasicismo añorado.

Marlowe

Liam Neeson es un Marlowe decepcionante

El escogido para encarnar al inefable detective Philip Marlowe es Liam Neeson que sigue así los pasos de nombres ilustres como Humphrey Bogart, James Garner, Elliott Gould o Robert Mitchum. Por desgracia, su actuación dista bastante de la complejidad que requería el personaje y eso que el actor ha manifestado que se trataba de un sueño para él. Aparece en pantalla desganado y con un rictus melancólico que recuerda en demasía a otros personajes suyos recientes en los que también debía desenfundar una pistola. A los 70 años el actor no parece estar ya para muchos trotes y las dos únicas secuencias de acción que desempeña en el filme se notan más falsas que un gato de yeso.

Y es que, no en vano, el actor dobla la edad de la que se considera debería tener el personaje creado por Chandler, así que más allá de su porte y presencia que siempre quedan bien en pantalla, es imposible no echar en falta, por ejemplo, al lacónico y eterno Bogart. En el reparto encontramos un buen puñado de secundarios, algunos de ellos asociados en el pasado con películas de cine negro, destacando entre todos la recuperada Jessica Lange en un papel perversamente ambiguo que daba mucho más juego o la bellísima Diane Kruger que repite en un mismo año el rol de femme fatale de la fallida Deseo ardiente (Out of the Blue) (Neil LaBute, 2022).

Marlowe

¿Nostalgia o naftalina?

Marlowe es una película que busca su refugio en los lugares comunes del cine negro de toda la vida. Las pesquisas detectivescas comienzan, como es habitual en este tipo de relatos, con una misteriosa mujer entrando en el despacho del detective de turno para contratar sus servicios y, de paso, hacer tambalear sus rígidos (o no tanto) códigos morales. Marlowe es ese tipo de película.

Noir coloreado con el romanticismo de los años 50 y atusado por el humo de cigarrillos que flota en habitaciones iluminadas en claroscuro. El algodón no engaña, para mentiras ya están los personajes que desfilan delante del detective. A parte de fijar la mirada en las películas clásicas de Hawks, Wilder o Fritz Lang, el filme de Neil Jordan también retoma algunas ideas presentes en Chinatown (Roman Polanski, 1974) o L.A. Confidential (Curtis Hanson, 1997), sin conseguir ligar todos esos elementos en una modernización orgánica del género.

En definitiva, Marlowe es una película hecha para nostálgicos que funcionará como entretenimiento ligero activando los resortes de nuestra memoria cinéfila colectiva aunque lastimosamente no está a la altura de ese cine que pretende homenajear con tanto ahínco.


¿Qué te ha parecido la película?

Marlowe

6

Puntuación

6.0/10

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