Las críticas de Daniel Farriol:
¡Nop! (Nope)
¡Nop! (Nope) es un thriller sobrenatural estadounidense que está escrito y dirigido por Jordan Peele (Déjame salir, Nosotros). La historia se centra en dos hermanos rancheros de un remoto pueblo del interior de California que se dedican a criar caballos para eventos cinematográficos e inesperadamente hacen un descubrimiento tan insólito como escalofriante relacionado con un objeto no identificado que aparece en el cielo que pretenden fotografiarlo para poder mostrárselo al mundo entero.
Está protagonizada por Daniel Kaluuya (Judas y el mesías negro, Queen & Slim), Keke Palmer (Alice: descubriendo la libertad, Scream: Resurrection), Brandon Perea (The OA, American Insurrection), Steven Yeun (Minari. Historia de mi familia, Burning), Terry Notary, Donna Mills, Michael Wincott y Barbie Ferreira. La película se estrenó en España de la mano de Universal Pictures Spain el día 19 de Agosto de 2022. Ahora puede verse en Rakuten TV desde el 8 de Diciembre de 2022 y en Movistar+ y Filmin desde el 15 de Diciembre de 2022.
Jordan Peele mira al cielo
Reconozco que tengo una relación de amor-odio con el cine de Jordan Peele y que a menudo me cuesta ver en su cine a ese genio que muchas personas que saben de esto del cine y a las que admiro promulgan a los cuatro vientos colocando a ¡Nop! (Nope) entre las mejores películas del año.
Es evidente que con tan solo tres películas en su haber ha logrado hacerse un hueco dentro del género actual e incluso ya ha comenzado a influenciar a otros cineastas independientes como pueden ser los casos de Marianna Diallo en Master (2022) o Little Marvin en Them: Covenant (2021), así que no será hasta dentro de unos años hasta que podamos ver la verdadera huella que deja Peele en el cine de terror y fantástico. Sin embargo, mi sensación cada vez que veo una de sus obras es que necesitaría de un guionista a su lado que puliera todas sus magníficas ideas para darles mayor cohesión. Pero como decía antes, si tanta gente experta a la que tengo como referencia en la crítica cinematográfica se pone de acuerdo, tal vez, sea yo el que esté equivocado.
¡Nop! (Nope) cuenta la historia de dos hermanos con caracteres antagónicos, OJ (Daniel Kaluuya) y Emerald (Keke Palmer) Haywood, que tras la muerte de su padre deben regentar juntos un rancho de caballos a los que entrenan para ser utilizados en la industria cinematográfica para películas y otros eventos publicitarios. Los hermanos son como la noche y el día o, si se prefiere, las dos caras de una misma moneda.
OJ, es retraído y busca tener una vida tranquila en el rancho, mientras que Emerald es un terremoto extrovertido que preferiría salir de allí y sueña con hacerse famosa y ser entrevistada en el programa de televisión de Oprah Winfrey. Un día, OJ cree avistar un OVNI en el cielo y entonces decidirán documentar ese increíble hallazgo mediante imágenes que puedan demostrar al mundo entero la existencia alienígena, algo que podría ayudar a sacarles de la bancarrota en que se encuentran.
Pequeños hombres verdes y chimpancés enloquecidos
¡Nop! (Nope) es una película que me desconcierta ya desde el propio título. La expresión se refiere en tono jocoso a la tan humana reacción de alguien cuando afronta una situación que le provoca pánico y prefiere darse la vuelta a modo de huida. Los propios hermanos protagonistas la pronuncian en varias ocasiones. Ese título sustituyó al inicialmente previsto de «LGM» (Little Green Men), es decir, «Pequeños hombres verdes» que servía para identificar tanto a la amenaza extraterrestre que se cierne sobre ellos como a la dependencia emocional por adquirir el reconocimiento social que simboliza el tener muchos billetes de ese color. La elección final del título con una clara intención cómica contrasta sobremanera con la intensidad dramática que busca la película en su acercamiento al duelo o la superación de los traumas.
Eso es lo que, en definitiva, mueve tanto los hermanos Haywood, que deben afrontar la muerte repentina de su padre, como al personaje de Ricky ‘Jupe’ Park (Steven Yeun), el cual siendo un niño contempló en primera persona la matanza perpetrada por un chimpancé que enloqueció durante la grabación de un episodio de la sitcom «La casa de Gordy». Toda esta inquietante subtrama del pasado no acaba de estar bien integrada o relacionada con lo que sucede en el presente y, aunque sí sirve para explicar las decisiones de Ricky al tratar de mercantilizar la nube alienígena mediante un show familiar que pretende utilizar para exorcizar sus propios fantasmas, dentro del contexto final queda un tanto diluida en un escenario genérico que no siempre resultará comprensible para todos los espectadores.
Jinetes pioneros de la cultura negra
La película se inicia con la cita bíblica «Echaré sobre ti inmundicia, te haré despreciable, y haré de ti un espectáculo» y también con una referencia al famoso experimento de «El caballo en movimiento» de Eadweard Muybridge, cuyas aportaciones a la cronofotografía fueron el origen del cinematógrafo. Sin embargo, más allá del homenaje cinéfilo y de la importancia que adquirirá todo esto durante el tercer acto, Jordan Peele utiliza esa mención para sus habituales reivindicaciones raciales al no fijarse tanto en el fotógrafo como en el anónimo jinete afroamericano que protagonizaba aquella memorable secuencia fotográfica, otorgándole el nombre de Alistair E. Haywood para convertirlo en un pariente lejano de los hermanos protagonistas de ¡Nop! (Nope).
Sin evidenciarse tanto la crítica social contenida en Déjame salir (2017), encontraremos aquí igualmente otros detalles casi imperceptibles que reflejan el legado de la cultura negra en la referencia comentada del jinete o, por ejemplo, en la propia decoración de la casa de los Haywood donde hay colgados pósteres de películas protagonizadas por Sidney Poitier como Duelo en Diablo (Ralph Nelson, 1966) o Buck y el farsante (Sidney Poitier, 1972). Esas imágenes sirven también para envolver una historia de carácter fantástico como esta en un halo de wéstern clásico que se potencia aún más mediante la excelente banda sonora compuesta por Michael Abels que contiene ritmos de cuerda con clara inspiración morriconiana.
A la caza del extraterrestre
Pero más allá de estas consideraciones, lo que hace Jordan Peele en ¡Nop! (Nope) es recuperar el espíritu aventurero que habitaba en el cine fantástico del pasado, llevándonos por un disfrutable recorrido convertido en parque temático cinéfilo que incluye las películas de ciencia-ficción de los años 50-60 sobre avistamientos de ovnis, las disaster movies sobre pueblos acechados por tornados o, especialmente, aquellas que representaban la eterna batalla hombre-animal, ya fuera por tierra, mar o aire. Así pues, su ambientación costumbrista en un entorno rural recuerda mucho a Señales (M. Night Shyamalan, 2022), pero también hay cabida para un estilo ochentero de inspiración spielbergiana que transita entre Encuentros en la tercera fase (1977) y Tiburón (1975).
Se traslada la inmensidad del azul del océano a un cielo apocalíptico con reminiscencias bíblicas donde el gigantesco escualo se transforma en una voraz entidad alienígena de la que desconocemos su procedencia. De ese modo, la querencia de los Haywood por captar imágenes que demuestren la existencia extraterrestre puede verse como una actualización de la obsesión que tenía el capitán Ahab por cazar a la legendaria ballena «Moby Dick». (Spoiler) Al movernos en el territorio de los mitos y de la propia esencia del cine, es cuando cobra una nueva dimensión el plano final donde vemos la silueta de OJ subido a caballo envuelto por una espesa niebla bajo un letrero que reza «Más allá». Abierto a diferentes interpretaciones, la figura del héroe que ha vencido al monstruo en un happy end clásico parece ser más producto de la imaginación de su hermana que una realidad (fin del spoiler).
¡Nop! (Nope) es un filme repleto de elementos interesantes que, por momentos, se pierde en su propia ambición. No queda suficientemente bien equilibrado un trasfondo tan trascendente sobre los traumas con lo livianas que resultan algunas de las peripecias del grupo protagonista (me cuesta bastante empatizar al principio con un sosainas Daniel Kaluuya y una histriónica Keke Palmer) mientras que, por otro lado, las reflexiones que se hacen acerca de la cultura del espectáculo quedan bastante dispersas bajo el espectacular imaginario visual que ofrece la película que es donde de verdad se luce Peele.
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