Las críticas de Daniel Farriol:
De caza (Slayers)
De caza (Slayers) es una comedia de terror estadounidense que está dirigida por K. Asher Levin (Dig, Cougars, Inc.) y que también co escribe el guion junto a Zack Imbrogno. La historia nos explica como un grupo de famosos influencers son invitados a la mansión de un multimillonario que en realidad resulta ser la guarida de un vampiro milenario con intención de expandir su poder. La única salida que tendrán pasa por un cazador de vampiros de la vieja escuela que busca venganza.
Está protagonizada por Thomas Jane (Murder at Yellowstone City, Alerta global (Warning)), Kara Hayward (To the Stars, The Sisterhood of Night), Abigail Breslin (Cuestión de sangre (Stillwater), Bienvenidos a Zombieland), Malin Åkerman (Soulmates, Una noche de locos), Lydia Hearst, CG Lewis, Jack Donnelly y Ashley Reyes. La película se ha estrenado en España a través de Movistar+ el día 10 de Diciembre de 2022.
Vampiros contra millennials
De caza (Slayers) es una torpe y fallida comedia de terror que busca actualizar el mito vampírico a un público millennial. Se dirige a ellos directamente mediante una narrativa acorde a sus tiempos con imágenes estridentes que incluyen elementos visuales de TikTok, YouTube y Wikipedia. Tal vez, con un guion más elaborado, la idea hubiera podido funcionar, casi mejor en un formato de cortometraje, pero en manos de K. Asher Levin el intento de hacer confluir el mundo virtual de las redes sociales con el espíritu cinéfilo de una película de Serie B no termina de cuajar en ningún momento. La película fue rodada en tan solo 11 días y desprende un tufillo de cutrez amateur que tira para atrás por mucha infografía que se haya añadido en el montaje para «vestir» su lenguaje audiovisual.
La historia (por llamarla de alguna forma) nos presenta a «The Stream Team», nombre que sirve para agrupar a unos jóvenes influencers y streamers mononeuronales que tienen millones de seguidores en sus respectivos canales y han sido invitados por una pareja de gran poder adquisitivo a pasar un fin de semana en su lujosa mansión. Lo que no saben es que, en realidad, sus anfitriones son vampiros milenarios que desean aprovecharse de la influencia de sus huéspedes para acabar controlando el mundo. La única persona que puede ayudarles es Elliot Jones (Thomas Jane), un hombre irascible y de aspecto poco fiable, que busca su propia venganza tras haber contemplado como su hija era asesinada por el mismo clan de colmillos afilados.
Cine de explotación infantilizado
El director intenta recuperar el humor que impregnaba las películas de terror ochenteras realizadas por John Landis o Joe Dante, pero la decisión de que todos los protagonistas sean seres banales y estúpidos hace que la película De caza (Slayers) sea igualmente banal y estúpida. Es imposible empatizar con ninguno de los personajes, ya sea por su personalidad o por la falta de ella, como es el caso de la insípida protagonista Flynn (Kara Hayward), así que lo único que desearemos todo el rato es que los vampiros sean más listos que los influencers y acaben rápidamente con todos ellos. De hecho, esa idea resultaba divertida en la disfrutona secuela de La matanza de Texas (2022) con el bueno de Leatherface despellejando sin piedad a jovenzuelos obsesionados con sus smartphones, sin embargo, los vampiros de K. Asher Levin no consiguen el mismo resultado ni siquiera contando con la sensual presencia como vampiresa de la sueca Malin Åkerman.
De caza (Slayers) es cine de explotación infantilizado hasta la médula por culpa de un director que está más pendiente de juguetear con el formato tiktokero para internautas adolescentes que en contar una historia con algo de interés. Hay ideas sueltas originales como los tubos de ajo líquido que llevan los cazadores para inyectar a los chupasangres o ese contador que aparece en pantalla a lo «Street Fighter» simulando ser un marcador de videojuego donde los goles son sustituidos por las muertes cosechadas en el partido «Vampiros» vs. «Humanos». Son detalles curiosos, pero del todo insuficientes, que contrastan, por ejemplo, con la impericia en el mal uso de la cámara subjetiva durante la confrontación final que será retransmitida en vivo por una streamer a sus fans o mediante la inclusión de diálogos ridículos que hacen que nos preguntemos constantemente como algunos intérpretes pudieron ser engañados para participar en semejante bobería.
Entre ellos encontramos a Abigail Breslin, la cual protagoniza una de las pocas secuencias salvables de la quema (la del establo), actriz que ya había aparecido en Bienvenidos a Zombieland (Ruben Fleischer, 2009). Ese filme de calidad muy superior inspira claramente esta obra inmunda de K. Asher Levin quien también busca sin suerte poner el foco en los vampiros de Carpenter o los zombis de Edgar Wright. Si te apetece ver un vídeo de TikTok de casi 90 minutos esta es tu película, si no sabes ni lo que es TikTok mejor pasa de largo o te arrepentirás.
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Slayers
