viernes, abril 19, 2024

Retrospectiva – Claude Sautet. Crítica de ‘A todo riesgo‘ (1960)

Las críticas de José F. Pérez Pertejo:
A todo riesgo

Claude Sautet siempre renegó de que Bounjour Sourire!, un trabajo de encargo al que se vio casi obligado por las circunstancias, fuera considerada su ópera prima. Para él, su filmografía como director se iniciaba con A todo riesgo (Classe tous risques, 1960), adaptación de la novela homónima de José Giovanni, uno de los referentes de la literatura policiaca francesa y de enorme influencia en la génesis del cine polar francés como subgénero del cine negro con particularidades propias que lo distinguían (sin dejar de estar emparentado) con el film noir americano.

De hecho, fueron dos las novelas de José Giovanni llevadas al cine ese mismo 1960, además de A todo riesgo, también se estrenó la magnífica La evasión (Le Trou) dirigida por el mentor y amigo de Sautet Jacques Becker para quien había trabajado como ayudante de dirección y que, en cierto modo, animó a Sautet a dar el salto a la dirección cinematográfica.

A todo riesgo se ocupa de la decadencia del gánster real Abel Danos a quien para la ficción Giovanni únicamente disimuló cambiando una letra de su apellido por Davos (Lino Ventura). Davos, que tras un periodo delictivo en Milán se encuentra bajo un estrecho cerco policial en compañía de su colaborador Raymond Naldi (Stan Krol), de su esposa Teresa (Simone France) y de sus dos pequeños hijos, trata de regresar a París para cambiar de vida y dedicarse a su familia. Pero la salida de Italia no es fácil y tras un terrible encuentro con la policía, Davos se ve repentinamente solo con dos niños pequeños. Acorralado, pide ayuda a sus amigos franceses para que le vayan a buscar a Italia pero todos le dan la espalda y nadie quiere jugársela por él. Finalmente será el joven Eric Stark (Jean-Paul Belmondo) quien acudirá al rescate conduciendo una ambulancia en la que trasladará a Davos simulando ser un enfermo y a los niños escondidos entre los asientos.

Sautet y Giovanni escriben un guion lineal y eficaz, libre de complicaciones argumentales a la trama central, lo cual no impide un notable desarrollo psicológico de los personajes, tanto del protagonista Davos como de todos los secundarios, algo que Sautet cuidó con mimo durante toda su carrera. Siguiendo los principios que diferenciaron al polar francés del cine negro americano, Davos no es presentado como un tipo duro al uso que o bien no tiene sentimientos o bien los esconde. Particularmente a partir del momento en que se queda solo con sus hijos, el personaje evoluciona hacia una sutil introspección.

No puede decirse que Lino Ventura sea el mejor actor del mundo pero es indiscutible que tenía magnetismo y presencia en pantalla. Su rostro, a pesar de sus facciones duras, le permite mostrar sus debilidades y sus emociones sin caer en el efectismo o los excesos interpretativos. Todo lo contrario, si algo es sobresaliente en Ventura es su capacidad de contención. Jean-Paul Belmondo apenas llevaba tres años de carrera como actor y todavía no gozaba de la consideración que lograría más tarde, sin embargo, en A todo riesgo ya da muestras de su enorme carisma y de su capacidad de seducción. El personaje femenino, también alejado de la femme fatale propia del cine negro americano, recayó en la italiana Sandra Milo, una imposición de Morris Ergaz, el productor italiano del film que, por aquel entonces, era su pareja.

A todo riesgo es una película canónica en su adscripción al género, filmada con pulcritud por un Sautet todavía inexperto, la acción siempre es llevada en la parte central del relato. No hay rasgos estilísticos destacables salvo (y esto es claramente una fácil lectura a posteriori) su gusto por la filmación en el interior de automóviles, algo que será casi una constante en todas sus películas posteriores.

El resultado es una película muy entretenida, bien resuelta argumentalmente y con interpretaciones notables, sin embargo, fue un absoluto fracaso en taquilla, ensombrecida por otros estrenos importantes en Francia como la citada La evasión y, fundamentalmente, por el gran éxito del cine francés de aquel año que no fue otro que el debut de Jean-Luc Godard con su Al final de la escapada.

A todo riesgo también fue muy maltratada por la crítica entre la que solo hubo una voz discordante, la de un joven de diecinueve años llamado Bertrand Tavernier, mucho antes de iniciar su carrera como director, que escribió una crítica elogiosa en la revista Cinéma a la que acababa de incorporarse. El fracaso de crítica y público sumió a Sautet en un profundo desencanto que le mantuvo cinco años alejado de la dirección, ocupado en “arreglar guiones de otros”, hasta que en 1965 regresaría nuevamente con Lino Ventura para filmar Armas para el Caribe, otro fracaso.

Once años después, en 1971, A todo riesgo será reestrenada en París en círculos de cinefilia y la película será un auténtico éxito. Afortunadamente, para aquel entonces, Sautet ya se había rehecho de sus fracasos iniciales y su carrera había despegado con éxito gracias a Las cosas de la vida (1970).


A todo riesgo es la única película de Claude Sautet que no fue incluida en la reciente retrospectiva dedicada por el Festival de San Sebastián al director francés. Existen varias ediciones de la película en DVD en España. La de Suevia Films y la Círculo Digital no tienen subtítulos en castellano a pesar de que, en el caso de esta última, se anuncian en la carátula.

A todo riesgo

6.5

Puntuación

6.5/10

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