Las críticas de Daniel Farriol:
Los cinco diablos
Los cinco diablos (Les Cinq Diables) es un drama francés con elementos fantásticos dirigido por Léa Mysius (Ava, L’île jaune) que también co escribe el guion junto a Paul Guilhaume. La historia sigue a Vicky, una niña extraña y solitaria, que tiene un don mágico: puede reproducir cualquier aroma que le guste. Cuando la hermana de su padre irrumpa nuevamente en el pueblo, trastocará las relaciones familiares al tiempo que la niña comenzará a descubrir los secretos que alberga el pasado, sus padres y su propio ser. Está protagonizada por Adèle Exarchopoulos (La vida de Adèle, Mandíbulas), Daphne Patakia (Benedetta, Winona), Sally Dramé, Swala Emati, Noée Abita, Moustapha Mbengue y Patrick Bouchitey. La película se presentó en España dentro de la programación del Festival de Sitges 2022. Su estreno comercial de la mano de Avalon fue el 21 de Octubre de 2022.
Dos películas y dos niñas unidas por la fantasía
Los cinco diablos (Les Cinq Diables) fue una de las películas más aplaudidas a su paso por el Festival de Sitges 2022, pese a tocar el fantástico de soslayo para profundizar más el drama emocional a través de las relaciones entre sus personajes. La directora francesa Léa Mysius ya sorprendió en su debut en solitario en el mundo de largo con Ava (2017), una historia iniciática sobre el despertar sexual de una pre adolescente de 13 años que, a punto de quedarse ciega, afronta los últimos días de luz desde una rebeldía salvaje que le haga disfrutar en toda su plenitud. Aquella supuso, también, el descubrimiento de Noée Abita, una de las actrices jóvenes más prometedoras del cine francés que, posteriormente, vimos en Genesis (Philippe Lesage, 2018) o Slalom (Charlène Favier, 2020), y que aquí hará una breve aparición.
En su nueva película, pone su mirada en otra niña llamada Vicky (Sally Dramé), esta vez de 8 años, quien tiene la extraña capacidad de reproducir cualquier olor que colecciona en frasquitos. A través de esas fragancias hace viajes mentales al pasado que le permiten presenciar situaciones vividas dentro de su entorno familiar incluso cuando ella aún no había nacido. Si en la primera película de la directora la fantasía provenía de la mente inquieta de su protagonista, ahora utiliza el fantástico como lienzo abstracto para hablar de otras cosas como la necesidad humana para ser feliz siendo fiel a los sentimientos propios más allá de la opinión de los demás. Y es que la película es principalmente una historia de amor entre dos mujeres que acabaron separadas debido a los convencionalismos sociales y a una tragedia ocurrida en el pasado de la que, en cierta manera, se sienten culpables.
La sensualidad de una canción
La poética mirada de la directora sigue presente en esta película y logra momentos de gran intensidad dramática como la escena en el karaoke donde Joanne y Julia, Adèle Exarchopoulos y Swala Emati, interpretan ante una audiencia completamente atónita una particular versión del «Total Eclipse of the Heart» de Bonnie Tyler, sin duda, uno de los momentazos más sensuales que veremos este año cinematográfico sin necesidad de recurrir al erotismo de la piel desnuda. Exarchopoulos es una actriz extraordinaria que vuelve a iluminar la pantalla con cada mirada, convirtiéndose en lo más destacado de la función.
Sin embargo, la película adolece de cierto desapego hacia sus personajes secundarios y algunas subtramas se apuntan de manera forzada sin acabar de concretarse del todo. En ese sentido, resulta especialmente insulso Jimmy (Moustapha Mbengue), un hombre de cartón-piedra que completa impertérrito el triángulo sentimental de las dos amantes protagonistas, una es su esposa y la otra su hermana. Tampoco creo que se saque provecho a Nadine (Daphne Patakia), amiga de Joanne que sufrió graves quemaduras en su rostro durante un incendio acontecido en «Los cinco diablos» (nombre del centro deportivo donde trabajan), y que será clave en el desenlace para entender lo sucedido y unir así los fragmentos del pasado que dan sentido al presente.
Pulsiones que queman
Los cinco diablos es un filme de imágenes hipnóticas que reflexiona sobre la aceptación de uno mismo. Vicky es una niña solitaria que sufre bullying en el colegio por ser mestiza, su manera para adquirir seguridad será conocer mejor los sentimientos ocultos de su madre, algo que hará durante esas «visiones» en las que viaja al pasado. El tránsito entre pasado-presente se cierra con una escena de libre interpretación que para mi simboliza cómo se retroalimentan todas nuestras experiencias vitales, es decir, el pasado influye en el presente de igual manera que nuestro hoy influye en los recuerdos que dejamos atrás. Es una forma de decir que siempre se está a tiempo de cambiar el rumbo de las cosas o encontrar el momento idóneo para retomar relaciones que no eran posibles en otro contexto.
La película critica los prejuicios y la discriminación aún presentes en nuestra sociedad, ya sea racial, debido al aspecto físico o por las tendencias sexuales, proponiendo un canto a la tolerancia mediante la asunción propia de los sentimientos verdaderos como algo irrenunciable. Por todo ello, Los cinco diablos es un filme de gran belleza interior que desprende, también, cierto magnetismo a través de sus imágenes, desde esa furia del fuego inicial a la pulsión de las emociones que queman.
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Los cinco diablos
