Las críticas de José F. Pérez Pertejo en la 67 SEMINCI:
Boy from Heaven
Tras su exitoso aterrizaje en 2017 en la 62ª edición de la SEMINCI donde su película policiaca El Cairo Confifencial (The Nile Hilton Incident) se alzó con la Espiga de Oro y con los premios a mejor dirección y mejor guion, el sueco Tarik Saleh regresa al festival vallisoletano con Boy from Heaven, otra película de género, en este caso un thriller, ambientada en Egipto, el país de sus padres, con la que, según sus propias palabras, ha tratado de trasladar una trama argumental similar a la de la novela «El nombre de la rosa» desde el mundo cristiano al islámico.
Saleh, que ya ha dirigido thrillers tanto en Suecia (Tommy, 2014) como en Estados Unidos (The Contractor, 2022), conoce y maneja a la perfección las claves del género que pone en práctica de un modo muy eficaz pero un tanto rutinario: introducción de un personaje humilde y (en principio) ajeno a lo que se cuece por encima de él, la muerte inesperada de alguien poderoso, una lucha de poder alrededor de esa muerte, el asesinato de algún personaje cercano al protagonista, un investigador de personalidad peculiar con un aire de misterio a su alrededor y una serie de personajes secundarios con múltiples aristas que, en cualquier momento, pueden dejar de ser lo que parecen ser.
Adam (Tawfeek Barhom) es un joven perteneciente a una humilde familia de pescadores que tiene la oportunidad de salir de su aldea para estudiar en la célebre Universidad de Al-Azhar de El Cairo, una institución que además de ser un centro docente de primer nivel, es el núcleo del poder en el islam sunita. Una vez allí, el primer día del curso, fallece repentina e inesperadamente el gran imán que dirige la universidad. A partir de aquí, Tarik Saleh desarrolla una intriga política y religiosa en la que Adam se verá envuelto sin ser plenamente consciente de todo lo que se cuece a su alrededor y los peligros que le acechan.
Saleh acierta más con la dirección (continuamente toma acertadas decisiones de puesta en escena y planificación de secuencias que inyectan ritmo a la película) que con un guion un tanto confuso que da demasiadas cosas por supuestas. No resulta fácil para el espectador occidental no iniciado distinguir a los miembros de todas las facciones de poder puestas sobre el tapete. Tras el asesinato de un estudiante se desencadenan una serie de sucesos que terminan con Adam (no lo olvidemos, un estudiante novato procedente de una humilde familia de pescadores) convertido en espía al servicio del Estado tras ser reclutado por el Coronel Ibrahim (Fares Fares) que trata de evitar el ascenso al poder de los más radicales.
Lo que hace diferente a Boy from Heaven de los centenares de thrillers que se filman cada año ajustándose a fórmulas similares a la expuesta es su ubicación en un medio poco explorado por el género. Es decir, películas muy similares las hemos visto ambientadas en la CIA, la KGB, cualquier gobierno occidental o, incluso el Vaticano. Saleh ha tenido que reconstruir en Turquía los ambientes en los que se filma la película pues tiene prohibida la entrada en Egipto desde 2015, ya saben, esas cosas que tienen las «democracias».
En conclusión, Boy from Heaven es un intrincado thriller, filmado con buen pulso y excelentemente ambientado al que si sacásemos de su contexto, tal vez advirtiéramos que tiene una fórmula argumental mucho más rutinaria de lo que parece. En cualquier caso se ve con agrado e interés.
Cineasta interesante al que de momento merece la pena seguir la pista.
Efectivamente. Tarik Saleh sabe lo que hace. Puede interesar más o menos… pero dirige muy bien.