Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Ciclo Takeshi Kitano
Kids Return
Masaru y Shinji son dos amigos inseparables que acaban de abandonar a la vez el instituto. Su amistad empezará a romperse cuando ambos empiecen a encarar su futuro hacia intereses totalmente opuestos: uno quiere ser yakuza, el otro boxeador. Escrita y dirigida por Takeshi Kitano, Kids Return cuenta en su reparto con Masanobu Ando, Ken Kaneko y Leo Morimoto.
El regreso de los chicos y de Kitano
Kids Return es una película imprescindible para entender la filmografía de Takeshi Kitano, con temas importantes para el cineasta japonés, abordando la infancia, la nostalgia y el camino hacia la madurez, todo ello con una mirada melancólica y comprensiva, demostrando una vez más que es un maestro combinando la comedia y el drama (rozando el patetismo).
Fue la primera película que rodó tras el accidente de moto que casi acaba con su vida y le dejó el lado izquierdo del cuerpo paralizado. Cuando nadie esperaba que pudiera volver a trabajar, Kitano reapareció con esta película que se convirtió en su mayor éxito de taquilla en Japón desde que inició su andadura como director de cine, además de ganar 13 premios en diversos festivales internacionales.
Una película discreta pero necesaria
A nivel temático funciona a partes iguales como una comedia estudiantil, una película de gángsters y un drama de boxeo, aunque el boxeo es solo un lienzo en el que se pinta las vidas de dos jóvenes delincuentes, pero todos esos temas debían encontrar una forma común de mostrarse en pantalla. La película ciertamente es discreta en lo que cuenta, pero con una fuerza impresionante en cómo lo cuenta, y puede verse dentro de la filmografía de Kitano como una de las películas más personales del director, en la que también cabe señalar que hace un gran esfuerzo por mostrar una visión artística en cada plano y composición, sin nada que sobre, estando todo justificado. Cierto es que la paleta de colores es bastante tenue y apagada, e incluso la edición es algo más convencional de lo que acostumbra a mostrar en otras películas, no llegando al nivel estilístico de Dolls o estando lejos de ser tan emocionalmente impactante como Hana-Bi. Flores de fuego, pero aún así Kids Return es un giro maravilloso en la carrera de Takeshi Kitano que merece ser disfrutada.
Como es habitual en la filmografía de Kitano, Kids Return cuenta con la banda sonora del maestro Joe Hisaishi, una partitura que impregna cada fotograma con su saber hacer de principio a fin, jugando un papel destacado en el impacto del visionado de la película. Claramente no es su mejor trabajo para Kitano, pero el tema principal es increíble y crece a medida que se repite en todo el metraje. Es una partitura que fluye muy bien y resalta los momentos dramáticos más potentes, aunque permite relajarnos en las escenas más tranquilas.
Un elenco complejo y amplio
Junto a la fotografía y la banda sonora hay que dejar claro que otro de los puntos fuertes de la película es la amplia variedad, así como complejidad, de sus personajes. Mientras Shinji (Masanobu Ando) se une a un gimnasio de boxeo y Masaru (Ken Kaneko) se une a los mafiosos locales, ambos viven experiencias muy distintas pero coinciden en la búsqueda de su propio camino entre la vida escolar y el mundo de los adultos. Cada una de las elecciones de los protagonistas son reflejadas de forma visualmente diferente, y mientras la sombra de Rocky es evidente en las secuencias de entrenamiento, el estilo de Kitano queda patente cuando muestra el mundo de los mafiosos con personajes repeinados y vestidos de colores.
Tanto Shinji como Masaru son dos delincuentes a los que sería difícil considerar protagonistas pues, en el mejor de los casos, sería más normal verlos como antagonistas en cualquier otra película, pero ni su ausencia de inteligencia ni sus problemas para sacar adelante sus planes evitan que en manos de Kitano sean el motor de la historia, una historia que al final es completamente convincente. Y a pesar de lo que podríamos imaginar, Kitano rodea esta historia con un halo de esperanza y optimismo, otorgando siempre una segunda oportunidad.
Junto a los dos protagonistas, Kids Return también ofrece detalles de las vidas de otros personajes que crean un mosaico maravilloso de la vida en ese momento y en ese lugar. Vamos captando pequeños fragmentos que complementan la historia principal, entre los que caben destacar los correspondientes a Hiroshi, un cliente habitual del café que siente algo por la camarera del local, así como una pareja de estudiantes con el sueño de convertirse en comediantes de Manzai que, para los que no sepan lo que es, se trata de un tipo de comedia tradicional de Japón que ha tenido gran influencia en los comediantes japoneses modernos. Además, el equipo habitual de actores de Kitano está presente, pero en esta ocasión en papeles más pequeños e incluso muy breves.
Kids Return nos recuerda que no siempre es tan importante la historia, sino como se cuenta, y Takeshi Kitano logra que la película sea entretenida y edificante gracias a una hábil mezcla de comedia y drama sin perder de vista el mundo del crimen que tanto gusta al cineasta.