viernes, abril 26, 2024

Crítica de ‘Cielo rojo sangre‘: Vampiros en el avión

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Cielo rojo sangre

En Cielo rojo sangre, cuando Nadja y su hijo de 10 años viajan en un vuelo nocturno de Alemania a Nueva York, unos terroristas se hacen violentamente con el control del avión y amenazan de muerte al pasaje. Nadja se enfrenta a una decisión trascendental: ¿debe liberar al monstruo que lleva años reprimiendo para proteger a su hijo? En esta película de terror y acción, los cazadores se convierten en presas. Dirigida por Peter Thorwarth y escrita por Stefan Holtz y Peter Thorwarth, está protagonizada por Peri Baumeister y Dominic Purcell. La película se estrena en Netflix el 23 de julio de 2021.

Vampiros en el avión

Una mujer enferma y su hijo viajan en avión a Nueva York. Esperándolos allí, un médico con una tecnología médica ultramoderna les dará una oportunidad única para curar su dolencia. La película poco a poco va sentando las bases para revelar lo que se veía venir antes incluso de ver el tráiler, y es que su dolencia no es provocada por una enfermedad demasiado normal, sino que ella es un vampiro que intenta desesperadamente reprimir sus ansias de consumir sangre. No todo iba a ser tan bonito, y cuando un grupo de terroristas intenta secuestrar este vuelo transatlántico nocturno, descubrirán que no es el avión en el que hubieran preferido estar. Para proteger a su hijo, tendrá que revelar su oscuro secreto y liberar al vampiro que lleva dentro en secreto.

Ciertamente es un buen giro para una idea un tanto recurrente, pues el tema de los secuestradores en aviones ya estaba más que visto. He de decir que la trama es original, pues Cielo rojo sangre nos deja ver cómo no siempre son los vampiros el peor enemigo al que tenemos que hacer frente, y podremos disfrutar de un enfrentamiento entre vampiros y terroristas en pleno vuelo, aunque tampoco será la primera vez que veamos vampiros en un avión. Ya anteriormente, por ejemplo, hemos visto El aviador nocturno de Stephen King o la serie The Strain, en la que los vampiros usaban este medio de transporte.

Del thriller al terror

Puestos a poner pegas, puede que no encaje todo a a la perfección en la estructura, con la historia narrada en gran parte a través de flashbacks. Al inicio sabemos que el avión ya ha aterrizado y que el ejercito está listo para atacar, sin saber realmente a lo que se enfrentan. Poco a poco, con cada recuerdo desde dentro del avión, tenemos la historia del origen de la «dolencia» de Nadja, y su proceso de humana a vampira. Por lo que tenemos flashbacks dentro de los flashbacks, rompiendo algunas escenas de gran intensidad dramática.

El primer ataque con colmillos ocurre casi a la hora de la película, por lo que durante todo el primer acto tenemos que contentarnos con un thriller de terrorismo convencional, ofreciendo lo básico que se espera para este tipo de trama: planos agobiantes en los estrechos pasillos del avión, un puñado de escenas violentas intentando apoderarse de este vuelo y unos personajes que están ahí… para lo que están, sin casi demasiadas explicaciones más allá de querer sembrar el caos y enviar un mensaje al mundo.

El segundo acto es realmente el que nos interesa, y es que una vez llega lo que se viene a ver a una película así, cuando comienza el enfrentamiento entre vampira y secuestradores, la película es un auténtico tobogán de emociones y diversión, con muchos asesinatos y momentos geniales que no esperábamos en una historia de este estilo. Cierto es que está mal decir que nos divierte ver asesinatos en la televisión, pero si tenemos claro que es una ficción, con mucha fantasía y toques de terror, la forma de llevar a cabo la acción permite que disfrutemos mucho con Cielo rojo sangre.

Vampiros en acción

No coge por sorpresa que la película use el vampirismo como un catalizador para la acción, pues no sólo podemos mantenernos alerta gracias a las persecuciones entre Nadja y los terroristas a través de la zona de pasajeros, la bodega de carga o la cabina, sino que todo deriva en hordas de vampiros que, a diferencia del control que muestra Nadja, se precipitan violentamente hacia otros pasajeros.

Así, en relación a los vampiros (en plural), son mostrados de forma feroz y aterradora, casi como si de zombies de Train to Busan se tratara. Está claro que querían centrarse en unos seres que fueran lo más intensos posible, en plan 28 días después y 30 días de oscuridad, y consiguen transmitir la tensión que se espera de una cinta de terror pero que en el fondo también es un thriller. El look de Nadja como vampira es el que más sobresale, inspirándose en Nosferatu, aunque con un toque aún más animal, con movimientos rápidos y un poco entrecortados.

¿Del lado del bien o el mal?

Más allá del secuestro en sí, la parte vampírica de este segundo acto es la más interesante: la mitología insinuada en los citados flashbacks despierta nuestra curiosidad y es donde vemos lucirse al reparto. La película muestra bastante bien la naturaleza del monstruo, aunque no profundiza demasiado en el contraste entre su humanidad y la falta de ella con los secuestradores que se apoderan del avión, pero si transmite mucha intensidad gracias a la elección del reparto. Peri Baumeister se nota completamente comprometida como la protagonista y vampira Najda, con una química muy natural con Carl Anton Koch como su hijo Elias.

Baumeister nos muestra las dos facetas de su personaje con mucha credibilidad, y es que nos deja ver a la mujer desesperada al comienzo de la película pero también a la criatura capaz de provocar una destrucción desenfrenada, ofreciendo una actuación aún más impresionante una vez que comienza su transformación. Por su parte, Koch sirve de eje emocional de la película y punto de unión de las dos caras de su madre.

Los secuestradores también tienen bastante relevancia, y toda película con esta trama es tan buena como lo sean sus villanos. Así, Roland Møller y Dominic Purcell cumplen con sus roles, pero es Alexander Scheer el que roba cada escena en la que se encuentra como un auténtico psicópata, del que nos hubiera gustado conocer algo más de su pasado, pues da para spin-off.

Cielo rojo sangre es una película de acción con toques de terror repleta de explosiones y bañada en sangre. Una idea curiosa para unir dos tramas ya vistas, pero que juntas aportan entretenimiento y no defraudarán si lo que vienes a ver son vampiros en un avión, con una representación original de los chupasangres.


¿Qué te ha parecido la película?

Cielo rojo sangre

7

Puntuación

7.0/10

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