Las críticas de Miguel Moreno: Hojas de hierba
Sin duda lo más destacable de Hojas de hierba es el inimitable Edward Norton, al que hacía tiempo que no veíamos en la pantalla grande y que aquí demuestra por qué es uno de los mejores actores de su generación. Sin ir mucho mas allá, la historia es bastante anecdótica: Los gemelos que nada tienen que ver el uno con el otro, y que se meten en problemas bastante surrealistas, originados cómo no, por la oveja negra de ambos y unas plantas que cultiva. El reparto lo completan una Susan Sarandon que aparece en contadas ocasiones aportando veteranía, un Richard Dreyfuss que ha cogido cariño a este tipo de roles, y del que tampoco sabíamos nada hace tiempo, y una Keri Russel atractiva como siempre, que le da al film el toque romántico que requiere.
El guión, por otra parte, ni molesta ni enamora, es decir, no es el punto fuerte del film, y sirve como mero puente para que Norton despliegue sus habilidades interpretativas y nos divierta dando vida a personajes tan dispares. Todo resulta finalmente casi una excusa para ver a Edward Norton desdoblarse completamente. Todo ello sazonado con un ligero aroma al humor de los hermanos Coen, que sin llegar a su excelencia ni creo que lo pretenda, no deja de sentarle bien a la cinta dado el tono en que está narrada.
La dirección de Tim Blake Nelson nunca acaba de decantarse por la comedia o el drama, y eso se va apreciando según acontecen hechos en la trama. Destaca la peculiaridad y los polos opuestos de los roles que interpreta Norton, que como siempre, merecen nuestra ovación. Cabe destacar que el film se estrena con nada más y nada menos que casi 4 años de retraso desde su filmación, por tratarse al parecer de un estreno limitado en 2010 por parte de Millennium Pictures, cosa que no llega a entenderse a estas alturas de la película, y nunca mejor dicho por éste que lo suscribe.
No se trata de una película a diferenciar por lo redonda que resulta precisamente. Tiene bastantes desniveles narrativos de hecho, y particularmente las escenas con Keri Russell, y su personaje, me parecen algo metidas con calzador para darle ese punto a la historia. Sin embargo la cinta se deja ver, sustentada en todo momento por el gran Edward Norton. Algunas escenas destacables como el reencuentro con el desquiciado ortodoncista o la pelea que tiene Norton con su gemelo cuando pierde los nervios. La lástima, aparte de la excesiva tardanza de su estreno (debe haber estado guardada e el cajón de algún pez gordo de la distribución por motivos que desconocemos), es que un actor que deslumbró en otras producciones se haya visto relegado a este tipo de films «menores», además de estar últimamente bastante apartado de la actuación, y que tenga que ser de la mano de una cinta «simplemente correcta» como es la que nos ocupa. A pesar de ello, el momento entretenido está asegurado cuando nos sentamos en la butaca y aparecen en pantalla los curiosos hermanos gemelos. Esa es la mayor baza de Hojas de hierba, pues sin ella queda tan desnuda como la Maja de Goya.
Mas allá de esto nos encontramos con una cinta entretenida y diferente, donde su mayor aliciente es ver cómo se desenvuelve su protagonista en dos actuaciones tan marcadamente opuestas, y las peripecias por las que tendrán que pasar juntos. Una lástima también no haber dado más minutos a una veterana como Susan Sarandon, pues podría haber dado mucho juego al resultado final. Sin duda cumple su función de esparcimiento, aunque un servidor se permite exigir más a Norton, y no en este film precisamente, donde demuestra ser más que capaz, sino en la industria en general, puesto que no hablamos de un «estreno» en toda regla. Sí, se podría decir que es un llamamiento en toda regla por mi parte: vuelve Edward, que nos tienes abandonados.
Entretenida aunque irregular, la «hierba» que nos ofrece Blake Nelson merece ser probada, pero no perdurará en nuestra memoria.